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LA ÚLTIMA PARADA DEL TITANIC
En la costa sur de Irlanda, a pocos kilómetros de la ciudad de Cork,
se halla una pequeña ciudad con una gran historia.
Fue la última parada del Titanic.
Su fama aumentó con la visita de la reina Victoria en agosto de 1849.
CREADOR DE "THE TITANIC TRAIL"
Ella aceptó el cambio de nombre de la ciudad por Queenstown.
Hoy se conoce como Cobh.
A pesar de su familiaridad con barcos grandes y viajes de aventura,
los habitantes de Cobh esperaban con expectación
la llegada del Titanic.
Pero no sólo había llegadas, también había salidas.
MARGARET RICE CON SU FAMILIA
Como la mayoría de emigrantes irlandeses que salieron de Cobh,
Margaret y sus hijos asistieron a la misa de las siete.
Y como miles de personas anteriormente, esta familia de Athlone y Spokane
se reunió en la catedral de Saint Colman in Cobh
para rezar por un buen viaje y una vida nueva en América.
A pesar de la hora temprana, había mucha gente en la ciudad.
Entre ellos, los 123 pasajeros que embarcarían en el Titanic.
Había vendedores de puestos de bebidas como este
ofreciendo té y aperitivos a quienes partían aquel día.
El jefe de correos y su personal preparaban aquí los sacos de correo
que subirían al barco con los pasajeros
en el momento de embarcar en el Titanic.
Margaret estaba de luto
tras la pérdida de su marido en un accidente de tren en América.
Utilizó una indemnización para regresar a Irlanda
y llorar su muerte con familiares y amigos
antes de emprender un viaje para empezar una nueva vida en EEUU.
Margaret y su familia figuraban entre los 113 pasajeros de tercera clase
que vinieron a la White Star Line,
en este edificio de aquí, a la espera de embarcar
en un ferry para subir al Titanic.
Después harían cola aquí para presentar los billetes
antes de acceder al muelle y embarcar en el ferry.
Los emigrantes mostraron expectación
cuando los pasajeros de primera y segunda clase y algunos dignatarios
finalmente embarcaron en el ferry PS Ireland.
Los pasajeros de tercera clase pasaron por este muelle de madera
para embarcar en los ferris,
y la familia de Margaret llegaron hasta el punto de encuentro
para la salida del Titanic a las 12 del mediodía.
Sin embargo, el sueño de una vida en el Nuevo Mundo no se hizo realidad.
La familia al completo falleció en el hundimiento.
La pérdida de Margaret y de sus cinco hijos
fue la mayor tragedia familiar irlandesa a bordo del barco.
Los habitantes de Queenstown lloraron la pérdida de todas las víctimas,
conscientes de que habían estado aquí
tres días y medio antes, en la última parada del Titanic.
Hoy Queenstown es conocida como Cobh,
y sus calles, muelles y edificios permanecen idénticos a como eran
hace un siglo cuando el Titanic paró aquí.
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