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Buenas noches. Les hablaré de cómo la religión está dando forma a la identidad italiana
y he dicho italiana. Quisiera por ahora iniciar con una profecía del Corán
que me gusta mucho. Esta profecía dice: "El sol nacerá al oeste",
es una profecía que ilustra una de las señales que el musulmán fiel encontrará antes
del Juicio Final. Una de las señales es el mismo Sol, que es vez de nacer al este,
nace al oeste, en occidente, así que a partir de ahí sabemos que el mundo pronto se enfrenterá
al Juicio Final. En realidad yo no conocía esta profecía: la vine a conocer justo
mientras hacía una investigación en el campo, como antropóloga en la comunidad inmigrante
de fe musulmán en Turín (que es mi ciudad de residencia, pienso que se note también
por mi acento piemontés). Esta investigación se venía haciendo en los barrios de Porta Palazzo
que históricamente - probablemente alguno de ustedes lo habrá oído mencionar -
es para Turín el barrio de frontera: antes se acogían en Porta Palazzo a los
inmigrantes del sur del país, hoy tenemos en Porta Palazzo 55 etnias representadas.
Es un mercado. Se vende pescado, hay distintos negocios, pero sobretodo es un lugar de encuentro:
ahora hay una mezquita en Porta Palazzo, un lugar de encuentro para tantos inmigrantes.
Pero yo diría que tiene una alma oriental, en el sentido que en Porta Palazzo se siente
como si dentro hubiese una qasbah, por lo tanto el grupo étnico predominante es seguramente el de habla árabe.
Fui a entrevistar a un joven marroquí, de unos 23 años, Ismail.
Para nosotros los antropólogos, estas personas son llamadas "informadores". Personas que
median entre el objeto de nuestra investigación y nuestro inicio,
por lo cual es una persona que habla la lengua. Yo no hablo árabe (aunque de todos modos
en Irán se habla el persa) y entonces una persona que hable italiano y que pudiera informar
sobre cómo viven estos jóvenes marroquíes en Turín (él es graduado en economía y comercio)...
y mientras hablábamos del futuro, de las esperanzas, de cómo se vive desde joven marroquí
estudiante en Italia, me citó esta profecía: "Il sol nacerá al oeste". Pero atención:
no se refería a que veremos el Juicio Final porque el sol está naciendo al oeste. Lo que
quiso decir fue: mira que el Sol (que sería la religión islámica) está volviendo a nacer
justo al occidente. Y tengo que decir que he pensado mucho en esta frase,
realmente no podía entender qué quiso decir. Al final me di cuenta que tal vez
la intención fue decir que las nuevas generaciones crecidas en occidente,
pero de origen islámico, están inyectando en la religión una nueva fuerza
que no es de tipo político, como aquella que conocimos al inicio de los años 70,
sino de tipo espiritual. Los actores de esta nueva fuerza espiritual inyectada
en la sociedad italiana son los G2 - una bonita sigla que se escucha quizás a menudo
también en los medios de comunicación, los G2, jóvenes de segunda generación. Hay una en frente de ustedes.
En realidad, la verdadera definición es: personas que han completado su ruta de migración
antes de cumplir los 18 años. Pero pueden ser también personas nacidas y crecidas
en el país que los acoge. Atención: no son la segunda generación de inmigrantes
sino la segunda generación de la inmigración. Hay una diferencia: quiere decir que en Italia
la inmigración desde países extranjeros ha completado una ruta, una
ruta social por la cual hoy se encuentra la segunda generación, también estamos en la tercera
y entonces vemos en esta foto los niños que en las clases - en las escuelas italianas
los estudiantes extranjeros son cada vez más.. podemos ir hacia adelante... pero en realidad
podemos decir que la inmigración en Italia es un fenómeno absolutamente joven, como ven
el 27% de los inmigrantes regulares en Italia son precisamente personas menores de 18 años.
Y entonces precisamente una fuerza nueva, una presencia joven que inyecta
esta juventud en nuestra nación. [Sigamos adelante]... no sólo fuerza,
no sólo juventud sino que se estaba hablando precisamente de religión. Puedo decir que
en mis experiencias (yo colaboro también con una publicación mensual de segunda generación,
llamada Yalla Italia), en mi experiencia de hecho, esta religión no está abandonada
sólo porque se crece en occidente, aunque la religión es absolutamente recuperada, vuelta a proponer
y vuelta a presentar. ¿Qué significa esto? Aquí escribí
"aliviar la tradición" ¿por qué? Porque hay elementos de la tradición religiosa,
sobre todo de parte de los musulmanes, que se recuperan pero "aliviados".
Les doy un ejemplo muy práctico: El velo islámico es un elemento del que se habla tanto,
controvertido, no se entiende bien: prohibirlo, promoverlo, aceptarlo, etc...
En realidad el velo de las chicas de las segundas generaciones no tiene nada que ver
con la tradición, es una tradición "aliviada": no se trata del velo
que se ponían las abuelas (que impararon a ponérselo como parte del vestuario),
pero no es ni siquiera el velo de los años 70s, que era un velo para todo el mundo musulmán,
muy politizado diría yo, un velo de oposición al occidente, también un velo
anticolonial. Este es un velo espiritual, en un sentido aliviado
de esta carga simbólica, pero es también precisamente más ligero para ver, es un velo
a menudo colorido que se combina con los tacones, es un velo que se acompaña también
con poca ropa, en fin, es un velo en todo sentido a la moda, bastante chic.
Pero también digo que algunas formas se endurecen. Yo tengo queridas amigas de fe musulmán
que precisamente han crecido o han nacido en Italia, que por ejemplo confiesan
que no se casarían nunca con un hombre musulmán, porque su camino espiritual
se vería en cierto sentido afectado por el hecho de convivir con una persona que no comparte
la misma fe, entonces en cierto sentido se endurecen las formas.
Durante esta famosa entrevista que hacía en Porta Palazzo, los inmigrantes
de la primera generación, que habían llegado a Italia en los años 70s, me decían: pero nosotros
queríamos casarnos con los no musulmanes, ¡a nosotros no nos interesaba nada!
Y en cambio estos jóvenes hacen de la religión casi un punto de fuerza, del cual no se puede,
es imprescindible en pocas palabras - me quiero casar con uno de mi religión.
Esto tiene que ver también con poner en escena la etnicidad, de cierta manera
van a retomar también los modos típicos de presentarse desde afuera: cómo me visto,
qué maquillaje uso, qué como. Si bien estén viviendo perfectamente como italianos.
Les presento algunos de mis entrevistados: Lubna, que es una chica de Siria,
estudia Farmacia, es absolutamente interesante porque para ella el islam de hoy
es un islam totalmente diferente al del pasado, un islam en transformación,
pero diría que existe realmente un punto clave aquí y es que se trata de un Islam que ya no es
una religión de segunda categoría en el espacio bíblico, ¿En qué sentido? Bueno, digamos que
hasta que el Islam era practicado por los inmigrantes que eran considerados ciudadanos
de segunda categoría, también la religión se convertía
en una religión de segunda categoría... bien, musulmán = religión del pobre,
religión del "vu' cumpra'", por ejemplo, se decía en los años 80. Ahora es distinto,
la generación de Lubna, que se gradua, que se graduan, hacen Master en Londres
y vienen después a cubrir puestos en el mundo del trabajo de cierta importancia,
llevándonos dentro también su religión islámica, entonces cambia
la posición de la religión en la sociedad italiana. Miren acá, para Acram en cierto sentido,
desde Sudán, redescubre el Islam porque, según él, le falta el sentido
de la comunidad en las sociedades complejas. Esta semana hemos visto tantos ejemplos de complejidad,
de cómo todo sea tan enredado: falta un sentido de orientación y entonces
para él el islam es un redescubrimiento de los valores, osea que no es un Islam,
atención, que "Oh, yo lo haría" con ponerse de una parte u otra de tipo político, repito,
es simplemente un islam redescubierto en su lado más puro, en su lado más bello, osea el
de la familia, el valor de la comunidad, del estar juntos, uno de estos, una cosa que es fundamental
para él es precisamente el Ramadan. Durante el Ramadan, así lo haga en Milán, se reencuentra dopo
con sus amigos y con sus coetáneos que son también G2 y hacen fiestas, en fin,
es una ocasión para estar todos juntos en un espacio público, que en cambio, sería vacío
de significado espiritual para ellos. He aquí otros ejemplo, Rasmea y Sara, que tienen también
visiones muy, muy espirituales del Islam, obviamente no es una religión
que les impide hacer todo lo que hacen, como decía antes, vivir una vita
italiana en todos los aspectos, pero es algo que está demostrando ser otra cosa.
En los últimos años se ha hablado del hecho que, en cierta medida, los grandes conceptos
de la sociedad estaban atravesando por una transformación, convirtiéndose en post-algo.
Con este prefijo postnación, postmoderno, postindustrial, se decía que algo
se abandonaba, para dejar espacio a algo diferente que había superado el concepto,
pero que todavía no se sabía a ciencia cierta qué cosa era, postalgo. Bueno, en realidad por las acciones,
por cómo están viviendo las segundas generaciones, este nuevo modo de ser religiosos
es evidente que el mundo postmoderno no es postreligioso, en el sentido que la religión,
que se pensaba que había sido tirada en una esquina de la esfera privada de las personas,
está de nuevo volviendo a tomar su importancia en la esfera pública, así es por ejemplo
con la celebración del Ramadan, así es también para el acto físico de ponerse un velo por
una chica joven, italiana en todos los aspectos. Adelante. Assu, por ejemplo,
es una Sufi, el sufismo es digamos el lado más ascético del Islam, es el aspecto más místico,
entre comillas. Esto no impide administrar un club nocturno justo en Turín.
Y luego tenemos en cambio, esta foto que se desprende del resto.
Tenemos la práctica Budista que es sólo para mostrarles cómo en realidad está
volviéndose cada vez más importante la religión para los jóvenes, Estos dos chicos chinos
son dos comerciantes. Tienen varios negocios de ropa, en la misma zona
de Porta Palazzo en Turín, y sin embargo todavía les gusta ser llamados como budistas, pora ellos
la religión es muy importante, es parte integral de la vida cotidiana. Ocupémonos ahora
de otro argumento, el hecho de que les haya presentado a estos jóvenes,
que de alguna manera tocan en la vida religiosa de la sociedad italiana,
son privados a menudo de la ciudadanía italiana, en el sentido que muchos de ellos
regularmente hacen las colas en la Comisaría de Policía para sacar el permiso de residencia,
a pesar de haber nacido en este país y que su lengua madre sea el italiano. Bueno, en este sentido
sucede algo a nivel antropológico, algo ocurre y es que la ciudadanía
no es algo dado por sentado, es algo por lo que hay que luchar y no sólo
se deve luchar sino que en algún momento se llega hasta a amar. Hemos hecho varios proyectos
educativos para las escuelas, donde se enseña el valor de la Constitución
y entre nuestros educadores había también chicos de segunda generación
que no eran ciudadanos italianos, pero iban a enseñae el valor de la Constitución
precisamente porque era algo que era importante para ellos, por lo que mi amiga
Sumaya Abdel Kader, que entre otras cosas es quien escribió "Llevo el velo, me encanta Queen",
una vez que este año, le dieron por fin la ciudadanía italiana (ahora tiene 32 años),
invitó a todos a una fiesta la locura, sólo para celebrar que al fin,
después de 30 años de vida en este país, se haya convertido en italiana.
Entonces es una cuestión de sentir esta ciudadanía y en un cierto modo
reconstruirla también. Atención: es un modo completamente distinto de ser italianos,
claramente es una italianidad que incluye, desntro de su ser italiano, partes de la historia
que no son necesariamente la historia que se ha tratado aquí, quizás no tenga que ver
con la historia de la Residencia, quizás ni siquiera con la del Fascismo, son historias diferentes
que nacen en otros países pero que se incluyen en esta italianidad, por lo cual concluyo
dejándoles una inquietud: probablemente en los próximos años, los verdaderos italianos, aquellos
que podrán en un cierto modo cantar la canción que cantaba Toto Cutugno
"Soy un verdadero italiano", serán los jóvenes extranjeros. Grazie.