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Hola a todos. Quiero dar las gracias a todos los cristianos enfadados que me han escrito.
¡Qué ilusión les hace mi tormento eterno en las llamas del infierno!
Me alegro de que me tengáis presente en vuestras oraciones. Os estáis frotando las manos con ilusión.
Cuando no estáis copiándome páginas y páginas de la Biblia.
Pero, si te llamo "loco", soy yo el que está ofendiendo. ¿No resulta increíble?
En realidad, os entiendo hasta cierto punto. Debe ser irritante para las personas religiosas
ver a ateos como yo, desarrollando su vida sin pizca de culpa y sin rechazarse a sí mismos,
que no sienten el menor deseo de rezar o hacer penitencia de ningún tipo, que no temen ningún
castigo eterno. Tengo que admitir que si fuera religioso, pensaría: "¿por qué llevo todo este peso sobre
mis hombros, mientras estos vagos se divierten?" En tu lugar tampoco me sentiría cómodo,
como evidentemente os ocurre a algunos, ante la perspectiva de arder eternamente en las llamas del infierno,
agonizar torturados por demonios. Yo no creo en esto. Pienso que si existiera el infierno, no sería
un lugar de tortura física eterna, sino que esto puede ser una metáfora de algo más sutil.
Algo como un arrepentimiento eterno por algo que no se hizo, por un riesgo que no se corrió
o por no haber amado lo suficiente. Aunque, tal vez, sí que sea como arder. No me quiero poner pesado con esto.
Ya es suficientemente malo que Jesús muriese por mis pecados; todavía no lo he superado; gracias
por recordármelo. Por cierto, me siento algo culpable por no ser más agradecido, pero
me hubiera gustado que me preguntase antes de hacerlo, porque ahora me siento como si tuviese que pagar algo que no he pedido.
Y es que se trata de esto, ¿no? Si eres cristiano, ya naces endeudado con Jesús, y es una
deuda que solo puedes pagar, muriendo. Eso es lo que te ha traído aquí.
Es como que te pidan que pagues la hipoteca de una casa que ya tienes, sobre todo porque no hay
pruebas de que el Jesús de los evangelios haya existido alguna vez. Los documentos que tenemos fueron escritos por
personas que nacieron mucho después de que muriese. Solo escribían lo que habían oído.
Y, naturalmente, lo mismo le ocurre a los propios evangelios.
No es curioso, que en ningún cronista contemporáneo de Jesús oyese nada de él,
a pesar de sus fantásticos milagros, las multitudes que congregaba y,
por su puesto, su espectacular muerte. No olvidéis que este es alguien cuyo nacimiento estuvo marcado
por un evento celestial y que nació de un milagro a una vírgen en el año 6 AC.
Dos milagros por el precio de uno, y después siguió un milagro tras otro,
alimentó a la multitud, curó a los enfermos, caminó sobre las aguas, revivió a los muertos. Fue clavado
a un madero y resucitó ¿Cómo es que nadie oyó nada de él?
Tendría que haber sido la comidilla del desierto, tan famoso como Elvis.
Y sin embargo, todo lo que tenemos son rumores. Testimonios de 2ª y 3ª mano, alterados
y traducidos interesadametne tantas veces que ya no guarda ningún parecido
con la verdad, suponiendo que alguna vez lo fuera. Así que no sé a quién crees que rezas, pero
no parece haberte beneficiado, ¿verdad? Tal vez deberías rezar a Elvis, a ver si funciona.
Al menos, sabemos que Elvis existió de verdad.
Pero que Jesús sea el personaje de un libro, no significa que no sea un buen personaje.
No significa que no tenga sabiduría que transmitir ¿no fue él quien dijo: "el Reino de los Cielos está entre vosotros"?
Lucas 17, versículo 21 !qué buena información si lo piensas!
Me doy cuenta que como cristiano enfadado, probablemente escuchas esas palabras, pero no crees en ellas.
Y por tanto, a ti no te importa. Evidentemente. Si no, no estarías tan enfadado ¿verdad?
¿Poner la otra mejilla, perdonar los errores, amar a tu enemigo? Esto te suena a chino.
No, tú quieres castigo, ¿verdad? Quieres tormento eterno, sufrimiento inimaginable.
Para tu satisfacción personal. Por tanto, pienso que también es probable que Jesús no haya existido nunca,
porque si volviese y viera lo que la gente como tú ha hecho con sus enseñanzas,
se daría cuenta de que nadie ha escuchado ni una palabra de lo que dijo. Gastó su aliento en vano,
igual que su vida. Bueno, todos tenemos que llevar nuestra propia cruz.
Paz a todos, sobre todo a los cristianos, dentro y fuera del Reino de los Cielos.