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Namasté. Mi nombre es Raj Narayan. En este documental hablaremos sobre las
invasiones extranjeras y el gobierno de la India entre los años 1000 y 1847 e.c.: desde los árabes
musulmanes a los gobernantes británicos.
Esta fue una época difícil para la gente común de la India quienes enfrentaron persecución
religiosa y privaciones económicas. Sin embargo, este periodo también vio el
desarrollo de gran música, literatura devotional, arte y arquitectura
indo-islámica. Este es el gran templo de Somnath, el cual tenía un lugar
importante en este periodo de la historia india, un tiempo de guerra, conquista y
subyugación. De todas las culturas antiguas del mundo, que los musulmanes conquistaron y
gobernaron durante este era, sólo la cultura india y la identidad hindú sobrevivió,
en gran medida intacta, y sigue floreciendo en nuestros días. Este es un gran homenaje a la
determinación y valiente resistencia del pueblo de esta gran tierra.
Las conquistas extranjeras. Las primeras conquistas musulmanas fueron las de la región Sindh por
árabes de Basra, sur de Irak, en el año 712, no mucho después de la fundación del islam.
Para el año 870, ejércitos árabes conquistaron los reinos hindúes del
suroeste de Afganistán, pero los reyes del norte de la India evitaron que
avanzaran al este del Paso Jáiber. La siguiente ola de invasiones comenzó a finales
del siglo X. Estos ataques vinieron de turcos musulmanes de Asia central quienes
ya se habían establecido en el suroeste de Afganistán. Su líder, Mahmud de
Ghazni, atacó la India 17 veces entre el año 1001 y el año 1024. En cada ciudad, sus ejércitos saquearon
y destruyeron templos y mataron o esclavizaron a los habitantes. El ataque al
famoso templo a Shiva en Somnath, en 1024, fue el más horripilante. Implicó la
masacre de 50,000 defensores y el saqueo de la fabulosa riqueza de la ciudad.
Como resultado de estas invasiones y de la guerra, 20 millones de indios murieron
entre el año 1000 y 1100 e.c., según los historiadores modernos. Esto representaba el 10%
de la población, aproximadamente. En palabras de Al-Biruni, académico de árabe contemporáneo,
“Estas invasiones arruinaron absolutamente la prosperidad del país." Entre el año
1192 y 1194, Muhammad de Ghur, también túrquico, finalmente derrotó a los gobernantes hindúes
de la región Delhi-Ajmer y del valle del río Ganges. En el 1206, su régimen
estableció un gobierno musulmán formal, llamado el sultanato, en la ciudad clave de Delhi.
Para el año 1300, el sultanato había asegurado un control estable alrededor de su fortaleza principal en el
norte.
A principios del siguiente siglo, sus invasiones llegaron tan al sur como Thanjavur y
Madurai. Pero estas regiones más remotas nunca fueron anexadas. En general, el gobierno hindú
continuó en Rajasthan y Gujarat, y prosperó en todo el sur durante
estos nueve siglos, notablemente bajo el imperio Vijayanagara fundado en 1336 por
príncipes hindúes reconvertidos del islam. En 1504, Babur, un descendiente tanto del
emperador mongol Genghis Khan y del famoso gobernante musulmán del centro de Asia: Timur,
se apoderó de Kabul, Afganistán, y de ahí
atacó la India. Venció tanto al sultán musulmán de Delhi y a la confederación
hindú de Rajput para fundar el imperio mogol. Su ejército fue el primero, en la India, en
usar fusiles de mecha y cañones de campo, lo que tuvo efectos fatales en sus
enemigos.
El nieto de Babur, Akbar, quien se convirtió en emperador en el 1556, extendió el imperio mogol sobre
el norte de la India y parte del Decán mediante conquistas y la formación de alianzas
con reyes hindúes.
El gobierno de Akbar fue notorio por su armonía religiosa y el inicio del
arte y arquitectura indo-islámica.
Desafortunadamente, el sucesor de Akbar no heredó su tolerancia. Su
bisnieto Aurangzeb, quien anexó la mayor parte del sur,
reanudó la destrucción de los templos y volvió a imponer el odiado jizya, un impuesto
religioso, a los hindúes. Un héroe legendario hindú de esta época fue el valiente
guerrero maratha: Shivaji. En el momento de su nacimiento en 1627, los marathas habían vivido
bajo dominio musulmán por cientos de años. A la edad de 17, Shivaji dirigió su primer
campaña militar. En 10 años ganó control de suficiente territorio para
alarmar tanto a su jefe supremo, el sultán de Bijapur, y al emperador Aurangzeb en
Delhi. Ambos enviaron grandes ejércitos para dominarlo. Pero las fuerzas de Shivaji’s: más
pequeñas, de rápido movimiento y bien armadas; resultaron invencibles. A diferencia de reyes hindúes anteriores,
Shivaji hizo uso de medios modernos de guerra, como rifles y cañones, y desarrolló una
armada para expandir su poder. Inauguró el gobierno independiente maratha a través de
su coronación en1674.
Para mediados del siglo XVIII, el imperio mogol había decaído. Los sikhs, jats, rashput
y marathas, así como los gobernadores provinciales del imperio mogol de Oudh, Bengal y
Hyderabad habían forjado estados independientes, dejando, de este modo, a la India sin un
fuerte gobierno central. Desde 1498 cuando los portugueses llegaron a la India, varios
poderes europeos, incluyendo los holandeses, británicos y franceses establecieron
factorías en India. Esto también contribuyó a la desintegración del imperio mogol.
Los británicos, en particular, establecieron la Compañía Británica de las Indias Orientales en 1600 para comerciar
bienes entre Gran Bretaña, la India y otros países orientales. Al igual que los otros
europeos, vinieron a la India como hombres de negocios, no como conquistadores. Sin embargo,
con el tiempo, la Compañía Británica de las Indias Orientales fortaleció factorías claves usando ejércitos privados,
se entrometió en la política local, se involucró en prácticas comerciales injustas y recaudaron
fuertes impuestos. A través de una estrategia de divide y vencerás, lograron un control casi
total del subcontinente indio. Esa historia se narra en la parte IV de
este documental.
La religión hindú durante la época musulmana
Los invasores musulmanes, árabes y túrquicos, que arrasaron a través del Medio Oriente, África,
y Asia Central y del Sur tenían como intención la dominación religiosa y exigían de,
aquellos a quienes conquistaban, la conversión y subyugación. De acuerdo a relatos musulmanes
de la época, miles de templos hindúes fueron saqueados y destruídos, incluyendo
cientos de templos en destinos sagrados de peregrinaje como Somnath, Mathura, Vrindaban
y Varanasi. Se impuso un impuesto religioso , jizya, en los conquistados no musulmanes. Este impuesto
y la violencia periódica, puso una fuerte presión en los hindúes para convertirse.
Sin embargo, el sistema jati o de castas, resultó un gran obstáculo y sólo
una fracción de hindúes se convirtieron.
Jati formaba una parte integral de la identidad y lugar de uno en la comunidad
hindú, un lugar que se perdería al convertirse. Algunos hindúes de estatus
socioeconómico bajo fueron tentados a convertirse para poder mejorar su
posición. Sin embargo, en la práctica, esta adopción de la religión extranjera no
trajo el progreso prometido, quienes se convirtieron al Islam y, posteriormente al
cristianismo, simplemente formaron nuevos jatis o castas de estatus similar
entre ellos.
Mientras tanto en el Sur de la India, en áreas fuera del control mogol, la religión hindú prosperó.
Los frecuentes y animados festivales en el templo eran parte vital de la vida
social, cultural y religiosa de cada comunidad. El arte de construir
templos majestuosos llegó a su cumbre durante este periodo.
Varias de estas estructuras excepcionales son lugares populares de culto en nuestros días.
Filósofos santos dinámicos de ese tiempo inspiraron linajes devotos que
fortalecieron a los hindúes y desalentaron la conversión. Entre los santos vaishnavas
más destacados estuvieron Ramanuja y Madhva. Alrededor del 1,200, Jayadeva, un
escritor popular en Orissa y Bengal escribió el famoso Gita Govinda. Similarmente, los hindúes
de Maharastra fueron impulsados por Jnaneshvara, Namdeva, Tukaram
y Samarth Ramdas. En el norte de la India, Swami Ramanand inspiró
el culto de Dios como el Señor Rama, una forma personal e íntima de lo divino.
De sus enseñanzas populares surgieron dos tradiciones.
La primera incluyó a Nimbarka, Chaitanya, Surdas, Mirabai y Tulsidas
Cada una fomentó el culto al Señor Krishna o el Señor Rama e influyó en millones de
personas con canciones espirituales en los lenguajes regionales. La segunda tradición
comenzó con Kabir, un discípulo de Ramananda. Nacido en Varanasi, huérfano a
temprana edad y criado por una familia musulmana de tejedores de casta baja; creció en una
cultura islámica pero, desde niño, se sintió atraído a seguir las enseñanzas del santo hindú
Ramananda. Kabir se esforzó en promover la armonía religiosa apelando
tanto a hindúes y musulmanes, enseñando que sólo hay un Dios para todas las religiones.
Frecuentemente refiriéndose a Rama como su Señor, escribió cientos de poemas espirituales en hindi,
que hasta nuestros días son cantados por millones.
Otra religión notable, el sijismo, surgió en la India a comienzos del siglo XVI y se convirtió en una poderosa fuerza.
Su fundador, Guru Nanak, enseñó que “La comprensión de la verdad es superior que cualquier otro cosa. Mayor
aún es el vivir verdadero." Enfatizó la recitación continua del nombre de Dios
y declaró que la meditación es el medio para ver a Dios, quien es omnipresente. Dentro
del hinduismo, siempre ha sido común el disentir de las creencias predominantes. Lo que,
a veces, resulta en nuevas sectas y, de vez en cuando, incluso se desarrollan religiones
diferentes. Nueve gurus sij sucedieron a Nanak. El octavo, Tegh Bahadur, fue ejecutado
por Aurangzeb por defender la libertad religiosa.
Su hijo y sucesor, Gobind Singh, transformó a los sijs en una comunidad
guerrera llamada Khalsa, lo que significa “El puro." Gobind Singh decretó que él
era el último gurú sij y que, tras su muerte, el Guru Granth Sahib, su escritura
sagrada, sería su guía. Instituyó los cinco artículos de identidad sij que
deben portarse siempre:
Kesh (cabello sin cortar); Kangha (peine); Kirpan (daga); Kara (brazalete de hierro) and Kachera or Kachcha
(pantalones cortos). Estos tienen un significado religioso y militar. Desde entonces
los sijs han sido una influyente fuerza militar y política
en el norte de la India.
El sijismo se desarrolló y está concentrado, principalmente, en la región punjabí. Hoy
el sijismo tiene 26 millones de seguidores en todo el mundo.
El enseñar la religión a través de canciones
La India siempre ha tenido una
escena musical extraordinariamente diversa. Oscila desde composiciones complejas de
la tradición clásica a los himnos devocionales de los aldeanos y canciones sencillas de trabajo
en su lenguaje local. Bhajana y kirtan es el canto congregacional
de canciones devocionales. La música carnática clásica de la India es también de naturaleza espiritual
y devocional, pero mucho más compleja. Las canciones originalmente compuestas en sánscrito y
luego, cada vez más, en el lenguaje regional como hindi, telugu y tamil.
Ambas se basan en el concepto de tala, lo que significa un ritmo, y raga, que es
un sistema de notas que producen una melodía.
Los talas van desde el más simple y común Adi tala de 8 compases
a ritmos elaborados como el Ata tala compuesto de 14 compases divididos en 5, 5, 2 y
2.
Los Ragas incluyen notas de la escala india de 7 notas (sa, ri, ga, ma, pa, dhi, ni)
así como microtonos, que son como los sostenidos y bemoles de la música
occidental, solo que más numerosos.
Los cantantes improvisan con base en una melodía básica pero manteniéndose en la raga seleccionada.
Los resultados son espontáneos, creativos nunca iguales, muy similar
a las improvisaciones en el jazz occidental. Este es una de las formas claves en las que la música clásica india
difiere de la música clásica occidental, la cual usualmente se toca exactamente
como fue compuesta.
Tanto la música popular de pueblo y las composiciones clásicas más formales son
de naturaleza religiosa y emocional.
Las canciones y la narración de cuentos eran, en esos días, la forma principal en que la gente
aprendía y expresaba su religión. Les ayudaba a soportar tiempos difíciles.
A partir del año 1000, ejércitos musulmanes
conquistaron grandes regiones de la India, causando gran sufrimiento y destrucción.
Saquearon templos, monasterios e importantes centros educativos, incluyendo en 1193,
la gran universidad en Nalanda. El sur de la India estaba lejos de las capitales musulmanas
de Delhi y Agra y era difícil de atacar. Escapó de la guerra frecuente
y del dominio extranjero que acosó al norte de la India, sufriendo sólo ataques
ocasionales, subyugación temporal y el pago tributos monetarios. Dondequiera que los hindúes
fueron conquistados, siguieron resistiendo, sobretodo en el nivel social y religioso. La mayoría
de los hindúes no se convirtió al islam, a pesar de los incentivos, violencia y de los impuestos
religiosos. La llegada de los comerciales europeos, en especial de la Compañía Británica de las Indias
Orientales, con el tiempo, transformó radicalmente la situación política. Con uso de fuerza
y políticas hábiles, los británicos, lentamente, obtuvieron el control total del subcontinente
indio, una historia que narraremos después.
Hasta entonces, Namasté.