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(Leila) Ah, eres tú la que estás haciendo ese ruido
Yo pensaba que teníamos una rana en la cocina
¡Ya está! deja el pez en paz que le va a dar un ataque al corazón
(Midia) Tú eres la que me vas a provocar un ataque al corazón
¿Cuántas veces te he dicho que no se llama pez?, que tiene nombre y se llama TUTE.
(Leila) Ah, vale, disculpe señorita TUTE, o… señora
(Nur) Buenos días, chicas. ¿Qué, estáis despiertas tan temprano?
(Leila y Midia) Buenos días
(Nur) ¿Por qué me contestáis de esa manera?
¿Todavía tienes el pez dentro de ese vaso? Cómprale una pecera, pobrecita se va a asfixiar.
(Midia) Cariño mío, Tute está muy contenta dentro del vaso. Más de lo que nosotras lo estamos en este piso.
(Leila) No le hagas caso. ¿Qué te parece si, como estamos todas despiertas, desayunamos juntas?
(Nur) Sí, por Dios, qué buena idea.
(Midia) Vosotras podéis desayunar, yo he tardado mucho para la grabación y necesito tiempo para arreglarme
(Samiha) Buenos días, Leila.
(Leila) Buenos días.
(Samiha) ¿Qué le pasa a Nur? ¿Qué ha pasado que parece enfadada?
(Leila) No pasa nada, es que Midia se ha enfadado con ella.
(Samiha) Bueno lo merece.
(Leila) Que lo merece... Ya está bien de que tú y Midia actuéis como niñas, ¡madurad!
(Samiha) Que Dios te castigue, Midia
¿Qué querrá por la mañana temprano?
¡Nur!, ¡Hazzar te ha dado un toque!
(Hazzar) Sí, Nunu…
Sí, cariño
Todavía no la he encontrado
¡Y yo qué sé!
Te juro que no sé por qué todavía no ha llegado
Hay mucho tráfico, hace mucho calor. Ya estoy cansada de esperar
Vale, vale, yo te llamo, ¿si?
Bueno, adiós, adiós.
(Labué) ¿Qué te pasa?
(Hazzar) ¡Lubna!
(Labué) No, Labué.
(Hazzar) ¿Labué? Aaaaaaaaaaaaaahh, me dijeron Lubna.
(Labué) Yo soy Labué.
(Hazzar) ¿Y tú a por quién vienes?
(Labué) A por los locos.
Ahh, has llegado, has llegado. Yo soy tu nueva vecina, me llamo Hazzar, pero me llaman Hazzura.
(Labué) Encantada. Discúlpame, no te conocía.
¿De verdad? Venga, vamos. Me parece que eres más lanzada de lo que pareces. Me has dicho locos, ¿no?
(Labué) Sí, locos.
(Hazzar) Venga, vamos rápido a coger el autobús.
(Samiha) ¿Dónde vas?
(Nur) A limpiar mi habitación, ¿está prohibido?
(Samiha) No. No está prohibido, pero ya la he limpiado yo.
(Nur) Lo sé, pero necesito volver a limpiar porque viene una chica para alquilarla.
(Samiha) ¿Qué quieres decir? Te he dicho que ya la he limpiado.
(Nur) Es importante que vea lo limpias y ordenadas que somos.
(Samiha) No pasa nada, la habitación está muy limpia, no hace falta. Pero, Nur, ¿por qué se queda conmigo?
(Nur) Samiha, ¿Dónde va a quedarse? ¿con Leila y Midia, o conmigo en la habitación?
(Samiha) Hay otras habitaciones libres, deja que se quede en otra.
(Nur) La única habitación libre es la de mi madre, que Dios la tenga en su Gloria, y no quiero que nadie entre ahí.
(Samiha) ¿Y si no nos llevamos bien?
(Nur) Querida, tú te llevas bien con todo el mundo, por eso la pongo contigo.
Quisiera ver algún día que no te llevas bien con alguien. "Mashaallah", eres increíble.
(Samiha) Pues ya está, vete.
(Nur) ¿Dónde?
(Samiha) Yo voy a ordenar la habitación como yo quiero.
(Nur) Pero, ¿cómo la vas a ordenar?
(Samiha) No te preocupes, cuando la ordene, te llamo y la ves.
(Nur) Pues ya está, entonces toma, cógelo. Y cambia las sábanas también.
(Samiha) Vale.
¡Nur! Yo soy la jefa de esta habitación.
(Nur) Tú eres la jefa de mi corazón ¿sabes? Todo arreglado.
Sí, Wael.
Sí, mi amor.
Sí, mi amor. Te hecho mucho de menos.
¿Cómo estás?
Yo estoy bien.
No he ido a recogerla a la estación
No, porque la vecina se ha empeñado en ir, aunque a ella no le gusta hacer recados.
Sí, se ha ido a recibirla.
¿Qué estás haciendo?
¿Quién está contigo?
No, solo por saberlo.
Mira, ya han llegado. Déjalas que esperen.
Me apetece hablar contigo. ¡Wael!
Vale, culpa mía el llamarte. Adiós.
Vale, vale, ¡que ya voy, si Dios quiere!
(Nur) ¿Qué pasa, no tienes paciencia?
(Hazzar) ¿Qué pasa? ¿Qué pronto has abierto?
(Nur) No querida, es que no quería abrir.
(Hazzar) Entra. Toma, aquí tienes el encargo que me has pedido.
(Labué) Hola
(Nur) Hola. Gracias a Dios que has llegado bien. (Labué) Que Dios te salve.
(Nur) Yo soy Nur
(Labué) Yo soy Labué
(Hazzar) Yo soy Hazzar
(Nur) Encantada, señorita Hazzar.
¡Cómo le gusta bromear!
Pero yo pensaba que te llamabas Lubna…
Bueno, no es un problema. Tu nombre también es bonito. Gracias a Dios ya has llegado.
(Hazzar) ¿Dónde están las chicas?
(Nur) Las chicas no están aquí.
Ahora, de todas formas, ponte cómoda mientras llegan las chicas y te las presento. ¿Qué te parece?
(Labué) Como tú quieras
(Nur) Entonces, déjame tu maleta.
(Labué) No, no, no que yo la llevo.
(Nur) Por Dios, que no me importa, yo la llevo. Tú estás muy cansada. Sin problema, adelante, entra.
(Hazzar) Entra
(Nur) Bienvenida
Mira Nur, somos amigas desde siempre y te hablaré sin rodeos, ¿si?.
Cuando fui, el taxista me cobró doble y medio más de lo que estaba en el contador.
Y al volver me cobró un contador y medio, me tocó la lotería y fue el mismo taxista.
Entonces, págame.
(Nur) Mira, como te gusta hablar sin rodeos, te diré que no te voy a pagar ni un duro.
¿Por qué no has fotografiado el contador? ¿Y porqué no has llamado a la policía?
(Hazzar) ¡Hablas en serio!
Encima de haberte hecho el recado y haberme molestado, ¿también tengo que llamar yo a la policía?
(Nur) Yo no tengo nada que ver,
¿qué te parece?
Venga, entra y hazme un café mientras me lo pienso.
(Hazzar) “Venga entra”. Por lo menos me has invitado a café.
Espero que la loca no le diga que vinimos en autobús.
Voy a hablar con Labué para que no lo diga.
¡Dos contadores y medio!
(Leila) Hola
(Dependienta) “Bonjour” (buenos días)
(Leila) Disculpa, está el diseñador Yalal. Tengo una cita con él ahora, por favor.
(Dependienta) Sí, pero desde que regresó de Milano, nadie le llama así.
(Leila) Ah, vale. Yo llevo tiempo sin verle, entonces ¿cómo le llaman ahora?
(Dependienta) Le llaman Monsieur Yalalino
(Leila) Yalalino
(Dependienta) Sí
(Leila) Sí, muy bonito. ¿Puedo ver a Monsieur Yalalino, por favor? Porque tengo una cita con él.
(Dependienta) Sí, seguro, pero tienes que esperar un poco porque está en una prueba de vestidor.
(Leila) Ok. Yalalino.
(Ragad) Buenos días
(Samiha) Buenos días
(Ragad) Venga, levántate para no llegar tarde.
(Samiha) ¿Hace falta entrar a la primera clase?
Escucha lo que tengo que decir y no entramos.
(Ragad) Entonces, si no quieres ir a clase, ¿por qué estás aquí tan temprano?
(Samiha) Ah, olvídalo. Es que me han pasado muchas cosas.
(Ragad) ¿Es que esas cosas te impiden entrar en clase?
(Samiha) El problema no está en lo que me impide entrar, sino en lo que me ha hecho salir antes de la casa.
¡Madre mía, tienes la mente cerrada!
(Ragad) No importa si tengo la mente cerrada o abierta, lo importante es que tengo cerebro, no como otras.
Discúlpame, no puedo atender tus increíbles problemas porque tengo que entrar en clase. Adiós.
(Samiha) ¡Ragad, espera! ¡Sólo te estaba gastando una broma!
(Maquilladora) Ya está.
(Midia) Disculpa, ¿estás segura de que la escena necesita tanto maquillaje?
(Maquilladora) ¿Qué quieres decir?
(Midia) No, nada
(Maquilladora) ¿No te gusta el maquillaje?
¿lo rehago de nuevo? ¿qué tal si pongo más base o más rojo en las mejillas?