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Quiero hablar un poco de la compasión y realmente, de la importancia de la compasión.
Creo que muchos estamos abrumados y nos pasan muchas cosas,
y la tendencia es pensar en nuestros probelmas y cuestiones que, por supuesto, son importantes.
Pero realmente es cuestión de cómo lo resolvemos.
Y siento que la compasión es la manera de vencer, en cierto modo, un montón de problemas, obstáculos
la sensación de que la vida se mueve hacia adelante.
Y la compasión es increiblemente poderosa aunque, al principio, podamos pensar que la compasión es débil.
Podríamos pensar en tener compasión sólo cuando hay sitio.
Frente a las cosas que se vuelven difíciles, no parece que la compasión resulte práctica.
Pero realmente hoy quiero expresar sólo el aspecto práctico de
la compasión y cómo funciona.
En cierto sentido se trata de la mente, de la actitud que tengamos, sobre cómo tratar a los demás.
Si adoptamos una actitud compasiva, y aquí compasión significa realmente pensar
que los demás están pasando dificultades, que los demás están sufriendo, que están tensos,
enfadados sobre algo. Y la compasión consiste sólo en verles
y percatarse de que realmente ellos también atraviesan dificultades.
Y justo en ese momento cambia la actitud
al decir "Madre mía, los demás son como yo. Están pasando tiempos difíciles".
Y sólo ese pensamiento es compasión: ese momento en el que pensamos en los demás.
Y de ahí ganamos mucho; pone perspectiva en lo que hacemos.
Vemos que nuestros problemas no son tan monumentales. Vemos que los demás tienen probelmas
o que quizás estén enfermos, porque hay mucha gente enferma.
O podemos estar pasando dificultades y los demás también.
Y sólo ese cambio de actitud es tremendo.
En la tradición budista y en la tradición de meditación, decimos que la compasión
realmente proporciona felicidad a nosotros y a quienes nos rodean;
ayuda a quienes nos rodean y nos ayuda: en cierto sentido, suaviza la mente.
Cuando uno es considerado y compasivo hacia los demás,
hay una sensación de que se abre todo el entorno; se abre el cielo, brilla más el sol;
hay más perspectiva.
Y en la vida hay muchos modos; podemos ser agresivos, podemos intentar dar otro empujón.
Decimos "lo voy a hacer bien, voy a ser más agresivo".
Y realmente aquí mucha sabiduría indica que la compasión es la vía adecuada.
En tibetano compasión es ñingje o corazón noble. Ñing significa corazón,
Je significa señor; significa noble, significa algo superior, no la arrogancia
Pero realmente se trata de una especie de visión superior o más alta.
De pronto salimos de tener una mente estrecha
una mente pequeña y nos elevamos.
Y en el momento en que lo hacemos, la vida empieza a transformarse.
En lo que a mí respecta, mucha gente que respeto y por la que siento tremenda admiración
es realmente porque son compasivos y creemos que muchos podemos verlo.
No hay que esperar a que alguien sea compasivo con nosotros.
podemos ir adelante y comenzar ese proceso.
Y si podemos hacerlo, en cada instante, con una persona, con una palabra amable,
siendo generoso, protegiendo a otra persona, todo eso lleva lejos.
Y puede desencadenar una reacción, de forma positiva.
Así que creo que la compasión es la clave respecto a la suavidad, a la felicidad.
Es un sentimiento muy, muy fundamental.
Incluso cuando hablo con gente distinta o cuando estáis cansados,
hay una tendencia a centrarse sólo en uno mismo. Y la compasión puede ser ese momento,
el momento de abrirnos; uno empieza a mirar alrededor y se percata: "vivo en un mundo
en el que hay otros además de mí mismo". Se trata de ese pensamiento, de esa actitud.
Hay meditaciones sobre eso. hay un proceso de profundizar sobre eso,
pero se trata sólo de la posibilidad de que la compasión sea la clave.
La compasión puede ser algo que nos gustaría probar. Así que queda en vuestras manos.
Y os deseo mucho éxito en la senda de la compasión.