Tip:
Highlight text to annotate it
X
Yo sé que en esta tierra se ama mucho, mucho la libertad,
pero por mucho que se ame la libertad en esta tierra,
más la ha amado Dios Nuestro Señor,
que ha querido correr el riesgo de crearnos libres a los hombres,
de darnos la posibilidad de elegir entre el bien y el mal,
y que ha respetado esta libertad nuestra aun sabiendo que íbamos a emplear mal la libertad
y que iba a ser necesario que Cristo muriese por nosotros
para abrirnos las puertas del cielo.
Tan grande es el valor de la libertad
que Dios no dudó en dárnosla
aun sabiendo que eso suponía
que la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Verbo,
se tuviese que hacer carne, Jesucristo, para morir en la Cruz por nosotros
y abrirnos las puertas del cielo.