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Buenos días a todos.
No sé si ven bien, pero les presento a Jean-Claude.
Es un poco tímido con la gente.
De hecho, Jean-Claude es un zombi. Ahora, estoy seguro de que saben bien todo sobre los zombis,
ya sea a través de los videojuegos, el cine o la literatura.
En la mayoría de los casos, los zombis son portadores de una enfermedad absolutamente devastadora
que va a acabar con la especie humana y la va a transformar en una especie de muertos vivientes
que se van a alimentar sin conciencia de carne humana.
Y, a menudo, esta enfermedad se debe a algo minúsculo: los virus.
Al ver esto, uno está en su derecho de preguntarse si esos temores
concernientes a las epidemias, ¿son del dominio de la ficción
o de la realidad?
El premio Nobel Joshua Lederberg dijo que esa cosa pequeña que es el virus
constituye una amenaza muy importante para la supervivencia de la especie humana
en la superficie del planeta.
Y como sin duda saben, la historia le ha dado la razón:
1918-1919, la gripe española, 50 millones de personas murieron debido a este virus.
Eso representa el 1 % de la población mundial de la época,
y como sin duda saben igualmente,
estos últimos años, los nuevos brotes de numerosos virus de la gripe
nos recuerdan constantemente que sí, esos virus constituyen una amenaza para la especie humana.
En la medida en que exista la amenaza, debemos protegernos.
Por lo tanto hay que trabajar, hay que estudiar estos organismos para protegernos.
Entonces, ¿cómo lo hacemos?
Una forma de hacer esto es estudiar estos virus por medio de experimentos genéticos,
la manipulación genética de estos virus para crear cepas mutantes.
Creando estas cepas mutantes en el laboratorio, podemos analizar el potencial de peligro
que pueden presentar estos patógenos.
Entonces se los presento, arriba a la derecha tienen imágenes de experimentación
en un laboratorio que llamamos P4, porque es un laboratorio de nivel 4,
el nivel más alto que pueden encontrar en temas de seguridad biológica.
Sólo existe uno en Francia: se encuentra en Lyon.
Estos laboratorios manipulan los virus extremadamente patógenos, como por ejemplo, el virus del Ébola.
Cuando se ven todas estas manipulaciones genéticas implicadas en el estudio de estos patógenos,
uno se puede preguntar, muy naturalmente: ¿cuál es el límite?
¿Hay un límite a estas experimentaciones genéticas
sobre esos patógenos, a riesgo de provocar esa famosa invasión de zombis?
De acuerdo, un virus que saliera accidentalmente de un laboratorio
e infectara a la población provocaría una invasión zombi.
Ahora, si se mira lo que se hace en estos momentos, al respecto de este límite:
¿ya se ha alcanzado ese límite?
Hay laboratorios que, por ejemplo, infectan mosquitos
con el virus de chikungunya o el virus del dengue,
virus que conocen sin duda,
que causan estragos de la salud en países de todo el Océano Índico.
y entonces infectan esos mosquitos y crecen en sus laboratorios,
¿Qué podría pasar si esos mosquitos salieran de esos laboratorios
para infectas a la población, etc., etc. y la enfermedad pudiera propagarse?
Más recientemente, una historia de la que se habló mucho hace poco,
el caso del virus de la gripe aviar.
El virus de la gripe aviar, como saben, es un virus
extremadamente virulento y que se transmite principalmente de ave a ave.
Un laboratorio holandés aprovechó este virus de la gripe aviar,
realizó mutaciones en el interior del virus y lo hizo
transmisible de hombre a hombre.
Y cito al creador del estudio:
"Hemos creado el virus más peligroso que ha existido".
Me pregunto: en este caso, ¿se ha cruzado el límite?
En realidad, la cuestión es mucho más complicada,
porque el límite en el marco de esos estudios, finalmente,
es como una especie de fino balance entre, por un lado la responsabilidad
de los investigadores que crearon estos organismos,
y la responsabilidad en términos de control y seguridad.
Efectivamente, hoy en día, en los laboratorios que crearon esos virus,
tienen controles, restricciones de seguridad muy estrictas
para que los virus que se crean estén protegidos, encerrados,
confinados al laboratorio, ¿sí?
Un investigador que desarrolla un virus no debe poder hacer lo que quiera con él,
aunque, por supuesto, estarán de acuerdo conmigo, no existe el riesgo cero.
Entonces, por un lado, existe esta responsabilidad
y por el otro, la necesidad. Necesidad de anticipar y prever el futuro.
Y me voy a explicar sobre este punto:
Imaginen, volvemos a esta famosa gripe aviar.
En la naturaleza, tenemos un virus de la gripe aviar que se transmite de ave a ave.
Supongamos que dentro de este virus hay cinco proteínas,
que tengo aquí en rojo.
En el laboratorio, los científicos crean un virus y transforman tres de estas proteínas rojas
en tres proteínas verdes.
Con esto, hacen que el virus sea transmisible de hombre a hombre, ¿sí?
Entonces, esto es dentro del marco de un laboratorio.
Si dentro de 3, 5 o 10 años observamos en la naturaleza un virus, natural, que posee
una proteína verde entre cuatro, se va dirá: "Vaya, hay un riesgo de que finalmente
un día se llegue a este virus".
Y ahí está. La utilidad de desarrollar un virus como ese en el laboratorio cobra todo el sentido,
porque entonces, podremos evaluar el riesgo potencial de un virus como ese,
podremos dar la alerta muy rápidamente, en resumen, estaremos preparados
para responder con mucha mayor eficacia.
Y, finalmente, este límite entre el balance de la responsabilidad y la necesidad,
es interesante, suscita pasiones,
y se crea una especie de paradoja, que llamo la paradoja del zombiólogo.
Y van a ver qué representa en realidad:
Es la idea de que por un lado la mayoría de la gente demandará medidas preventivas
contra ciertas epidemias, de gripe, entonces demandaremos que estemos listos
para responder a los problemas sanitarios causados por esos organismos,
y por otro lado, la mayoría de la población denunciará las experimentaciones genéticas
del tipo "bruja loca" que, sin embargo, buscan crear medidas preventivas
para protegerse de tales epidemias.
Y así, de repente, a un virólogo, se le presenta esta extraña especie de paradoja.
Trataré de presentarla de un modo un poco más interesante:
imaginen que crearon el arma perfecta antizombi para proteger su casa.
Rodean su casa con cintas transportadoras, ¿sí?
Así, los zombis no podrán entrar a su casa
porque se van a deslizar sobre las cintas transportadoras y nunca llegarán
y al mismo tiempo denuncian a los fabricantes de las cintas transportadoras porque son
potencialmente peligrosas. Entonces, tienen una paradoja.
Y lo interesante de esta paradoja es que finalmente es lo mismo si tratamos
de crear un virus en el laboratorio para desarrollar medidas preventivas, para estar listos en el futuro,
la mayoría de la población se acordará todos los días de una cosa: el peligro, el miedo a los zombis
sale a la luz.
Entonces la pregunta que podemos hacernos es: ¿es este límite
entre la necesidad y la responsabilidad, el verdadero problema?
Yo no lo creo.
Creo que finalmente, este límite entre la necesidad y la responsabilidad
es el zombi que esconde la horda de zombis.
El verdadero problema para mí es la comunicación y la transparencia de las prácticas científicas
para el público en general.
Así que para confrontar este límite, que para mí es el verdadero límite, hay que hacer frente a la opinión pública.
Para eso, vamos a las universidades, a las preparatorias
creamos talleres interactivos para el público en general, para explicarles
porqué trabajamos con los virus, por qué hacemos estas investigaciones
y cómo hacemos estas investigaciones todos los días con esta dualidad entre necesidad y responsabilidad
y explicándole al público en general, siendo pedagogos, entenderán mejor
los retos del futuro y el porqué estamos haciendo toda esta investigación.
Y al hacerlo, nos daremos cuenta de que el límite está sobre todo en la idea
de que la ciencia es investigación y, en última instancia,
la ciencia debe ser tanto comunicación como investigación.
Así, precisamente por la preocupación del futuro, es esencial explicar a la gente qué tipo de investigación
se está realizando sobre virus extremadamente patógenos.
Es esencial, porque se trata de los retos del mañana, del futuro del hombre,
de su permanencia sobre la superficie de la tierra. Y así, simplemente, porque es
muy normal que la gente sepa lo que se hace en los laboratorios
que están al lado de sus casas. Porque el misterio conduce al miedo,
el miedo a la emoción, y la emoción a la desinformación,
que es lo que pasa con los zombis.
Cuando comprendamos todo esto, por fin entenderemos que el virólogo no es un aprendiz de brujo,
sino que sobre todo es una suerte de protector contra las invasiones de zombis.
Volviendo, en conclusión, a mi famoso Jean-Claude del inicio,
aún cuando el zombi es solo una ficción, tiene la capacidad de recordarnos
que la preparación para el futuro y los desafíos del futuro es esencial.
Y la agencia federal de EE.UU. para la prevención y control de enfermedades lo ha comprendido bien:
usan el pretexto de la invasión zombi para animar a la gente a entrenarse
para actuar frente a una emergencia sanitaria.
Ahí tienen un ejemplo de una camiseta, y también tengo otra puesta.
Pueden encontrar en todo el mundo muchas unidades llamadas Equipo de Respuesta Para el Apocalipsis Zombi,
gente que se ha preparado para responder a una invasión de zombis, pero esta gente
es la que actúa sobre todo cuando hay catástrofes naturales hoy en día.
Es la idea de prepararse para el futuro.
Y terminaré diciendo que una ciencia más accesible, más comunicativa
con el público en general, es una ciencia reforzada,
más dinámica, que crea nuevas vocaciones más fácilmente,
llena de pequeños asesinos de zombis, y es una ciencia más preparada
para prevenir lo que venga el día de mañana.
Gracias.
(Aplausos)