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PADRE BROWNE ESCAPAR CON VIDA
Vi la escena con una sensación similar a la emoción contenida.
RELATO DEL PADRE BROWNE LEÍDO POR UN ACTOR
Era mi primer viaje en un transatlántico,
y no pude haber encontrado uno más grande.
Una mañana de abril de 1912 en Dublín,
el novicio jesuita Frank Browne recibió un regalo sorpresa por correo,
una travesía de dos días en el mayor transatlántico.
Frank se quedó huérfano a edad temprana,
y su acaudalado tío Robert, obispo de Cloyne, lo crió.
El Tío Robert sentía gran interés por la fotografía.
BIÓGRAFO
Regaló a Frank diferentes tipos de cámaras,
cada vez de mayor calidad.
Las fotografías que hizo Frank en su viaje de Southampton a Cobh,
que luego sería Queenstown,
son un documento visual único del primer viaje del Titanic.
Hasta que subimos tres tramos de escaleras,
no nos hicimos una idea clara de la envergadura
del barco más grande del mundo.
A izquierda y derecha se extendía un muro de acero
por encima del tejado de la estación que acabábamos de dejar.
Estábamos a 13 metros sobre el nivel del muelle,
y apenas a medio camino del lateral del buque.
Desde allí la gente parecía diminuta.
Con una carta de presentación y un poco de encanto irlandés,
Frank hizo migas con Hugh McElroy, sobrecargo del barco,
que aparece aquí junto al capitán Smith.
Alguien lo presentó al Sr. McElroy,
y le concedió acceso libre a todo el barco,
porque Frank, durante sus 24 horas a bordo,
visitó el barco de proa a popa y de arriba a abajo.
Frank Browne era un fotógrafo distinguido,
pero su cuidada selección de los temas es evidente
incluso al comienzo de su carrera.
Desde niños jugando en cubierta hasta el gimnasio de lujo,
plasmó un revelador documento de la vida diaria a bordo.
Su billete de primera clase era para el camarote 37A,
y cuando le dieron el plano del barco para encontrar el 37A,
lo abrió y no pudo encontrar el camarote 37A
ni siquiera el 37B.
Aunque ponía que era el plano del Titanic,
Frank lo tachó y dijo: "Es un plano del Olympic,
que difería en varios aspectos. Por ejemplo, no muestra mi cabina".
Tuvo que dibujarla.
Puso: "Mi suite estaba aquí, dormitorio, baño y salón".
Cuando bajó a comer al comedor de primera clase,
se encontró sentado al lado de una pareja americana,
muy pudiente y evidentemente adinerada.
Tanto que dijeron:
"Le pagaremos el billete de lo que queda hasta Nueva York
si se queda con nosotros".
Sin duda les cayó muy bien.
Frank Browne los acompañó hasta la sala Marconi,
desde donde enviaron un telegrama a su superior en Dublín, al Provincial,
solicitando permiso para quedarse a bordo.
La foto que vemos aquí es la única que se hizo
de la sala Marconi en el Titanic.
Cuando llegaron a Cobh, Irlanda,
el último amarre del Titanic y punto de embarque,
la respuesta final que recibió Frank Browne fue tajante.
Le gustaba mostrar a la gente el telegrama de cinco palabras.
"Bájese de ese barco. Provincial".
Las fotografías de Frank del buque y las barcazas en Cobh
fueron las últimas de su colección del Titanic.
Cuando bajaba por la pasarela, me encontré al Sr. McElroy.
"Adiós", le dije. "Le daré copias de mis fotos cuando vuelva".
"Buen viaje".
LAS PRIMERAS HORAS DEL VIAJE FATAL DEL TITANIC
Las fotos de Frank son el único documento completo
del primer y último viaje del Titanic.
Tras el hundimiento se publicaron en muchos periódicos.
El padre Frank Browne se dedicó a la fotografía hasta su muerte en 1960.
En 1985, vivía en una casa jesuita en Donnybrook, en Eglinton Road,
en cuyo sótano guardaban archivos jesuitas.
Me preguntaba a menudo qué habría en el baúl grande.
Al abrirlo, fue uno de los momentos más increíbles de mi vida.
Estaba lleno de paquetes de fotografías del padre Browne.
El Sunday Times londinense tituló el hallazgo:
"El equivalente fotográfico al hallazgo de los pergaminos del Mar Muerto".
Desde entonces, hemos publicado su colección en 22 entregas.
Las revistas francesas dijeron que era el Cartier Bresson irlandés,
el mejor fotógrafo de la historia.
Nada de esto habría sido posible si no se hubiera bajado del barco.
Fue la única vez que la obediencia sagrada salvaba la vida de un hombre.
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