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Para 2013 queríamos centrarnos en las bicis de montaña Superfly y Superfly 100.
Queríamos introducir un cambio revolucionario en esta categoría
y fabricar una bici que se convirtiera en el nuevo referente de las 29ers.
Y además, queríamos que fuera la bici más ligera de su categoría,
pero sin sacrificar su calidad de conducción.
Así que para conseguir ambas cosas y poder combinarlas,
diseñamos un nuevo proyecto al que denominamos Apolo.
Lo primero que hicimos fue reunirnos para compartir
nuestras ideas sobre cómo hacer un producto realmente ligero.
El equipo tenía un objetivo, el objetivo de fabricar la bicicleta más ligera del mercado.
El proyecto se inició con el Grupo de Conceptos Avanzados,
y empezamos a trabajar con diferentes ideas y conceptos.
Colaboramos con muchas personas de diferentes departamentos.
Queríamos que el grupo de expertos en carretera se centrara en rebajar el peso lo máximo posible.
Recurrimos a todas las áreas de la empresa, a nuestros expertos en carbono, a nuestros expertos en producción,
y los juntamos con nuestro grupo de desarrollo de bicis de montaña
para asegurarnos de que no nos dejábamos ningún cabo suelto.
Creo que hay algo que la gente no debe olvidar, y es que Trek es un fabricante,
y que somos fabricantes desde hace muchísimo tiempo,
y la fibra de carbono es sin lugar a dudas nuestra especialidad.
El hecho de contar con todos estos expertos desde el principio nos ayudó a recabar ideas para el grupo
de desarrollo que posteriormente nos permitieron diseñar nuevas tecnologías
y técnicas de fabricación fruto de esta colaboración.
Analizamos cada idea, cada reflexión, cada concepto.
Miramos con lupa cada detalle.
Creamos más prototipos, y realizamos más investigaciones con este proyecto que con ningún otro.
Después de la fase conceptual, nos reunimos para ver cuál iba a ser el siguiente paso.
Una de las mejores cosas de nuestro equipo es que la gente no tiene miedo de compartir sus ideas,
no tienen miedo de discutir sus ideas.
Las pruebas del proyecto Apolo eran la clave.
Es decir, esa era la parte más importante del proyecto para obtener los diferentes índices de referencia.
Realizamos muchas pruebas sobre el terreno,
y creo que esta es la parte más importante de cualquiera de nuestros proyectos.
Diseñamos muchos más prototipos que con cualquier otro proyecto.
De hecho, hubo un momento en que estábamos probando sobre el terreno ocho prototipos diferentes en
distintas zonas del país, e intercambiándonos impresiones.
Y uno de nuestros mejores activos es Travis Brown,
ex olímpico, corredor de la Copa del Mundo y además un probador de primera.
Tiene un vínculo muy, muy especial con las bicis y sabe cómo transmitirle sus sensaciones al equipo de
desarrollo de bicis de montaña.
Antes de que vaya a producción, tendré casi un año para probar los prototipos de fibra de carbono.
Las repeticiones son fundamentales en este proceso.
Tener nosotros mismos el privilegio de probar los cuadros,
disponer de gente suficiente para analizar las características del cuadro
y luego decidir qué camino tomar y reproducir una nueva generación de bicis,
es lo que nos permite perfeccionar y hacer las cosas mejor en cada momento.
Si tenemos la oportunidad de criticar o refutar algo, y de demandar algo nuevo,
la siguiente generación de bicicletas siempre será mejor.
El resultado final, después de dos años y un nuevo proceso, es la Superfly y la Superfly 100.
La Superfly es la referencia en cuanto a peso y rendimiento con tan sólo 896 gramos,
con un cuadro increíblemente ligero y equilibrado, y sorprendentemente rápido.
En cuanto a las dobles tenemos la Superfly 100.
Pesa 1.650 gramos y también es increíblemente ligera y al mismo tiempo rápida y equilibrada.
Ese es el objetivo.
Así que cuando eches un vistazo a la Superfly y a la Superfly 100,
vas a ver las dos mejores bicicletas fabricadas por Trek.