Tip:
Highlight text to annotate it
X
Hoy vamos a cocinar unos espectaculares Shirataki Dukan negros con chipirones,
y al final del video os enseñaré como caramelizar cebolla sin aceite.
Ya veréis qué cosa tan rica.
En mi último vídeo os presentaba los Shirataki y os contaba que estos
fideos de Konjac no tienen apenas calorías ni hidratos
y que además son muy saciantes, lo que los hace perfectos para dietas de
adelgazamiento.
Hoy los voy a usar en una receta con unos calamares diminutos, conocidos
como "chipirón puntilla".
Vamos a empezar preparando los Shirataki
y para eso los sacamos de su envase,
los colocamos en un colador
y los lavamos bien bajo el grifo de agua fría. Esto es tinta de calamar (sepia).
Se consigue en la pescadería o en la sección de congelados de cualquier supermercado.
Es muy económica: un par de sobres cuestan apenas 25 céntimos.
Abrimos uno de los sobres con una tijera y echamos la tinta en el fondo
de una taza.
Aplastad bien el plástico, para sacar más tinta.
Yo no lo voy a estrujar demasiado porque soy bastante patosa
y me mancharía los dedos. Lo haré luego fuera de cámara.
Añadimos ahora un vaso de caldo de pescado muy caliente.
¿No te gusta el caldo de pescado? Usa caldo de verduras.
En las tiendas venden caldos estupendos, sabrosos y bajos en grasa.
Si eres muy "cocinillas" y lo quieres hacer en casa, incluso mejor:
envíame la receta.
Removemos para disolver la tinta del calamar
y añadimos los Shirataki.
Vamos a dejar que reposen en este caldo unos 6 o 7 minutos.
Así se irán empapando
del sabor del caldo. Pasados 7 minutos escurrimos los Shirataki,
los ponemos en una sartén bien caliente
y los vamos a saltear, sin nada de aceite.
Si queréis le podéis añadir una cucharada de queso de untar
bajo en grasa o de queso de yogur casero: esto los hará más cremosos.
Los fideos tienen ahora un bonito color gris perla; si te gustan así, perfecto.
Yo voy a añadir otro sobre de tinta de calamar,
porque los quiero bien negros. Si nunca has probado la tinta de calamar, te
va a sorprender. A pesar de su aspecto, tiene un sabor suave y delicado.
Ya están como a mí me gustan,
bien oscuros.
Vamos con los chipirones. En una sartén limpia y bien caliente, ponemos 2 o 3
gotitas de aceite y añadimos una pizca de sal gruesa.
Añadimos unos 200 gramos de chipirones por persona. Fijaos en estos,
son "chipirón puntilla" y son muy, muy pequeños.
¡Casi da penita comérselos!
Yo voy a cocinar ahora sólo la mitad de una ración, para que se vea bien
cómo se hacen,
pero vosotros echadlos todos del tirón.
Atención, porque esta parte del video va en tiempo real:
no la voy a cortar, ni editar.
Quiero que veais lo rápido que se hacen los chipirones. Están listos en
sólo 1 minuto.
Estos, como son tan pequeños, están listos incluso en menos tiempo.
Les vamos a dar la vuelta para que no se quemen y en cuanto veais que se encogen,
se retuercen
y cambian de color, ya podéis apagar el fuego,
¿lo veis? Ya están.
Rápido no, ¡rapidísimo!
Ahora toca presentar el plato:
para que los Shirataki queden con una forma bonita, uso un "aro de emplatar".
¿Y sabéis qué?
Este aro lo he hecho yo en casa, sin gastar ni un duro.
Es una idea de "Facilísimo Cocina", en su canal de youtube.
Os dejo el enlace en la caja de información bajo el vídeo, y también
en mi blog.
Voy a añadir 2 cucharadas de una de mis Salsas de Aperitivo
y 1 cucharada de cebolla caramelizada
(ahora os enseño cómo se hace)
Limpio los bordes del plato
y perfecto. Entra por los ojos. Mis salsas de aperitivo las tienes también
en vídeo. Pincha en el enlace que aparece sobre la pantalla para ver
la receta.
Vamos a hacer cebolla caramelizada para varios días.
En una sartén (que, como siempre, está bien caliente)
pongo 2 cebollas, cortadas en tiras.
Las he pesado, y son 400 gramos de cebolla, ¿de acuerdo? Añado una pizca de
sal gruesa y un poquito de bicarbonato.
Fijaos:
uso una cuchara pequeña, de las de café,
y le pongo menos de 1/3 para 400 gramos de cebolla.
Yo le tenía un poco de miedo a esta receta, que encontré en el blog
Umami Madrid,
porque sé que si te pasas de bicarbonato
la cebolla
sabe amarga.
Pero ¡qué va!
La hecho ya unas cuantas veces
y sale genial.
Ahora pueden pasar dos cosas:
que las cebollas empiezan a soltar agua y se vayan cocinando en su propio jugo,
o que (como las mías) se queden secas y empiecen a pegarse al fondo de la sartén.
Si te quedan secas, lo que vamos a hacer es ir añadiendo agua fría.
Cada vez que veáis que se seca la cebolla y que hace costra, poneis 1 cucharada de
agua y removéis.
Y así vamos a estar unos 10 minutos: removiendo y añadiendo agua,
removiendo y añadiendo agua, hasta que la cebolla tome un bonito color dorado.
Probádla ahora: esta riquísima.
Como a mí me gusta un poquito más ácida, he añadido una cucharada sopera
de vinagre de manzana.
Si en cambio la queréis más dulce,
poned unas gotas de edulcorante o de sacarina.
Si te ha gustado el vídeo y quieres ver más como éste, apoya a mi canal: dale un
"Me gusta" al vídeo, compártelo con tus amigos y Suscríbete,
es gratis.