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Invitado Osmoz: Los perfumistas Invitado 1 de 5: Olivier Cresp
Procedente de una familia originaria de Grasse, de corredores de materias primas,
Olivier Cresp nació en la cuna de la perfumería.
Fue a lo largo de los viajes en los cuales acompañó a su padre, a Italia, a Tunicia, a Egipto
cuando se desarrolló la memoria olfativa única de este hombre que nunca dudó de su destino
y que califica a su perfumería como figurativa, a su estilo como minimalista, y auténtico.
Es el creador de los perfumes Kokorico de Jean-Paul Gaultier, Loverdose de Diesel,
Ange o Démon de Gyvenchy y Nina de Nina Ricci.
A mi me gustan más bien las letras, escogí la opción filosofía para mi bachillerato.
Lo interesante, cuando charlo con mis colegas doctores en química
es que me doy cuenta de que nuestros razonamientos son diferentes pero nuestras conclusiones similares.
O sea que a pesar de que ellos van a razonar más en términos de moléculas y radicales,
y yo voy a clasificar mis productos de manera más intuitiva, vamos a llegar más o menos a lo mismo.
Eso es lo interesante, la diversidad, mezclar gente, mezclar caracteres, mezclar culturas,
para formar un equipo verdaderamente sólido.
Olivier Cresp, usted tuvo la opotunidad de trabajar de a dos en ciertos perfumes,
lo cual es una manera de proceder que le agrada.
Trabajar de a dos es lo ideal. Puedo ser el autor pero también puedo ser el coautor.
Puedo necesitar ayuda, puedo necesitar un punto de vista de otra persona.
En mi calidad de maestro perfumista me abro a los demás y estoy disponible para ayudarlos.
¿Y cómo crea realmente?
Cuando se me ocurre una buena idea, como puede pasarle a un escritor con un guión,
a partir de eso voy a dar forma, a confeccionar mi perfume a lo largo de meses, de años, hace falta tenacidad.
Prefiero empezar con una idea figurativa, para mí es más simple,
prefiero empezar con una hermosa rosa, un hermoso jazmín, una hermosa
retama en vez de empezar con una nota abstracta.
Lo abstracto me resulta muy difícil.
Cuando descifré y reproduje el aroma de la naturaleza, luego intento hacer un perfume.
Lo más importante en mi profesión, y creo que mis colegas perfumistas sienten lo mismo, es encontrar ideas.
Lo mejor para un perfumista es encontrar ideas únicas para convertirlas en grandes éxitos.
Lo digo siempre, somos lanzadores de tendencias.
Tengo algunas ideas, no tengo centenares. Si fuera el caso, serían ideas débiles.
Prefiero tener dos o tres ideas fuertes, para poder hacer perfumes femeninos muy hermosos,
o perfumes masculinos muy hermosos.