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Naciones Unidas ha redoblado sus esfuerzos en Sudán del Sur
para aliviar las tensiones entre las comunidades Lou Nuer y Murle.
El Secretario General, Ban Ki-moon, ha llamado a los líderes de ambos grupos
para que pongan fin a los combates y trabajen con el Gobierno en la búsqueda
de una solución duradera a las hostilidades.
El portavoz de la operación de mantenimiento de la paz en ese país, Alleem Siddique, instó al Gobierno
a adoptar medidas para proteger a los civiles.
«Estamos reforzando la presencia de nuestros cascos azules en el terreno.
Hemos aumentado el número de patrullas aéreas que llevamos a cabo sobre el Estado de Jonglei
y algunas de sus regiones clave para intentar impedir la violencia».
Según funcionarios locales
los últimos combates han cobrado decenas de vidas y han desplazado a miles de personas.
El vicepresidente de Sudán del Sur Riek Machar visitó la región a principios de esta semana
e instó a los jóvenes combatientes a comprometerse con un diálogo pacífico.
Se estima que más de mil personas han muerto
en los choques étnicos durante este año.
Jonglei es uno de las zonas más afectadas por la violencia.