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El Camino a la Compasión
una charla de Harry Palmer
Suficiente...
Gracias, gracias.
Se sienten listos.
En la última charla de esta serie,
hablé sobre la importancia de distinguir entre
las realidades físicas basadas en la evidencia indiscutible
y las realidades personales internas que se basan en las creencias.
Y alguien dijo que
no iba a creer nada que no podría demostrarse.
Ahora, un punto de vista diferente al respecto es que
si algo puede demostrarse, debe ser parte de la realidad física,
y no habría necesidad de creer en ello.
Así que, la gran diferencia entre la realidad personal interior
y la realidad física exterior es su grado de maleabilidad.
Qué palabra.
Significa hasta qué punto puedes darle forma a o influenciar algo;
maleable.
Y puedes darle forma a la realidad personal al cambiar tu mente,
pero para darle forma a la realidad física
requiere planificación y esfuerzo.
Ahora, la buena noticia es que la gran mayoría de las cosas que
determinan tu experiencia de vida: creencias, motivaciones y metas
son elementos de la realidad personal interior.
Así que lo que estoy diciendo es que eres una criatura inteligente
que puede re-adquirir el estado de creador
respecto a tu realidad personal.
Si alguna creencia transparente
genera experiencias que no prefieres,
tienes el poder dentro de ti para cambiarla.
Puedes cambiar tus "yo no puedos" en "yo podrías si yo quisieras."
Así lo diría Popeye.
Y si has tomado Avatar® sabes que hay un proceso paso a paso para
rastrear desde las experiencias indeseables
hasta las creencias subyacentes que están generando la experiencia,
y que hay una metodología efectiva y rápida
para cambiar las creencias, si así lo eliges.
Una de las cosas que se enfatiza repetidamente en Avatar
es que la elección de lo que crees
o lo que cambias es tuya.
Y por eso empezamos estas charlas con
el camino a la responsabilidad personal.
Y parte de este viaje de responsabilidad
es el aprender a controlar tu propia mente.
Y el adquirir sabiduría acerca de cuáles creencias
conducen a las personas hacia la felicidad
y cuáles creencias conducen a las personas hacia el sufrimiento.
Ésa es la lección básica de tu vida.
Ahora, la experiencia con el universo físico conduce al conocimiento;
la experiencia con las creencias conduce a la sabiduría.
Y como lo prometí en una charla anterior,
aquí hay algunas pautas generales para elegir creencias:
Por al menos 10.000 años, y probablemente mucho más tiempo,
los hombres y mujeres sabios han enseñado que las creencias
motivadas por el perdón y la bondad conducen a la felicidad
y que las creencias motivadas por la venganza y el egoísmo
conducen al sufrimiento.
Y la historia ha repetidamente comprobado esta tesis
y la ha confirmado bastante.
Así que ésta es la primera cosa que debes considerar
al deliberadamente elegir en cuáles creencias poner tu fe
y cuáles creencias descrear.
Sólo pregunta, "¿Por qué elijo creer esto?"
Inspecciona tus propias motivaciones.
Esto se hace mejor con una determinación de ser completamente honesto.
Busca cuál fue tu motivación
en el momento antes de que eligieras la creencia
o aceptaras la creencia de otra persona.
Generalmente hablando, las creencias beneficiosas
están motivadas por la predicción de las consecuencias futuras
y las creencias perjudiciales están motivadas por
la justificación de los eventos pasados.
Digo generalmente hablando porque tanto las creencias
beneficiosas como perjudiciales
pueden ser contagiosas, pueden convertirse en adoctrinamientos
aceptados por la mayoría de una generación sin caso.
Otra cosa para considerar en manejar tus creencias
es la regla de oro:
"Haz a los demás como te gustaría que los demás te hagan a ti."
Si todos eligieran creer lo que tú crees,
¿la cantidad de sufrimiento en el mundo aumentará o disminuirá?
Y la tercera cosa,
y ésta te puede ahorrar de las emociones destructivas,
es de deliberadamente creer
que cualquier infortunio que experimentas
es el resultado de acciones que has hecho en el pasado.
Vaya.
Al principio esto puede parecer una carga demasiado grande,
o que deja exculpado a un victimario,
pero en realidad, te libera por completo del juego del culpar.
Y en el mejor de los casos, convierte tu sufrimiento en una lección.
Y en el peor de los casos, es una solución honorable de una deuda kármica.
Y cualquiera es mejor que agitarse desesperadamente
en la trampa de la conciencia de víctima.
La responsabilidad total es una creencia origen,
y aumenta la posibilidad
de autosanación y de vivir deliberadamente.
Recuerda, nadie está defendiendo la verdad de la declaración
de que tú eres totalmente responsable de todo lo que te sucede.
Es una hipótesis.
La verdad es, "no lo sé,
y tú tampoco."
Digo, la vida puede volverse rara.
Lo que sí estoy diciendo es esto:
creer que esta declaración es cierta conducirá a menos sufrimiento
que el rendirse a la idea de que eres una víctima.
Mantente dispuesto a perdonar, receptivo a los demás
y la verdad se cuidará por sí misma.
Entre las creencias autosaboteadoras,
las creencias que colocan la causa de tu experiencia de vida
fuera de tu control están en la parte superior de la lista.
Y algunas otras creencias autosaboteadoras son
las creencias que buscan la felicidad a costas de otro
o creencias que niegan tus obligaciones
y creencias que minimizan la importancia de
una conducta o práctica espiritual ética.
Y como último consejo respecto al tomar responsabilidad personal
por tus creencias es esto:
compara las consecuencias de sostener una creencia
con las consecuencias de sostener su contrario.
Cuando empecé la programación de computadoras,
una de las cosas más difíciles que tuve que aceptar
era que había muchas maneras de codificar la misma cosa.
No había una sola respuesta correcta.
Yo estaba buscando algún tipo de instrucción que dijera
así es cómo se hace, una sola respuesta correcta.
Pero lo que encontré fue que había muchas distintas maneras
de llegar al mismo resultado.
Ahora, hay pocos casos en el universo físico
donde hay sólo una manera o sólo un procedimiento
o sólo una fórmula que produzca un resultado específico.
Pero lo mismo no es cierto para la conciencia y
las 'soluciones de sólo una respuesta' deben siempre sospecharse.
Creer que sólo hay una creencia correcta conduce al
dogma, adoctrinamiento e intolerancia;
no conduce a la sabiduría.
En el universo de la mente, hay tantas respuestas correctas
como puntos de vista
y el crear sólo una respuesta es simple pereza.
También es peligroso porque te ciñe dentro de un punto de vista inflexible.
Una creencia, un punto de vista, eso es todo.
Y una de las funciones de los Wizards de Avatar es realizar
una evaluación continua de las opciones de creencias de la sociedad.
¿La vida funciona mejor si la gente cree esto
o la vida funciona mejor si la gente cree eso?
La verdad no es el asunto,
el asunto es lo que la gente cree.
Lo que, dándole vueltas al asunto,
nos trae al tema de esta charla,
que se titula "El Camino a la Compasión".
El objetivo de este camino es abrir una conexión
entre los sentimientos de la conciencia del corazón
y el poder de razonamiento del intelecto.
Los sentimientos de la conciencia del corazón:
amor, empatía, bondad, paciencia, tolerancia, etcétera,
como grupo se pueden etiquetar compasión.
Y desarrollar la compasión es
atravesar el egoísmo que domina a la razón.
La compasión significa compartir el sufrimiento de alguien.
Y es una transición de "¿Qué quiero?" a
"¿Cómo puedo ayudar?"
Una vez asistí a un retiro de meditación al norte del estado de Nueva York.
El organizador fue Swami Chod,
quien era un psicoterapeuta que había dejado su práctica
para estudiar yoga hindú.
Y el programa requería que cada estudiante meditara
desde las 6 de la mañana hasta las 9 de la noche.
Y se permitían descansos sólo para ir al baño
y un almuerzo ligero.
Y el objetivo era dedicarle 40 horas sentados a la meditación en tres días.
Y durante este período todos quedamos en no hablarle
a nadie más que al Swami
y sólo cuando se dirigía a ti con un golpecito en la rodilla.
Así que el primer día Swami Chod nos instruyó a sentarnos tranquilamente
en nuestras almohadas y meditar sobre la ubicación de nuestra conciencia.
Ahora, para mí esto era un poco como tratar de
levantarme con los cordones de mis zapatos.
Y después de luchar con ello durante ocho horas, ya sabes,
marcado por siestas y ensueños,
el Swami se agachó delante de mí y me dio unas palmaditas en la rodilla
y me preguntó con una suave sonrisa, "¿Cómo te va?"
Y aproveché la oportunidad para citar algo que una vez había leído,
"El ojo que ve no puede verse a sí mismo."
Me sentí muy petulante,
como si lo hubiera resuelto.
Universitario Gra-du-ado.
Y el sonrió, asintió con la cabeza, y dijo: "bien",
lo cual significó: "No, sigue intentando."
Me dio una palmadita en la rodilla de nuevo
y amplió la instrucción.
"Ubica tu conciencia sin pensar ni mirar."
Ah, sin pensar ni mirar, pensé.
Debería haberme dicho eso desde un principio... ¿claro?
Me hacia perder el tiempo con instrucciones incompletas.
Y sentí surgir esta inundación de culpar en mi mente,
que no era la primera vez que lo había experimentado,
pero era tan clara y completamente separada de mí esta vez.
Vaya.
A eso se parece una mente que culpa.
Así que me senté por otras tres horas, pensando en mi resentimiento,
hasta que me di cuenta de que
estaba probablemente creando surcos en mi cerebro.
Entonces empecé a pensar en no pensar,
y luego mirar a no mirar
y soñar con una pelirroja en mi clase de historia.
Pensé en irme, pero luego me imaginé
qué golpe tan duro sería para mi reputación.
Y eso condujo a una fantasía acerca de Dios apareciéndose ante todos y
anunciando que yo era el elegido,
lo cual me regresó directamente a los pensamientos acerca de la pelirroja.
Veo que tenemos algunos meditadores aquí.
Así pues, el Día Uno... interesante. Pero ningún progreso real
en ubicar la fuente de mi conciencia.
El Día Dos, descubrí calambres en las piernas.
Y me preguntaba si yo podría estar involuntariamente
lisiándome de por vida.
Y eso fue más o menos mi preocupación del Día Dos.
En el tercer día del retiro,
justo cuando iba a darme por vencido,
de repente dejé de pensar y empecé a sentir.
Aquí. Aquí.
Digo, la conciencia está aquí.
Aquí mismo, ahora mismo. ¿Saben?
¡Vaya - todo está aquí, ahora mismo!
Todo, el pasado, el futuro, ahora mismo.
¿Saben? Ahora mismo.
Creo que una aureola debió haber aparecido alrededor de mi cabeza.
Y esta vez, cuando el Swami me dio unas palmaditas en la rodilla,
ni siquiera preguntó cómo me iba.
Sólo sonrío y me dejó disfrutar el aquí y ahora.
Y comprendí por qué en el momento de la iluminación
el Buda tocó el suelo.
Decía "aquí... aquí."
Y por el resto del día el "aquí" se ampliaba más y más,
y el "ahora" se hacía más y más lento.
Y experimenté el amor incondicional como un estado de ser
más que como una idea.
Amando a la preciosa humanidad como una experiencia, como un estado de ser.
Ah - y lloré como un bebé, ya que esta
compasión abrumadora sólo surgía de mi corazón.
Creo que hay algo de magia en el enlentecimiento
que causa que la conciencia se mueva de la cabeza al corazón.
Y viceversa, me imagino.
Estaba consciente de este movimiento como un hecho literal,
más que como una metáfora poética.
Mis percepciones se traducían en el área del pecho
más que en el cerebro.
Mi corazón se abrió.
Yo estaba en el meollo del asunto.
Experimenté la compasión sincera.
Entré en el Sagrado Corazón.
Yo tenía una canción en mi corazón.
Dejé mi corazón en San Francisco.
Lo siento,
perdí mi corazón en la locura de la metáfora.
Bueno, terminé...
de todo corazón.
En el hinduismo, la conciencia del corazón se llama Anahata,
que es el nombre del chacra en la región del corazón, anahata.
Y de acuerdo con su creencia, el corazón es el centro de compasión,
altruismo, perdón y aceptación sin juzgar.
Y es esta conciencia del corazón donde se manifiesta el amor incondicional,
y desde donde la responsabilidad personal surge,
y donde las personas participan de una bondad desinteresada
unas hacia las otras.
Permítanme leerles algo escrito por el psiquiatra suizo, Carl Jung.
"Decimos, 'Lo sabes en la cabeza, pero no lo sabes en el corazón'.
Hay una distancia extraordinaria desde la cabeza hasta el corazón,
una distancia de diez, veinte, treinta años o toda una vida.
Puedes saber algo en la cabeza durante cuarenta años
y puede que nunca haya tocado el corazón.
Pero sólo cuando te has dado cuenta de ello en el corazón,
realmente empiezas a tomar nota de ello."
Cuando la conciencia se orienta con el corazón
en vez del cerebro, las personas cambian.
Hacer el ejercicio del sentir es una orientación a la conciencia del corazón.
Tocamos la cabeza, saben, para indicar un proceso intelectual,
pero cuando tocamos la región del corazón, indica un proceso espiritual.
La cabeza es el intelecto:
se comunica con las palabras y reacciones emocionales,
y su motivación básica es el resolver los problemas y ocuparse del miedo.
Pero el corazón es el espíritu:
se comunica con la empatía, los ejercicios del sentir,
y su motivación básica
es el conectar, contribuir y expresar el amor.
El intelecto se centra en cuestiones de supervivencia y estatus social;
el corazón se centra en cuestiones de ética y compasión.
El 'yo' del intelecto es el ego,
el 'yo' del corazón es el espíritu o el 'yo superior'.
Y la conexión entre la conciencia de la cabeza y la conciencia del corazón,
o entre el ego y el espíritu, se llama el camino de la compasión.
La cabeza es la conciencia del 'yo',
el corazón es la conciencia del 'yo superior'.
La cabeza es la razón, el corazón es el sentir.
La cabeza es mortal, el corazón es eterno.
Plenitud es experimentar la conexión entre estos dos extremos.
Ahora, una persona opera más exitosamente
cuando tiene acceso deliberado
a ambos modos de conciencia.
La cabeza sin el corazón es bruta y egoísta;
el corazón sin la cabeza es ingenuo e imprudente.
Pero juntos, inspiran a la gente a comportamientos cuerdos éticos.
La integración de la cabeza y el corazón
da lugar a una conciencia moral.
El corazón dirigido por la cabeza y la cabeza contenida por el corazón,
son las condiciones óptimas para crear una civilización planetaria iluminada®.
Las obstrucciones en este camino de cabeza/corazón
se tratan en el Curso de Integridad,
y en el Curso Profesional
y en los materiales del Wizard.
Y las obstrucciones consisten en
malentendidos, malas identificaciones,
adoctrinamiento y transgresiones.
Hagamos el ejercicio de la compasión juntos.
Y ve si experimentas cualquier movimiento en este camino
de la conciencia de la cabeza a la conciencia del corazón.
Primero, selecciona a una persona en el salón.
Puede ser un amigo o un desconocido.
Preferiblemente alguien que puedes ver.
Y está bien si lo quieres recorrer
en la persona a tu lado o en frente de ti.
Éste no es un ejercicio vocal
y los resultados en los cuales me gustaría que te enfoques son
lo que obtienes al recorrer el ejercicio,
en lugar de los resultados cuando lo recorran en ti. ¿Bien?
¿Están listos?
¿Seres origen?
Así, con atención en la persona, repítete a ti mismo:
"Igual que yo, esta persona
está buscando algo de felicidad para su vida."
Con atención en la persona, repítete a ti mismo:
"Igual que yo, esta persona
está tratando de evitar el sufrimiento en su vida."
Con atención en la persona, repítete a ti mismo:
"Igual que yo, esta persona
ha conocido la tristeza, soledad y desesperación."
Y con atención en la persona, repítete a ti mismo:
"Igual que yo, esta persona
está buscando satisfacer sus necesidades."
Y finalmente, con atención en la persona, repítete a ti mismo:
"Igual que yo, esta persona
está aprendiendo acerca de la vida."
¿Puedo ver a manos alzadas cuántos
de ustedes han experimentado un cierto movimiento de la cabeza al corazón?
Sí, bien.
Eso es la mayoría de ustedes.
Aquí hay algunas técnicas más
que las distintas religiones y prácticas espirituales han usado
para trasladar a la gente en este camino de la cabeza al corazón:
Primero viene la meditación.
Por ejemplo,
meditar sobre la bondad de tu madre.
Ella cuidaba de ti,
te alimentaba,
te mantenía a salvo cuando estabas indefenso.
¿Cómo le pagas por darte el nacimiento humano?
Y piensa en las muchas bondades y
sacrificios que tu madre hizo por ti.
¿Eso abre tu corazón?
Otra práctica es los ejercicios de respiración.
La mayoría de los ejercicios de respiración tiene el objetivo de
hacer que tu respiración sea más profunda y lenta.
Y cuando eso sucede,
el cuerpo se limpia,
se baja la presión arterial
y en consecuencia el corazón se relaja y se abre.
Otra práctica es el canto de mantras.
Éstos son los sonidos que causan el movimiento
de la energía en y alrededor del cuerpo.
Uno de mis favoritos es "om mani padmi jum".
Y las vibraciones tonales de este mantra
equilibran las energías en la mente y el cuerpo.
Y cuando la mente y el cuerpo se relajan,
el corazón se abre de nuevo.
Hay algunos mantras que son sólo de devoción:
Dios te salve María, llena eres de gracia.
Dios te salve María, llena eres de gracia,
es un mantra de devoción cristiana.
Aum Namah Shivaya, Aum Namah Shivaya,
Aum Namah Shivaya es un mantra hindú devocional.
Y ambos despiertan la conciencia del corazón.
Hay muchas prácticas de la compasión que se basan en la devoción.
En este sentido, la devoción significa cederle
o entregarle el ego a una influencia divina.
Y la influencia divina llega a través del corazón.
Y la devoción incluye todo tipo de rituales,
oraciones, danzas, canto
o cualquier actividad desinteresada que mueve la conciencia
de la cabeza al corazón.
Y una vez que el camino del corazón se abre,
la confesión y el perdón lo mantendrán abierto
y las conciencias de la cabeza y del corazón comenzarán a integrarse.
Ahora, sé que he cubierto mucho terreno en esta charla,
pero espero que algo que he dicho haya tocado a tu espíritu.
Que estén bien y sigan contribuyendo
a la creación de una civilización planetaria iluminada.
Y los veré en Wizards. Gracias.
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