Tip:
Highlight text to annotate it
X
¿Cómo podemos salvar a dos millones de niños cada año?
Como médicos estamos acostumbrados a absorber, a plantearnos preguntas
y a cuestionarnos: ¿qué podría haber hecho mejor?
Hay una forma de salvar a dos millones de niños cada año:
la terapia de rehidratación oral.
Es una tecnología muy sencilla que ha existido durante los últimos 30 años.
Esta tecnología se desarrolló para tratar una calamidad,
una enfermedad tremendamente penosa llamada diarrea.
Se trata de una dolencia universal,
que quizá solo supone un malestar en los países desarrollados.
Pero en los países pobres o en vías de desarrollo
es una amenaza vital para muchos, muchos niños.
La diarrea producirá más víctimas entre niños pequeños
que el sida, la malaria y la tuberculosis juntas.
Sin embargo, los fondos destinados a la diarrea son desproporcionadamente escasos.
Otras enfermedades, como la tuberculosis, la malaria
y el sida, consiguen recaudar mucho más dinero.
Vamos a analizar qué ocurre para que un niño muera de diarrea.
Hay dos partes implicadas en la muerte por diarrea infecciosa:
la primera consiste principalmente en beber agua contaminada.
Una vez que bebes ese agua,
las bacterias, los virus se desarrollan en los intestinos
y producen una pérdida tanto de agua como de electrolitos.
La terapia de rehidratación oral es el tratamiento.
La prevención es beber agua limpia,
pero la cura es la combinación óptima de sal, azúcar y agua.
Me gustaría explicar brevemente lo que es la deshidratación.
Muchas veces pensamos que es simplemente una pérdida de fluidos y agua,
pero también consiste en una pérdida de electrolitos.
Y el principal electrolito que perdemos cuando nos deshidratamos es la sal.
En un principio, las soluciones para la rehidratación oral eran usadas como sales,
y es por ello que usamos la "S".
La aplicación de las sales de rehidratación oral
ha recibido el nombre de terapia de rehidratación oral: TRO.
La sal es tan importante para rehidratarse,
que la usamos con mucha frecuencia en situaciones de emergencia médica.
Si estás enfermo de diarrea o padeces un golpe de calor,
se te trasladará rápido a urgencias
y allí se te administrará una solución salina por vía intravenosa.
Estas soluciones contienen una altísima concentración de sodio,
pero nunca te darás cuenta, ya que no las vas a saborear.
Una solución salina normal tiene 154 mEq (miliequivalentes) de sodio.
Las soluciones de rehidratación oral
que promueve la Organización Mundial de la Salud, tienen 75, o casi la mitad.
La soluciones pediátricas en Estados Unidos tienen 45 mEq
mientras que las bebidas isotónicas presentan niveles mucho más bajos de sodio.
El agua de coco y el zumo de manzana tienen niveles aún más bajos.
Como puedes ver, si te tratan en urgencias
y necesitas una solución intravenosa,
recibirás sodio en altas cantidades.
También puedes conseguirlo a través de la terapia de rehidratación oral.
(El sistema de cotransporte sodio-glucosa)
Y lo que sucede en el intestino es verdaderamente casi mágico,
ya que si recibes la cantidad precisa de agua, sal y azúcar
consigues activar lo que llamamos sistema de cotransporte sodio-glucosa.
Es un sistema que se encuentra en la pared intestinal,
donde a través de una molécula de sodio y otra de glucosa
se activará lo que llamamos el mecanismo de transporte,
que llevará agua, sales y azúcares
desde la pared intestinal hacia nuestro sistema circulatorio.
Allí donde va la sal, le seguirá el agua,
y esa es verdaderamente la clave.
Pero el problema con todo esto es que no nos gusta beber
soluciones dulces y saladas.
Así que como Mary Poppins decía hace mucho tiempo:
"...con un poco de azúcar, esa píldora que les dan pasará mejor".
Una de las cosas que observamos cuando hablamos de bebidas deportivas
es que llevan mucho, mucho azúcar
y tenemos desequilibrio entre los azúcares y la sal:
demasiados azúcares para una cantidad insuficiente de sal.
Pero hay un aspecto fundamental en el "Efecto Mary Poppins".
Y es que cada parte es importante.
Y es tan importante que la revista TIME se preguntaba en el 2006:
"¿Por qué no estamos usando esta tecnología que salva vidas?"
Médicos sin Fronteras afirma que tras la penicilina,
la terapia de rehidratación oral constituye el avance médico más importante.
Sin discusión.
Y la pregunta que se nos plantea constantemente,
sobre todo en los Estados Unidos, es:
¿Por qué no la usamos más a menudo?
Si administramos la solución de rehidratación oral,
las posibilidades de que un niño pequeño sobreviva son de más de un 99 %
Si no dispones de esta solución de rehidratación oral,
y usas en su lugar agua de coco, zumo de manzana o bebidas isotónicas,
tus posibilidades de supervivencia empiezan a disminuir y si eres un niño pequeño
la tasa de mortalidad puede ser mayor al 50 %, a veces incluso mayor al 90 %.
Me gustaría invitar hoy a una niña de 8 años para que nos muestre
cuánto fluido y electrolitos podría perder en una hora.
Puedes empezar a verter el líquido.
El cólera es la forma más fácil de perder sales y fluidos corporales.
Hemos oído hablar de él recientemente por el caso de Haití,
y es endémico en muchas partes del mundo.
Un litro de agua y, sigue,
3 cucharillas de sal es lo que podría perder una persona de su talla.
Lo mejor de todo es que tenemos la solución:
y la solución es la terapia de rehidratación oral.
Y como mi joven asistente les va a demostrar, en cualquier
parte del mundo es muy sencillo fabricar la terapia de rehidratación oral:
Un litro de agua,
media cucharilla de sal
y 5 cucharillas de azúcar.
Gracias.
Mezclar y beber.
Así que, aquí lo tienen:
la terapia de rehidratación oral ha salvado 50 millones de vidas,
50 millones de niños, desde que se creó en 1980.
Es más rápida, segura, barata y realmente más efectiva
que la hidratación intravenosa. Sin duda. La hidratación intravenosa
es lenta, dolorosa, necesitas personal cualificado para administrarla,
y resulta mucho más costosa.
¿Quién está recomendando y respaldando la terapia de rehidratación oral?
Muchas organizaciones en todo el mundo.
Me gustaría preguntar: ¿Quién está enseñando la terapia de rehidratación oral?
Pues básicamente, las facultades de medicina de todo el mundo, salvo un país.
Y ese país es Estados Unidos,
en el que no se enseña con regularidad.
Quiero cambiar esto, es mi objetivo vital, y me gustaría desafiar al mundo
a ayudar a reducir esas muertes,
esas 2 millones de muertes de niños menores de 5 años, a cero.
Es posible y ya disponemos de la tecnología.
Muchas gracias.
(Aplausos)