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Si la vida fuera un viaje en tren, Valencia sin duda sería mi estación favorita.
A ella vine como estudiante, y a ella vuelvo por una promesa:
"Volveré cuando acabe la carrera y haremos un documental de la ciudad."
Le dije a mi amigo Vicent quien, cámara en mano,
espera a su amigo Archibald:
Todo un Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Boston.
Madre mía…
¿Cómo estás?
¡Estás igual!
Y tú... y tú, pero...
¿Y esta pinta?
Llegaba con tanta ilusión por retratar la ciudad en un documental
que apenas me importó perder mi equipaje nada más llegar
y ay... ¡criaturas!
...acabara vistiéndome de naranja fluorescente.
¡Me cago en..! ¡Sigues siendo el mismo atolondrado!
¡Venga, vamos!
"A la luna de Valencia"
El Portal de la Valldigna.
Parte de los muros de la ciudad durante el siglo catorce,
-...cuando "Peter", el Ceremonioso... -No, espera, espera, corta.
¿Peter? ¿Peter? "Peter" no, ¿eh? Se llama "Pere".
Ya pero... en inglés...
Ni en inglés ni en "anglós", "Pere". "Pere the Ceremonial".
Aquí y en la China Popular. ¿Vale?
La expulsión de los "mariscos"...
Para, para.
¿La expulsión de los mariscos? ¿Expulsaron el marisco? ¿Eh?
¿Expulsaron una gamba? ¿Un bogavante?
Venga va, "moriscos". "Expulsión de los moriscos".
-Aquí, en la Ciutat "Bella"... -No, no, no.
"Vella". "Vella".
Ese era Vicent. Tan buen tío como talibán de la lengua.
El me enseñó a hablar el idioma de Ausiàs March a través de sus versos más preciosos.
"Come mucho, caga mucho
y no tengas miedo a la muerte". Ahora tú, va.
Muy bonito lo que le enseñas al guiri, ¿no?
Gracias, "perra" del Túria.
Las Torres de Serrans...
Fueron la puerta norte de las murallas de la ciudad.
Durante la Edad Media, la puerta se cerraba al anochecer.
Los viajeros que llegaban tarde dormían fuera, sin protección.
De ahí viene la famosa expresión "quedarse a la luna de Valence".
No, no. En "Valans", no. "Valencia".
¡Hostias, Vicent! ¡Si vuelves a decirme algo más cojo mis cosas y me vuelvo a casa!
Vale, vale, perdona...
Muy bien. ¡Sácame unos planos desde las Torres! Por favor, ven conmigo.
¡Cerrando!
¿Cómo que cerrando?
¡Archi, baja!
¿Qué? ¿Qué he dicho mal ahora? ¡Si no estoy hablando!
-Ya lo sé, pero baja, ¡que están cerrando! -¿O es que en lugar de dos torres son tres?
-¡Que te vas a quedar encerrado! -¡Soy el director!
¡Qué bajes! ¡Qué bajes!
Por favor, no se vaya, espere un segundo.
-Es la hora. -Ya lo sé, pero es que... ¡Espere!
-¡Escuche, que hay uno ahí arriba! -¡Vicent, yo te mato!
¿Ha dicho que se mata?
¡Ey! ¡No salte, no se tire! ¡Coge el teléfono y llama a los bomberos!
Oiga, ¿esto no será una "fnac" movie, no?
¡Un suicida! ¡Un suicida!
Y allí me quedé, a la luna de Valencia.
La ciudad ya no me abría sus puertas.
La grabación no había empezado como yo esperaba.
Y os puedo asegurar que la cosa no iría mucho mejor.
Ahora, regreso sin acabar el documental
y con la sensación de que tanto en los viajes, como en la vida,
crearse demasiadas expectativas es provocar al destino para que se ría de ti.
Desconocemos los motivos que han llevado a este joven de aspecto extranjero
a querer suicidarse desde uno de nuestros monumentos más emblemáticos.
Fuentes del Ayuntamiento nos informan que no localizan al bedel de las Torres de Serrans
por lo que, para este presunto suicida, puede ser una noche muy larga.
Esperemos que la maravillosa Luna de Valencia,
la luna de todos los valencianos, le devuelva las ganas de vivir.
Jéssica Belda, para Canal 19. Torres de Serrans, Valencia.