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Hola a todos.
Me llamo Mayu Kishima y soy violinista.
Hoy me gustaría hablar
de cómo abordo
la música y el violín
en mi vida.
Conocí el violín
a los 3 años.
El primer violín que tuve en mis manos
era unas 16 veces más pequeño que el que acabo de tocar.
Era muy pequeño, casi un juguete.
En vez de jugar fuera con mis amigos,
o de mirar TV,
me encantaba tocar el violín.
Desde pequeña
quería ser violinista y no veía la razón
para no lograrlo.
Eso no quiere decir necesariamente que dominara una pieza difícil a muy temprana edad,
era mas bien una niña torpe.
Pero creía que realmente deseaba hacerlo,
creía que nunca había que rendirse,
y creo que eso me dio autoconfianza.
Estaba feliz de conocer gente buena
en el mundo de la música.
Conocí a la primera maestra, la Sra. Izumi Hayashi
a los 3 años.
Ella dijo que nunca había enseñado a una niña
tan pequeña, pero que lo intentaría,
y abrió las puertas del mundo de la música para mí.
Me infundió
la fascinación
por los violines.
Siempre me gustó el violín
pero nunca me gustó practicar.
Solía buscar
la forma de
ser mejor intérprete sin practicar.
La práctica no siempre me resulta divertida,
solía preguntarme cómo soportaría la práctica diaria,
y al final siempre llegaba a una respuesta simple:
no se puede mejorar en nada sin práctica.
Pero en vez de practicar las 6 horas usuales,
yo hacía 3 horas de práctica muy intensiva
y pasaba las otras 3 horas
inmersa en las cosas maravillosas que amo,
como la escenografía, que me gusta, los colores dulces,
las cosas que siento hermosas y maravillosas.
Creo que esas 3 horas dotaron
de ideas e inspiración a mi música actual.
La idea de salir fuera a estudiar música se me cruzó
cuando estaba en 4º o 5º grado.
Quizá se deba a la experiencia que tuve
en Europa y EE.UU.,
donde vi estudiantes por allí, aprendiendo música en la naturaleza,
muy relajados, en libertad, llenos de alegría.
No podía dejar de sentir que
quería aprender música en un lugar así,
quería vivir en un lugar como ese.
Al principio, mis padres no me lo permitieron porque era muy joven.
Pensaban que debería terminar la secundaria en ***ón.
Rogué a mis padres que visitaran Alemania.
Allí conocí al Sr. Zakhar Bron; luego, de repente,
mi viaje a Alemania para estudiar música se hizo realidad.
La decisión fue tan apresurada
que no sabíamos dónde viviríamos,
a qué lugar iríamos, ni a qué escuela,
tampoco hablábamos alemán.
Cuando salimos para Alemania con mi madre,
lo único que pensaba era que si tenía mi violín, lo demás estaría bien.
Cuando llegué a Alemania,
estuve rodeada de muchas personas buenas y cálidas
que nos dieron su apoyo.
Aunque no hablaba alemán, me adapté a la escuela con naturalidad.
Yo estaba plena de alegría y felicidad
de poder estar allí.
Esos fueron mis días en Alemania.
La música me permitió sobreponerme
a desafíos que parecerían imposibles y difíciles
sin la música.
La música se tornó una gran esperanza y poder
que me hacía avanzar y disfrutar de todo.
Después de Alemania visité muchos países,
Estados Unidos, en Europa: Italia, Alemania y Francia.
También estuve en Israel.
El violín me llevó a todos esos rincones del mundo.
A menudo me preguntan en entrevistas
qué es lo más difícil, la lucha más dura de mi vida.
Me cuesta sentir que haya tenido dificultades o luchas.
Para mí es natural entregar toda mi vida
a lo que más quiero y a lo que me da la máxima satisfacción.
Doy gracias por estar en una posición que me permite dedicarme al violín.
Y también agradezco a mis padres
que dedicaron todo para apoyar mi sueño.
No es exagerado decir que
ellos crearon el 80 % de mi música actual.
Pienso que si creemos en algo
y lo enfrentamos con cuerpo y alma,
el sueño seguramente se hará realidad algún día.
Quiero decirles algo
a los niños japoneses que serán el futuro de este país.
Nunca pierdan los sueños ni las esperanzas,
por favor, tengan una visión clara
y hasta que no se haga realidad, avancen en cuerpo y alma.
Luego los desafíos y las dificultades del camino
se volverán en
el poder y la alegría para avanzar.
Espero que crean que no hay nada imposible en la vida;
esa creencia les dará un poder increíble.
Gracias. (Aplausos)