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La bici no es todo. Quiero agradecer primero a Reinaldo Paul Berto,
autor de todas esas ilustraciones que mostraré.
Viajé mucho en bicicleta. Filmo mucho el mundo,
pero no tuve tiempo para elegir el 'cuadro' y nada mejor que el arte para ilustrar.
Siempre digo que es muy interesante cómo ilustra la bicicleta,
como retrata la bicicleta... con mucho arte.
Es autor de esa frase: "Solo la bici salva", algo en lo que yo creo,
y es más o menos de lo que hablaré, de manera un poco más ampliamente.
De niña, como todos, pensaba que la libertad de ir y venir,
mi libertad como persona, como ciudadana, me la daba un auto. Tuve uno.
Creía tenerlo todo. Pero me di cuenta de que no era así.
Que todo el mundo pensaba lo mismo, y obstruia las calles,
y rápidamente me di cuenta de que mi felicidad,
que mi libertad, no estaba en la movilidad en auto.
Mi individualidad quizá sí, pero no mi libertad de ir y venir, de pensar, de ser persona.
Rápidamente me di cuenta de que ya no hacía deporte,
que ya no hacía ejercicio.
Perdía mucho tiempo. Y perder tiempo es una cosa que me molesta mucho.
Así que fui tras una solución.
La ciudad queda totalmente imposible, inviable.
Miren en esa ilustración como todos percibimos que todo el mundo está en la avenida
y a nadie le importa, ni experimenta lo que la ciudad puede ofrecernos.
Entonces, rápidamente, descubrí la bicicleta.
Y la bicicleta fue una solución individual para mí
y pedaleando uno empieza a sentir los efectos colaterales de la bicicleta.
Y la bicicleta ante todo... rescata la escala humana.
¿Qué pasó? Epa, epa...
Rápidamente, andando en bicicleta me sentí libre,
y quedó claro, era evidente, que quien está en un auto está dentro de una prisión.
Así, la máxima revolución fue la llegada de la bicicleta a mi vida.
Y la bicicleta rescata, rápidamente, esa energía, esa sensación,
esa vivencia de nuestra infancia. Quien pedalea, es una eterna...
disfrutó el derecho de la sensación de la infancia, eternamente.
Si Freud hubiese, en vez de suspirar, hubiese pedaleado,
habría llamado a su terapia 'biciterapia',
porque la bicicleta conecta con la infancia, con las emociones.
Y tiene otro efecto colateral muy importante,
que es empezar a experimentar los problemas, a vivirlos en carne propia.
Uno pasa de la teoría a la práctica.
Todo lo que oímos aquí ahora son grandes textos teóricos.
El ciclista es ese tipo que vive la práctica.
Hablaré más sobre eso más adelante.
Lo primero que ocurre cuando uno empieza a pedalear,
es que rescata la escala humana.
El hecho de moverse con la energía propia,
el hecho de experimentar cada bache, cada olor, cada textura de la ciudad,
cada relación de la ciudad, rescata la escala humana.
Entonces uno empieza a sentirse mucho más grande, mucho más poderoso
que en un simple automóvil, que en una simple máquina.
Y logra entender la ciudad como realmente es,
la ciudad que te devora, que te consume.
Y como ciclista que pasea por la ciudad, sobrevive bien a eso.
Esa es la ciudad.
¿Para quién está hecha hoy? Para el desplazamiento de autos.
Hoy en día tomamos como normal las cosas que no son normales.
El ciclista no considera normal lo que la sociedad considera normal.
Daré ejemplos.
Por ejemplo, ¿por qué el peatón y el ciclista tienen que subir pasarelas, subir montañas,
y no pueden ir por un túnel, ni pasar por un puente?
Hay que caminar kilómetros de más, mientras
que el auto va por la estructura plana... todo, quiere decir,
el ciclista, ante todo, entiende una máxima
que es la siguiente: la fluidez en una ciudad y la ley del menor esfuerzo,
es un derecho del que se transporta con energía de propulsión propia.
Entonces, quien va a pie, quien va en bicicleta,
quien va pedaleando, en silla de ruedas, en patines, skate, o lo que fuere,
tiene que tener el derecho incuestionable, previsto en el código de tránsito,
previsto en cualquier constitución, que es el derecho de ir y venir,
de ir por la ley del menor esfuerzo.
Esa ley es la máxima que se nos niega desde la invención del automóvil.
Estamos tan acostumbrados a eso que decimos
que São Paulo es una ciudad que no es buena para la bicicleta.
Eso se debe a que São Paulo es una ciudad totalmente cortada por valles de ríos,
y esos valles de ríos fueron ocupados por autos,
y esas avenidas no son aptas hoy para la circulación de personas;
entonces dicen que la ciudad de São Paulo no sirve para la bicicleta.
¿Cómo? Si toda ella está cortada por valles de ríos, entonces,
podríamos pedalear por la ley del menor esfuerzo
prácticamente sin tener que subir montañas, en bicicleta, o caminando.
La cosa está tan íntimamente conectada, que es titular de periódico:
Auto fuera de control atropella ciclista. Auto fuera de control entra en la segunda planta de una casa.
Es como si yo dijera lo siguiente...
el editor del periódico coloca: "Auto fuera de control atropella..."
Es lo mismo que si dijese: revolver celoso mata a esposa de marido celoso.
Revolver celoso mata a esposa de marido celoso.
Es lo mismo, el auto puede estar fuera de control.
El auto cobró identidad propia. Es el que atropella...
el ciudadano que está dentro del auto le transfiere al auto el derecho, ¿no?
Entonces se dice que Marginal no es para bicicleta. La Avenida Paulista no es para bicicleta...
Una gran diferencia entre el ser y el estar. Entre la teoría y la práctica.
Las avenidas, las calles de la ciudad de São Paulo, de Brasil, no son aptas para las personas.
Deberían serlo. Y el ciclista, ante todo, es un tipo que vive su teoría en la práctica.
Es un tipo que pasa de la teoría a la práctica.
Y con eso evolucionó mucho. Y con eso es un revolucionario,
y con eso verán ciclistas en todos los movimientos de ciudadanía, de sustentabilidad.
Dondequiera que vayan, verán que hay un infiltrado.
El tipo está quietecito. Es un ciclista.
Porque es un camarada que practica eso en lo que cree.
¿Cuántos de Uds. practican lo que creen?
¿Uds. cargan la basura, la llevan a reciclar? ¿Hacen todo ese trabajo?
¿O entienden que es algo que hay que hacer?
El ciclista practica, ¿no?
Esa es la ciudad que estamos dibujando. ¿Y las personas?
Entonces los ciclistas empezamos a hablar del auto, y la gente cree que es esto, ¿no?
Creen que es ET... que es cosa de ET,
pero eso muestra el deseo, de que sea abducido.
¿Y qué pasa? El ciclista empieza a...
somos muy criticados por una enajenación...
En verdad, ¿qué haremos? El mundo está embotellado.
La gente está presa, cree que el auto está fuera de control,
que atropella a la gente y nosotros estamos allí encima, ¿lo ven?
Esa es la visión que tenemos del mundo.
Mientras todo el mundo está embotellado, luchando allí dentro, nosotros estamos bien...
y la gente cree que no existimos, y tiene el coraje
de decir que las calles no son para nosotros, ¿sí? Y ahí vamos...
Yo ya pedaleé 25 países del mundo. Este año espero terminar 27.
Ya recorrí 25 países en bicicleta y no 25 ciudades del mundo.
Ya recorrí mucho, mucho, mucho. Y puedo decir que existe una correlación directa,
intrínsecamente directa entre la manera en que las personas se tratan en las calles y su sociedad,
o del maltrato de las personas en las calles, como ocurre en Brasil, ¿no es cierto?
Es muy interesante que en Europa existe...
hablaré de Europa porque casi todos somos oriundos de aquel continente.
Pero puedo hablar de EEUU, de América como un todo, de Asia, de África,
de todos esos lugares donde pedaleé.
Pero hablaré de Europa porque Uds. entenderán mejor,
porque tenemos una raíz europea muy fuerte.
Existe un ecuador en Europa que está... imaginen una línea que pasa debajo de 'Francia',
cortando un poquito el norte de Italia.
El norte de Europa tuvo una revolución en el siglo XVI,
que fue la revolución religiosa luterana, algo muy curioso.
Lutero dijo basta. La iglesia vendía indultos y solo el sacerdote podía leer la Biblia.
Solo el sacerdote podía dar misa. Había algo de paternalismo, usurpado por la iglesia.
Lutero dijo basta, y la población empezó a adherirse a esa nueva iglesia reformada.
Cada individuo pasó a ejercer el derecho a la religiosidad en casa.
Cada padre de familia... claro, esa revolución fue para los hombres, ¿sí?
Cada padre de familia podía ser el intérprete de la Biblia y todo lo demás.
Entonces, ¿qué ocurrió?
Se crearon sociedades íntimamente ligadas al individuo y a la colectividad.
Nació una ciudadanía muy fuerte.
Países más fríos... de no haber trabajado fuertemente la cuestión
de trabajar juntos para sobrevivir, no habrían sobrevivido.
Entonces, en la siguiente diapositiva, puedo decir que países como Alemania,
específicamente... epa, epa...
Alemania, esa diapositiva es un poco diferente, no es exactamente lo que quería.
Pero en Alemania todo es ortogonal. Uno tiene segregación para todo.
Ellos son muy organizados y 'amantes de la ley'.
Si hay regla, ellos la obedecen sin cuestionar
y en primer lugar uno tendrá un país que tiene...
un área 23... caben 23 Alemanias en Brasil.
Y Alemania tiene 57 000 km de ciclovías, la misma cantidad que carreteras federales de Brasil. ¡Miren!
Todo separado. El alemán es organizado y medio policía.
Intolerante, una intolerancia que llega al extremo.
Por no decir que Lutero antes de morir escribió importantes textos antisemitas.
Entonces cuando uno dice que la organización segregacional
tiene algo que ver con las condiciones políticas que llevaron a la guerra,
no está nada desconectado. Les concedo el derecho a cuestionarme.
Porque no soy socióloga, ni mucho menos.
Digo lo que siento de la vivencia de pedalear en esos países.
El poder de la policía entre los alemanes es impresionante.
Tanto es así que si uno pisa una ciclovía en Berlín, lo atropellan a gritos.
Si uno va en bicicleta por las calles, los tipos te atropellan
como ningún taxista en São Paulo haría, ¿entienden?
Entonces, todo es tan segregado que es genial, maravilloso.
Es genial, pero no sé si es lo mío.
De ahí uno va para la divina Italia.
Esos países del sur... del ecuador europeo, es un desastre,
todo termina en pizza. Una zona enorme.
Y funciona, pero es desagradable.
Uno siempre tiene que negociar con el ómnibus, y con todo.
Uno está en medio de aquello, no te atropellarán, pero siempre es una negociación.
Uno no tiene esa calma del tránsito compartido.
Y luego hay un lugar maravilloso como Francia, que es una 'mezcla'.
En Francia son alemanes, porque son anglosajones, no son latinos.
Alemanes que hablan una lengua latina, los inventores del arte y del 'laissez faire',
no voy a explicarlo, pero el 'laissez faire' es dejar hacer, salvo que tienen ciudadanía.
Entonces es impresionante. Allí uno puede, hoy en Francia uno puede,
pasar un semáforo en rojo, en bicicleta.
Está en rojo y uno puede pasar. Es lícito. No existe contramano para la bicicleta. Es lícito.
Uno comparte el carril con los ómnibus.
El ómnibus le hará "plín-plín-plín" a la bicicleta,
y "FOM" al auto. Es impresionante.
La ciudad de Grenoble no tiene carril de peatones, porque el rey es el peatón.
Impresionante, impresionante.
Tengo que apurarme porque el tiempo se agota.
Algo que tiene en común todo el continente europeo
es la ciudadanía.
Y la bicicleta... ciudadanía y democracias fuertes, por más que tengan problemas.
No hay mal momento para la bicicleta.
Entra en todas las soluciones.
Uno tiene grandes inversiones, y la bicicleta está lista...
o totalmente segregada, o totalmente compartida.
Nadie atropella. Las personas se tratan bien.
Tienen un fuerte sentimiento de democracia y entienden que se debe incluir a las personas.
Yo asocio la movilidad facilitada para las personas con las sociedades con democracia,
con sociedades que trabajan con inclusión para resolver sus problemas,
y no con la exclusión para resolver, principalmente, la cuestión de seguridad, nuestro cuadro brasileño.
Las personas segregan, separan, no asumen y piensan que están resolviendo,
y solo están empeorando la situación.
Resumiendo la charla: La bici no es un juego.
La bicicleta es una herramienta altamente subversiva de inclusión e integración.
Es muy importante entender eso porque aquí en Brasil,
la prensa, la política pública y todo el mundo ve a la bicicleta como un juguete.
También es un juguete, porque es esa sensación de infancia que uno recicla,
piensa en su vida y empieza a resolver sus problemas a partir de su práctica,
de la experiencia que deja ese mantra cíclico, gastando energía propia.
No hay nada que alivie más las ideas que eso.
Déjame terminar que tengo unas frases de efecto que no quiero perder. (Risas)
Uh, uh, uh...
¡Epa! Es para adelante, no para atrás.
Lado derecho.
Una bici, es una frase de mi querido amigo João Guilherme Lacerda,
La bicicleta son gafas para ver la realidad social.
Créanlo. Practiquen ciclismo.
La bicicleta además de ser salud, paz, libertad, alegría, la bici es vida, es subversión.
Créanlo.
¿Esa es la ciudad que queremos? No.
Entonces, algunos mensajes para terminar.
Para que mejoremos nuestras ciudades, hay que restringir el uso del auto en el centro urbano,
fortalecer el transporte público y la bicicleta como integración.
Cuando vemos la bicicleta integrada, compartida, algo que empezó en Europa...
ahora llegó a Rio de Janeiro y va a llegar a São Paulo...
Es muy importante que entendamos que esa bicicleta compartida
es una herramienta de política pública de las grandes urbes, que integran el transporte público,
el tren no compite con el ómnibus, no compite con el metro, todo está integrado.
Y para sacar al pasajero de corta distancia que es una carga para el sistema,
éste deja los pasajeros de corta distancia... el poder público coloca bicis para esos peatones,
que ese pasajero tenga alas propias y no siga tomando transporte público de corta distancia.
La bicicleta pública, la bicicleta compartida, es una herramienta
para resolver la integración del transporte público.
Y si piensan que no va a venir la bicicleta, salga del frente porque estamos allí.
Otra cosa muy importante, quiero finalizar diciendo:
Todos, todos, el 100 % de los argumentos que dicen que no es viable la bicicleta,
que dicen que no es posible tener ciclistas y peatones,
se basan únicamente en el prejuicio y la exclusión.
Es hora de asumir que en Brasil hay prejuicios sociales
y que sus soluciones de política pública se basan en eso.
Si no trabajamos en la inclusión social, y la bicicleta es una gran herramienta para eso,
no tendremos una sociedad más justa.
No vamos a tener la seguridad que todos anhelamos
y la fluidez y la baja de estrés.
La solución es la inclusión, no la segregación.
Me gusta mucho esta tarjeta porque lo dice todo.
Respete al ciclista, al anciano, la zona peatonal, al ***, al blanco, a la mujer, al indio,
el bosque, la luz roja, al gay, el auto, al niño, al discapacitado, etc.
Con la bicicleta, cuando uno empieza a pedalear, siente en carne propia el prejuicio.
Desde que estacionamos la bici, en la forma que te recibe el portero,
y no seguiré porque eso en sí ya es muy importante.
Solo la bici nos salva del tránsito y de la mente embotellada.
Quería agradecer a Reinaldo Berto que hizo toda esa exposición de arte
que ven allí, estas tarjetas mías.
Gracias.