Tip:
Highlight text to annotate it
X
Allí donde comienza la mar, en el lugar
en que las gaviotas planean y las personas sueñan. En esas olas con aroma a poema
que tantas veces nos dan la bienvenida. Donde el sol se oculta tras ecos de otras épocas.
Allí, y no en otro lugar, vive A Coruña.
Es en sus paseos donde nos sentimos en
casa, rodeados del Obelisco, guardián del tiempo y de los vientos, y de la mágica Calle Real.
Arropados por su plaza mayor, deudora de su nombre a una mujer que defendió
la ciudad contra viento y marea: María Pita. Y por supuesto, reflejados en esas cristaleras
que encuentran en la mar su compañera, su amiga.
Es en sus museos, como la Domus, donde
aprendemos mediante la propia experiencia, o la Casa de las Ciencias, donde el saber
se entrelaza con el ocio.
Una ciudad donde encontrar sonrisas y
momentos que regalar al futuro.
Es allí donde su imponente Torre de
Hércules, faro en funcionamiento más antiguo del mundo declarado patrimonio de
la humanidad, se alza y guía con su luz a miles de barcos desde los tiempos de los romanos.
Allí es donde el castillo de San Antón
fortaleza del siglo XVI, reina entre las grandes historias; esas que hablan del hogar de Juana
de Vega y de la Armada Invencible.
Donde el Campo de la Rata nos regala a
la vista un homenaje a los caídos bajo la forma de solemnes megalitos y grandes menhires.
Es allí donde te puedes perder entre
sus muelles y diques, entre marinos y tripulantes. Encontrar paz bajo la sombra de Breogán,
y volar sobre jardines cuya belleza nos arrastra al silencio del que contempla.
Donde alzar la mirada hacia el Millennium,
sabiendo que fue el quien, en eterno duelo de miradas con la Torre de Hércules, nos
presentó al siglo XXI.
Solo allí podremos encontrar un gran
pulmón en plena urbe, playas tan largas que hacen empequeñecer al infinito, y horizontes
donde la mar se funde con la vista.
Son sus gentes y su libertad, sus puestas
de sol, su historia personal, su carisma, su pasión, los que hacen de A Coruña,
Un lugar para la ilusión.