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¿Quién querría ser policía en Inglaterra hoy? Tendría que hacerse revisar por un psiquiatra.
Seguramente usted está enterado de que esta semana Inglaterra ha sido aterrorizada por un grupo de marginales
compuesto por canallas criminales embotados por las drogas y mantenidos por subsidios estatales a los que se permitió descontrolarse
en las calles porque no se permitió a la policía hacer su trabajo y proteger a la gente.
Los medios periodísticos rebosan de especulaciones acerca de por qué ocurrió esto y cuál es la causa subyacente.
Bueno, es fácil. La causa de esto es la estupidez, la completa falta de imaginación,
una visión del mundo salvaje y atrofiada que se traduce en una discapacidad moral y mental autoinfligida.
Y es el resultado directo de una cultura del "tengo derecho a" que recompensa la vagancia,
fomenta la victimización y compensa a criminales. Ésa es la causa principal.
Y esto ocurrió porque no había nadie allí para detenerlo, y porque la gente que lo hizo era plenamente consciente
de que incluso si era arrestada no sería debidamente castigada. Por eso ocurrió.
También ocurrió porque no tenemos suficientes oficiales de policía en Inglaterra; cuestan dinero, lamentablemente.
Y muchos de los que tenemos no están debidamente entrenados en control de disturbios, porque esto tambíén cuesta dinero.
Ocurrió porque a la policía británica no se le permite intervenir efectivamente en los disturbios
utilizando cañones de agua, gases lacrimógenos, balas de goma -la clase de instrumentos que otras policías antidisturbios dan por sentados.
También, los policías, a título personal, han aprendido de la experiencia que si ponen sus manos sobre un manifestante
probablemente sean imputados por maltrato, o algo peor.
Los policías comunes no tienen ninguna chance.
Hagan lo que hicieren, siempre serán criticados y vilipendiados por gente que no está en su situación,
y que no sabría qué hacer si lo estuviese.
Cuando los disturbios estallaron, si los policías hubiesen actuado inmediatamente y comenzado a romper algunas cabezas
la prensa los habría defenestrado por brutalidad policial.
Ni siquiera se les permite portar armas, salvo en circunstancias especiales,
sin importar que actualmente el crimen en Inglaterra ha crecido exponencialmente, y que en algunos lugares pareciera que
en cualquier momento puede aparecer un pibe de catorce años calzando en el cinturón un arma que le llega hasta las rodillas.
En verdad, todo esto ocurrió porque la policía mató a un hombre que les estaba apuntando de frente con un arma,
y esto aparentemente enardeció las sensibilidades de las minorías, lo que parece ser el peor crimen que un policía puede cometer en la Inglaterra de hoy.
Los paladines de los derechos humanos rápidamente han salido a culpar por los desmanes a los sospechosos de siempre: la desigualdad, la injusticia, la falta de oportunidades.
"Esto ocurre", dicen, "porque estos jovencitos están desocupados". No es verdad.
¿Quién necesita un trabajo si puede vender drogas? Así se gana dinero en serio.
Además, si tuviesen que salir a buscar trabajo, quizás tendrían que aprender a leer y escribir.
"OK, entonces esto pasa porque están marginados de la sociedad".
Ah, ¿sí? Cómo lo siento por ellos. Vamos, piensen un poco, tal vez esto tenga algo que ver con todas las drogas que consumen.
Un periodista de TV entrevistó a uno de ellos en la calle y le preguntó por qué estaba comportándose así, y le respondió: "no tengo dinero".
Y yo pensé: "Ay, qué triste. Mi corazón se compadece de ese pobre pibe. No tiene dinero...
Porque se lo gastó todo en una Blackberry y un gramo de heroína, ¿no?
¡Ustedes sí tienen dinero, parásitos! Reciben subsidios del gobierno porque otra gente trabaja para pagarles la casa y la comida.
No tienen trabajo porque son inempleables, y eso es así porque son ineptos.
No tienen carácter, no tienen moral, no tienen educación, no tienen inteligencia, y no son dignos de confianza.
Son como ratas que se cagan en su propio nido.
Y jamás harán nada con sus vidas, porque no tienen nada con qué empezar.
Y de eso pueden culpar a sus padres estúpidos e ignorantes, no a la falta de oportunidades.
Hay gente en este planeta que tan sólo puede soñar con tener lo que ustedes, desagradables tarados y parásitos llaman "falta de oportunidades".
Vayan a decirle a la gente que se muere de hambre en Somalía que ustedes no tienen oportunidades.
Díganle a los chicos de diez años de Pakistán que pasan dieciocho horas al día fabricando ladrillos de barro sin que les paguen nada.
Díganle a esa gente que ustedes no tienen oportunidades, patéticos gusanos malcriados.
Si en este país tuviésemos un sistema de justicia digno de llamarse así, cualquiera que fuere condenado por participar en estos disturbios
debería perder automáticamente el derecho a todos los beneficios sociales de por vida, y deberían demolerle la casa.
Eso sería justicia. Y si dicen que esto viola sus derechos humanos, entonces mejor todavía.
Sin embargo, lo que probablemente ocurrirá, si nos atenemos a los precedentes conocidos,
es que unos pocos cientos de esta escoria de la sociedad pasará por los tribunales y recibirá sentencias irrisorias,
mientras que el resto de ellos recibe su nuevo TV de plasma y regresa a sus vidas normales
aterrorizando a la gente a su alrededor, lo que pueden hacer porque no hay nadie que les ponga un freno.
Y entonces todo volverá a la normalidad para todos salvo para las víctimas,
la gente que fue asesinada o cuyos hogares o negocios fueron incendiados,
porque la policía no estaba allí para protegerlos
porque ni hay suficientes agentes, ni se les permite actuar.
Paz y amor. Eso es todo por hoy.