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Edward Mordrake fue un hombre de origen inglés con una peculiar y terrorífica deformidad.
Él poseía una cara adicional en la parte posterior de la cabeza.
Edward aparentemente nació saludable, a excepción de la patología ya mencionada. Debido a que
no se tienen muchos registros sobre el caso de Edward poco se sabe de él y de su padecimiento.
Lo que también creó una gran polémica en torno a la veracidad del caso, y pocos libros
de medicina lo mencionan. La segunda Cara de Edward no respiraba, ni
hablaba, pero se dice que era capaz de reír y llorar.
Cuando Ya era adulto, Edward suplicó a los doctores que le removieran la segunda cara,
porque decía que le susurraba cosas en un leguaje demoniaco mientras dormía, y estaba
enloqueciendo. Los doctores le dijeron a Edward que dicha
cirugía era imposible, y tomó la decisión de suicidarse cuando tenía 23 años, por
no soportar más aquella entidad diabólica que decía escuchar.
Se sabe tan poco sobre este caso, que es difícil ubicarlo históricamente, y solo quedan los
testimonios de algunas personas y médicos, y se cree que a lo largo del tiempo la historia
ha sido encantada y alterada. Lo que es cierto es que el pobre Edward se
libró de la ansiedad que lo acompañaba desde el mismo día que nació, y hay quienes dicen
que tras su muerte la cara maldita le fue extirpada, para que el pobre Edward pudiera
descansar en paz sin tener que escuchar aquellas voces infernales jamás en su eterno descanso.