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La guerra por la Casa Blanca
Bienvenidos de vuelta. Continuamos ahora nuestra cobertura de las terribles repercusiones
de la victoria de Barack Obama que ha dejado a los partidarios de Obama a lo largo de la
nación sin nada de qué hablar.
Para ponernos al tanto iremos con Jane Carmichael, Jane.
Gracias, Andrea. Durante el último año y medio
miles de los más obsesivos partidarios de Obama
se han dedicado rigurosamente a la campaña de Obama.
Anoche estaban celebrando su victoria, pero hoy se dieron cuenta
de la fría realización de que no tienen nada con qué llenar sus vidas patéticamente vacías.
Este es Peter Kendly. Por meses no ha hablado más que de Barack Obama.
Conviertiendo conversaciones
en cafeterías, bares y ascensores en discusiones sobre
la visión del candidato demócrata para América. Esta mañana el compañero de cuarto de Kendly
lo encontró casi en estado de coma. -Hasta ayer él estaba muy molesto
y yo quería matarlo, ahora sólo quiero
a mi viejo y condesciente amigo obsesionado con Obama de nuevo.
Los expertos dicen que la obsesión de algunos votantes con la camapaña de Obama es tan
profunda que han perdido la habilidad de procesar la información no referida a Obama.
A lo largo del país hoy, las autoridades informaron sobre multitudes de partidarios de Obama
preguntándose sobre la dirección o el propósito que deben tomar en calles y parques.
Hemos estado aquí todo el día, he tratado de razonar con ellos...
Ellos sólo siguen diciéndome que mire un nuevo video de Obama
en un blog de Obama o algo así.
Muchos parecen no poder entender que la campaña se ha terminado.
Ustedes no quieren arrepentirse de no haber votado,
quieren asegurarse de que el papeleo esté a tiempo, y de que están regustrados
en el estado y de que ustedes quieren votar. No vamos a descansar,
no vamos a hacer nada hasta que Barack Obama sea el próximo presidente
de los Estados Unidos. Estamos a toda máquina hasta el día de elecciones.
Jane, se ve devastador allí afuera. -Sí. -¿Quién cuidará de esta gente?
No sabemos, en verdad. Muchos ya han ahuyentado a sus amigos y familia
con meses de alabanzas eternas por el último discurso de Obama,
y constantes recordatorios de votar. -Eso sí que suena irritante.
Claramente no tienen amigos, nada por qué vivir.
Cierto. ¿Qué hay sobre Obama? ¿Piensas que él ayudará a esta gente?
No, absolutamente no. -¿De verdad? -De hecho, Obama ha dicho que
estos partidarios le parecen "tan irritantes que ni siquera puede entenderse con ellos".
¿Ves un final para todo esto, Jane? -Bueno, tú sabes, Andrea,
yo pienso que mucha gente sólo espera que esta muera.
Creo que tienes razón. -Pero, tú sabes, en el peor de los casos
alguien con malas intenciones se aprovechará para tomar control sobre ellos.
Seguro. -Han probado que sus mentes pueden ser absorvidas
por retórica vacía. -Entonces si alguien huebiera aparecido
con un eslogan tan simple y vago como "sí, podemos"... -Oh, terrible. Ellos tendrían
un ejército entero de títeres energéticos, insufribles, molestos y ciegos
a su mando. -Okey, bueno vamos a estar rezando
que eso no ocurra. Gracias Jane. -Seguro, gracias a tí.
Más tarde les diremos cómo reconocer y evitar
un partidario de Obama buscando pistas en su bolso rutero.
Y en otras noticias sobre las elecciones, la nación se está preparando para un ataque
de un detestable niño llamado Barack.
Dow Jones se sumerge en noticias de Dow Jones zambullida.
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