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La Ofensiva del Imperio Sith 28 ATC (Antes del Tratado de Coruscant)
La ofensiva del Imperio Sith fue un evento que jamás había sido visto en la historia de la República.
Los Sith aparecieron de la nada y lanzaron una ofensiva de colosales proporciones.
Horripilantes informes del Borde Exterior parecían presagiar la destrucción total de la República.
La rápida expansión del terror y el pánico por la galaxia era parte de los meticulosos cálculos del Emperador Sith.
Su plan era perfecto.
Cruceros de batalla Sith aparecieron por primera vez en los límites del Brazo de Tingel.
Desconociendo los orígenes de las naves,
enviamos una nave diplomática con una pequeña escolta de cazas estelares.
El Emperador quería que fuesemos testigos del completo poderío de sus fuerzas antes de atacar.
Los diplomáticos tuvieron justo el tiempo suficiente para transmitir las imágenes.
Entonces fueron aniquiliados.
Inmediatamente después, los Sith empezaron un asalto total de los aliados de la República en el Sector Aparo.
el cual cayó antes de que llegase la Flota Republicana.
Entonces nuestros aliados se volvieron contra nosotros.
Los Sith habían establecido en secreto gobiernos títeres en Belkadan, Sernpida y Ruuria.
De repente la Flota Republicana se encontró a sí misma en territorio enemigo,
luchando desesperadamente en todos sus flancos.
La República pidió a toda nave disponible que apoyase a la Flota,
dejando a sólo un puñado de naves de seguridad Jedi para patrullar Korriban.
Lamentablemente, Korriban cayó de nuevo en las manos del enemigo
sin que el Consejo Jedi ni siquera se enterase de ello.
Abrumada y desesperada, la Flota Republicana se dispersó,
huyendo del Brazo de Tingel para evitar su completa aniquilación.
En otras partes del Borde Exterior, los Sith organizaron ataques a objetivos más concretos,
destruyendo nuestros astilleros en el sector Sluis, bloqueando la Ruta Mercantil de Rimma,
y tomando el control de los ricos recursos del Cúmulo de Minos.
Confusas y en completo desorden, las Fuerzas Republicanas fueron incapaces de responder.
Los líderes de la República y los miembros del Consejo Jedi prepararon una reunión de emergencia en el Senado
para dar prioridad a la defensa de la galaxia, pero la sesión se vio empantanada con rapidez en polítiqueos.
Furiosos senadores abandonaron sus escaños como protesta por las decisiones
que dejaban a los sectores que representaban expuestos a un ataque.
Muchos de los aliados diplomáticos de la República rehusaron dar apoyo militar por el bien común.
Cada sistema estaba allí por sí mismo.
Esta era quizá la mayor genialidad de la trama del Emperador.
Había hecho que la República se volviese contra sí misma.
Mientras la República enredaba con la política,
el Emperador usó ese tiempo para reconfigurar sus fuerzas para el prolongado asalto al interior del Núcleo Galáctico.
Se podía haber perdido todo en aquellos tempranos años
si los Maestros Jedi y los líderes militares de la República hubiesen esperado a las órdenes del Senado.
Al tomar los asuntos en sus propias manos, lograron ralentizar los avances del Imperio.
El ataque del Imperio Sith fue la maniobra militar
mejor coordinada y planeada de la historia de la galaxia.
Ciertas detalles sugieren que la operación necesitó de siglos de planificación y preparación.
Lo explicaré detalladamente en mi próximo informe.