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Investigación sobre la Hediona Capitulo 3 de 5: Producción de la molécula
La Hediona se convirtió en el lapso de 50 años en uno de los básicos de la perfumería moderna.
Me interesa ahora su proceso de producción.
Mi investigación me lleva pues no lejos del corazón de la ciudad de Ginebra en el sitio de La Plaine,
donde se elaboran cada día varias toneladas de componentes químicos en la industria del perfume.
Me encuentro con Jean-Paul Leresche.
Este químico ha ingresado en la empresa Firmenich, la inventora de la Hediona, en 1968.
Hará allí la totalidad de su carrera profesional.
El señor Leresche, representa pues la memoria de los principios de la fabricación de Hediona.
Con él, realizo, en el espacio de una tarde, algo más que un viaje a Suiza, un verdadero viaje en el tiempo.
Me encargaron que desarrollara una síntesis para la Hediona muy poco tiempo después de mi llegada a la empresa.
Se trataba de un desafío químico que fue, si mal no recuerdo,
iniciado por Roudnitska, que había olido la primera Hediona fabricada.
Le había parecido fantástica y fue él quien insistió para que se produjera Hediona lo más rápidamente posible.
Pero hete aquí que la síntesis de la Hediona resultó más difícil de lo que se creía.
Entre las siete etapas necesarias para su elaboración,
una planteó durante cierto tiempo serios problemas de termodinámica.
Sometimos esta etapa a la evaluación del Profesor Eschenmoser
que era nuestro asesor científico de entonces,
y dijo que probablemente no fuera posible hacer esta reacción.
Es interesante porque los grandes científicos también pueden equivocarse.
Empezamos el trabajo y tras tres meses de labor intensa en el laboratorio
encontramos un catalizador que iba a permitir hacer dos etapas en una sola vez.
Se lanza por fin la producción de Hediona a gran escala.
Empezamos a fabricar en La Jonction en tres pequeños reactores,
yo trabajaba con Tony Martenet,
que era un empleado de fabricación y formamos un equipo fantástico entre los dos.
Hacíamos funcionar esos reactores casi día y noche para producir toneladas de Hediona.
Fue una vivencia magnífica para mí,
porque era una de las primeras operaciones, uno de los primeros productos que desarrollaba
y poder llenar un barril con un producto del que había desarrollado la síntesis
en una escala de algunos gramos en laboratorio,
tiene un lado muy estimulante, fue realmente un gran disfrute.
En los años 80, la producción se instala en este sitio de La Plaine,
y se intensifica hasta alcanzar hoy en día volúmenes de miles de toneladas por año.
A lo largo del tiempo,
se han ido afinando las síntesis de modo de garantizar permanentemente un producto químicamente puro
y que siga gustándole a los compradores.
La calidad la hacen los perfumistas.
Los químicos deben adaptarse, deben investigar, deben encontrar un producto que les guste a los perfumistas.
Es la calidad de la Hediona, sus virtudes,
y también el precio sumamente bajo que se logró alcanzar en la producción
lo que hace que la Hediona se haya convertido en un producto ineludible para la industria de la perfumería.
Pero antes de lograrlo, hubo que inventar, perfeccionar una síntesis.
Y fue un investigador de Firmenich quien la descubrió en su laboratorio de Suiza,
a principios de los años 60.
Me dispongo pues a seguir con mis investigaciones en la sede de la Investigación y de la Perfumería de Firmenich.