Tip:
Highlight text to annotate it
X
En algún momento entre 1938 y 1941, Walker Evans
bajó al subterráneo de la ciudad de Nueva York con su cámara.
La ocultó entre los pliegues de su abrigo de invierno, se sentó frente a sus compañeros de trayecto
e hizo fotografías. Retrató
a la gente tal y como era. Ellos no sabían que Evans los estaba
fotografiando. La mayoría estamos
incómodos cuando somos conscientes de que alguien nos retrata.
Estos sujetos están sin posar, perdidos en sus pensamientos. Simplemente están
viviendo su vida. Evans creía que la experiencia
en el subterráneo es parte de la poesía de la vida urbana moderna. Revela cómo de
cerca estamos de nuestros congéneres y cómo dos personas, aún sin conocerse, una vez hecha la fotografía,
están unidas por siempre. Cuando terminó, editó la serie
como un conjunto de unas noventa imágenes. Cuando finalmente fueron publicadas
en los años 60, las tituló "Muchos son Llamados". Está sacado de la Biblia. La cita completa es:
"Muchos son llamados, pero pocos son escogidos". Y
el mensaje profundo de la fotografía trata sobre
la selección. El fotógrafo recolectó
a todos estos pasajeros, estos conciudadanos:
los que duermen y los que usan sombreros,
los que se miran entre ellos o lo miran a él. Evans escribió sobre
estos retratos del subterráneo: "Contempla fijamente.
De esta manera, educarás tu ojo y aún más.
Contempla, fisgonea, escucha, incluso a escondidas.
Muere sabiendo algo. No estás aquí por mucho tiempo".
Y creo que es uno de los primeros proyectos de arte conceptual
del que tengo conocimiento. Evans me enseñó que ver es un acto creativo.
Hay que ser un mirón sin remordimientos. Estos retratos
realmente han marcado mi
conciencia. No los veo con nostalgia,
no digo "Ay, quisiera estar en la época que la gente
usaba sombrero de fieltro o se cepillaban el cabello de esa manera". No me siento así en absoluto.
Aviva
mi atención
a mi propio tiempo.
La idea de que las imágenes están justo ahí afuera en la calle. Creo que es un
regalo increíble para aquellos de nosotros que vivimos en ciudades y
que encontramos placer en nuestros semejantes.