Tip:
Highlight text to annotate it
X
—Quería dar un giro a mi carrera de 180 grados... O de 270 grados, no sé.
Hacer un drama a la altura de los grandes del neorrealismo italiano: Pasolini, Fellini, Tortellini...
Por eso pensé que tenía que contar con dos grandes actores.
EL SUSURRO DE LAS BALAS DESPUÉS DE COMER
—¡Cortad! ¿Pero qué estáis haciendo? Sentid el papel, el sufrimiento.
El comienzo no fue fácil, pero finalmente descubrí cuál era su método actoral.
—Muy bien. Ahora tú, como si te hiciera una falta Pepe, va.
—¡Intensísimo! ¡Buenísimo!
Solo me faltaba la escena final, y para hacerla quería contar con el mejor actor de drama que conocía.
EL SUSURRO DE LAS BALAS DESPUÉS DE COMER
—¡Muy bien, muy bien, muy bien, perfecto! Y ahora, emociónate como cuando el público corea tu nombre en el Camp Nou.
—Pues alégrate como cuando te aplauden.
—Pues cuando marcas un gol.
—¿Como cuando haces un regate?
¿Como cuando corres?
—¡Sí, muy bien, perfecto! ¡Pues corre y vete de aquí! ¡Me acabas de estropear la escena!
—¡Ahora!
¿Mou? ¿Sí? Oye, ¿cómo lo tienes para hacerte la víctima?
Es que me han dicho que se te da muy bien...