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Causas y factores de riesgo de la alergia Hay numerosas causas y factores de riesgo
que pueden predisponernos a padecer alergia. A continuación enumeramos los más habituales:
Predisposición genética Probablemente sea uno de los factores decisivos
para la aparición de procesos alérgicos en un niño, sobre todo cuando los antecedentes
alérgicos afectan a las líneas familiares materna y paterna. En los primeros meses de
vida el niño contacta con la mayoría de alergenos a los que seguirá expuesto el resto
de su vida. Debido a la inmadurez de su sistema inmunológico y a la elevada capacidad de
absorción de las mucosas respiratoria y digestiva, es entonces cuando corre el riesgo de quedar
sensibilizado. Por este motivo, es conveniente retrasar la introducción en la dieta de alimentos
ricos en proteínas tales como el huevo, la leche de vaca, los pescados y las legumbres,
por su mayor capacidad para facilitar el desarrollo de alergias alimentarias.
Susceptibilidad personal Incremento de la predisposición del individuo
para sintetizar Ig E específica contra determinadas sustancias (alergenos) del medio ambiente.
Susceptibilidad racial El 20 por ciento de la población blanca europea
presenta problemas alérgicos, un porcentaje muy superior al registrado entre las personas
que habitan en las zonas tropicales. También hay ciertos tipos de alergias o intolerancias
alimentarias que se observan con más frecuencia en unas razas que en otras.
Exposición ambiental Frío, calor, radiación solar, agentes químicos...
Se puede considerar que las afecciones alérgicas son uno de los tributos que tiene que pagar
la raza humana en su lucha por el progreso; se ha visto un aumento de cuadros alérgicos,
como por ejemplo reacciones asmáticas, en hijos descendientes de emigrantes a otro país,
en comparación con los residentes en su tierra de origen. Las estadísticas demuestran que
en las zonas industrializadas se registran más alergopatías que en las zonas rurales.
Las emisiones producidas por vehículos, calefacciones y actividades industriales son las responsables
de contaminantes como el dióxido de carbono, el dióxido de nitrógeno y el dióxido de
azufre que, en determinadas concentraciones, son perjudiciales para la salud y agravantes
de patologías alérgicas como elasma. Exposición profesional
Trabajos con animales de laboratorio, manipulación de derivados de caucho, látex; ambientes
con inhalación de vapores, manipuladores de maderas, pinturas.... Se ha comprobado
el desarrollo de asma bronquial de tipo ocupacional en relación con la exposición a polvos orgánicos
e inorgánicos, vapores irritantes, y una amplia variedad de agentes químicos.
Infecciones como desencadenantes Existe controversia respecto a la posibilidad
de que las infecciones respiratorias en las primeras etapas de la vida puedan favorecer
el desarrollo posterior de trastornos alérgicos; se ha observado que algunos lactantes con
episodios de obstrucción bronquial (bronquiolitis), pueden presentar posteriormente asma de tipo
alérgico con una frecuencia bastante elevada. Tabaquismo
En pacientes alérgicos la exposición reiterada al humo del tabacoagrava la irritación que
el contacto con pólenes y ácaros provocan a nivel de su mucosa ocular, nasal y bronquial.
Según diversas investigaciones, los fumadores poseen un nivel más elevado de Ig E, responsable
de las reacciones alérgicas. Se ha comprobado, además, el aumento de la frecuencia de infecciones
respiratorias y del riesgo de asma bronquial en niños expuestos al tabaco de padres fumadores
durante el primer año de vida. Fármacos
Cualquier medicamento puede producir una reacción alérgica, y es más frecuente en adultos
que en niños. Para que se desarrolle alergia se requiere siempre la exposición al mismo
con anterioridad y, tras la sensibilización inicial y la producción de anticuerpos, un
nuevo contacto con el fármaco desencadenará los síntomas.
Alimentos
La alergia alimentaria es más común en los niños que en los adultos, pero muchas de
las reacciones que se atribuyen a la alergia pueden deberse a la existencia de una mera
intolerancia. Los alimentos que aparecen implicados con
mayor frecuencia son la leche de vaca, huevos, pescados, legumbres, frutos secos, crustáceos
y fresas. Aditivos alimentarios
Colorantes, conservantes, antioxidantes, agentes aromáticos y potenciadores del sabor, espesantes
y emulgentes endulzantes. Ácaros del polvo doméstico
El polvo de las casas constituye una de las principales causas de alergia respiratoria
en todo el mundo. Consiste en una mezcla heterogénea de escamas de piel humana y aquellas procedentes
de animales domésticos, restos de insectos, fibras textiles, trazas de alimentos, insecticidas,
bacterias, pelos de animales, plumas de aves, mohos y, básicamente, unos parásitos microscópicos
denominados ácaros. Se favorece su proliferación con temperaturas próximas a los 25º-27º
C, en el otoño, y si la humedad relativa del aire es alta.
Plantas y pólenes
Las especies botánicas de dispersión aérea son las que pueden causar reacciones alérgicas.
Entre ellas: gramíneas y gramíneas cultivadas (trigo o cebada).
Durante los meses de primavera, un elevado número de partículas vegetales invisibles
invaden la atmósfera, y posteriormente pueden depositarse en el suelo, produciendo reacciones
tanto por vía aérea como por contacto. Hongos
Son seres microscópicos omnipresentes en el entorno del ser humano; debido a su elevada
capacidad reproductiva proliferan con facilidad siempre que encuentren materia orgánica que
les aporte los nutrientes necesarios. Los hongos se reproducen por medio de unas células
denominadas esporas, que al ser transportadas por el aire pueden ser inhaladas por otros
seres vivos. La inhalación sostenida de dichas esporas puede originar síntomas alérgicos
(rinitis, asma) en personas susceptibles. Animales
Perros, gatos, y otras mascotas como hámsteres y cobayas, constituyen una de las principales
causas de alergia después de pólenes y ácaros. También otros animales como las aves y los
caballos pueden provocar alergias. Insectos
Los que producen reacciones alérgicas con mayor frecuencia son los himenópteros (abejas
y avispas). Ejercicio físico como desencadenante
Correr es el ejercicio que con más frecuencia puede desencadenar episodios de obstrucción
bronquial y, en muchas ocasiones, es el único factor capaz de originar una crisis asmática
en personas predispuestas. Por otra parte, las personas con alergias a pólenes pueden
agravar sus síntomas con la práctica de ejercicio físico al aire libre.
Papel del psiquismo en las afecciones alérgicas Hace años se planteaba la posibilidad de
que el asma fuera en gran parte una enfermedad psicosomática. Sin embargo, no se ha podido
comprobar la existencia de una personalidad concreta que predisponga para el padecimiento
del asma, que se considera una enfermedad inflamatoria crónica de la mucosa bronquial.
No obstante, el correcto funcionamiento del organismo depende del sistema nervioso, que
puede verse afectado por determinadas situaciones estresantes y cuadros depresivos, que influyan
en la severidad de un episodio de crisis asmática.