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Suiza es sede de varias organizaciones internacionales
que promueven la paz y los derechos humanos en todo el mundo.
Los suizos están orgullosos de la reputación de su país de ser neutral.
Sin embargo, Suiza también produce y vende armas
a países en conflicto y que violan los derechos humanos.
Los críticos del negocio de armas están intentando parar esto
a través de un referéndum vinculante el 29 de Noviembre.
Primeramente, para salvar vidas humanas.
Las armas suizas también matan.
Si no mataran, nadie las compraría.
En segundo lugar, en nuestra constitución hay algunos principios
como ayudar al desarrollo de países pobres, ayudar al desarrollo de los derechos humanos,
ayudar en los procesos de paz.
Es estúpido. Es una contradicción.
Lang mantiene que la Confederación Suiza se gasta 180 millones de francos
para ayudar a los mismos países en desarrollo
que compran armas suizas valoradas en cerca de 150 millones de francos, al año.
Eso significa que finalmente hay más destrucción, que construcción.
Nuestro mayor cliente el año pasado fue Pakistán,
un país que está involucrado en un conflicto armado
y que viola de sobremanera, los derechos humanos.
Este año, el segundo cliente más importante de nuestra industria armamentística es Arabia Saudí,
también un gran violador de los derechos humanos.
No creemos que sea adecuado que Suiza ayude a esos regímenes
para que se defiendan contra la oposición democrática.
En 2006, la empresa suiza "Pilatus" vendió un avión a Chad,
afirmando que se usaría para entrenamientos militares.
El grupo "por una Suiza sin armas"
urgió al Gobierno que no aprobara este tratado
y tenían razones para hacerlo:
el Gobierno de Chad armó el avión y lo usó para bombardear a los civiles en Darfur.
Se actuó en contra del contrato.
No lo respetaron.
El abuso, de todas formas, siempre es posible.
Se puede abusar de todo.
Un cuchillo podría usarse de forma abusada,
pero nunca se pararía la producción de cuchillos.
"Swissmen" representa a más de 1.000 empresas
de la industria metalúrgica, metálica y electrónica.
Esta iniciativa es innecesaria, porque las leyes en Suiza son muy duras.
Suiza tiene algunas de las leyes de exportación de armas más estrictas del mundo,
al menos en la teoría.
El incidente del avión de Chad, no es un ejemplo aislado.
Tanto el Gobierno, como la principal Federación de Negocios
opinan que prohibir la exportación de armas, pondría en peligro la seguridad nacional.
Suiza tiene una antigua tradición de defenderse a sí misma
y somos un país orgulloso de tener una tradición militar y de defensa de nuestra neutralidad.
Y si queremos defendernos, debemos tener armas
y si decimos que debemos tener armas, también queremos
que al menos una parte de estas armas se produzca aquí en Suiza.
Si los votantes aprueban la prohibición, Suiza no sería capaz de exportar armas
pero podría seguir haciéndolas para su propio uso.
La industria piensa que no podría sobrevivir.
Hoy en día se trata más de todo o nada.
Si la gente realmente dijera sí a esta iniciativa,
creo que sería el final de toda la industria de armas en Suiza.
La exportación de armas representa menos del 0,1% del PIB total suizo.
Esto significa que por cada 100 francos suizos de riqueza producida en el país,
solo 11 céntimos provienen de la exportación de armas.
Pero un estudio financiado por el Gobierno
prevé la pérdida de al menos 5.000 puestos de trabajo.
No sería un drama para el país,
sería un drama para algunas regiones específicas,
porque la producción de armas no está repartida equitativamente por todo el país.
Hay algunas concentraciones y desafortunadamente,
se encuentran sobretodo en las zonas rurales,
donde probablemente es más difícil encontrar empleo.
Entiendo el malestar de la gente que se ve afectada por la prohibición,
pero en verdad la industria de armas en Suiza, no es grande.
Es tan importante como la industria que produce ventanas de madera.
Es muy pequeña.
Esta es la tercera vez en 30 años
que los suizos votarán sobre la prohibición de la exportación de armas.
Si la economía fuera mejor, el referéndum tendría una posibilidad de ser aprobado,
pero el sondeo muestra que no logrará la mayoría que necesita para pasar.