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CHARADA
¡Hola!
No te disculpes diciendo que no sabías que estaba cargada.
¡Sylvie!
¿Por qué no le dices que se dedique...
...a provocar un alud o algo parecido?
Ve a jugar. Anda.
Cuando te pones a comer así, algo te ocurre.
Sylvie, he pedido el divorcio. - ¿El divorcio?
¿De Charles? - Naturalmente, es mi marido.
He intentado que todo fuese bien, pero...
Pero, ¿qué?
No puedo explicártelo, pero me siento tan desgraciada...
...que no puedo seguir así.
Si el sentirte desgraciada...
...consiguiera por lo menos engordarte...
No lo comprendo.
¿Por qué quieres el divorcio?
Porque no le quiero y él a mí tampoco.
Pero ésa no es una razón para pedir un divorcio.
Con un marido rico y vistiendo como vistes...
...no te será difícil hacer nuevas amistades.
Voy a París para evadirme del provincianismo americano...
...pero eso no quiere decir que acepte las costumbres francesas.
Detesto la idea del divorcio, de veras, Sylvie.
Pero Charles no es sincero conmigo...
...y precisamente lo que exijo a todo el mundo es la verdad.
Sin embargo, todo son mentiras y secretos.
Estoy segura de que me oculta algo...
...que debe de ser terrible y eso me asusta.
¿Es suyo este niño?
De la señora. ¿Dónde lo encontró, robando en un banco?
Tirando bolas de nieve al barón Rochen.
Gracias.
¿Nos conocemos?
¿Por qué habíamos de conocernos? - No sé, me lo ha parecido.
Conozco ya a muchísimas personas.
Hasta que haya bajas...
...no me queda lugar para nuevas amistades.
En cuanto uno de sus amigos muera, avíseme.
Cobarde. - ¿Cobarde?
Se da por vencido enseguida, ¿eh?
Venga, Louie, vamos a dar un paseo.
Nunca he visto a un miembro de la familia Rochen.
¿Qué le parece? Buena puntería.
Gracias.
Me está tapando la vista.
Lo siento. ¿Qué vista prefiere?
La que me está tapando.
Podré disfrutarla poco, regreso a París esta tarde.
¿Cómo se llama? - Peter Joshua.
Yo me llamo Regina Lampert.
¿Existe el Sr. Lampert? - Sí.
Me alegro. - No se alegre.
He pedido el divorcio. - ¿No será por mi culpa?
No. La verdad es que no lo quiero.
Por lo menos es usted sincera. - ¿Existe alguna Sra. Joshua?
Sí, pero estamos divorciados. - No ha sido una declaración.
Sólo curiosidad.
¿Está con usted su marido? - No, Charles nunca está conmigo.
¿Cómo le llama la gente, Pete?
Sr. Joshua.
He tenido mucho gusto en conocerla.
Se ha enfadado, ¿eh? - No, no estoy enfadado...
...pero he de arreglar mis maletas, regreso a París.
¿No fue Shakespeare quien dijo: Cuando dos desconocidos...
...se encuentran en tierra extranjera...
...deberían volverse a ver? - Shakespeare nunca dijo eso.
¿Cómo lo sabe? - Es horrible.
Lo acaba usted de inventar. - Sí, pero suena bien.
¿Me llamará? - ¿Su número está en el listín?
El de Charles. - ¿Sólo hay un Charles Lampert?
Eso espero.
Adiós, Sylvie, y gracias.
Cuando hayas conseguido el divorcio...
...¿piensas volver a América? - ¿No quieres que me quede aquí?
Sí, claro, pero si regresaras y me escribieras una carta...
¿Lo dices por los sellos? Te los compraré aquí.
¿De acuerdo? - De acuerdo.
Adiós.
¿Honorine?
¡Honorine!
¿Sra. Reggie Lampert?
Sí.
Soy el Inspector Edouard Grandpierre...
...de la Policía Judicial.
¿Tiene la bondad de acompañarme, señora?
Y bien, señora...
¿Está usted segura?
¿Le quería usted?
Tengo mucho frío.
Descubrimos el cadáver de su marido junto...
...a la vía del ferrocarril de la línea París- Burdeos.
Sólo llevaba puesto el pijama.
¿Conocía usted algún motivo por el que quisiera...
...marcharse de Francia?
¿Marcharse? No.
Su marido había sacado un pasaje para El Manguape...
...que zarpó de Venezuela esta mañana a las siete.
Estoy confusa.
¿Su marido era americano? - Suizo.
Suizo. ¿Qué profesión tenía?
Ninguna. - ¿Era un hombre rico?
Creo que sí, no lo sé.
¿Qué fortuna calcula usted que tenía?
No lo sé.
¿Dónde guardaba su dinero?
No lo sé.
Después de usted, ¿quién es el pariente más cercano?
No lo sé. - Eso es absurdo, señora.
Totalmente absurdo.
Lo sé, lo siento.
¿Me permite?
Por favor, no fume.
Los efectos personales de Lampert.
El miércoles pasado su marido vendió...
...todos los enseres que tenía en su apartamento...
...absolutamente todos.
Le pagaron 1.250.000 francos nuevos.
En dólares, un cuarto de millón.
Las autoridades de Burdeos...
...registraron su compartimento en el tren.
Lo registraron detenidamente...
...y no encontraron los 250.000 dólares.
Esto es todo lo que consiguieron encontrar...
...al efectuar el registro.
No había otro equipaje.
Su marido debió de salir apresuradamente.
Una cartera, conteniendo 4.000 francos.
Una agenda, la última anotación fue hecha ayer martes...
...cinco de la tarde, Jardín de los Campos Elíseos.
¿Le dice algo? - No, nada.
Quizá tenía que verse allí con alguien.
Evidentemente.
Un pasaje para Sudamérica.
Una carta, franqueada y sin cerrar...
...dirigida a usted.
¿Me deja verla?
"Mi querida Regina, espero que te diviertas mucho.
Messege debe de estar precioso en esta época del año.
Los días pasan lentamente, pero espero verte pronto.
Tuyo, Charles.
Posdata: Tu dentista llamó ayer.
Cambió la hora de consulta".
No es mucho.
Nos tomamos la libertad de llamar a su dentista...
...pensando que averiguaríamos algo.
¿Con éxito? - Sí.
Nos enteramos de que cambió la hora de consulta.
Una llave de su apartamento.
Un peine.
Una pluma estilográfica.
Un cepillo para los dientes.
Una latita de polvos dentífricos.
Eso es todo.
Si quiere firmar esta lista, puede llevarse estas cosas.
¿Puedo marcharme ahora?
Una pregunta más.
¿Es éste el pasaporte de su marido?
Sí.
¿Y éste?
No lo entiendo.
¿Y éste?
¿Y éste?
Le telefoneé, pero nadie contestó.
Hola. - Hola.
Quería decirle cuánto lo siento y preguntarle...
...si puedo hacer algo por usted.
¿Cómo se ha enterado?
Lo he leído en los periódicos de la tarde.
Lo siento mucho.
Gracias.
Toqué el timbre, pero supongo que no sonó.
No, han cortado la corriente.
Vaya, ¿han desamueblado el piso?
Charles lo vendió todo en una subasta.
Esto es todo lo que me ha dejado.
Me encanta esta habitación. Charles nunca se fijó en ella.
Sólo en las cosas que contenía.
Creo que la prefiero de esta manera.
¿Qué piensa usted hacer?
Trataré de obtener mi antiguo empleo en la EURESCO.
¿Qué hacía? - Soy traductora simultánea.
Igual que Sylvie.
Ella traduce del inglés al francés y yo al revés.
Es lo que hacía antes de casarme con Charles.
La policía creerá que fui yo quien lo mató.
¿Por ser más rápido que el divorcio?
Algo por el estilo.
Es horrible, haber terminado arrojado desde un tren...
...como si fuese un saco de patatas.
Vamos, no puede quedarse aquí.
¿Adónde puedo ir?
Le encontraré un buen hotel.
Que no sea demasiado caro.
Ya no soy una señora en viaje de placer.
Un sitio limpio y modesto y lo bastante cerca de la EURESCO...
...para que el taxi le cueste poco cuando llueva, ¿de acuerdo?
De acuerdo.
No ha venido demasiada gente, ¿verdad?
¿Es que Charles no tenía amigos?
No sabría decirte, yo sólo soy su viuda.
Y si hubiese muerto en la cama...
...no habría venido ni el inspector.
Por lo menos sabe comportarse en un funeral.
¿No sospechas quién pudo haberlo asesinado?
Hasta hace 2 días...
...lo único que en realidad yo sabía de Charles era su nombre.
Ahora ni siquiera sé eso.
Debió de conocerle muy bien. - ¿Cómo lo sabes?
Le tiene alergia, ¿no lo ves?
¡Jesús!
¿Le conoces? - Nunca le había visto.
" Arrivederci", Charlie.
¿Es usted la Sra. Lampert?
Sra. Lampert...
...Charles no debió haberlo hecho de esa forma.
No, señora.
Vaya amistades.
Le pido perdón, señora. - Gracias.
Perdón, perdón.
Perdón.
Perdón.
¿Quién te la envía?
La Embajada Americana. "Distinguida Sra. Lampert:
Le ruego pase por mi despacho mañana a las 12:30...
...para tratar algo relacionado con la muerte de su esposo.
Atentamente, H. Bartholomew".
Le gané el último "Po" al viejo con sólo un par de dieces.
¿Qué tiene eso de particular? - Que si yo le gano...
...con esa facilidad, ¿qué no harán los rusos con él?
¿Oiga?
¿Hay alguien?
¿Ocurre algo, Srta. Tompkins?
La Srta. Tompkins no está aquí.
Lo siento. Mi secretaria habrá ido a almorzar.
Usted es...
Soy la viuda de Charles Lampert.
Ah, sí.
Por favor, entre, Sra. Lampert.
Excúseme un momento, Sra. Lampert.
Estoy tratando de quitar una mancha.
Devuelven la ropa de la tintorería...
...sin quitar las manchas.
Antes me lavaban la ropa en una tintorería...
...de la calle Pont Tien.
Pero nos pidieron que utilizáramos los servicios...
...de la Embajada para facilitar el pago en dólares.
Sr. Bartholomew, ¿se ha enterado de quién soy yo?
La viuda de Charles Lampert, ¿no?
La acompaño en el sentimiento.
La última vez me devolvieron la mancha...
...en lugar de la corbata.
"Voilà", como dicen los franceses.
Siéntese, por favor.
¿Le apetece comer algo?
Tengo leverburs, leverburs, pollo y leverburs.
No, gracias.
Sra. Lampert, ¿sabe usted qué significa C.I.A.?
Supongo que no será una línea aérea.
Central de Investigaciones y Agentes, C.I.A.
¿Quiere decir espías y cosas por el estilo?
Nosotros nos llamamos agentes. - ¿Nosotros?
¿Quiere decir que usted...? - Alguien tiene que hacerlo.
Claro, aunque yo creía que ustedes no podían confesarlo.
Yo no soy agente, soy administrador.
Un empleado...
...que desde una mesa de despacho ha de dirigir...
...una organización con exceso de trabajo...
...y escasez de fondos.
El Congreso cree que lo único que un espía necesita...
Un agente.
Sí.
Que lo que necesita es un libro del reglamento...
...una píldora de cianuro, y que con eso puede ir tirando.
¿Y qué tiene que ver todo eso conmigo, Sr. Bartholomew?
El Gobierno de Estados Unidos buscaba a su marido.
¿Me permite tomar un bocadillo?
¿De pollo o leverbus?
De pollo.
En realidad, Sra. Lampert, era este departamento...
...el que buscaba a su marido. - ¿Conque fue eso?
Sí. Nosotros le conocíamos por su nombre verdadero...
...Gost, Charles Gost.
Ahora, Sra. Gost...
...quiero que mire usted unas fotografías...
...y tenga la amabilidad de decirme...
...si puede reconocer...
A propósito, ¿ha visto usted ésta?
Es de mi mujer y mis hijos.
Conmovedor. - ¿Verdad que sí?
Bien, Sra. Gost... - ¿Quiere dejar de llamarme así?
Lampert es mi nombre de casada. - Discúlpeme. Sra. Lampert...
...¿quiere hacer el favor de mirar esta fotografía...
...y decirme si reconoce a alguno de estos hombres?
Espere un momento.
Con esto la verá mejor.
¡Es Charles! - Sí.
Está muy joven aquí, ¿cuándo fue hecha?
En 1944. ¿ldentifica a alguien más?
El hombre que estuvo ayer en el funeral.
El hombre alto con un traje de pana.
¿El nombre de Tex Panthollow le dice algo?
No.
¿Quiere un poco de vino? - No, gracias.
Siga mirando.
También éste estuvo en el funeral.
Aunque ahora está algo calvo. - ¿Le conoce, Sra. Lampert?
Leopold Gideon. - No.
Vea el otro.
Es una cara que no se puede olvidar.
También estuvo allí. - Herman Scobie.
¿No le había visto antes? - No, afortunadamente.
Sra. Lampert...
...me temo que está usted amenazada...
...por un gran peligro. - No comprendo qué quiere decir.
Usted es la esposa de Charles Gost...
...y ahora que él está muerto es su única pista.
Sr. Bartholomew, si intenta usted asustarme...
...le aseguro que lo está consiguiendo.
Haga lo que le indiquemos, es su única esperanza.
Desde luego que sí, pero no sé qué quiere.
Aún no me lo ha dicho.
¿No se lo he dicho?
Pues es el dinero, Sra. Lampert, el dinero.
Los 250.000 dólares que Charles Gost...
...recibió de la subasta.
Esos tres hombres también pretenden conseguirlo.
Pero ese dinero pertenecía a mi marido.
Sra. Lampert, no podría usted...
...convencer a esos hombres de eso, seguro que no.
Pues entonces, ¿de quién es? ¿De esos hombres?
Es nuestro.
Charles Gost robó 250.000 al gobierno de Estados Unidos.
Y el Gobierno quiere recuperarlos.
Pero yo no los tengo.
Eso es absurdo, Sra. Lampert.
Usted es la única persona que puede tener ese dinero.
Sr. Barholomew, si yo tuviera...
...un cuarto de millón de dólares, créame, lo sabría.
Sin embargo, Sra. Lampert, usted debe de tenerlo.
¿Quiere decir que ese dinero está escondido en algún sitio?
Un cheque certificado en una caja, en el banco...
...en un paquete en consigna... Usted busque, Sra. Lampert.
Seguro que lo encontrará. Búsquelo.
Búsquelo tan rápidamente como pueda.
Quizá no disponga de mucho tiempo.
Esos hombres saben que usted lo tiene, igual que yo.
No estará a salvo hasta que el dinero esté en nuestras manos.
¿Está claro?
Puede llamarme a este número de día o de noche.
Es una línea directa a mi oficina...
...y a mi apartamento.
Y por favor, no diga a nadie que ha venido a vernos.
Podría resultar fatal, tanto para ellos como para usted.
Le repito, Sra. Lampert, que temo que corra un gran peligro.
Lamento tener que decírselo, pero...
...recuerde usted lo que le ocurrió a su marido.
Hola.
Hola, Peter.
Por teléfono acordamos que nos veríamos en aquella esquina.
Lo siento. Oí reír a los niños y...
¿Entiende usted francés?
Ni una palabra. Aún tengo dificultades con el inglés.
El hombre y la mujer están casados.
Lo supongo, por el cariño con que ella le trata.
¿Quién es el del sombrero? - Es el policía.
Quiere arrestar a Judith por haber matado a Puth.
¿Qué está diciendo ella ahora? - Que no lo hizo.
Que es inocente.
Ya lo creo que lo hizo. - ¿Por qué tenía que ser ella?
Pues, ¿quién es el culpable? - Puth, por supuesto.
¿Puth dice usted? Creí que estaba muerto.
Está fingiendo para darle una lección a ella.
Pero él sí está muerto, yo le vi, no está fingiendo.
Alguien lo arrojó desde un tren.
Charles se había mezclado en algo horrible.
Dígame, ¿qué puedo hacer?
Permítame que la ayude.
Es un asunto que no creo que pueda solucionar por sí misma.
En primer lugar, he de conseguir animar esa cara tan bonita.
Ya lo ha conseguido.
Buenas noches, señoras y caballeros.
Buenas noches, señoras y señores.
Esta noche, como otras muchas noches...
...como saben muy bien, aquí, en el Blacky Club...
...la atracción son ustedes.
Ahora participen, damas y caballeros.
Acérquense, señoras y caballeros.
¿Qué ocurre?
Que ahora el público se convierte en atracción. Vamos.
Que tú y yo... - Todos.
Acérquense, acérquense, señoras y señores.
Escúchenme, damas y caballeros.
Presten mucha atención.
Por favor, señora, ¿quiere venir?
Habrá dos equipos y para cada equipo una naranja.
Una naranja. ¿Me han entendido?
Una naranja.
¿Qué, han comprendido?
Tienen que sujetarla con la barbilla y pasarla...
...a otra persona, pero sin usar para nada las manos.
Es una condición indispensable.
Sin servirse para nada de las manos.
Sin servirse para nada de las manos.
Preparados, uno, dos, tres.
Sra. Lampert...
¿Quién es usted?
¿Charles no le habló de mí? - No, ¿por qué?
¿No le dijo que el dinero no le pertenece a usted?
Yo no sé nada. - Sra. Lampert...
...cualquier mañana pueden encontrarla muerta en su cama.
Déjeme en paz. - Sí, Sra. Lampert, muerta.
Igual que encontraron a su marido.
¡Suélteme!
¿Qué te pasa? - Que me ha pisado.
Perdóneme. - Espérame aquí, no tardaré.
Fue sin querer.
Sr. Bartholomew, soy Regina Lampert.
Sr. Bartholomew, he visto a uno de esos hombres.
¿Oiga? ¿Me escucha usted?
Sr. Bartholomew, soy Regina Lampert...
¿Qué tal?
¿Qué quiere usted? - Está usted despistando.
¿De qué me habla?
Vamos, Sra. Lampert.
Usted sabe lo que busco y me lo va a entregar.
No me gusta perder el tiempo.
No se lo advierto más.
¡No, por favor, no! - No grite usted, Sra. Lampert.
Soy capaz de hacer algo peor que esto.
Ese dinero me pertenece.
Y usted me lo va a entregar...
...o su vida tendrá menos valor que la de su marido.
¡No!
Entiende lo que le digo, ¿verdad?
¡Por favor, no!
Ahora vaya a su casa y medítelo con atención.
¡Está completamente loco!
¿Qué te pasa?
¿Qué haces aquí dentro?
Pasando un horrible ataque de nervios.
Ya te has calmado. Dime qué ocurrió en la cabina telefónica.
No sé si debo decírtelo o no. - ¿No confías en mí?
Me dijeron que si decía algo podría resultar fatal...
...para ellos y para mí. - ¿Quién te lo dijo?
Eso es lo que no puedo decir.
Lo único que dices son tonterías.
No me apabulles. Todo el mundo me apabulla.
No te estoy apabullando.
Me has dicho que no digo más que tonterías.
Que me asesinen a sangre fría no es una tontería.
¿O a ti te lo parece?
¿Quieres acompañarme hasta la puerta?
Sí, claro que sí.
Este ascensor es muy acogedor.
Me dijiste que tu marido estuvo mezclado en algo horrible.
¿Cómo te afeitas aquí?
¿Qué era?
¿Que era qué?
¿En qué estuvo mezclado tu marido?
Ya sé que es difícil para ti, pero...
...¿no podrías pensar por un momento...
...en que tú eres un hombre y yo...?
Podrían detenerme por llevar a una menor de edad...
...más arriba del primer piso.
Ya hemos llegado.
¿Adónde? - A la calle donde tú vives.
¿Y si diéramos otra vuelta a la manzana?
¿Y si nos apeásemos aquí? Anda, niña, vamos.
¿No quieres entrar un momento? - No, no quiero.
No te morderé, ¿sabes?
A no ser que me des motivos.
A ver si te doy una paliza.
A ver si te doy un puñetazo en la nariz.
Deja de tratarme igual que a un crío.
Te comportas como si lo fueses.
Si quieres explicarme lo que te preocupa, te escucharé.
Si no, me voy a dormir.
Sabes qué te pasa a ti.
No, ¿qué?
Nada.
¿Dónde está, señora?
No lo sé.
Lo quiero.
Démelo.
¡Es mío!
¡Peter!
¡Peter, un hombre ha intentado matarme!
Espera.
¿Peter?
¿Peter?
Peter, ¿estás bien?
Peter, ¿estás herido?
El que está herido es mi orgullo.
¿Cómo estás tú?
Asustada.
Ya se te pasará.
¿Adónde ha ido?
Supongo que habrá salido por la ventana.
Cierra la puerta y no dejes pasar a nadie más que a mí.
Y cierra también la ventana cuando yo haya salido.
Ten cuidado.
Me has quitado esas palabras de la boca.
¡Anicette! - ¿Qué te ocurre, Pamela!
Ha vuelto a suceder lo mismo que antes.
Un hombre me ha mirado por el balcón entreabierto y se ha ido.
Debe de tener buen gusto.
Cometiste una imprudencia, Herman.
Siempre con tus estupideces.
Si nos hubieras dicho que ibas a subir a su habitación...
...hubiéramos hecho algo para entretenerlos.
¿Cómo se te ocurrió meterte ahí solo y a estas horas?
¿Qué esperabas que hiciera esa chica, saludarte amablemente...
...y darte la mano? - Una imprudencia, Herman.
Una imprudencia.
Sí, fue una imprudencia, Herman.
¿Qué te ha pasado, muchacho? - ¿Quieres seguir recibiendo?
Ya está bien, no discutáis. ¿Conseguiste el dinero?
¿Con los tres hermanos Marx...
...respirando detrás de mi cogote?
Creí que habíamos llegado a un acuerdo.
La chica confía en mí.
Si ella tiene el dinero, yo lo averiguaré.
Pero tenéis que dejarme trabajar.
Nosotros nos arriesgamos.
Por lo tanto el dinero nos pertenece a nosotros y no a él.
No seas infantil, Herman.
Una tercera parte de nada es nada.
Pensad en eso, pero decidíos ya.
Ella me está esperando.
No creo que el esperar otras 24 horas pueda perjudicarnos.
Claro que no, después de esperar durante años.
Entonces dádselo de vuestra parte, no de la mía.
No de la mía.
¿Alguno de los dos tiene la habitación contigua...
...a la de ella? - Yo sí, ¿por qué?
Dame la llave y búscate otra, en ésa me instalaré yo.
Si por casualidad encuentras la pasta...
...no te olvidarás de comunicarlo a tus compañeros...
...¿verdad? - No te preocupes.
No me preocupo.
Pero este hombre tan nervioso sí que está preocupado.
Y él es aún peor que yo.
¿Quién es? - Soy yo, Peter.
No dejó ningún rastro.
¿Por qué no confías en mí y me cuentas todo lo que te pasa?
Hay tres hombres.
El es uno de ellos, que creen que tengo...
...un cuarto de millón de dólares que les pertenece.
Sigue. - Eso es todo.
No, no lo es. ¿Dónde está el dinero?
No lo sé, Peter.
Cuando mataron a Charles, no lo llevaba con él en el tren.
Y ellos creen que te lo dejó a ti.
Pero no es verdad, y si no consigo encontrarlo...
...esos hombres me matarán.
No, no lo harán. No les dejaré.
Peter, eres la única persona en quien confío.
Te ayudaré.
Ya te dije que lo haría y lo haré.
Tengo tanta hambre que estoy desfallecida.
He mojado tu traje.
Se secará en un momento.
Enjúgate las lágrimas.
Prométeme que jamás me mentirás.
¿Por qué las personas tienen que mentir tanto?
Normalmente porque desean algo...
...y temen que con la verdad no lo conseguirían.
¿Dices mentiras tú?
¿Diga? - Sra. Lampert, soy Scobie.
El hombre que estuvo en su habitación hace un rato.
¿Qué quiere usted? - ¿Quién es?
El hombre con quien te peleaste. - ¿Está Dyle con usted?
¿Quién? - El hombre que luchó conmigo...
...en la habitación de usted se llama Dyle.
Dígame, ¿está ahí aún?
Sí.
En efecto.
¿Qué está diciendo?
No debe usted fiarse de él. No le cuente nada.
También va en busca del dinero.
¿De qué habéis hablado?
Ha dicho...
...que si no le doy el dinero pronto, me matará.
No lo tomes en serio.
Sólo trata de asustarte.
Es capaz de hacerlo. - No, no son más que palabras.
Estoy asustada.
Trata de dormir un poco, te encontrarás mejor.
No te preocupes, he pedido la habitación contigua a ésta.
Así estarás acompañada.
Si necesitas algo, golpea en la pared.
Cierra la puerta con llave.
Buenas noches.
Estoy muy serena, Sr. Bartholomew.
Lo que trato de decirle es que hay alguien más.
¿Qué? - Alguien que no estaba...
...en aquella fotografía que usted me enseñó.
Se hace llamar Peter Joshua.
Pero en realidad se llama Dyle.
¿Me ha oído usted, Sr. Bartholomew?
Sí, Sra. Lampert.
No sé quién es ese tal Dyle, pero es posible que...
...estemos sobre la pista del hombre que mató a su marido.
¿lnsinúa usted que pudo haber sido...?
Sr. Bartholomew, saldré en el próximo avión.
No voy a quedarme aquí esperando...
...a que esos asesinos me maten.
Tranquilícese, Sra. Lampert, tranquilícese.
¿Dónde está ahora? ¿Puede esperarme en el mercado?
¿En Leal? - Sí, enfrente de Sarestas.
Estaré allí dentro de 15 minutos.
Está bien. No me haga esperar, por favor.
Tenga. Vaya al "Porto". Rápido.
Siga a ese taxi.
¿La siguieron? - Sí. Dyle.
Pero conseguí despistarle. Creo que las mujeres...
...somos los mejores espías.
Agentes.
Dyle llevaba un arma, Sr. Bartholomew.
No. - Pero yo lo vi.
No, ése no es Carson Dyle. - ¿Carson?
Sólo existe un Dyle relacionado con este asunto, Sra. Lampert.
Y es Carson Dyle.
¿Conocía usted la existencia de ese individuo?
Como para convertirse en vegetariano, ¿verdad?
Quizá yo acabe igual que esos pobres animales.
Abierta en canal.
¿Por qué no me dijo usted que sabía lo de Dyle?
Creí que no tenía importancia, Dyle está muerto.
Sr. Bartholomew, ¿qué clase de broma es ésta?
En el año 44, 5 miembros de la O.S.S...
...la Unidad Militar de Espionaje...
...recibieron órdenes de trasladarse...
...a la retaguardia alemana...
...con la finalidad de entregar 250.000 dólares en oro...
...a la resistencia francesa.
Los 5 hombres eran, por supuesto...
...su marido, los 3 tipos que se presentaron ayer...
...en su funeral y Carson Dyle.
En lugar de entregar el oro, lo robaron.
¿Qué hicieron con él? - Lo enterraron.
Y luego dijeron que los alemanes lo habían cogido.
Lo acordado era regresar después de la guerra...
...recuperarlo y dividirlo en cinco partes.
Un cuarto de millón de dólares a repartir entre los cinco.
Por favor, ¿quiere darme un cigarrillo?
No resisto los filtros.
Es como tomar café a través de un velo.
No tuvieron ninguna dificultad, hasta después...
...de haber enterrado el oro.
Pero antes de que pudieran e´scapar...
...cayeron en una emboscada de una patrulla alemana.
Una ráfaga de ametralladora hirió a Scobie...
...en la mano derecha.
Y alcanzó a Carson Dyle de lleno en el estómago.
Después...
¿Por qué hace eso?
No me he dado cuenta. ¿Qué ocurrió luego?
¿No tiene idea de lo que cuestan estos cigarrillos aquí?
Por favor, Sr. Bartholomew, ¿qué ocurrió después?
Carson Dyle murió.
Pero Scobie tuvo más suerte y pudo escapar.
Y entonces... - ¿La sopa para quién?
Para mí.
¿Dónde estaba? - Carson Dyle había muerto.
Sí, los otros consiguieron regresar a la base...
...y esperaron a que terminara la guerra.
Pero Charles no tuvo tanta paciencia como los otros.
Regresó adonde habían escondido el oro...
...lo desenterró y desapareció.
Gideon, Tex y Scobie han tardado todo este tiempo...
...en volver a encontrarle.
Pero si robaron todo ese dinero, ¿no los puede usted arrestar?
Sabemos lo que ocurrió por informes sueltos...
...que hemos ido recibiendo, pero faltan...
...pruebas definitivas.
¿Pero qué tiene que ver todo esto con la C.I.A.?
La C.I.A., Sra. Lampert...
...es una ramificación de la O.S.S. creada durante la guerra.
Era dinero del Gobierno y debo recuperarlo.
Lo siento, Sr. Bartholomew, pero lo que me ha contado...
...no me hace cambiar de idea.
Me marcho de París esta noche.
Yo no se lo aconsejaría, Sra. Lampert.
Recuerde lo que le ocurrió a su marido...
...cuando trató de huir.
Esos hombres no estarán lejos de usted vaya donde vaya.
En realidad, no veo la necesidad de cambiar de residencia.
Por favor, ayúdenos usted, Sra. Lampert.
El Gobierno necesita su colaboración.
Bueno, si han de matarme de todos modos...
...me sacrificaré por mi país. - Eso ya está mejor.
En primer lugar, nos interesa descubrir quién es ese hombre...
...que se hace llamar Dyle.
Usted puede averiguarlo.
¿Yo, por qué yo?
Usted se encuentra en una situación ideal.
ÉI se fía de usted.
Además, usted misma dijo...
...que las mujeres son mejores espías que los hombres.
Agentes.
Perdón.
Señorita.
¿Por qué me sigue usted? Haga el favor de no molestar.
No sea impertinente.
¿Cómo estás? ¡Cuánto me alegro de verte! ¿Cuándo llegaste?
Esta es una ciudad preciosa, ¿verdad? ¿Te diviertes mucho?
Señorita.
Señorita.
Si no deja usted de seguirme, llamaré a la policía.
¡Taxi!
Dyle, por favor. D- Y- L- E.
Sí, Sr. Dyle, le recuerdo.
No, lo siento, Sr. Dyle.
Hoy no hay nada. - Gracias.
Sr. Dyle, por favor, le llaman al teléfono.
Sr. Dyle, cabina número 4.
Sr. Dyle, cabina número 4, por favor.
¿Diga? - Buenos días, Sr. Dyle.
¿Reggie?
Yo no tengo más que un nombre, ¿y tú?
Bueno, me has descubierto, ¿qué quieres saber?
¿Por qué me mentiste?
Tuve que hacerlo.
No sabía que estabas enterada de todo.
Estoy tratando de averiguar quién eres tú.
Ya sabes mi nombre, Dyle. - Carson Dyle está muerto.
Sí lo está. Era mi hermano.
¿Tu hermano? - Sí, el ejército cree...
...que lo mataron los alemanes, pero yo creo que lo hicieron...
...Tex, Gideon, Scobie y tu marido.
Me consta que mi hermano no quería tomar parte en su plan.
ÉI les amenazó con delatarles y ellos le mataron.
Estoy intentando probarlo.
Crees que trabajo con ellos, pero no es así.
Estoy de tu parte, y quiero que me creas.
No puedo creerte, me mentiste igual que Charles.
Después de prometerme que no lo harías.
Aunque yo quiero creerte, Peter.
Ya no puedo llamarte así, ¿verdad?
Tendré que acostumbrarme a tu nuevo nombre.
¿Cómo es?
¿Oye?
¿Oye?
Si intentas hacer algo raro o hablar con alguien...
...te mataré, Dyle. - Agujerearías tu gabardina.
Suba en el otro, por favor.
Cuidado.
No te des un golpe en la cabeza.
Pasa ahí dentro.
Date la vuelta.
Ahora, siéntate.
Y ahora, ¿qué? - Esperaremos...
...con las bocas cerradas.
Lo siento, discúlpame.
Ya está. Por ahí.
Antes de entrar, ¿llamo? - Abrela.
Y sigue adelante.
Espero que la vista valga la pena.
Muy bonita.
Y ahora, ¿qué?
Temía que lo harías.
Te daré una oportunidad, Dyle.
Aunque tú no me la darías a mí.
Anda, dime, ¿dónde está el dinero?
¿Y me has hecho subir hasta aquí...
...sólo para preguntarme eso?
Ella lo tiene.
Sí, pero habéis formado sociedad.
Lo pregunto por última vez, Dyle.
¿Dónde está?
Suponiendo que yo lo tuviera, que no lo tengo...
...¿te imaginas que te lo entregaría a ti?
Un paso atrás.
Está muy alto.
Ya lo sé.
Espera, espera un momento, no te excites.
¡Herman!
¿Qué?
¿Cómo estás?
¡A ti qué te parece!
Si te aburres, escribe cien veces en la pared del edificio:
Amarás al prójimo.
Monsieur, la próxima vez...
...le ruego que use el ojo de la cerradura.
¿Eres tú? - Sí.
¿Quieres entrar? - Sí, abre.
¿No sabes que es incorrecto dejar a una persona esperando...
...al teléfono?
¿Qué te ocurrió?
Encontré a un hombre con las uñas muy afiladas.
¡Scobie!
Lo dejé colgado en lo alto del American Express.
Pasa.
Te voy a poner algo, aunque te va a escocer mucho.
Viniendo de ti, no me extraña.
Siéntate.
Oye, espera, espera. ¿Qué es eso?
Es algo maravilloso, pero escuece mucho.
Ya te lo he dicho. - Vaya.
¿Se me ha descosido algo?
No. - Qué raro.
Oye, yo sólo vine para que vieras la herida.
Estate quieto. No creo que sea grave.
Pero no podrás estar echado de espaldas durante unos días.
Bueno, tú sabes mentir en cualquier posición, ¿eh?
¡Qué graciosa! - ¿Hace daño?
¿Qué? ¿Qué? - ¿Escuece?
Soy fuerte.
¿Tienes por ahí algo que morder como hacen en el cine?
¿De veras Carson Dyle era hermano tuyo?
¿Quieres ver mi pasaporte?
Tú pasaporte, ¿y eso qué prueba? Puede ser falso.
Bueno.
¿Quieres ver dónde me tatuaron? - Sí.
Está bien, iremos allí algún día.
¿Puedo saber cuál es tu nuevo nombre de pila?
Alexander.
Tanto gusto, Alexander.
He terminado. - Gracias.
Estás como nuevo.
Lamento que el viejo no pudiera decirte toda la verdad...
...pero tuve que averiguar qué papel tenías en todo esto.
¿Existe una señora Dyle? - Sí.
Pero estamos divorciados.
Creí que el divorciado era Peter Joshua.
Es igualmente difícil vivir conmigo que con él.
Alex, ¿cómo se sabe si una persona miente o no?
No se puede saber. - Estoy convencida de que sí.
Según un viejo dicho del pueblo indio los pies blancos...
...siempre dicen la verdad y los pies negros, no.
Así que si un día encuentras a un indio y le dices:
¿Qué eres tú, un sincero pies blancos...
...o un mentiroso pies negros? Y él te contesta:
Soy un sincero pies blancos. ¿Cómo lo averiguarás?
Pues mirándole los pies.
Lleva puestos unos mocasines.
Entonces creeré que es un pies blancos.
¿Y por qué no un mentiroso pies negros?
Dime qué eres tú.
Un sincero pies blancos.
Bien, pasa.
Siéntate. - ¿Vas a mirarme los pies?
Sí.
Reggie, no seas niña. Escucha lo que voy a decirte.
Ahora viene el sermón paternal. ¿Te olvidas de que soy viuda?
También lo fue Julieta a los 15 años.
Yo no tengo 15 años. - Eres demasiado mayor para mí.
¿No puedes hablar en serio?
Has dicho la palabra horrible. - ¿Ah, sí? ¿Qué he dicho?
Serio.
Cuando un hombre llega a mi edad ésa es la única palabra...
...que jamás quiere oír. No me gusta hablar en serio.
Y oírte hablar en serio a ti tampoco.
Está bien. Nos pasaremos la vida siendo frívolos...
...¿te parece mejor?
Reggie, formalidad.
De acuerdo.
¿Qué pretendes hacer? - Ser formal.
¿Quién te dijo que hicieras eso? - Tú.
No me has dejado terminar de decirlo todo.
¿Quieres estarte quieta? - Creo que estoy enamorada de ti.
El teléfono está sonando.
No importa.
Quien sea no suelta el teléfono y yo no te suelto a ti.
Espera un momento. Toma, contesta.
¿Diga?
Lo siento.
Discúlpeme, pero...
...estoy comiendo.
Le agradecería que viniese a la habitación 46.
Aquí podrá seguir comiendo lo que le apetezca.
¿Puede usted decirme por qué he de ir?
Sí.
Tenemos a un niño de unos seis o siete años...
...que pregunta constantemente por su tía Reggie.
Es conmovedor.
Han raptado a Jean- Louis.
Voy para allá.
Oye, Tex, coge un poco al niño, ¿quieres?
Se me ha dormido la pierna. - Aquí quietecito, ¿eh?
¿Eres un vaquero de verdad? - Sí, claro que sí, de verdad.
¿Y el revólver?
¿Quieres hacer el favor de guardar eso?
¡Jean- Louis!
¿Qué tal, Sra. Lampert?
¿A él quién le invitó a venir?
Veo que aterrizaste sano y salvo.
He de llamar a Sylvie inmediatamente.
Tendrá usted que esperar un poco, Sra. Lampert.
Pero es su madre. - Antes de llamar a nadie...
...tendrá usted que contestar a unas preguntas.
Esto no es un juego, Sra. Lampert.
Queremos el dinero ahora.
¿Por qué no os calláis y dejáis en paz al niño?
Ni él tiene el dinero, ni la Sra. Lampert tampoco.
Pues, ¿quién lo tiene?
No lo sé, Herman. Tal vez tú lo sepas.
¿Yo?
O tú.
O tú.
Es lo más absurdo que jamás he oído.
Es asombroso. - Se ha vuelto loco.
Escuchadme.
Puede que uno de vosotros viera a Charles aquí, en París...
...que tropezara con él por casualidad...
...y que le siguiera cuando intentaba huir.
Hasta que por fin en el tren, lo arrojó por la ventanilla...
...y sin explicar luego nada a los otros dos...
...se llevó todo el dinero.
¿Y se quedaría aquí esperando a que los otros dos...
...se dieran cuenta? No.
Tendría que hacerlo, no lo comprendes.
Si huyese, descubriría su juego.
El que sea ha de quedarse aquí fingiendo buscar el dinero.
Esperando que los demás nos demos por vencidos y lo dejemos.
Está tratando de despistarnos, ellos tienen el dinero.
Registraremos sus habitaciones.
No tenemos inconveniente. - Entonces no perdamos tiempo.
Vamos allá. - Mientras esperamos...
...registraremos las vuestras. - La mía no.
¿Por qué, Herman?
¿Es que ocultas algo en ella?
Entonces, no hay nada que objetar.
Aquí tenéis mi llave. - Yo iré delante.
Mi habitación está abierta.
Espera, tu llave.
Pónganse cómodos, como si estuvieran en su casa.
Anda, vamos a trabajar.
Ven, Jean- Louis. Ven conmigo.
¿Quién crees que es culpable? - Scobie. Se opuso al registro.
Muy bien.
Registraré la habitación de Tex y la de Gideon.
Lleva a Jean- Louis contigo y cierra la puerta con llave.
Vamos, Jean- Louis, en busca del tesoro.
Tex...
Son cosas de Charles. - Así parece.
¿Llamamos a Herman? - ¿Para qué?
Si lo que buscamos no está aquí, ¿para qué molestarle?
¿Y si está?
¿Para qué molestarle?
¿No falta nada? - No. Todo está aquí.
La policía, amablemente, nos ha dejado una lista.
Aquí no hay nada que valga un cuarto de millón de dólares.
A no ser que estemos ciegos.
Lo único que me consta es que robamos...
...una gran cantidad de dinero y que hasta ahora...
...no he visto ni un centavo.
¿No estaremos buscando ese dinero en vano?
¿Por qué dices eso?
Supón que uno de nosotros lo tiene, como dijo Dyle.
Eso sería muy desagradable...
...teniendo en cuenta que los cuatro somos compañeros.
Vamos, Tex. Tú sabes que si yo lo tuviera, te lo diría.
Naturalmente. Y yo haría lo mismo.
Naturalmente. Y creo que Herman también.
Naturalmente. - Naturalmente.
Sí, el niño está bien, Sylvie.
Pero ven tan pronto como puedas.
Adiós.
Dime, si tuvieras un tesoro, ¿dónde lo esconderías?
Lo enterraría en el jardín.
Estupendo, pero aquí no hay jardín.
En casa tampoco tenemos. - No tienes.
Si tuvieras que esconderlo en esta habitación...
...¿dónde lo pondrías?
Ahí arriba. - ¿Encima del armario?
Oye, sabes...
...que puede que hayas acertado.
Espero no encontrar ninguno de esos bichitos que viven...
...en sitios como éste.
Aquí hay una maleta. Pesa mucho.
¡Lo he encontrado, lo he encontrado, lo he encontrado!
No digas "lo he encontrado". Di "lo hemos".
¡Lo hemos encontrado, lo hemos encontrado! ¡El tesoro!
¡Lo hemos encontrado!
¡Lo hemos encontrado!
¿Lo has encontrado? - No.
¿Cómo qué no? - El niño lo estaba gritando.
Ahí arriba, está ahí arriba.
Créanme, no hay nada ahí arriba.
¿No?
Vaya, una mano de repuesto de Herman.
¿Dónde está él?
Registrando mi habitación.
Será mejor que lleves el niño al pasillo.
¿Quién habrá sido capaz de hacer una cosa así?
No estoy muy seguro.
Bueno, pero ésta no es mi habitación.
Ni la mía.
A la policía esto no le va a gustar en absoluto.
Podríamos sacarlo de aquí.
Sacarlo y llevarlo hasta su habitación.
No tiene tan mal aspecto.
Pobre Herman.
Hay que reconocer que nunca tuvo mucha suerte.
Quizá ahora su cuerpo se reunirá con la mano que perdió.
Un hombre ahogado en su cama.
Imposible.
Y con el pijama puesto. Es el segundo que muere en pijama.
Demasiado absurdo.
Será mejor que no me mientan.
Mi nariz me indica cuándo la gente miente...
...y nunca se ha equivocado, ni una vez durante 23 años.
Con esta nariz espero llegar a Comisario.
Sr. Dyle o Sr. Joshua, ¿cómo se llama?
Dyle. - Sin embargo...
...usted se inscribió en Messege con el nombre de Joshua.
¿No sabe usted que va contra la ley...
...inscribirse con un nombre falso?
No, no lo sabía.
En América están cansados de hacerlo.
Ninguno de ustedes podrá salir de París...
...hasta que este asunto esté resuelto por completo.
Y les advierto que les estaré vigilando.
Todavía se usa la guillotina en Francia.
Siempre que he tenido oportunidad de ver bajar...
...la cuchilla, he notado una ligera sensación...
...de cosquilleo en la nuca. Es algo muy desagradable.
Imagínense lo que sentirá el ajusticiado.
Espero que ninguno de ustedes tenga la ocasión de comprobarlo.
¿Quién crees que lo hizo? ¿Gideon?
Es posible.
¿O Tex? - Es posible.
No me ayudas en nada. - Tienes razón.
¿Puedo tomar uno de esos? - De esos, ¿qué?
Yo creo que fue Tex. - ¿Qué?
Vainilla y chocolate, por favor.
¿Por qué crees que fue Tex?
Porque sospecho de Gideon...
...y el culpable siempre es el menos sospechoso.
Las mujeres creéis que es más femenino pensar ilógicamente.
¿Lo que he dicho no te parece lógico?
Has dicho que el culpable es siempre el menos sospechoso.
Tú sospechas de Gideon, luego el culpable es Tex.
Y si Tex es el culpable, ¿por qué sospechas de Gideon?
No podemos pensar de otra manera.
¿Quiénes? - Las mujeres.
¿Sabes que siento cierta compasión por Scobie?
¿No crees que todos deberíamos ser iguales que él?
¿lguales que Scobie? - No, que Gene Kelly.
¿Recuerdas cómo bailaba por aquí en "Un americano en París"...
...sin importarle nada del mundo?
Está muy bueno, ¿quieres un poco?
No, gracias.
Lo siento. - No, creo que no lo sientes.
Dame.
Perdona.
Alex, tengo miedo.
Sí, lo sé.
No existía ninguna razón para matarlo.
Seguramente alguien pensó que cuatro partes eran demasiadas.
¿Y qué te hace suponer que ese alguien se conformará con tres?
Lo querrá todo, Alex.
Y eso significa que también le estorbamos.
Es cierto.
Hemos de hacer algo rápidamente.
En cualquier momento intentarán asesinarnos.
¿Tú harías una cosa así?
¿Qué? ¿Asesinar a alguien? - No, bajar de allí...
...por una cuerda para salvar a la mujer amada...
...igual que el jorobado de Notre Dame.
Está muy alto.
No tardes en arreglarte, me muero de hambre.
Dime qué vas a comer y me pondré un traje...
...que haga juego con el menú.
¿Qué quieres? - Abra en nombre de la ley.
Soy el detective del hotel.
Eres una pesada.
¿Me dejas entrar?
No, voy a tomar un baño.
¿No sería mejor que lo tomaras aquí?
¿Por qué?
Yo en tu lugar no usaría esa bañera.
Además no quiero estar sola, tengo miedo.
Si te ocurre algo, llámame y acudiré.
¡Reggie!
Te engañé.
¿No conoces el cuento de aquel que siempre decía:
Que viene el lobo?
La ducha está ahí dentro.
Vamos, Reggie. Abre la puerta.
Esta es una situación ridícula. Hay docenas de hombres...
...que desearían una invitación como ésta.
No sabes lo que dices. - Atrévete.
Estás chiflada.
¿Qué estás haciendo? - Quitándome los zapatos.
¿Has visto a alguna persona...
...que se *** con los zapatos puestos?
Suelo cantar un popurrí de viejas canciones...
...mientras me ducho.
¿Tienes alguna preferencia? - Cierra la puerta.
Temo que no recuerdo ese título. Lo siento.
Cierra la puerta.
¿Por qué? Pasa a mirarme.
Se seca por sí solo.
¿Y siempre te duchas así vestido?
Sí, el fabricante de esta tela lo recomienda.
No puedo creerlo. - Sí, ahora verás.
En la etiqueta lo pone, en letra pequeña.
Llevar este traje durante el lavado protege la forma.
A prueba de agua.
Acro- nylon, fibras resistentes.
Plástico, a prueba de óxido, de fuego y a prueba de bomba.
¡Estás chiflado! - Y a prueba de chiflados.
¿Sí? - Sra. Lampert.
Soy Bartholomew. He hablado con Washington, Sra. Lampert.
Siga, Sr. Bartholomew. Le escucho.
Me he informado acerca de ese hombre que dice ser...
...el hermano de Carson Dyle.
Les pregunté qué sabían de él y me dijeron que...
Lo que le diré no le gustará, Sra. Lampert.
Que Carson Dyle no tenía hermanos.
¿Sra. Lampert? - ¿No existirá un equívoco?
En absoluto. Por favor, tenga cuidado, Sra. Lampert.
Adiós.
Verás cómo el traje quedará seco en un momento.
¿Te ha ocurrido algo?
Probablemente estás débil de no comer.
Hoy sólo has comido cinco veces.
Diré que me planchen el traje rápidamente...
...y te llevaré a cenar. - Vayamos a un sitio...
...donde haya mucho público.
Esto está húmedo todavía.
No has dicho ni una palabra durante 20 minutos.
Estaba pensando en Charles, en Scobie...
...y en quién va a ser el próximo.
¿Yo?
Supongo que no sabes quién es el asesino, ¿verdad?
No, aún no.
El que quede con vida al final tendrá...
...todos los triunfos en su mano, ¿no te parece?
¿lnsinúas que yo pude haber matado a Charles y a Scobie?
¿Y qué quieres que te diga, que tú serás la próxima víctima?
Quizá puedas decírmelo.
No consigo entenderte.
Primero me obligas a usar tu cuarto de baño...
...y ahora me acusas de ser un criminal.
Carson Dyle no tenía ningún hermano.
Te lo puedo explicar si quieres escucharme.
De todas formas, no puedo escapar de aquí...
...sin tener alas, ¿verdad? - Bien, escucha atentamente...
...la historia de mi vida. - ¿La verdadera u otra falsa?
¿Por qué no pruebas a callarte? - Me callo.
¿Vas a escucharme? - Empieza.
Muy bien.
Cuando yo era joven...
...mi padre quería que le ayudara en su negocio.
Era fabricante de armazones de paraguas.
Un buen negocio en aquel tiempo, pero yo era un joven...
...muy poco juicioso.
Supongo que toda esa historia lleva a alguna parte.
A mí me llevó muy lejos de los armazones de paraguas.
Me quedé sin un medio honrado de ganarme la vida.
¿Qué quieres decir?
Pues que para ganarse la vida un hombre que no tiene...
...ninguna profesión, no le queda mucho que elegir.
Así que empecé a buscar a personas de ésas...
...que les sobra el dinero, incluyendo a aquellas...
...que ni siquiera lo echan de menos.
En otras palabras, eres un ladrón.
Pues no es ése exactamente el término que yo emplearía...
...pero concuerda perfectamente con lo que soy.
No puedo creerlo, no puedo.
Comprendo que te sea difícil.
Lo que no puedo creer es que a pesar de todo te creo.
Así que despido a Alexander y doy otra vez la bienvenida...
...a Peter Joshua. - Lo siento, mi nombre es...
...Adam Canfield. - ¿Adam Canfield?
Maravilloso.
Has cambiado tres veces de nombre en los dos últimos días.
Ya no sé con quién estoy hablando.
Pero el hombre es el mismo, aunque el nombre no lo sea.
No, no es el mismo. Adam Canfield es un delincuente.
Y quiero saber por qué.
Sencillamente porque me gusta, disfruto con mi trabajo.
Hay pocos hombres en el mundo tan enamorados...
...de su profesión como yo. Si no, mira a tu alrededor.
Y dime, ¿existe una Sra. Canfield?
Sí, pero estamos divorciados. - Pero estamos divorciados.
Es cierto. Y ahora termina de cenar.
Me comería un caballo. - Creo que eso es lo que pediste.
No te molestes en ser tan atento conmigo...
...después de engañarme como lo has hecho.
¿En qué te he engañado? A ver, di.
Tu maravillosa manera de rechazarme.
Yo no podía resistirlo y ahora resulta que sólo...
...te interesabas por el dinero. - Es cierto.
¿Y qué quieres que te diga?
¿Que una muchacha bonita significa mucho más...
...para un viejo profesional como yo...
...que un cuarto de millón de dólares?
No, claro, supongo que no.
Aunque a veces dudo.
¿Qué?
¿No se te ha ocurrido pensar que me estoy conteniendo...
...desde que te conocí?
Deberías ver tu cara.
¿Qué le pasa a mi cara?
Que es preciosa.
Y ahora, ¿qué ocurre?
Pues que se me pasaron las ganas de cenar.
¡Adam!
No te asustes. Mira.
Esta semioscuridad te favorece.
¿Por qué crees que te he traído aquí?
Creí que me habías traído para que viese...
...cómo actúa la competencia.
No lo hacen mal, ¿eh?
A esos les enseñé yo.
¿También se hacían esas cosas en los días de tu juventud?
Claro. ¿O es que lo pones en duda?
No se permite devolver el beso, ¿eh?
No. El doctor dijo que era perjudicial para mi termostato.
Parece como si fuera la primera vez que te enamoras.
Sí, lo parece.
¿Diga?
¿Quién?
¿En el vestíbulo?
¿Ha perdido el juicio?
Pero si son las tres y media de la madrugada.
¿En serio?
Está bien, está bien. Bajaré enseguida.
¡Enciendan las luces!
¿Cómo se para esto?
Tres de ellos, y todos en pijama.
Esto es ridículo. ¿Qué es eso, una moda americana?
Y ahora su amigo, el que vive aquí...
...el que vino de Texas, ha desaparecido...
...como por arte de magia.
¿Dónde está? - Ojalá lo supiera.
Madame...
Dígame, Sr. Dyle...
...¿dónde estaba usted a las tres y media de la madrugada?
En mi habitación, durmiendo. - ¿Y usted, Sra. Lampert?
Yo también. - ¿En la habitación del Sr. Dyle?
No, en la mía.
Evidentemente, dice usted la verdad.
Pues de lo contrario, no inventaría...
...una historia tan ridícula.
Y si yo estuviera en su lugar, no dormiría en pijama.
Buenas noches.
Bueno, todo aclarado.
Tex tiene el dinero.
Ve a la cama, te avisaré en cuanto le encuentre.
¿Vas a ir en su busca ahora? - Si la policía le encuentra...
...primero, perderemos el cuarto de millón de dólares.
Adam... - Haz lo que te digo...
...y cierra la puerta con llave.
¿Diga? - Escucha, Dyle.
Sé quién tiene el dinero, amigo.
Con la muerte de los otros dos...
...mi parte ha aumentado y no voy a desaparecer...
...hasta que la consiga.
¿Dónde estás? - Vamos, Dyle.
Mi madre no tuvo ningún hijo estúpido, ¿comprendes?
De todas maneras, si quieres encontrarme...
...sólo tienes que volverte. De ahora en adelante...
...estaré siguiéndote durante todo el día.
Abre.
Creo que me equivoqué acerca de Tex y el dinero.
¿Por qué?
Acabo de hablar con él y aún anda al acecho.
Eso significa que no lo consiguió al matar a Gideon.
Solamente quedamos tú y yo. Tú has de tenerlo.
Pero he buscado en todas partes.
Tú lo sabes y no... - ¿Dónde está la bolsa de viaje?
En el armario. - Tráela.
Eres un testarudo.
Charles debía de tenerlo con él cuando Tex le mató.
Gracias.
Todo el mundo, hasta el gato, ha registrado...
...varias veces esa bolsa.
Incluso yo. - Volveremos a hacerlo.
Lo he mirado por lo menos una vez al día.
De haber algo, lo habría visto.
Está aquí. Lo estamos mirando ahora mismo.
Hay algo encima de esta cama que vale 250.000 dólares.
Sí, ¿pero qué? - No lo sé, no lo sé.
Cuatro pasaportes.
El pasaje del barco.
¿Hay algo aquí dentro? - Nada.
Un billetero.
Un peine.
Una pluma estilográfica.
¿De dónde es esa llave? - Del apartamento.
Exactamente igual que la mía.
Estoy segura de que en realidad no los necesitas.
Los necesitas.
No tiene ningún sentido.
Tampoco vale 250.000 mil dólares.
Espera un momento.
¿Qué? - Los polvos dentífricos.
¿Qué pasa?
¿Sabrías si contiene heroína por el sabor?
¡Heroína!
Heroína con gusto a menta.
Seguimos igual, nada de nada.
Será mejor que te acuestes.
Tienes que ir a trabajar mañana por la mañana.
Ya no podemos hacer nada más esta noche.
Te quiero, Adam.
Sí, ya me lo dijiste. - No.
La última vez te dije: Te quiero, Alex.
Tradicionalmente una cosecha de sémola.
Señores delegados, les agradezco su atención.
Han presentado una moción contra Gran Bretaña.
Voy allá.
Sr. Presidente, compañeros delegados...
...mi distinguido colega de ltalia.
La Delegación de Su Majestad ha escuchado con mucha paciencia...
...a los delegados del sur de Europa.
¿Está conectado? - No, puedes hablar.
¿Qué ocurre, Adam? - Nada malo.
Creo que descubrí algo interesante registrando...
...la habitación de Tex. Encontré esto hecho pedazos...
...y lo he recompuesto.
Es el recibo que Grandpierre me dio de la cosas de Charles.
No creo que tenga importancia. - No te has fijado bien.
Anoche cuando registramos la bolsa de viaje, faltaba algo.
Una agenda, que es donde se apuntan las direcciones, ¿no?
No estaba allí.
Es cierto.
Recuerdo que Grandpierre la ojeó, pero no encontró nada.
Nada interesante para la policía, por lo menos.
¿Puedes recordar alguna anotación?
Creo que había algo sobre...
...una cita que Charles había concertado.
¿Con quién? ¿Dónde? - Sólo decía el lugar.
Vamos, Reggie. Vamos, piensa.
Puede que esto sea lo que estamos buscando.
Adam, sabes que ese dinero no nos pertenece.
Si nos lo quedamos, infringiremos la ley.
Qué tontería. No hay ninguna ley que prohíba...
...robar dinero robado. - Claro que la hay, Adam.
¿De veras? - Sí.
Me parece una ley tonta. Piensa, Reggie.
¿Qué había apuntado en esa agenda?
Si no recuerdo mal, era la esquina de una calle, pero...
Cuidado, me toca a mí.
Señor Delegado...
...y nuestros colegas de Gran Bretaña.
El problema que se presenta...
...influye de manera vital a la proposición más importante...
...en la conferencia del hemisferio occidental.
De la conferencia del hemisferio occidental...
...del hemisferio occidental celebrada el 22 de marzo...
¡Espera!
Era el jueves pasado a las 5 en los jardines...
...de los Campos Elíseos. Eso es, Adam, los jardines.
Hoy también es jueves y son casi las 5. Vamos.
Disculpen, caballeros. Sigan ustedes.
¿Y ahora qué?
Son las 5, es jueves, estamos en los jardines.
Tiene que haber algo que nos dé una pista.
La cita de Charles era la semana pasada.
Pero el sitio, día y hora, son los mismos.
Lo único que sé es que hasta hace 10 minutos...
...yo tenía un empleo. - Ahora tienes otro empleo.
Deja ya de lamentarte y empieza a buscar.
Tú mira por este lado, yo echaré una ojeada por ahí.
Es inútil. Ni siquiera sé qué estamos buscando.
Por lo que veo, Tex tampoco lo sabe.
¿Tex está aquí? - Mira.
Voy a ver si averiguo algo, quédate aquí.
Ten cuidado, Adam. Ha matado ya a tres hombres.
¡Tex, espera!
¡Taxi!
Dime dónde está la carta.
La carta no tiene ningún valor.
Pero los sellos, sí. No me hagas perder más tiempo.
¡Dámelos!
Eres un inocentón.
Te crees muy listo y eres un imbécil...
...que siempre llega tarde.
Los dos fueron más listos que nosotros.
¿Qué quieres decir con eso? - Primero su marido y ahora ella.
Pestañeaba, mirándote con sus grandes ojos...
...y te convenció igual que si fueras un colegial.
¿Quieres ver el sobre?
Qué poco valor tiene ahora, ¿eh?
Mataste a tres hombres para nada.
Eres un estúpido.
Te has dejado engañar como un vulgar principiante.
Sylvie, ¿qué estás haciendo aquí?
Estoy esperando a Jean- Louis.
¿Cómo está el pequeño? - Muy contento con los sellos...
...que me diste para él esta mañana.
Dijo que nunca había visto otros iguales.
Me alegro.
¿Qué pasa ahí? - Es el mercado de sellos.
Abren cada jueves por la tarde.
Jean- Louis viene a hacer intercambios.
¡Dios mío! ¿Dónde está? - ¿Qué te pasa, Reggie?
Esos sellos valen una fortuna. - ¿Qué?
Una fortuna. Vamos.
No le veo por ninguna parte.
Nos separaremos. Búscale tú por ahí.
De acuerdo.
¡Jean- Louis!
¡Jean- Louis!
¡Jean- Louis!
¡Jean- Louis!
¡Jean- Louis!
¡Reggie!
¡Reggie!
¡Jean- Louis, gracias a Dios! ¿Tienes...?
¿Qué es esto?
Un hombre me ha dado todos esos a cambio de tres.
¿Un hombre? ¡No, Jean- Louis! ¿Quién? ¿Dónde?
Pronto, hijo. ¿Dónde?
¡Allí! - Vamos.
Se ha marchado. - Habrá que ir a su tienda.
Entre.
Monsieur Felix. - ¿Sí?
Les esperaba. Sabía que vendrían.
Mírelos, madame.
En toda su vida habrá visto usted una cosa tan preciosa.
No entiendo absolutamente nada de sellos, monsieur.
Los conozco también como mi propia cara...
...aunque nunca los había visto. Este es sueco, de 4 chelines.
Llamado Sverige Fyra Skillb.
Impreso en 1854. - ¿Qué valor tiene?
El dinero no tiene importancia.
Temo que tenga mucha importancia.
Pues quizá tenga un valor de 85.000 dólares.
¿Puedo sentarme? - Sí.
¿Y el azul?
Se llama el azul hawaiano.
El propietario de estos sellos fue asesinado...
...por un coleccionista rival para robárselos.
¿Y cuál es su valor hoy?
De 65.000 dólares.
¿Y el último? - El último siempre es el mejor.
Le chef d'oeuvre de la colección, la obra maestra.
Es el sello de mayor valor que existe en el mundo.
Se llama la Gacet Molded.
Fue impreso a mano, en papel de color...
...y firmado con las iniciales del impresor.
Hoy día está valorado en 100.000 dólares.
Yo no soy un ladrón, madame.
Sabía que existía una equivocación.
Entregó usted al niño muchos sellos a cambio de estos.
¿Se pueden comprar? - Vamos a ver.
Hay 350 europeos, 200 de Asia...
...150 de América, 10 de Africa...
...y 12 conmemorativos de la princesa Grace.
En total, 10 francos.
Y no se olvide de estos.
Gracias.
Y perdone usted.
No, por unos minutos fueron míos y con eso basta.
Adam.
Adam.
¿Diga?
Sr. Bartholomew. - ¿Sí?
Tex está muerto, asfixiado.
Y Adam lo hizo.
Los mató a todos. - ¿Está segura?
Sí, estoy segura.
Tex escribió la palabra Dyle antes de morir.
Adam es el asesino.
Espere un momento, Sra. Lampert, un momento.
Repita lo que acaba de decirme.
Son los sellos de la carta que Charles llevaba consigo.
El dinero estaba a la vista de todos, pero...
...a nadie se le ocurrió pensar en los sellos.
Corre usted un grave peligro...
...teniendo los sellos en su poder.
Así que...
...¿conoce el patio central del Palais Royal?
Sí, ¿donde están las columnas? - Eso es.
Allí la esperaré. Salga usted enseguida, Sra. Lampert.
Sí, voy ahora mismo. Adiós.
Reggie, los sellos, ¿dónde están?
¡Reggie, espera! - ¿Para que me mates también?
Tex escribió la palabra Dyle antes de morir.
Pero yo no soy Dyle, tú lo sabes.
Pero Tex no lo sabía. Tú eres un asesino.
Reggie, quiero esos sellos.
Palais Royal, deprisa. - Está ocupado.
Pero es muy urgente. - Ocupado.
Billete, monsieur.
¡Ven! ¡Ven! ¡Ven!
Embajada americana. - Oiga, embajada americana.
Póngame con el despacho del Sr. Bartholomew, por favor.
¿Quiere hablar un poco más alto? - Lo siento, no me es posible.
Por favor, Hamilton Bartholomew.
Lo siento, pero el Sr. Bartholomew ya se ha marchado.
Señorita, alguien trata de asesinarme.
¿Qué?
¡Asesinarme!
Tiene que avisar al Sr. Bartholomew enseguida.
Está aguardándome en el Palais Royal...
...en el patio de las columnas.
Dígale que soy la Sra. Lampert y que estoy acorralada...
...en la cabina telefónica de una estación del metro.
¿Diga? - Oiga, ¿Sr. Bartholomew?
Sí.
Acaban de llamarle por teléfono...
...para algo muy urgente. Una tal Sra. Lampert.
¿Lampert? No conozco a ninguna Sra. Lampert.
Ha dicho que está en una estación del metro...
...y que alguien trata de asesinarla.
¿Trata de asesinarla?
No creo que yo pueda hacer nada en un caso así.
Será mejor que llame usted a la policía francesa.
¡Sr. Bartholomew, Sr. Bartholomew, ayúdeme!
Reggie, espera.
Ese hombre es Carson Dyle.
Todos sabemos que Carson Dyle está muerto, Sra. Lampert.
Te digo que es Carson Dyle. - No va a creerle, ¿verdad?
Deme los sellos. Está intentando engañarla otra vez.
Tex le reconoció y por eso escribió Dyle antes de morir.
Si le entregas los sellos, te matará a ti también.
Sra. Lampert, si fuese Dyle, como él asegura...
...¿qué me impediría matarla ahora mismo? Piénselo.
Tendría que salir de ahí para coger los sellos...
...y no lo conseguiría. - Sra. Lampert...
...él lo único que pretende es conseguir el dinero.
Ya lo sabe usted.
Es agente secreto, le vi en la embajada.
Te digo que es Carson Dyle.
No se deje usted engañar, Sra. Lampert, no se deje engañar.
Usted sabe que Carson Dyle murió.
No sé quién dice la verdad.
Reggie, te pido...
...que confíes en mí sólo una vez más.
¿Por qué he de hacerlo?
No se me ocurre nada para convencerte de que lo hagas.
Sra. Lampert, deténgase ahora mismo o la mataré.
Así no conseguirá los sellos, Dyle.
Tendrá que salir por ellos...
...y no fallaré el disparo a esta distancia.
Para matarme se necesitan muchas balas.
En aquella ocasión me dejaron con cinco balas en el estómago.
Ellos sabían que aún estaba vivo, pero me abandonaron.
Y pasé diez meses en un campo de concentración alemán...
...sin que me dieran nada para aliviar el dolor.
Los cuatro merecían morir.
Pero yo no tuve nada que ver. - Usted tiene ahora el dinero...
...que me pertenece.
Mis compañeros sabían que aún vivía...
...pero me abandonaron y por eso tuve que matarlos a los cuatro.
Créame, Sra. Lampert...
...la mataré a usted también, uno más no me importa.
No piense más, le queda poco tiempo.
He llegado demasiado lejos para volverme atrás...
...y le juro que la mataré.
Sra. Lampert, decídase o disparo.
¡Adam!
Está bien. Sé que está usted ahí dentro, Sra. Lampert. Salga.
Vamos, salga de ahí.
No me obligue a que la mate también.
Vamos, salga.
El juego ha terminado, Sra. Lampert.
No tenías que perseguirme con tanta insistencia.
Este ya está, ahora el otro.
Lo siento, creí que eras el asesino.
¿Cómo iba a suponer que él era un embustero tan grande como tú?
¿Así me agradeces que te haya salvado la vida?
No sigo haciéndote masajes. - ¿lntentaste salvar mi vida...
...o los sellos?
¿Cómo puedes dudar de que he hecho eso para salvarte?
Demuéstramelo entonces.
Dime que vaya a la embajada mañana a primera hora...
...para entregar los sellos.
He dicho que me digas que vaya a la embajada...
Te he oído, te he oído. - Entonces, dilo.
Oye, Reggie...
Escúchame. Hay algo que me gustaría explicarte...
No importa, iré a la embajada yo sola.
El trámite burocrático de la devolución...
...le costará al Gobierno...
...más de los 250.000 dólares que valen los sellos.
Como contribuyente... - ¿Contribuyente?
Los ladrones no pagáis impuestos.
Discúlpeme, soldado... - Marino, señora.
Perdone. ¿Con quién he de hablar sobre la devolución...
...de un dinero robado al Gobierno?
Vaya al Departamento de Tesorería...
...despacho 217 , Sr. Cruikshank.
217. Gracias.
Oye, ¿te importa que no te acompañe?
Ver cómo entregas ese dinero me pondría enfermo, compréndelo.
El Sr. Cruikshank, por favor. Soy la Sra. Lampert.
Un momento.
Sr. Cruikshank, la señorita... - Señora.
La Sra. Lampert desea verle.
Sí, señor.
Puede usted pasar. - Gracias.
¡Esto sí que es el colmo!
¡Eres un cínico!
¡El hombre más embustero que he conocido!
¿Embustero?
Creí que te alegraría saber que no soy un criminal.
Has dicho tantas mentiras que ahora no sé si creerte.
¿Cómo sé que no estás mintiendo?
Aquí no se nos permite conVer´sar.
Dame los sellos.
Un momento.
¿Cómo consiguió Carson Dyle entrar en estas oficinas?
Pues cuando le viste, ¿qué hora era?
Alrededor de la una. - La hora del almuerzo.
Lo tenía todo planeado.
Poco antes de que tú llegases se metió en un despacho...
...que normalmente se deja abierto.
¿Y cómo voy a saber si éste es tu despacho?
Sra. Foster, advierta al Sr. Bartholomew...
...del Departamento de Seguridad para que...
¡Bartholomew!
...para que en lo sucesivo se cierren todos los despachos...
...a la hora del almuerzo. - Empezando por el suyo.
Ahora dame los sellos, vamos. - ¿Cuál es tu nombre de pila hoy?
Brian. - ¿Brian Cruikshank?
Por estúpida merezco quedarme con ese apellido.
¿Y quién te pide que te quedes con mi apellido?
¿Existe una Sra. Cruikshank? - Sí.
Pero estamos divorciados.
No.
Es mi madre, vive en Detroit.
Creo que simpatizaréis enseguida.
Y ahora dame los sellos. - No te los daré hasta...
...que puedas demostrar que eres Brian Cruikshank.
Un día de la próxima semana...
...firmaré la licencia de matrimonio.
No divagues. Quiero ver algún documento que te identifique.
Si falsificase una licencia de matrimonio...
...podrían meterme en la cárcel.
¡Matrimonio!
¿Licencia de matrimonio has dicho?
No cambies de conversación, dame los sellos.
Te quiero...
...Adam, Alex, Peter, Brian...
Cualquiera que sea tu nombre. ¡Te quiero!
Tendremos muchos hijos y les pondremos esos nombres.
Pero antes de empezar,¿quieres darme los sellos?