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Tú y yo jadeamos nuestras manos fuertemente entrelazadas...
El lugar donde la luz nació está siendo disipado.
El atardecer ámbar fue coloreado...
por los reflejos de la afligida luz y sombra del pueblo.
Un puñado de hilos milagrosos,
aunque enredados, finalmente te alcanzaron
y comenzaron todo de nuevo, justo desde aquí.
Desde la lluvia hasta que salga el sol, esa nube
sigue nadando.
Mi corazón está atado
por su propia incertidumbre.
Tu y yo jadeamos
nuestras manos fuertemente entrelazadas.
Sé que jamás desaparecerás,
así que juntemos nuestras manos ahora libres,
y comenzemos de nuevo, justo desde aquí.