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No veo justicia alguna.
Para muchos, la política china de un hijo es cruel, pero comprensible.
El país tiene demasiada gente e insuficientes recursos.
Pero en partes de China esta política se aplica de forma despiadada.
Al quedar embarazada una segunda vez lo que sigue no es una alta multa o ir tras las rejas...
sino la obligación de abortar.
Fue esta injusticia lo que inspiró al abogado autodidacta y activista de DDHH, Chen Guancheng...
a arriesgarlo todo, y protestar presentando un juicio.
Le costó más de cuatro años de prisión.
A la prisión le siguió un arresto domiciliario, o más bien su casa fue cercada por matones...
que se turnaban para golpearle a él y a su esposa.
El abogado descalzo escapa...
Chen escapó de su casa en la campiña china, y fue llevado por un simpatizante a Beijing...
donde se refugió en la embajada estadounidense.
Las autoridades amenazaron con poner a la familia en un nuevo arresto domiciliario...
y exigen disculpas de los Estados Unidos por interferir en asuntos domésticos.
Mientras tanto, en EEUU, la historia de Chen va recibiendo más cobertura...
como símbolo de todo lo equívoco de los valores chinos.
Comienzan a saltar chispas diplomáticas.
Airada China Airado EEUU
¿Cuáles son las últimas de Chen? China ha prometido permitirle a él y a su familia el traslado a EEUU...
donde muchos temen que no tendrá tanto impacto en la cuestión de los DDHH chinos.
Así que al menos, la vida de Chen no es tan insegura...
pero, ¿qué pasa con otros activistas como él que aún se encuentran en China,...
y que no captaron la atención mediáticca mundial lanzándose a una embajada?
Devuelvan nuestras voces.
Ilustraciones de Liv Bargman
Edición de Sydney Fordham
Producido por Richard Walker