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EL CUARTO HOMBRE
En los anales de Kansas City, hay sensacionales capítulos
sobre las hazañas de criminales que fueron atrapados y condenados.
El objetivo de este film, no obstante, es el de exponer las operaciones increíbles
de un hombre que concibió y ejecutó un "crimen perfecto",
del cual, la auténtica solución no se encuentra registrada en parte alguna,
y que podríamos llamar: "El cuarto hombre".
Coche patrulla 11: pasa a las 9 h 57 y a las 10 h 53.
Furgoneta de reparto de la floristería: llega a las 9'58 y vuelve a salir a las 10'01.
Furgoneta blindada, llega a las 10'00 y se queda entre 2 y 4 minutos.
- ¿Pete? - Se equivoca de número.
¡No te atrevas a colgarme!
Un poli o uno de los de la banda no iban a llamar para avisar que venían.
Se equivoca de número.
¡Cállate, Pete!
Sé que no te apellidas Johnson.
- Quien quiera que usted sea... - Te ofrezco la forma de librarte:
300.000 dólares y la posibilidad de abandonar el país.
¿Quién habla?
Si estás interesado, ven a la habitación 302,
Hotel Baker, esta noche a las 10.
¡Espere!
No has cambiado nada, siempre tan nervioso.
No fue inteligente que eliminaras a tu patrón.
No entendiste nada, él no te habría sustituido.
Pero te lanzas sin pensar.
Yo en tu lugar, preferiría que me agarrara la poli.
Incluso si es por un asesinato en primer grado.
Pero tienes suerte: te encontré yo antes.
¿Porque qué suerte es estar muerto? Yo me voy a ocupar de ti.
Quítate la careta.
Vamos, quítatela. No me gustan los juegos.
¿Crees que un arma te dará ventaja?
Debería hacer que te la tragues.
¿Qué es lo que te espera:
la silla eléctrica, la cámara de gas o tan sólo una soga?
¿Y como sé que lo que me has dicho es legal?
- Hasta tu voz ha cambiado. - La voz cambia con una careta.
- ¿Quién está en el golpe, aparte de mí? - Haces demasiadas preguntas
Y no obtengo respuestas. Me gusta saber con quién trabajo,
cuando se hace el reparto y de quién recibo órdenes.
Largo de aquí.
De acuerdo. Me voy.
No tengo elección, además tu sabes que tengo el cenizo.
Lo coges o lo dejas.
- ø300.000 dólares para mí, no? - Como mínimo, y además, libre.
Pero se hace a mi manera. Siempre llevamos
máscara, incluso en el reparto, y yo decidiré dónde se hace y cuándo.
Así no habrá errores.
Acepto. ¿Y ahora?
Quédate en tu cuarto. Ocúltate hasta que te llame.
Piénsalo antes de utilizarlo la próxima vez.
No creas que soy fácil de acorralar.
El trabajo es donde demostrarás que eres un crack.
Eres un triple perdedor, Tony.
- Todavía no lo soy. - La poli sabe que conducías tú.
Y esta vez significa la perpetua sin condicional.
Esta vez, Tony, será de por vida, por reincidente.
Sin condicional.
No necesito que me hagas un plano.
Entonces, ¿estamos de acuerdo?
Pero sin mujeres.
Porque a ti no te gusten...
no tienes por qué hablar mal de ellas.
¿Y por qué no podría continuar así?
Si yo pude localizarte, también lo puede hacer la poli.
Háblame del golpe.
Tú eres un asesino de polis. Mataste uno en tu último golpe.
- No me gustan los héroes. - Serán tus últimas palabras en la silla eléctrica.
Sigue, te escucho.
- Mira por dónde andas - Lo siento, no le había visto.
- …Ésta es la descripción. - A todas las unidades, código 117
A todas las unidades, un 117. Esta es la descripción de los sospechosos
del atraco a mano armada del "Southwest Bank".
Tres hombres enmascarados vistiendo monos de trabajo,
conduciendo una furgoneta del mayorista "Western Florist".
Cuidado, van armados.
ADK control, por canal 117. Tenemos la furgoneta sospechosa.
- ¿Qué pasa? - Salgan con las manos en la cabeza.
¡Está loco!
Los demás, uno a uno, con las manos arriba.
Habla con tus compinches antes de que vayan a tener una idea.
- ¡Ábrela! - ¿Abrir? pero si sólo hay flores.
¡Ábrela!
¿Dónde los has dejado? ¡Vamos, habla!
- Hemos hecho al menos 500 Km. - Los hemos despistado.
- ¿Cuándo haremos el reparto? - Ahora hablaremos de eso.
4 reyes.
Tenemos una mano invencible.
Mirad bien estas cartas.
Si algo pasa y yo no puedo hacer por mí mismo el reparto,
usadlas para reconoceros
- y para el que tenga el dinero. - Repite eso.
Repartiremos la pasta cuando todo esté en calma.
Lo quiero ahora. Basta de payasadas.
¿Adónde vas a ir con toda esta pasta? Toda la poli del estado la busca.
- Dije que siguiéramos las máscaras. - Es cierto, lo dijiste...
Por eso la mano es invencible, porque nadie nos puede reconocer.
Ni siquiera vosotros mismos porque no habéis visto más que máscaras.
Os he puesto a salvo de la poli y de chivatazos, y así seguiremos.
Hablemos de pasta.
Hay uno por persona.
Suficiente para estar cómodo, pero no tanto como para hacer tonterías.
Con mis 300.000, yo estoy listo para alguna que otra.
Venga, decidíos.
Estos son billetes para varios sitios del país.
Quedaros ahí hasta que yo os llame.
Y guardad las máscaras, las usaréis en el reparto.
Tú te bajas aquí... Pulsa el timbre.
Abre la puerta.
¡Salta!
- ¿Y yo? - Ya te diré cuando.
Es extraño que hayas ido dos veces a la floristería que hay junto al banco.
- sólo fui una vez. - ¿Entonces, la que te identificó miente?
No, es verdad. Yo la animé.
Entonces los que vieron tu furgoneta huir ¿también mienten?
Se equivocan si dicen que yo participé en el atraco.
¿Me quieres hacer creer que había otra furgoneta?
No lo sé. Yo no estaba allí.
Tú eres un chivo expiatorio, ¿no es eso?
¿también fuiste chivo expiatorio cuando te metieron en la cárcel?
Pregúntele al capitán, él fue quien me arrestó.
¡Todo un ciudadano modelo!
Una deuda de juego no me convierte en atracador.
- Nos quiere dar lástima... - Háblanos de la furgoneta.
Si supiera la respuesta no estaría aquí.
¿Y si te dijera que no había otra furgoneta?
El señor Andrews, de la compañía de seguros te va a dar una oportunidad.
¿No es cierto Scott?
…I ya lo sabe.
Misma pregunta, misma respuesta. ¡No se cansen!
Es mi trabajo. Después de todo debemos indemnizar por las pérdidas.
Es decir: 300.000 por una pista.
- Así que eres ingeniero industrial. - No terminé.
Lo dejó para entrar en la armada. Ha sido un magnífico soldado
- "Estrella de bronce", "Corazón púrpura"... - Ya, pues intente pagar un café con eso...
A su regreso siguió en cursos nocturnos.
¿Por qué un hombre con su formación trabaja en algo tan diferente?
Para preparar un golpe de un millón de dólares.
Fue mi funcionario de condicional el que me consiguió el trabajo, pregúntenle.
¿Señor Collins, le he causado alguna vez problemas en el trabajo?
No, nunca.
Pero ahora tengo que prescindir de ti. No es nada personal...
pero nuestra clientela es muy conservadora.
Ya sabes lo que es eso.
Acompañe al Sr. Collins.
Yo también voy que aún tengo alguna pregunta que hacerle.
Si prefieres la forma dura, la tendrás.
tendrás para veinte años.
¿Quieren confesiones?
Vamos, Sr. Martin, que mañana nos espera una larga jornada.
Los muchachos y yo haremos compañía a Ralph.
¿Tú qué crees?
Que si nos lo dejáis, mañana tendréis la confesión sobre la mesa.
Volveremos mañana a primera hora.
Atraco 1.000.000 de dólares en efectivo.
Venimos a buscarle.
Más visitas, Ralph!
- Vamos, levántate. - McBride.
Suéltenlo. Encontraron la otra furgoneta hace una media hora.
Estaba dentro de un camión de mudanzas abandonado.
Eso no quiere decir nada, su furgoneta pudo servir de señuelo,
- para que los otros pudieran huir. - Todo es posible.
- Dejádmelo un poco más que... - Ya lo verifiqué, está limpio.
Te puedes ir, siento que te hayamos detenido.
- Lo siente... - Son cosas que pasan.
Gracias...
por nada...
Venga, lárgate
Quizás no me hayas entendido.
Dije "por nada".
Edición especial.
Todo sobre el atraco del banco.
Un ex convicto implicado en el robo.
Es él, es ese.
Tienes que hacerlo, Rick. No lo entiendes.
Conozco tu situación, pero tienes que ayudar a Joe.
Hola Joe.
- ¿Quieres algo? - Sí, dos cosas.
Un café y la información que me habías prometido.
Ya te lo dije. La primera es fácil.
Escucha, debo saber quién me ha metido e este lío..
¿Qué ha dicho
Que o sabes dónde te estás metiendo.
No, pero no tengo nada que perder
Fue hace tres semanas y sigo sin trabajo, sin una pista, ¡nada!
Cálmate, yo estoy de tu lado.
Te pongo otro café.
Vuelve esta noche...
antes de cerrar.
Mi hermano me dice que tienes problemas.
Tengo que probar mi inocencia.
Eso no es nada fácil, a veces es demasiado difícil.
Mira, sólo quiero saber quién e involucró.
Nadie de aquí lo hizo.
¿Tienes alguna idea?
Quizás. Esto podría explicar por qué Pete Harris se ha ido a México.
¿A qué parte de México?
A Tijuana.
Busca dados. Ese tipo está enganchado al juego.
¿Algo más?
Tiene unos ojos muy extraños, bizco de verdad.
Para encontrarlo, sigue el humo de sus cigarrillos, fuma como una chimenea.
Gracias.
Buena suerte.
Cuídate, Joe.
¿Fue él quien te salvó la vida en Iwo Jima, no?
¡Has hecho bien!
Me llamo Díaz.
Si se quiere divertir, conozco todos los rincones de Tijuana.
Mientras se juegue a los dados...
El juego es ilegal. Pero, como en los USA,
algunas cosas se escapan a la ley.
Le voy a llevar a un buen lugar.
- ¿Conoces otros sitios? - Sí, pero ya no me queda plata.
Échale un ojo a las cartas.
Los que no jueguen deben dejar la mesa libre.
Los dados están lanzados.
- Va a salir... - ¡Vamos daditos!
Perdiste.
Esta no es tu noche, Bud. Volvemos a jugar.
Nadie puede fallar con el 6 o el 8...
llevan mucho sin salir...
Pongo 20 contra él.
Apuesta aceptada.
Apuesta perdida.
Quien pierde paga.
Una buena mano compensa todas las perdidas.
Es preferible no tener nada que no tener bastante.
Mantengo mi apuesta. Él no ganará.
- Hazle tragar sus palabras. - 20 más.
Y... un 9.
Y el nueve 9 se lleva todo.
- 3 contra 2 a que no lo vuelve a hacer. - 50 contra 25 a que gano.
Apuesta rechazada. El límite es de 3 contra 2.
Yo soy el comprador.
Ahí van los dados.
Un 7.
Quien pierde paga.
Son las diez y media.
- ¿Quién es ese tipo? - Un turista, ¿por qué?
No me inspira confianza, No es claro.
Adiós, Díaz.
- ¿A qué viene tanta prisa? - Permite...
Para ser ganador te vas muy pronto.
- ¿Es algo ilegal? - Puede ser.
¿Quién te envía?
Díaz, el taxista.
Vale.
Muy bien, chico listo.
Ya me has encontrado ¿y ahora?
- ¿Cuál es tu problema? - No has dejado de mirarme en toda la noche.
Deberías ir a un médico. Tienes mala cara.
No estoy enfermo.
Entonces deja de inventar historias.
Relájate.
- ¿Quién anda ahí? - Hay un tipo abajo preguntando por usted.
- Vamos a charlar un poco. - ¿Eres policía?
- Soy florista y estoy en problemas. - No sé de qué hablas.
Mírame bien. Es a mí al que le colgaron vuestro golpe.
Te equivocas de persona.
- ¡Ya vale! - ¿Listo para hablar?
- ¡Te digo que te equivocas! - ¿Qué has hecho con tu parte?
- No te entiendo. - Lo harás.
No hay dinero ahí.
- Tú formabas parte de la banda. - No sé de qué hablas.
Este no es mi abrigo. Lo cogí de un coche.
¡Mientes!
Dame eso.
¿Qué es este billete? ¿Y este telegrama? ¿Qué tiene de interesante Borados?
Volvamos a empezar.
Vale, sigue, pero no sé de qué estás hablando.
Si yo no puedo hacerte hablar, quizás sí pueda la policía.
Nada de polis.
- Entonces ¿tú eras uno de ellos? - Tuve mis razones.
Dime una.
Tu avión sale en 50 minutos. Lo perderás.
Mira, tengo que ir a Borados.
Ese telegrama vale 300.000 dólares
¿Tu parte, no? ¿Quién planeó el golpe?
No lo sé.
Mira, no teníamos nada contra ti.
Coincidió así, es todo.
- Afortunado yo. Y qué más? - No sé.
Los cuatro llevábamos máscaras.
- Creía que erais tres. - Tres y el jefe.
Así era el plan: trabajar con las máscaras puestas.
Él nos conocía a todos, pero nosotros a él, no.
Así nadie se podría ir de la lengua.
Todo está claro, menos esto.
Cuando llegue lo sabré.
Bien, colega, lo sabremos juntos.
Ya que el jefe me metió en esto, lo partiremos en cinco partes.
¿Te burlas?
Cinco partes, o nada.
De acuerdo, ponte la soga al cuello tú solo. Me gustará.
Vale, yo avanzo como un ciego pero tú serás el perro...
que me mostrará el camino.
Te olvidas que ni yo mismo conozco al jefe.
Correré el riesgo.
Pero no olvides que no correré ningún riesgo contigo entre aquí y Borados,
colega.
Prepárate. No queremos perder el avión.
- Cigarrillos. - En la máquina, señor
- Un billete para Borados. - Tiene el tiempo justo.
La conexión para Borados es en México a las 10 h 30.
- ¿Ida y vuelta? - Sólo ida.
Son 92 dólares.
Mirad quién está ahí...
en la máquina de cigarros. ¿Lo reconocen?
Es Pete Harris.
Pregúntenle qué hace aquí.
Yo me quedo con este.
¡Policía!
No entiendo nada,
ni siquiera está armado.
No te preocupes. Se le busca por asesinato.
¿Qué está diciendo de la pasta?
¿Qué pasta, Pete?
Se acabó, Pete, pero te puedes ir limpio de cargos.
Tiene razón, Pete. Háblanos de ese botín.
- ¿Quién te acompaña? - ¿Qué haces en México? ¿Adónde ibas?
Habla, no te queda otra oportunidad.
- ¿Hay alguien aquí con él? - Es posible.
La ambulancia está en camino.
Toda esa pasta...
¿Cuál pasta, Pete?
Vamos Pete, no te queda mucho...
Cuéntanoslo.
Olvida su ticket de equipaje. Ya está todos en el avión.
Se ruega al señor Pete Harris que embarque inmediatamente.
Buenos días, queridos clientes.
- Parece que lloverá. - En fin, así refrescará un poco.
Y así todos podrán salir a divertirse.
Vaya, vaya, señor Romano, ¿Ve algo que le guste?
- ¿Eso le gusta? - Sí, pero...
- ¿No lo quiere comprar? - No está mal, para ser una botella.
- ¿Cuánto? - 11 dólares, nada más.
¿11 dólares?
Auque, por supuesto, si busca algo más barato...
Yo sólo compro lo mejor.
Entonces, ¿quiere que se lo envuelva bonito?
No vale la pena,
lo he comprado para un bonito envoltorio.
¿Para mí? Qué amable. Es usted demasiado generoso.
Son 11 dólares.
Ponlo en mi cuenta... Y lo demás también.
Esta Teresa, una auténtica joya.
Es la chica más pícara que nunca he empleado.
Ya ha vendido la misma botella de perfume como unas 12 veces.
- ¿Y él quién es? - Llegó ayer.
¿Lleva aquí dos horas y aún no lo conoce?
- Déjeme que se lo presente. - No, no, déjelo.
- ¿Por qué no llueve todavía? - Yo no tengo control sobre la lluvia.
Seguro que cuando salga, lloverá...
a cántaros.
- ¿Por qué están todos tan huraños? - Están como el tiempo, desapacible.
Pues en los Estados Unidos hay ventiscas.
Si llegaran aquí...
Pero no. Nada más que sol y pescadores cogiendo peces.
Si por una vez, un pez fuera el que cogiera a un hombre...
Es posible, todo depende del cebo.
- Encantado, Sr. Kane. - Usted está como en su casa.
Lógico, vengo aquí desde hace años.
- Sr. Foster, tengo su tabaco. - Bien, Teresa.
Casi no me quedaba.
Buena pesca.
¿Y usted cuándo va a intentar pescar, Sr. Romano?
¿Con este calor? Prefiero otro deporte.
- ¿Qué tal otra partida esta noche? - Le daré la revancha.
Por si acaso, traiga bastante dinero.
Hola Tim.
Se te ve bien. ¿Y tu pequeña?
- ¿Qué tal está? - Bien. Pero ya no es tan pequeña.
Está preparándose para hacerse abogado.
Ya hace años que no se te ve por tu tierra.
Exactamente 2 años, 1 mes y 8 días, desde que me devolvieron los papeles.
Sigues amargado, ¿eh?
Pásate 20 años de policía, para que te echen.
¿Debería de aplaudir?
Pues llegó el momento de volver.
Tu salud se resentía. Digamos que fue un retiro forzoso.
Si te parece…
"Escogisteis el peor candidato, y ahora hay un nuevo jefe... "
A eso le llamo darme la espalda.
De todas formas, ya es historia pasada.
¿A qué ha venido ese telegrama diciéndome que viniera a verte urgentemente?
- ¿Y el robo al banco? - Nada nuevo.
Pues ya deben haber presiones de arriba, ¿no?.
¡Y que lo digas!
Todos los bancos del país tratan de encontrar alguno de esos billetes.
Y hasta el momento no ha aparecido ni uno.
¿Te gustaría resolver este caso?
Tanto como encontrar petróleo en mi jardín.
Yo quizás pueda ponerte esa banda en bandeja.
No te burles de tu viejo amigo.
Puede que no sea nada, pero a lo mejor puede ser eso que te falta.
Unos tipos curiosos han estado llegando aquí de uno en uno.
- Boyd Kane, ¿te suena ese nombre? - ¿Kane?
Lo estoy buscando por el atraco a una joyería.
- Eso ya lo sabía. - ¿Quién más?
Una pieza muy jugosa: Tony Romano.
El golpe al banco es muy de su estilo.
Pretenden no conocerse entre ellos, pero yo soy todo oídos.
Pero tendrían que ser tres.
Todo tiene su explicación. El tercero está por llegar.
Por supuesto. ¿Algo más?
Se habla de un reparto de dinero. De muchísimo dinero
Tanto como para venir del atraco al banco.
¡Qué golpe de suerte! claro, vienen al reparto,
poniéndose ellos mismos la soga al cuello. ¿Cómo lo hacemos?
Escóndete hasta que te llame, y avisa a la policía.
- ¿Dónde te podré encontrar? - En "El Nacional".
¿Conoces el monto de la recompensa?
Seguro que será enorme.
El veinticinco por ciento de lo asegurado.
Lo que representa alrededor de un cuarto de millón.
Eso es mucho dinero.
¡Y dicen que estás acabado!
¿Le gusta?
Mucho.
Señorita Helen, ¡qué sorpresa! No la esperábamos.
Ocúpate de tu huésped.
Venga a llenar el registro, por favor.
¿Viene usted de Tijuana? Tengo una hermana viviendo allí.
Sígame, Señor. Le llevaré a su bungalow.
- Hasta pronto. - Gracias por su compañía.
El gusto ha sido todo mío.
Esto no está nada mal.
Me llamo Teresa, y vendo souvenirs. ¿Es usted pescador?
- Estoy de vacaciones. - Entonces está usted en el lugar indicado.
Dime, ¿ese tipo que jugaba al billar...
quién es?
¿Quiere comprar algo, regalos, souvenirs?
Quizás.
¿Un perfume para una mujer muy especial?
¿Y el tipo del billar?
Llegó esta mañana, pero no es nada sociable.
Todo el día está mascando chicle.
- ¿Y el otro? - ¿El señor Romano?
Es muy amable.
No se olvide de los souvenirs.
¿Qué serían de las vacaciones sin souvenirs?
¡Qué tal, pescador! ¿Pican?
Por un momento me pareció que no estabas contento de verme.
Siempre estoy feliz de verte. Pero has llegado tan de repente...
¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar estudiando?
Traigo importantes noticias.
- Es tu examen lo que es importante - ¡Tú eres más importante!
Por ti es por quien estoy aquí. Estudiar derecho, tiene sus ventajas.
Preparé un informe que he presentado en la alcaldía.
¡Toda una leguleya!
- Pero hablemos de hechos. - Estos son los hechos.
El prefecto de policía va a volver a estudiar tu caso.
Lo que significa que podrás volver a la policía.
Demasiado tarde, no vale la pena.
Vamos, papá, yo soy tu hija y no me puedes hacer creer eso
Nunca has soportado estar retirado por culpa de esos políticos.
Y esta es la ocasión de regresar.
No hagas de esto una cuestión de orgullo mal entendido.
Gracias. Pero ahora te vuelves a tus estudios.
No, me he dado a mí misma una semana de vacaciones.
Además, ha llegado uno que me gusta mucho.
Se llama Pete Harris.
Nuestros maridos...
pescan todo el día y duermen toda la noche.
¿A esto llaman vacaciones?
Si estuvieran despiertos, tampoco me gustaría más,
estarían jugando al poker.
Me acuerdo del pez más grande que he pescado.
Debía de pesar unos 60 Kg.
Y cuando ya empezaba a cansarse, se rompió el hilo...
Intentamos jugar poker, ¿de acuerdo?
Y acaban de subir la apuesta a 10.
Lo siento, me tiro.
Vamos, reparta...
Usted habla.
De acuerdo, igualo sus dos reinas
Venga a jugar una partida.
Siéntese y le doy sus fichas.
¿Le doy cartas?
Parece que le va bien sin mí.
Sr. Harris, este es el Sr. Foster. Siempre gana.
Y el Sr. Romano, que siempre pierde.
El Sr. Morelli piensa sólo en la pesca.
Encantado, caballeros.
No se fíe de ese aire de boy-scout del Sr. Foster.
Me ha ganado desde mi llegada. Es pura dinamita.
Su hija ya me lo dijo y le prometí que lo tendría en cuenta.
El Sr. Romano no sabe aún que a la suerte no se la puede forzar.
- ¿Se quedará por aquí algún tiempo? - Ya veré.
- ¿De dónde viene? - De Kansas City.
Conozco una chica de allí, gran cocinera.
- ¿Juega con su as? - Sí.
Pongo cinco. ¿Alguien me sigue?
Subo 10 para que no se quede solo.
¿Lo ve?
- Lo veo. - Ha encontrado otro primo.
Nunca tiene bastante.
Lo dejo. Le debo 10 dólares.
- Lo deja pronto, ¿no? - Sí.
Voy a recorrer el pueblo.
No se pase de recorrido o se quedará sin pueblo sin darse cuenta.
Tiene razón, Sr. Harris.
Vuelva pronto, necesitamos más jugadores que pierdan.
Mi amuleto de la suerte.
Lo gané tras una larga partida.
Sigan.
¿Qué andas buscando en mi habitación?
No hacía nada malo.
Creí que era una señal cuando sacaste tu carta.
- ¿Y qué quieres? - Quería estar seguro antes de hablarte.
Habla.
No hay que ser muy listo para adivinar que unos tipos como nosotros
no vienen a este agujero para unas simples vacaciones.
Voy a coger mi billetera.
Mi tarjeta de visita.
Tu debes ser uno de los tipos que se quedaron en la camioneta.
Tú eras quien conducía.
Siento haberte maltratado.
No soy rencoroso.
En tu lugar, yo habría hecho lo mismo.
Ahora ya sé quién era el otro que nos estaba cubriendo.
- ¿Quién? - Kane.
Puede ser.
En un par de días viviremos como reyes.
Date cuenta, más de 300000 billetes.
- Si nos los da. - ¿Por qué dices eso?
No hay que hacerse ilusiones.
Nadie sabe ni cómo es, ni dónde se encuentra,
¿y si no viene?.
- ¿Entonces por qué nos hizo venir? - Quién sabe.
No me gusta trabajar para un desconocido.
Sobre todo si el me puede reconocer y yo a él no.
Pienso lo mismo.
¿Y Kane?
- ¿Podría se él el jefe? - ¿Quién, el mascachicles?
Podría estar actuando.
Sí, podría ser.
Sabes...
creo que voy a ir a comprar unos chicles.
Te entiendo.
¿Cómo lo está pasando?
Sólo unas cuantas partidas, y ya su padre me arruinó.
- Se lo advertí. - Mañana me tomaré la revancha.
Hay cosas que nunca entenderé de los hombres...
¿Cómo cuales?
Trabajan duro todo el año hablando siempre se sus vacaciones,
y cuando llegan, se encierran para jugar a las cartas.
- Eso no tiene sentido, es cierto. - Tantas cosas no lo tienen.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo ¿qué hace usted durante todo el año?
Ahorrar para jugar a las cartas.
Debería haberme traído unas cartas en lugar de mi traje de baño.
No, no, eligió bien. ¿Sabe nadar?
Igual que usted jugar a la cartas.
Cita mañana por la mañana, en la piscina,
- y cada uno le enseñará al otro. - De acuerdo.
"Las huellas digitales del hombre muerto el 14 de octubre pertenecen
a Peter Harris. " Policía de Tijuana.
¿Siempre lleva un libro cuando acude a una cita?
Depende de la cita.
"Código Civil del Estado de Missouri"
- ¿Qué significa esto? - Me presento a las oposiciones.
No se burle, por favor.
¿Está en contra de que la mujer tenga estudios superiores?
No, pero usted es lo menos parecido a un abogado que conozco.
Pocas personas aparentan lo que son en realidad.
Usted, por ejemplo... Al verle se diría...
un pescador.
Aunque en realidad, usted debe de ser...
vendedor.
¿Le gustaría que yo fuera vendedor?
No, no: los interrogatorios los hacen los abogados.
Según parece los mejores testigos son los que quieren responder.
- Gracias por el consejo. - Tengo más, y gratis.
Actúe siempre con jurados masculinos
y así nunca perderá.
Mira quién se quejaba.
Voy a por mi tabaco, pero vuelvo.
No tarde...
le esperaré.
- ¿Jugamos esta noche? - No, voy a cenar con un abogado.
Nunca lo será si no estudia.
Pero también tiene que comer. ¿Cena con nosotros?
- Con mucho gusto. - Nos vemos esta noche.
Arriba.
¿Me oyes?
No, no te ha oído.
¿Qué te pasa? ¿Tienes las orejas taponadas?
Me parece que ahora ya oye mejor.
Creo que cooperará.
¿No es así?
¿Qué pasa aquí?
- Él quiere saber qué pasa. - ¿Cuál es tu historia?
Él la sabe.
¿Me tomas por un pardillo?
Pues no me gusta eso.
Estás loco.
Déjame que te lo dibuje.
Pete Harris y yo estuvimos juntos en la trena.
Por lo tanto, mientes.
Y ahora vamos a ir a darnos un paseo
y cuando lleguemos a nuestro destino, nos contarás tu vida.
Yo no me muevo de aquí.
Vale, haz un poco de ruido para que venga la poli.
Quieres que use el silenciador, chico listo.
Adelante.
Perdón, no sabía que tenía visita.
No importa, pase.
Señorita Foster, ¿Conoce al Sr. Romano y al...
Sr. Kane?
Ya conozco al Sr. Romano... encantada, Sr. Kane.
Querían que fuésemos a dar un paseo.
- Les dije que tenía una cita con usted. - Oh, no importa.
Eso es lo que les dije.
Son grandes amantes de la naturaleza.
De eso hablábamos cuando llegó.
Debía de ser una discusión muy animada.
Venía a traerle esto.
Ni siquiera me di cuenta.
Lo llevo por las serpientes.
Nos vemos, Harris.
Tengo un buen remedio para las narices que sangran.
Un cuchillo en la espalda.
Buenos chicos, les gustan las bromas.
Es inútil que me cuente historias.
Creía que se es inocente hasta que se demuestra lo contrario.
Cierto.
Viendo las pruebas circunstanciales,
y como mi abogado, ¿qué me aconsejaría?
Le aconsejaría que contestara sólo la verdad.
De lo contrario se podría incriminar.
Ahora le toca a usted dar buenos consejos.
Gracias.
Y gratis, además.
Reunión al amanecer abordo del "Mañana" en el puerto pesquero.
Le estaba buscando. Hay una carta para usted.
Huele a carta de negocios.
Una carta para usted.
También de negocios.
Carta para usted, Sr. Harris.
Carta de la familia.
Eso puede esperar.
Cuento con usted para estudiar esta noche.
- Qué amable es usted... - ¿Usted qué dice, Sr. Foster?
Gracias por la cena.
No olvide que la interrogaré mañana por la mañana.
Eso espero.
Ni siquiera lo miras. Y sólo cuesta 11 dólares.
Aquí todo cuesta 11 dólares
¿Te gustan?
Ponlos en mi cuenta con todo lo demás.
- Tony. - Después te veo.
¿También recibiste una invitación?
¿Y tu amigo?
¿También la recibió?
Vayamos a preguntárselo.
Sabes que nunca me meto en tus asuntos, pero te hablo como padre...
- Esto va en serio. - Lo es todo lo que te concierne.
Quiero que olvides a ese hombre.
Pero, si tú no sabes nada de él, papá...
Tampoco tú.
Aquí es.
- Tira tu revolver al pozo, Kane. - Haz lo que te dice.
Al pozo.
- El revolver... - Obedece.
¡Tíralo!
¡No dispares!
- Al pozo. - ¡Haz lo que dice!
En el pozo...
Ahora, cretinos, me vais a escuchar.
A menos que queráis caer al pozo también.
Recibí la invitación a la fiesta. La parte de Pete Harris es para mí.
Mataste a Harris.
Te equivocas. Fue la policía.
Es como en el juego, apuestas
y si ganas, te quedas con el paquete,
pero Harris, perdió.
¿Y tú qué apostaste?
20 años en chirona.
Fui yo el que se llevó las culpas por vosotros, así que ahora, me llevo mi parte
Si sois listos, jugáis este juego conmigo.
Sino, nadie se lo lleva.
Halas muy bien para que te entiendan los listos.
Pero, ¿qué pasará cuando el jefe te vea?
Eso lo veremos en ese momento.
Por ahora somos amigos. Largaos a dormir.
¡Vamos!
Si se os ocurre hacerme una visita esta noche,
no os valdrá de nada. Tengo un sueño muy ligero.
- ¿Qué haces aquí? - Te estaba buscando.
Por principios, no me gusta que me dejen plantada,
dos veces en el mismo día.
Cuando recibí esa carta...
Ya te dije que no inventaras historias conmigo.
Cierto, me lo dijiste.
Ya sé que eso no es cosa mía, pero...
así soy yo. Ya de pequeña no paraba de hacer preguntas.
Seguro que ya sometías a interrogatorios a tu canguro.
Si yo fuera lista, buscaría otro hombre.
Pero noto que tienes problemas.
Te prefiero cuando no haces preguntas.
No soy tonta. He conocido suficientes policías
para conocer algún que otro truco del oficio.
Tus compañeros de juego no pasan desapercibidos.
- ¿Qué se traen contigo? - Una pregunta a la vez, por favor.
¿Cómo te has hecho toda una experta en polis?
Mi padre es policía retirado.
Eso explica el por qué tú eres abogado.
Tu padre los caza y tú los liberas.
Eres muy amable, pero no necesito nodriza.
Mira, yo no soy ningún perro vagabundo, pero prefiero mi cuello sin collar alguno.
¡Déjame en paz!
Debería estar triste, hasta tendría que llorar.
Pero no. Sé que tienes problemas y voy a ayudarte.
Déjalo y no te metas donde nadie te ha llamado.
¿Estás preparado? ¿Entendiste todo?
Sí, te lo repito.
Se van a reunir al amanecer para hacer el reparto,
espero tu señal abordo del barco de la policía y entonces llegamos.
Primero debes contestar a mi señal.
No falles tu golpe.
- No te preocupes. - Buena suerte.
- Creía que estabas dormida. - Te esperaba, papá.
¿Algún problema?
Pequeña, siempre los has tenido y yo siempre lo notaba.
Y eso es algo que ahora echo de menos.
¿Te daba problemas difíciles?
Mucho: una muñeca que querías, dinero para el cine...
En tu primer baile, tu pareja cogió la rubeola,
y lo tuve que reemplazar yo.
Hasta un día me preguntaste que cuando iba a venir una nueva mamá.
Esa si fue una difícil.
Pudimos resolver la mayor parte de los problemas.
Tienes razón con lo de Harris. Está en problemas.
Otra cosa, en aquellos tiempos tú solías seguir mis consejos.
No habrás ido a hablarle después que te pedí que no lo hicieras.
Me gustaría que le ayudaras, papá. Me ayudarías a mí también.
¿Por qué? ¿Interés profesional?
De veras que no lo sé. Algo ha pasado...
Sé que no parece lógico, pero es lo que es.
Él no te conviene, en absoluto.
- Eso ya me lo habías dicho. ¿Por qué? - Te lo dije y eso basta.
Esta vez, no.
Ha estado en prisión.
Por nada hubiera querido darte un golpe como este.
- ¿Qué más sabes? - ¿No te parece suficiente?
No, seguro que hay algo más.
Estoy segura que sabes más porque sino no serías tan categórico.
Te vuelves a casa esta noche.
¿Así era como resolvías mis problemas cuando era niña?
- Es por tu bien. - ¿De verdad?
Créeme. Vuelve a casa y olvídalo.
Ocúpate de mi reingreso. Y yo...
Buenos días, amigos. ¡No os mováis!
¿No os ha bastado con una lección?
No me digan que también van de pesca.
Parece algo tan excitante que nos ha dado ganas de probar.
Voy para el puerto. ¿Les llevo?
Es muy amable de su parte.
Mejor nos lleva a todos ya que llevamos el mismo camino.
¿Alquilaron un barco?
Sí, un barco llamado "Mañana".
Según creo, usted fue policía.
Eso fue hace mucho. Pero esta noche hablaremos de pesca.
Llevaré fotos.
¡Hermoso barco!
- Si todo va bien, la pesca será estupenda. - ¿Vienes, Harris?
Buena suerte.
Gracias.
Espera.
No te muevas.
Iré a ver si aún está ahí.
¿Qué pasa? ¿No tienes nada más que decir?
No, nada más. Pero tengo una oferta que hacerte.
Sé donde está el dinero. Aquí, en este barco.
Te lo enseñaré.
Mira en el armario.
1.200.000 dólares.
Imagínate...
para ti y para mí.
¿Por qué dividir entre cuatro si lo podemos hacer entre dos?
Serían más de 500.000 para cada uno.
Más de medio millón.
¿Por qué repartirlo con Kane?
¿Y por qué por dos?
Con mi tren de vida, necesito mucho dinero.
- Adiós, pardillo. - Suelta tu arma, Tony.
Frente a ti.
Empújala con el pie.
¡Atrás!
- No entiendo. - Ya lo entenderás.
No te muevas hasta que llegue la policía.
¿Desacuerdos con el reparto?
- Es usted un gran pescador. - Eso es parte de mi trabajo.
¡Ex-policía!
- Hacía como el que no sabía nada. - Eso depende de la misión.
Vosotros ya estabais acabados desde el principio.
No lo lamentes, Tony. Todos están marcados.
- Teníamos que haberlo adivinado. - En efecto, Joe.
Me llamo Pete.
¿Como el Pete Harris muerto en Tijuana?
¿Algo va mal, Joe?
El único que podía saber que estaba en Tijuana era el que le mandó
el telegrama para que fuera.
Tienes demasiada imaginación.
Sólo un poli podría saber que los billetes robados serían inutilizables,
aunque se podrían canjear por una recompensa.
Lo has entendido todo.
Tres a repartir, menos uno quedan dos.
Usted fue quien dejó aquí el dinero esperándonos...
- Era la miel para las moscas. - Ni un paso más
Claro, esperaremos a la policía.
Les contaré mi historia.
Y si estoy en un error, me disculpo.
Déjame.
No tengo ninguna posibilidad.
Poco me importará morir si Helen no llega a saber la verdad.
Tú no tienes nada que ver en esto. Tendrás tu oportunidad.
Tim, ¿qué ha pasado? ¿Estás herido?
¿Qué es lo que hace Rolfe aquí?
Te tenía reservada...
una sorpresa. Fue él quien nos dio la pista.
Pero las cosas no salieron como habíamos planeado.
¿No es cierto, Joe?
No.
No salieron.
El tercero fue Pete Harris, muerto en Tijuana.
Si alguien merece la recompensa,
es él.
Llevémoslo a un médico.
Dile que la quiero.
Sé que no son más que palabras,
pero siento la muerte de su padre, tanto como usted.
Le debo mucho, por todo lo que hizo.
Para cualquier cosa que necesite, por favor, llámeme.
Gracias, Sr. Andrews.
Otra cosa.
Con respecto a Joe Rolfe, es un buen hombre.
Tuvo algún problema hace años, pero eso es agua pasada.
Mi compañía le apoyará en cualquier circunstancia.
Hubiera querido que papá le escuchara.
Lo entendió, Helen.
Sus últimas palabras fueron para que Joe te trasmitiera el amor que te tenía.
- ¿Cómo está? - Está bien.
Lo ha superado muy bien, pero creo que no debería quedarse sola.
Su padre y ella estaban muy unidos.
- Le hablé de ti. - ¿Y qué ha dicho?
¿Por qué no se lo preguntas?