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Mi nombre es Tim Kemple y soy un fotógrafo de Salt Lake City.
Seguí el camino tradicional para convertirme en un fotógrafo a tiempo completo.
Comencé realizando editoriales para revistas pequeñas, y poco a poco me llegaron encargos
y realmente conseguí trabajos para realizar sesiones.
Antes de darme cuenta me estaban contratado para volar alrededor del mundo y realizar fotografías
en Nepal o en América del Sur; lugares a los que nunca me hubiera imaginado que mi trabajo podía llevarme.
Hay noches en las que me voy a la cama y tengo una foto que me gustaría crear.
Puede ser algo tan simple como un retrato de alguien que conozco o puede ser algo
tan loco como volar una cámara debajo de un helicóptero. Por la razón que sea
me acuesto en la cama por la noche y pienso en crear esas fotografías que la gente recordará.
Me preguntan muchas veces, ¿cómo te conviertes en un fotógrafo profesional?
Le digo a la gente que lo más importante es
fotografiar cosas que te apasionan.
Esa pasión puede ser retratos, gente, viajes, puede ser el deporte,
realmente no importa, pero fotografía algo que te gusta.
Me encanta capturar imágenes que la gente nunca ha visto antes.
Para conseguirlo nos colgamos sobre las cascadas, nos colgamos en la ladera de un acantilado gigante,
volamos en helicópteros, hacemos todo lo que se nos ocurre
para tratar de crear una imagen única.
Los clientes aprecian la cantidad de trabajo que hacemos antes de una sesión.
Conseguimos los mejores deportistas, la mejor ubicación, hacemos nuestros deberes.
Poder viajar a estos lugares, y no sólo ser un visitante, sino a menudo convertirme en parte
de la comunidad, ya sean esquiadores, escaladores o mountain bikers, lo que sea.
Es una manera muy divertida de ver el mundo.
Te estás divirtiendo y haciendo cosas tontas; y así es como se hacen los recuerdos.
¡Genial!