Tip:
Highlight text to annotate it
X
Me llamo Keisuke, tengo 39 años,
soy diácono desde el pasado noviembre
y voy a ser ordenado sacerdote el 4 de mayo.
En estos días, pienso en el camino recorrido hasta ahora.
Aunque estoy a punto de ser sacerdote
hasta los 21 años no sabía
nada de la fe católica.
Me bauticé con 21 años
y pienso que mi vida ha cambiado muchísimo
durante todo este tiempo.
Digo esto porque he experimentado
cuánto es importante tener fe.
Echando la vista atrás, me vuelve a la cabeza
un recuerdo de algo que me impactó mucho:
en mi pequeño pueblo en ***ón había una iglesia
donde vivía un sacerdote irlandés muy anciano.
Era una persona mayor, vivía en un país muy lejano, solo,
a muchos kilómetros de su familia,
y esto me impactó mucho:
él estaba dando su vida para evangelizar
al pueblo japonés, a mi pueblo.
Se ha quedado impresa en mi mente
la imagen de este cura anciano
porque su vida no era
comprensible desde el punto de vista humano.
Como he dicho, estoy a punto de ser sacerdote
y aunque me noto algo nervioso,
estoy también muy contento y lleno de esperanza,
porque, como hizo aquel sacerdote
podré dedicarme toda la vida
a ayudar y servir a las almas.
No sé cuanto tiempo me querrá Dios a su servicio
pero cada día será un paso hacia la esperanza.