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Soy Alfred Hitchcock.
He vivido con Psycho
desde que era un destello en el objetivo de mi cámara.
Quiero ejercitar mis derechos paternales
y revelar una serie de datos significativos
sobre este entretenimiento ligeramente extraordinario.
Esto es un libro de prensa en película,
un avance informativo del libro de prensa que ofrece una historia visual
sobre el uso y manejo de la película de Alfred Hitchcock: Psycho.
La escena tiene lugar en el teatro DeMille de Nueva York.
Toda la industria cinematográfica sabe que Psycho se exhibe
con una política de presentación especial,
una creación del sentido teatral de Paramount Pictures.
El hombre del esmoquin es Nick Justin del teatro DeMille.
Él es el director del teatro.
Es el instrumento clave de esta política.
Ahora escuchen de lo que trata esta política.
He sugerido que se vea Psycho desde el principio.
De hecho, más que una sugerencia es un requerimiento.
Esto es lo que se vio en Broadway:
"Absolutamente nadie podrá entrar en la sala
"una vez que haya empezado la película Psycho".
Se había vendido este concepto al público.
Con él, se vendía también a Psycho.
El Sr. Hitchcock les explicará por qué, como les explicó a ellos.
Esto es, por supuesto, una forma de que disfruten más Psycho.
Lo único que nos importa es que ustedes lo disfruten.
Se comenzó la campaña con anuncios incitantes en periódicos,
que atraían la atención, explicaban y vendían esta política.
La idea de "mantener la historia en secreto" complementaba esta política.
Anuncios especiales de Hitchcock, con mucha antelación,
anunciaban por qué era necesario ver Psycho desde el principio.
Al acercarse el día del estreno, otro anuncio explicaba por qué
y ofrecía un horario con las horas de las proyecciones de Psycho.
Los carteles colocados antes del estreno también tenían uno.
Los anuncios en prensa cinematográfica seguían esta política
y mostraban claramente los horarios de las sesiones.
Cuando el público venía al cine, veía a Hitchcock en persona.
Bueno, realmente no.
Pero había un policía de la agencia Pinkerton para enfatizar la historia
que los anuncios de prensa ya habían vendido.
No le Vamos a permitir hacer trampas.
Debe ver Psycho desde el principio hasta el fin para disfrutarlo totalmente.
Por lo tanto, no espere que le dejen entrar
una vez que la película haya comenzado.
Nadie, repetimos, nadie,
ni el hermano del gerente, ni el Presidente de los EE UU,
ni la Reina de Inglaterra, que Dios la bendiga.
En la prensa escrita y en la hablada
se enfatizaba la política de forma divertida.
Insisto en que no cuenten a sus amigos
los pequeños, espeluznantes secretos de Psycho
después de verlo.
También me gustaría indicarles que disfrutarán más Psycho
si lo ven empezando por el principio
y prosiguiendo hasta el final.
Los tráilers que aparecían delante de otras películas
también enfatizaban la misma idea de otra forma.
No destruya el placer de ver Psycho
iVéalO deSde el prinCipiO!
Psycho, de Alfred Hitchcock
La campaña publicitaria de prensa escrita y hablada,
la idea de la política de presentación especial,
atraía al público a los cines mucho antes de que empezaran las sesiones.
Paramount, con la ayuda del Sr. Hitchcock,
estaba preparada para venderles, informarles y entretenerles
con unos anuncios en los vestíbulos especialmente grabados.
Debo disculparme por molestarles de esta forma.
Sin embargo, esta cola y esta espera es por su bien.
Les hará apreciar los asientos que hay dentro.
También les hará apreciar Psycho. Psycho es...
Supervisar las colas de gente que iba a ver Psycho,
y todos saben en este negocio que ésa es la mejor publicidad,
fue uno de los grandes retos de la política Psycho.
Se mantenían las taquillas disponibles para vender entradas
con una cola especial para los que ya tenían entradas.
Los horarios que se anunciaban indicaban el comienzo de cada sesión,
que empezaba exactamente tras el último crédito
de la sesión previa de Psycho.
Para el teatro DeMille, de gran capacidad, había un intermedio de 25 minutos,
con tiempo necesario para que la sala se vaciara y se Ilenara de nuevo.
Este intermedio incluía un programa de cortos y de noticieros
previos a la proyección de Psycho.
En las horas punta
los cortos se reducían si era necesario.
La venta se paraba momentáneamente cuando la película terminaba.
Se dejaba entrar primero a los que tenían entradas y habían estado esperando.
La venta se reanudaba durante el tiempo restante de intermedio.
Un póster especial de Hitchcock de 2 metros de alto,
que acompañaba todas las funciones de Psycho,
mostraba la hora exacta de comienzo de la película.
Cuando los primeros créditos de Psycho aparecían en la pantalla,
la hora de la próxima sesión
se anunciaba en la puerta del cine.
Había alguna persona que Ilegaba tarde.
Los empleados del cine le explicaban la política de presentación
y le ofrecían amablemente que comprara una entrada
para la siguiente sesión de Psycho.
En Nueva York, en Chicago...
...en Boston
y en Filadelfia,
en proyecciones previas al estreno
la política de presentación especial ha demostrado su efectividad.
Lo ha demostrado de la mejor forma:
excelentes ventas en taquilla,
un público muy contento,
cientos de miles de personas que fueron al cine
y disfrutaron Psycho porque lo vieron en circunstancias especiales
que aseguraron su disfrute.
La política de presentación de Psycho Io ha convertido en algo especial,
que ha Ilevado a grandes ventas, a la propagación de boca en boca
y a la construcción de un negocio mayor para usted.
Todas y cada una de las oficinas de Paramount
están dispuestas a consultarle y hacerle socio
de este extraordinario plan
y a proporcionarle un manual detallado de todo el proceso
del uso y manejo de Psycho.
Paramount ha Ilevado el excitante espectáculo de Alfred Hitchcock
a su máximo potencial al insistir en un punto,
un punto muy importante para el público cinematográfico.
El punto es, por supuesto, que usted disfrute más Psycho.
Usted me gusta y quiero que sea feliz.
¿Qué más puedo decir?