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Mientras tanto, en un restaurante
—Mira, Sergio. Tú no me caes bien a mí y yo no te caigo bien a ti, ¿vale? Solo hay una cosa que me dé más rabia que tú: que falle el Wi-Fi.
Tantos Barça-Madrid nos han crispado.
Te he citado aquí porque, si Puyol se pierde la Eurocopa, tú y yo seremos los defensas titulares de la selección y nos tenemos que caer bien de alguna forma, ¿vale?
—Que encontremos algún punto en común.
A ver, por ejemplo: ¿cuál es tu libro favorito?
—Va, Gerard. Si Guardiola no pudo contigo, este tampoco, chaval. Venga.
—¡Exacto, hipócrita! Siempre tan correcto de puertas para fuera, y después, peor que mi madre:
Gerard, no salgas; Gerard, no hagas deportes de aventura; Gerard, no te juegues a Messi al póquer... ¿Pero qué es esto, chaval?
—¡Que sí, hombre!
—¡Bravo! ¡Pero cómo imitas a Chaplin, chaval!
—Te he juzgado mal, Sergio, eres un buen tío. Te mereces que te siga en Twitter.
—¡Venga ese abrazo! ¡Crack, que eres un crack!
—¿Adónde vas?
—¡Es foie, amigo mío, foie!
—¡Es foie, pero "fuelle" es entrañable! ¡Nunca te olvidaré!
¡Un tuit de Shakira!
A las 6, ñaca-ñaca. ¡Y una mierda!