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PARTE II. Un viaje a Brobdingnag.
CAPÍTULO I.
Una gran tormenta se describe, la lancha enviado a buscar agua, el autor va con ella a
descubrir el país.
Él se queda en tierra, es tomado por uno de los nativos, y llevado a un agricultor
casa. Su recepción, con varios accidentes que
que pasó allí.
Una descripción de los habitantes.
Haber sido condenado, por la naturaleza y la fortuna, a la vida activa e inquieta, en
dos meses después de mi regreso, me volvió a dejar mi país natal, y llevó a la navegación en el
Downs, el día 20 de junio 1702, en
la aventura, el capitán John Nicholas, un hombre de Cornualles, el comandante, con destino a Surat.
Tuvimos un muy próspero viento, hasta que llegamos al Cabo de Buena Esperanza, en el que
aterrizó de agua dulce, pero el descubrimiento de una fuga, que no enviado a nuestros productos y el invierno
allí, porque el capitán de un enfermo que cae
fiebre intermitente, no pudimos dejar el Cabo hasta el final de marzo.
A continuación, la vela, y tenía un buen viaje hasta pasar el estrecho de Madagascar;
pero habiendo conseguido el norte de la isla, y alrededor de cinco grados de latitud sur,
los vientos, que en esos mares se observan
a soplar un viento constante de la igualdad entre el norte y el oeste, desde el principio de
De diciembre a principios de mayo, el 19 de abril comenzó a soplar con mucha
mayor violencia, y más al oeste de
habitual, continuando así durante veinte días juntos: tiempo durante el cual, nos llevaron
un poco al este de las Islas Molucas, y alrededor de tres grados hacia el norte
de la línea, como el capitán encontró un
observación tomó el 02 de mayo, momento en que cesó el viento, y fue una
perfecta calma, ante lo cual yo no era un poco se alegró.
Pero, siendo un hombre con mucha experiencia en la navegación de los mares, la oferta de todos nosotros
prepararse frente a una tormenta, que en consecuencia pasó los siguientes días: para la
viento del sur, llamado el sur del monzón, comenzó a establecer pulg
Encontrar que era probable que overblow, llevamos en nuestro espíritu de vela, y se puso por la mano del
trinquete, pero hacer el mal tiempo, buscamos las armas eran rápidos, y se lo entregó
la mesana.
El barco estaba fuera muy amplia, por lo que pensó que era mejor cuchara antes de que el mar, que
o tratando de pelar.
Nos rizada del trinquete y lo puso, y tiró de la popa de la proa hojas, el timón se
duro de un tipo de clima. El barco llevaba con valentía.
Estamos demorando la palestra por distancia, pero la vela estaba dividida, y arrastrado por el patio, y
tiene la vela en el barco, y sin unir todas las cosas con claridad.
Fue una tormenta muy fuerte, el mar rompió extraño y peligroso.
Tuvimos que arrastrar de descuento sobre el laniard del látigo con el personal, y ayudó al hombre a la cabeza.
Nosotros no bajar nuestro mástil, pero vamos todos de pie, porque se deslizaban antes de la
mar muy bien, y sabíamos que el ser superior del mástil en alto, la nave fue el
wholesomer, e hizo un mejor camino en el mar, viendo que había mar de la habitación.
Cuando la tormenta, nos pusimos trinquete y vela principal, y trajo el barco.
Luego nos instalamos en la mesana, principal-top-vela, y la delantera superior de vela.
Nuestro curso era este-noreste, el viento en el sur-oeste.
Tenemos las tachuelas a bordo de estribor, echamos fuera de nuestro tiempo-llaves y ascensores, que en conjunto
la barandilla de llaves, y llevados adelante por el clima, bowlings, y tiró de ellos apretados,
y los demorando, y llevados por la mesana
rumbo a barlovento, y mantuvo su completa y lo más cerca se quedaba.
Durante la tormenta, que fue seguido por un fuerte viento del oeste-suroeste, que se
llevado, según mis cálculos, alrededor de 500 leguas al este, por lo que el
antiguo marinero a bordo no podía decir en qué parte del mundo en el que estaban.
Nuestras provisiones extendió así, nuestro barco fue firme, y nuestro equipo de todos en buena salud;
pero estaba en la miseria extrema de agua.
Pensamos que es mejor mantener en el mismo curso, en lugar de girar más hacia el norte,
que podría habernos llevado a la parte noroeste de la Gran Tartaria, y en el
Congelados del mar.
En el día 16 de junio de 1703, un niño en la tierra de arriba del mástil descubierto.
El día 17, llegamos a la vista de una gran isla o continente (ya que no sabía
si;) en la parte sur de lo cual fue un cuello de tierra que sobresale en el
mar, y un arroyo de poca profundidad para bodega de un barco de más de cien toneladas.
Echamos el ancla a una legua de esta ensenada, y nuestro capitán envió una docena de sus
hombres bien armados en la lancha, con vasos de agua, en su caso se pudo encontrar.
Yo deseaba su permiso para ir con ellos, para que pueda ver el país, y hacer lo que
descubrimientos que pude. Cuando llegamos a la tierra que vio ningún río o
primavera, ni ninguna señal de habitantes.
Nuestros hombres por lo tanto, vagaba por la costa para encontrar un poco de agua dulce cerca del mar, y
Yo caminaba solo a una milla al otro lado, donde observé el país todos los
árido y rocoso.
Empecé a estar cansado, y no viendo nada para entretener a mi curiosidad, volví
suavemente hacia el arroyo, y el mar está lleno, en mi opinión, vi a nuestros hombres
ya subieron a la barca y remar para que la vida del barco.
Yo iba a holla después de ellos, a pesar de que había sido de poco, cuando me
se observó una enorme criatura caminando detrás de ellos en el mar, tan rápido como pudo: le metió
no mucho más allá de sus rodillas, y se
avances prodigiosos, pero nuestros hombres tenían el comienzo de su media legua, y el mar
por ahí, lleno de afiladas rocas, el monstruo no fue capaz de superar
el barco.
Esto me dijeron después, para que no me atreví estancia para ver el tema de la aventura, pero
corrió tan rápido como pude el camino fui por primera vez, y luego subió a una colina empinada,
que me dio algo de perspectiva del país.
Me pareció completamente cultivado, pero lo que primero que me sorprendió fue la longitud de la
hierba, que, en aquellos terrenos que parecían ser mantenido para heno, era de unos seis metros
de alto.
Caí en una carretera de alta, por lo que lo llevó a ser, a pesar de que sirvió a los habitantes
sólo como un sendero a través de un campo de cebada.
Aquí seguí caminando por algún tiempo, pero no pudo ver poco en cada lado, y siendo ya
cerca de la cosecha, el maíz y el aumento de por lo menos cuarenta pies.
Yo estaba a una hora caminando hasta el final de este campo, que estaba cercado con un seto de
por lo menos ciento veinte pies de alto, y los árboles tan altos que yo no podía hacer
cálculo de su altura.
Hubo un estilo de pasar de este campo en el siguiente.
Tenía cuatro pasos, y una piedra para cruzar cuando llegó a la más alta.
Era imposible para mí para subir este estilo, porque cada paso era de seis pies
de alto, y la piedra superior alrededor de veinte.
Yo estaba tratando de encontrar algún hueco en la cobertura, cuando descubrí que uno de los
habitantes en el siguiente campo, avanzando hacia el estilo, del mismo tamaño con
lo que vi en el mar persiguiendo nuestro bote.
Apareció tan alto como una torre de campanario común, y tomó cerca de diez metros en cada
paso, lo más cerca que he podido adivinar.
Me llamó la atención con la mayor temor y asombro, y corrí a esconderme en el
maíz, de donde lo vi en la parte superior del larguero en busca de nuevo en el siguiente campo
la mano derecha, y le oí llamar a un
voz de muchos grados más que una bocina, pero el ruido era tan alto en el
aire, que al principio pensó sin duda que era un trueno.
Con lo cual siete monstruos como él, se acercó a él con los ganchos en cosechar
sus manos, cada gancho sobre la amplitud de seis guadañas.
Estas personas no estaban tan bien vestida como la primera, cuyos funcionarios o trabajadores que
parece ser, pues, en algunas palabras que pronunció, fueron a cosechar el maíz en el
campo donde yo estaba.
Seguí de ellos a una distancia tan grande que he podido, pero se vio obligado a moverse con
extrema dificultad, por los tallos del maíz a veces no se por encima de un pie
distantes, por lo que apenas podía exprimir mi cuerpo hay entre ellos.
Sin embargo, he hecho un cambio para seguir adelante, hasta que llegué a una parte del campo donde la
el maíz había sido establecido por la lluvia y el viento.
Aquí era imposible para mí para avanzar un paso, porque los tallos se entrelazan así,
que no podía deslizarse a través, y las barbas de las orejas caídas tan fuertes y
Señaló, que traspasaron a través de mi ropa en mi carne.
Al mismo tiempo, me enteré de los segadores, a menos de cien metros detrás de mí.
Siendo bastante desanimada por el trabajo, y superar por completo por el dolor y la desesperación, me acosté
hacia abajo entre dos crestas, y de todo corazón deseaba que no podría terminar mis días.
Me lamentaba de mi viuda desolada y los niños sin padre.
Me lamenté mi propia locura y terquedad, en el intento de un segundo viaje, en contra de la
consejo de todos mis amigos y parientes.
En este terrible agitación de la mente, no pude evitar pensar en Liliput, cuyos
habitantes me miraban como el mayor prodigio que haya aparecido en el mundo;
donde yo era capaz de dibujar una flota imperial
en mi mano, y realizar las demás acciones, que serán grabados para siempre en
las crónicas de aquel imperio, mientras que la posteridad no se les cree,
aunque atestiguado por millones de personas.
Yo lo refleja una mortificación que debe probar a mí, para aparecer como insignificante en
esta nación, como un simple liliputiense sería entre nosotros.
Pero esto me concibió mi madre iba a ser el menor de mis desgracias, porque, como seres humanos
observó que la más salvaje y cruel en proporción a su volumen, lo que podría
esperar, pero para ser un bocado en la boca de
el primero de estos bárbaros enorme que debe suceder para prenderme?
Sin duda los filósofos están en lo cierto, cuando nos dicen que nada es grande o
poco que no sea la comparación.
Puede ser que haya satisfecho la fortuna, que han dejado los liliputienses encontrar alguna nación, donde
la gente era tan diminuto con respecto a ellos, como lo fueron para mí.
Y quién sabe si incluso esta carrera prodigiosa de los mortales podría ser igual de
superados en alguna parte distante del mundo, de las cuales todavía tenemos ningún descubrimiento.
Asustado y confundido como yo, no pude evitar seguir con estas reflexiones,
cuando uno de los segadores, acercándose a diez metros de la cordillera donde yo estaba, me hizo
aprehender a que, con el siguiente paso que debe
ser aplastado hasta la muerte bajo sus pies, o cortado en dos con su hoz.
Y por lo tanto, cuando fue de nuevo a punto de pasar, me gritó lo más fuerte que el miedo puede hacer
yo: con lo cual la criatura enorme pisó corto, y, mirando alrededor con él durante algunos
tiempo, por fin me divisó mientras yo yacía en el suelo.
A su juicio, de un tiempo, con la cautela de quien se esfuerza por echar mano de un pequeño
animales peligrosos, de tal manera que no se estaría en condiciones de arañazo o mordedura
él, como yo mismo he hecho a veces con una comadreja en Inglaterra.
Al fin se atrevió a llevarme detrás, por el medio, entre su dedo índice y
pulgar, y me trajo un plazo de tres metros de sus ojos, para que pudiera contemplar mi forma
con mayor perfección.
Supuse que quería decir, y mi buena fortuna me dio tanta presencia de ánimo, que yo
decidido a no luchar en lo más mínimo cuando me sostenía en el aire por encima de sesenta pies de
la tierra, aunque gravemente pellizcado
mi lado, por temor a que debe deslizarse a través de sus dedos.
Todo lo que aventuró fue elevar mis ojos hacia el sol, y no meto mi mano
juntos en una postura suplicante, y hablar algunas palabras en una melancolía humilde
el tono, adecuado a la condición de que luego se
en: porque yo aprehendido cada momento que me iba a chocar contra el suelo, como
suelen hacer cualquier pequeño animal de odio, que tenemos una mente para destruir.
Pero mi buena estrella que lo tiene, que parecía satisfecho con mi voz y
gestos, y comenzó a mirarme como una curiosidad, preguntando mucho que me escuche
pronunciar articular palabras, aunque él no los podía entender.
Por el momento yo no era capaz de abstenerse de gemidos y lágrimas, y volviendo la
la cabeza hacia los costados, haciéndole saber, así que pude, qué crueldad Me dolió
la presión de su dedo pulgar y el dedo.
Parecía temer que quiero decir, pues, levantando la orejera de su abrigo, se puso
con suavidad en él, e inmediatamente corrió conmigo a su amo, que era un
agricultor sustancial, y la misma persona que había visto por primera vez en el campo.
El agricultor que (como supongo que por su hablar) recibió como una cuenta de mí como su
siervo podía darle, tomó un trozo de una pajita, del tamaño de un pie-
personal, y con ella levantó la orejeras
de mi abrigo, lo que parece que él piensa que es algún tipo de cobertura que la naturaleza le había dado
mí. Él me dejó los pelos a un lado para dar un mejor
punto de vista de mi cara.
Llamó a sus ciervas sobre él, y les pidió que, como supe después, si
había visto en los campos de cualquier pequeña criatura que se parecía a mí.
Entonces me colocó suavemente en el suelo sobre cuatro patas, pero me dieron de inmediato, y
Caminó lentamente hacia atrás y hacia adelante, para que las personas ven que no tenía intención de ejecutar
de distancia.
Todos se sentaron en un círculo alrededor de mí, el mejor para observar mis movimientos.
Me quité el sombrero e hizo una profunda reverencia hacia el agricultor.
Yo caí de rodillas y levantó las manos y los ojos, y habló algunas palabras en voz alta
como pude: me tomó una bolsa de oro de mi bolsillo, y humildemente lo que se le presentó.
Lo recibió en la palma de su mano, luego lo aplicó cerca de su ojo para ver
lo que era, y después resultó varias veces con la punta de un alfiler
(Que sacó de la manga), pero no pudo sacar nada de él.
Con lo cual me hizo una seña para que se ponga la mano en el suelo.
Luego cogió la bolsa y, abriéndolo, derramó todo el oro en su mano.
Había seis piezas españolas de cada cuatro pistolas, además de veinte o treinta
las monedas más pequeñas.
Yo lo vi mojar la punta de su dedo meñique en su lengua, y tome uno de mis
piezas más grandes, y luego otro, pero él parecía estar totalmente ignorantes lo que
se.
Él me hizo una señal para ponerlos otra vez en mi bolso y la bolsa de nuevo en el bolsillo,
que, después de ofrecer a él varias veces, pensé que sería mejor que hacer.
El agricultor, por esta vez, estaba convencido de que debe ser una criatura racional.
Hablaba a menudo a mí, pero el sonido de su voz me atravesó los oídos como el de un agua
molino, pero sus palabras se articulan suficiente.
Le respondí lo más fuerte que pude en varios idiomas, y muchas veces puso su oído en
dos metros de mí, pero todo fue en vano, ya que eran totalmente ininteligibles entre sí.
A continuación, envió sus siervos a su trabajo, y tomando su pañuelo de la
bolsillo, se dobló y lo extendió sobre su mano izquierda, que colocó en el plano
suelo con la palma hacia arriba, que me lleva
señal para entrar en ella, como lo podría hacer fácilmente, ya que no estaba por encima de un pie de espesor.
Pensé que mi parte a obedecer, y, por temor a caer, me puso de largo a largo en
el pañuelo, y el resto de lo que él me lamía la cabeza de
mayor seguridad, y de esta manera me llevó a su casa.
Allí llamó a su esposa, y me mostró a ella, pero ella gritó y corrió hacia atrás, como
las mujeres en Inglaterra no a la vista de un sapo o una araña.
Sin embargo, cuando ella había visto desde hace tiempo mi comportamiento, y lo bien que observó el
señales de su marido hizo, ella se reconcilió pronto, y poco a poco creció muy
concurso de mí.
Se trataba de las doce del mediodía, y un criado trajo en la cena.
Fue sólo un plato de carne sustancial (adecuado para la condición normal de un
labrador,) en un plato de alrededor de cuatro y veinte pies de diámetro.
La compañía se, el granjero y su esposa, tres hijos y una abuela.
Cuando se sentó, el granjero me puso a cierta distancia de él en la mesa,
que era de treinta metros de altura desde el suelo.
Yo estaba en un susto terrible, y lo más lejos que pude de la orilla, por temor a
la caída.
La esposa picado un poco de carne, y luego se desmoronó un poco de pan en un plato, y
lo puso delante de mí.
Le hice una profunda reverencia, saqué mi cuchillo y tenedor, y se puso a comer, lo que les dio
superior a placer.
La señora envió una criada suya para una pequeña taza de DRAM, que tenía alrededor de dos litros, y
lo llenó con la bebida, tomé el vaso con mucha dificultad con las dos manos, y en
de la manera más respetuosa bebió a su
salud señoría, expresando las palabras tan fuerte como pude en Inglés, que hizo que el
empresa reír con tantas ganas, que yo era sordo, casi con el ruido.
El licor sabía como una pequeña sidra, y no era desagradable.
Entonces el maestro me hizo una señal para venir a su lado zanjadora, pero cuando entré en el
mesa, de estar en una gran sorpresa todo el tiempo, como el indulgente lector fácilmente
concebir y excusa, me pasó a trompicones
en contra de una costra, y se cayó en mi cara, pero no recibió ninguna herida.
Inmediatamente me levanté, y observando a la gente buena de estar en una gran preocupación, que se
el sombrero (que sostenía bajo el brazo de los buenos modales,) y agitándolo por encima de mi cabeza,
hizo tres hurras, para demostrar que había conseguido ningún mal por mi caída.
Pero el avance hacia adelante hacia mi maestro (de aquí en adelante lo llamaremos), su hijo menor
hijo, que estaba sentado junto a él, un niño de arco de unos diez años, me llevó por el
las piernas, y me abrazó tan alto en el aire, que
Me temblaba todo su cuerpo, pero su padre me arrebató, y al mismo tiempo
le dio una caja en la oreja izquierda, como se han talado una tropa europea de
caballo a la tierra, que le ordenaba que se tomarán de la tabla.
Pero se teme que el niño pueda me debes un pesar, y recordar bien cómo travieso
todos los niños entre nosotros, naturalmente, son a los gorriones, los conejos, gatitos, y el perrito
los perros, me caí de rodillas, y que apunta a
el niño, hizo que mi maestro de entender, así que pude, que deseaba a su hijo
puede ser perdonado.
El padre cumplido, y el muchacho se sentó de nuevo, con lo cual fui a verlo, y
le besó la mano, que mi amo tomó, y lo hizo me golpe con cuidado con él.
En medio de la cena, el gato favorito de mi señora le dio un vuelco en su regazo.
Oí un ruido detrás de mí como de una docena de tejedores de medias en el trabajo, y volviéndose
mi cabeza, me pareció que salía de la ronroneo de ese animal, que parecía estar
tres veces más grande que un buey, como yo
calcula el punto de vista de su cabeza, y una de sus patas, mientras que su señora estaba dando de comer
y sus caricias.
La fiereza del semblante de esta criatura me descompuso por completo;
aunque yo estaba en el otro extremo de la mesa, más de cincuenta pies, y aunque
mi señora cabo su ayuno, por miedo a que
podría dar un resorte, y apoderarse de mí en sus garras.
Pero ocurrió que no había peligro, para que el gato no tuvo el menor caso de mí
cuando mi amo me ha puesto un plazo de tres metros de ella.
Y como he dicho siempre, y encontró cierto por la experiencia en mis viajes, que
vuelo o el descubrimiento de miedo ante un animal feroz, es una cierta manera de hacer que perseguir
o ataque, por lo que resolvió que, en este
peligrosa coyuntura, para mostrar ninguna clase de preocupación.
Caminé con intrepidez cinco o seis veces antes de que la cabeza misma del gato, y vino
dentro de medio metro de ella, con lo cual ella se echó hacia atrás, como si fuera más
miedo de mí: tenía menos miedo
respecto a los perros, de los cuales tres o cuatro entró en la habitación, como es habitual en
casas de los agricultores, de los cuales uno fue un mastín, lo que equivale a granel a cuatro elefantes,
y el otro un galgo, un poco más alto que el mastín, pero no tan grande.
Cuando la cena estaba casi terminado, la enfermera entró con un niño de un año de edad en sus brazos,
que de inmediato me espiaba, y comenzó una tormenta que podría haber oído de
Londres-Bridge ante el Chelsea, después de la habitual
la oratoria de los niños, para que me de un juguete.
La madre, de puro placer, me levantó y me puso con el niño, que
actualmente me agarró por el medio, y tengo mi cabeza en la boca, donde rugió tan
fuerte que el erizo fue asustado, y que
me deje caer, y yo infaliblemente han rompí el cuello, si la madre no había tenido su
delantal debajo de mí.
La enfermera, para tranquilizar a su bebé, hizo uso de un sonajero que era una especie de recipiente vacío
lleno de grandes piedras, y se sujeta por un cable a la cintura del niño: pero en
vano, de modo que se vio obligada a aplicar el último recurso dándole chupar.
Debo confesar que no hay ningún objeto nunca me repugnaba tanto como la visión de su monstruosa
de mama, que no puedo decir lo que comparar con el fin de dar al lector curioso un
idea de su volumen, forma y color.
Se encontraba destacado de seis pies, y no podía ser inferior a dieciséis de circunferencia.
El pezón era aproximadamente la mitad de la grandeza de mi cabeza, y el matiz de que, tanto excavados y el,
tan variada, con manchas, granos y pecas, que nada podía parecer más
náuseas, porque yo tenía una vista cerca de ella,
ella sentada, la forma más conveniente para dar a chupar, y yo de pie sobre la mesa.
Esto me hizo reflexionar sobre la piel clara de nuestras damas Inglés, que parecen tan hermoso
para nosotros, sólo porque son de nuestro propio tamaño, y sus defectos no ser visto, pero
a través de una lupa, donde se encuentra
por la experiencia que la piel blanca y suave mirada áspera y gruesa, y
mal color.
Recuerdo que cuando yo estaba en Liliput, el cutis de las personas diminutas
me pareció la más bella del mundo, y hablando sobre este tema con una persona
de aprendizaje no, que era un íntimo
amigo mío, me dijo que mi cara parecía mucho más justo y más suave cuando se
me miraba desde el suelo, lo que lo hizo en un punto de vista más cercano, cuando le tomó en
mi mano y lo llevó cerca, que
confesó al principio fue un espectáculo muy impactante.
Él dijo, "podía descubrir grandes agujeros en mi piel, para que los tocones de mi barba
diez veces más fuertes que las cerdas de un jabalí, y mi piel se compone de varios
colores del todo desagradable: "a pesar de
Tengo que pido permiso para decir a mí, que soy tan justo como la mayor parte de mi sexo y país,
y muy poco quemado por el sol de todos mis viajes.
En el otro lado, discurrir de las damas de la corte que el emperador, él utiliza para
me dicen, "había un pecas, otro demasiado ancho de boca y un tercero muy grande la nariz";
nada de lo que yo era capaz de distinguir.
Confieso que esta reflexión era bastante obvio que, sin embargo, no podía
abstengo, no sea que el lector podría pensar que esas criaturas se deformaron gran realidad: para
Tengo que hacer la justicia de decir, son
una raza de gente hermosa, y en particular las características del rostro de mi amo,
a pesar de que era, pero parecía un agricultor, cuando lo vi desde la altura de veinte metros,
muy bien proporcionado.
Cuando la cena se llevó a cabo, mi amo se fue a sus trabajadores, y, como pude descubrir por
su voz y el gesto, dio a su cargo la esposa estrictas para cuidar de mí.
Yo estaba muy cansado y dispuesto a dormir, que mi señora la percepción, que
me puso en su propia cama, y me cubrió con un pañuelo blanco limpio, pero más grande y
más gruesa que la vela mayor de un hombre de guerra.
He dormido unas dos horas, y soñé que estaba en casa con mi esposa e hijos, que
mis penas agravadas cuando me desperté, y me encontré solo en una habitación amplia, entre
dos y 300 pies de ancho, y por encima de
200 mentir alta, en una cama de veinte metros de ancho.
Mi ama se había ido por asuntos de su casa, y me había encerrado,
La cama era de ocho metros del suelo.
Algunas necesidades naturales me obligó a bajar, no me atreví a llamar a presumir, y si yo
tenido, habría sido en vano, con una voz como la mía, a una distancia tan grande
desde la habitación donde yo estaba a la cocina donde la familia tenía.
Mientras yo estaba en esas circunstancias, dos ratas se arrastró hasta las cortinas, y corrió
olor atrás y hacia delante en la cama.
Uno de ellos llegó casi hasta mi cara, con lo cual yo me levanté de un susto, y sacó
mi alfanje para defenderme.
Estos horribles animales tuvieron la osadía de atacarme en ambos lados, y uno de ellos
celebró su patas delanteras en el cuello, pero tuve la suerte de rasgar su vientre antes de
él me podía hacer ningún daño.
Cayó a mis pies, y el otro, al ver el destino de su compañero de hecho, su
escapar, pero no sin una buena herida en la espalda, que le dio al huir, y
hizo correr la sangre brotaba de él.
Después de esta hazaña, me acerqué con cuidado hacia adelante y atrás sobre la cama, para recuperar el aliento y
la pérdida de los espíritus.
Estas criaturas eran del tamaño de un mastín grande, pero infinitamente más ágil y
feroz, así que si me había quitado el cinturón antes de ir a dormir, debe tener
infaliblemente sido despedazado y devorado.
Medí la cola de la rata muerta, y nos pareció que estaba dos metros de largo, esperando una
pulgadas, pero iba en contra de mi estómago para arrastrar el cadáver de la cama, donde yacía
sigue sangrando, observé que había sin embargo, algunos
la vida, pero con una barra fuerte en el cuello, me lo enviaron a fondo.
Poco después de mi señora entró en la habitación, que al verme cubierto de sangre, corrió y me llevó
en la mano.
Señalé a la rata muerta, sonriendo y haciendo otras señales para demostrar que no estaba herido;
whereat era muy regocijado, llamando a la criada para tomar la rata muerta con un
par de pinzas, y tirarlo por la ventana.
Entonces ella me puso en una mesa, donde le mostré mi machete ensangrentado, y limpiándolo de
la orejera de mi chaqueta, volvió a la vaina.
Fui presionado para hacer algo más que una cosa que otra, no podía hacer por mí, y
por lo tanto se esforzó para hacer entender a mi señora, que yo deseaba ser establecidos
en el suelo, que después de que ella había hecho, mi
la timidez no me sufren a expresarme más, que al señalar la
puerta, y haciendo una reverencia en varias ocasiones.
La buena mujer, con mucha dificultad, por fin, percibe lo que iba a ser menos, y
me lleva de nuevo en la mano, entró en el jardín, donde me dejó.
Fui de un lado a unos doscientos metros, y haciendo señas a su no mirar o para
pos de mí, me escondí entre dos hojas de acedera, y dado de alta el
necesidades de la naturaleza.
Espero que el amable lector me perdonará la vivienda en estos y los datos como,
que, por insignificantes que puedan parecer servil mentes vulgares, sin embargo, se
sin duda ayudar a un filósofo para aumentar su
pensamientos y la imaginación, y aplicarlos en beneficio del público así como privado
la vida, que era mi diseño de la suela en la presentación de las cuentas de éste y otros de mi
viaja al mundo, en donde he estado
sobre todo estudioso de la verdad, sin afectar a los adornos de aprendizaje o de
el estilo.
Pero todo el escenario de este viaje que hizo una impresión tan fuerte en mi mente, y es tan
profundamente grabado en mi memoria, que, en el que se comprometía al papel no omití una
circunstancia material: sin embargo, en un
una estricta revisión, me borró varios pasajes.
Menos de momento, que estaban en mi primer ejemplar, por temor a ser censurado como tedioso y
insignificante, de lo cual, los viajeros suelen ser, tal vez no sin justicia, acusado.