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En Bolivia, esta área de selva tropical que cubre 50,000 Km2,
la convirtieron en tierra de labranza y en pueblos,
en sólo 20 años.
Cada año en todo el planeta,
un área de bosque del tamaño de Escocia, es destruida.
No sólo estamos aumentando los niveles de gases de invernadero
en la atmósfera, también estamos reduciendo la habilidad
del planeta para enfrentar el problema.
Éste es sólo un ejemplo de la forma en que los seres humanos
estamos perturbando sistemas que se formaron en millones de años.
Estos cambios se pueden ver en todo el mundo.
Mientras las temperaturas aumentan,
los glaciares y los mantos de hielo se están encogiendo.
Como resultado el nivel del mar se elevará,
lo que podría ser una gran amenaza para muchas grandes ciudades.
En los océanos, el aumento en los niveles de dióxido de carbono
están comenzando a acidificar el agua.
Finalmente se espera que esto dañe los arrecifes, y con ellos,
la compleja cadena alimenticia que sustentan.
En Siberia, el permafrost se está comenzando a derretir,
emitiendo aún más gases de invernadero del paisaje congelado
a la atmósfera.
Durante millones de años la vida en el planeta ha sido parte
de un gran sistema.
Todo trabaja junto para mantener un mundo apto
para la vida compleja.
Pero, ¿qué hay del futuro? ¿Realmente estamos afectando
la habilidad del planeta para mantener vida compleja?
¿O la influencia de los seres humanos
no es tan grande como imaginamos?
Un lugar para poner nuestro papel en el planeta en perspectiva
es la península de Yucatán, en México.
Esta vasta selva esconde las pirámides de una civilización
perdida.
Ésta es la pirámide de Uxmal, fue construida hace más de mil años
por los mayas, y era el centro de una ciudad de 50,000 personas.
Hoy en día queda poco,
lo que nos recuerda que ninguna civilización
dura para siempre.
El ascenso y la caída del imperio maya puede parecer memorable,
pero no se compara con lo que ha pasado en la vida de la Tierra.
Hace 65 millones de años ésta era una escena del mayor cataclismo
en la historia de la Tierra.
Ya no queda mucha evidencia de eso.
La habilidad para enfrentar las catástrofes es quizá
lo verdaderamente especial de la Tierra.
Nuestro planeta es muy fuerte
y eso no va a cambiar.
La Tierra puede soportar cualquier cosa que le hagamos.
Podemos desaparecer todas las selvas,
pero éstas vuelven a crecer en unos pocos miles de años.
Podemos quemar todo el combustible fósil de la Tierra,
llenar la atmósfera con dióxido de carbono,
sólo le tomará mil años a la atmósfera recuperarse.
Incluso las criaturas que estamos desapareciendo serán reemplazadas
con otras, cuando la evolución use su magia.
Es sólo cuestión de tiempo.
La Tierra estará bien.
Pero eso no significa que los rápidos cambios que ocasionamos
en la Tierra, no importan.
Nosotros lo humanos operamos en una escala de tiempo diferente.
Hemos evolucionado para habitar el mundo como es.
Pero ahora estamos cambiando ese mundo, y al hacerlo,
alteramos el medio ambiente que ha permitido que nuestra especie
y civilización se desarrollen.
Sin duda somos más avanzados que los dinosaurios,
pero eso no significa que podemos enfrentar mejor los cambios
repentinos en una escala global.
A menudo se sugiere que el planeta necesita ser salvado,
pero no es la Tierra la que está en riesgo,
somos nosotros.