Tip:
Highlight text to annotate it
X
En el mundo en que vivimos cada vez es más fácil sufrir de estrés y ansiedad.
Es un mundo cada vez más acelerado en donde tenemos miles de obligaciones, de responsabilidades,
de cosas por hacer.
Y estamos constantemente siendo bombardeados por información, publicidad, televisión,
redes sociales, notificaciones, alertas en los celulares, llamadas, y miles, miles, miles
de cosas.
¿Cómo hacemos para controlar esta ansiedad, calmar nuestro cerebro y, de alguna u otra
manera, retomar ese bienestar interior que nos permite tomar decisiones más claramente,
tomar acción camino a nuestras metas y realmente realizar progresos hacia el éxito que verdaderamente
deseamos en nuestra vida?
Eso es justamente lo que quiero contarte el día de hoy.
Hola, mi nombre es Juan Sebastian Celis Maya y mi misión a través de este canal es ayudarte
a que puedas desarrollar tu máximo potencial y convertirte en la mejor versión de ti mismo.
Así que si eres nuevo por acá, considera suscribirte.
Muchas personas consideran que la ansiedad es algo malo, 100% negativo.
Y la verdad es que no es del todo cierto, porque de alguna u otra manera nuestra mente
necesita la ansiedad, o en otras palabras prever una situación negativa para anticiparse
y tener o estar preparado para tomar diferentes acciones.
Si por ejemplo estamos conduciendo nuestro auto y vemos que una persona comete una imprudencia,
inmediatamente dentro de nuestro cuerpo, en nuestro pecho sentimos algo, en nuestro cerebro
se genera un sentimiento de ansiedad.
Y es un pensamiento de que puede ocurrir algo, de que puede haber un accidente, de que sencillamente
puede haber una tragedia allí.
Y entonces esto nos motiva y nos ayuda a reaccionar rápidamente, a pisar el freno, a voltear,
a hacer lo que sea necesario, y esto muchas veces puede salvarnos la vida.
Lo que pasa es que no en todos los escenarios la ansiedad es cuestión de prever una situación
de vida o muerte...
Y es allí donde debemos aprender a controlarla, es allí donde debemos aprender a calmar a
nuestro cerebro y donde debemos aprender a liberarnos de ese estrés innecesario que
causamos simplemente por temor a lo desconocido, por temor al fracaso, por temor al éxito,
por inseguridades personales y por muchas otras razones.
Una de las mejores manera de controlar la ansiedad es a través de la respiración,
esto está comprobado científicamente.
Porque cuando sentimos ansiedad, nuestro pulso se acelera, y de esta manera lo que hace es
que tengamos que respirar más rápidamente y menos profundamente para poder oxigenar
un poco.
Cuando hacemos lo opuesto, que es respirar profundamente inhalando por nuestra nariz,
exhalando por la boca, y reducimos ese ritmo físico que llevamos...
Forzamos prácticamente a nuestro corazón a que desacelere un poquito.
Con sólo que nuestro corazón desacelere un poco su pulso, inmediatamente nuestra mente
considera que ya no hay tanta ansiedad.
A veces que podemos estimular a nuestra mente con cosas opuestas, a través del lenguaje
corporal incluso.
Por ejemplo cuando (y eso es un estudio muy interesante, y parece mentira) forzaron a
unas personas, pues no forzaron, hicieron que algunas personas se colocaran un lápiz
en la boca literal haciendo esto, como si estuvieran sonriendo...
Esas personas, por alguna u otra razón, se sintieron más felices después de tenerlo
así unos cuantos minutos.
Que otras personas que simplemente no lo hicieron.
Porque la mente considera que estamos sonriendo.
Cuando estamos por ejemplo en una postura de inseguridad, de yo estarme cubriendo, de
alguna u otra manera no expresar esa confianza en mí mismo, obviamente nuestra mente va
a considerar que estamos en ese estado.
Y si por alguna u otra razón proyectamos una versión de nosotros mismos que quizás
no es la real, pero de alguna u otra manera le hacemos pensar a nuestra mente que tenemos
esa confianza interior, nuestra mente se lo cree y verdaderamente podemos estimularla
a través del lenguaje corporal.
Así mismo a través de la respiración, y de cualquier estímulo físico que pueda estar
de alguna manera apoyando esa calma, esa tranquilidad y ese bienestar que necesitamos.
Y junto con la parte física, corporal y cerebral, también tenemos la parte mental, y aquí
es donde hablamos de patrones de pensamiento.
Y en estos patrones de pensamiento tenemos el tema de las distorsiones de pensamiento,
que es cuando simplemente exageramos de alguna u otra manera.
Cuando esta ansiedad nos hace pensar de una manera extrema, es donde caemos en la trampa
de diferentes formas tóxicas de imaginarnos las situaciones que hay en el mundo.
Por ejemplo, tenemos el pensamiento: Todo o nada.
Simplemente cuando pensamos cosas como "todo nos va a salir mal", "todo siempre me sale
mal", o "nunca puedo lograr nada".
Por lo menos cuando nos creemos que podemos saber el futuro:
"Nunca voy a superar este obstáculo", "nunca voy a aprender a hacer esto bien", "no voy
a ser capaz de -tal cosa-".
Es como que tuviéramos una bola de cristal y pudiéramos saberlo.
También la capacidad supuestamente de leer la mente de otras personas: "Mínimo está
enojado conmigo", o "me debe estar odiando por -tal cosa-", o "le caigo mal".
Cuando realmente ni siquiera sabemos si es cierto o no.
O cuando utilizamos por ejemplo etiquetas: "Soy un perdedor", "soy -esto-", "soy gordo",
"soy -lo que sea-".
Y es clave pensar que cuando yo "soy", no lo dejo de ser. Mientras que cuando yo "estoy",
quizás puedo dejar de estarlo.
Porque una cosa es "ser" y otra cosa es pertenecer a un estado temporal.
Y también finalmente el tema de los "deberíamos".
"Yo debería bajar de peso", "yo debería hacer -tal cosa-", "yo no debería ser de
-tal- y de -tal- forma".
Y la verdad es que estos tipo de pensamiento que de alguna u otra manera son un poco extremo,
son un poco "blanco y ***", no nos ayudan para nada en términos de mejorar.
A pesar de que así pareciera, a pesar de que yo si me etiqueto como gordo, y todo el
tiempo me digo "yo debería estar haciendo ejercicio", y yo digo "la gente me mira mal
porque les caigo mal porque soy gordo"...
Uno pensaría que eso lo va a motivar a uno a hacer ejercicio, a comer mejor, a adelgazar,
y es mentira.
Sencillamente eso no va a ocurrir.
¿Por qué? Porque casi nunca o prácticamente nunca para nuestra mente funciona la motivación
negativa.
Lo que funciona siempre es la motivación a través de incentivos, a través de recompensas,
el reforzamiento positivo de hacer las cosas bien, obtener el resultado y continuar mejorando
y obteniendo más resultados y tomando acción.
Esta es la forma incluso en la que se forman los hábitos en nuestra mente, en nuestro
cuerpo y en nuestra vida.
A través de un estímulo, una acción, una recompensa y una repetición.
Y entonces es importante tener en cuenta aquí estrategias como la disociación, en donde
nosotros nos detenemos por un instante y lo primero que hacemos es decir: "Un momento,
otra vez estoy teniendo pensamientos de -tal tipo-"... Cualquiera que sea el pensamiento
negativo.
Tratar siempre de pillar a nuestra mente con las manos en la masa.
Y ser ese tercero, una persona externa que analice "estoy pensando esto", sin juzgar,
sin decir eso está bien, eso está mal, simplemente analizarlo.
Y después podemos decir "ok, ¿de dónde surge ese pensamiento?, ¿ese pensamiento
es verdad, es mentira, es una exageración, es algo extremo, es una distorsión mental
que tengo por allí? Quizás estoy muy estresado, quizás estoy muy cansado, quizás las situaciones
me llevaron a pensar eso pero no es necesariamente cierto, quizás yo simplemente necesito un
descanso".
Y también es importante el tema del minfulness.
El mindfulness o la conciencia plena, me permiten yo estar realmente presente en cada momento.
Porque a veces nuestra mente simplemente está loca, pensando aquí, haciendo allá, simplemente
no estamos viviendo cada momento como si estuviéramos allí.
Mientras los padres están con los hijos, están pensando en las deudas, en el trabajo,
en los problemas, en las situaciones que tienen que resolver, no están con sus hijos.
Mientras estamos incluso tratando de disfrutar, descansando, jugando, estamos pensando en
los problemas.
Mientras estamos trabajando, estamos pensando en descansar y en disfrutar y en divertirnos.
Entonces nunca tenemos concentración para nada, nunca tenemos enfoque, nunca tenemos
conciencia y nunca vivimos cada momento presente.
En ocasiones simplemente escribir todas estas cosas, todos estos pensamientos, nos ayuda
a sacarlos de nuestra mente.
A veces que tenemos una carga encima, sencillamente mental que nunca se lo decimos a nadie, y
peor aún nunca nos lo decimos a nosotros mismos.
Si tú empiezas a escribir, si tú te sientes mal en algún momento y tienes esa ansiedad,
ese estrés y empiezas a escribir cosas, "me siento de -tal- manera"...
Y de pronto a preguntarte, de pronto no, simplemente anotar, trata de anotar por ejemplo la hora
del día en que te sientes así, el momento, el lugar, las situaciones en las que te encuentras.
Y después, no necesariamente en el instante pero después analizas eso y tratas de pensar
"¿qué puede estar causando que yo me sienta así?", "¿por qué me pasa esto?".
Una vez que tú estés desligado del momento, que ya no estés en esa situación, hablamos
de 2, 3, 10 días, incluso un mes después, puede que digas "ya sé porqué, ya entiendo
porqué y ya sé cómo puedo cambiar eso la próxima vez, ya sé de qué manera puedo".
O simplemente puede que no tengas ni idea, pero que sigas indagando y tratando de entenderte
a ti mismo.
Ese autoconocimiento es clave para en algún momento alcanzar el bienestar interior.
Porque la verdad es que conocemos más fácil a otras personas que a nosotros mismos.
Y a veces ni siquiera sabemos porqué hacemos lo que hacemos.
Empezar a tener el hábito de anotar cosas, algo que sea privado y personal, no tengo
que compartirlo con nadie, nos puede permitir iniciar ese camino hacia el autoconocimiento
y hacia el bienestar personal.
Y finalmente es importante también siempre tener presente la gratitud, porque la gratitud
nos ayuda y nos enseña a ser positivos.
Mientras nosotros nos estamos quejando, estamos estresados, tenemos ansiedad por miles de
cosas que tenemos que hacer en el trabajo, que esto, que las deudas...
Al menos somos personas que quizás producimos dinero.
Tenemos un trabajo, estamos estresados por el trabajo, al menos tenemos un trabajo y
otras personas no lo tienen.
Estamos estresados por el dinero, al menos ganamos algo de dinero, mientras que otras
personas no lo ganan, mientras que otras personas sencillamente no tienen con qué comer y pasan
el día sin comer.
A veces que muchas cosas que damos por sentadas hoy en día, muchas cosas que simplemente
consideramos que es normal en nuestra vida, esas cosas son las metas y objetivos finales
de otros, esa proyección.
Hay gente que sueña con vivir la vida que tú en este momento tienes, piensa en eso.
Y cuando te sientas estresado, cuando te sientas ansioso, seguramente eso te va a ayudar a
recapacitar un poco y a decir "al menos tengo un techo, al menos tengo comida, al menos
tengo una familia, una pareja, o -esto-, o lo otro".
Porque muchas veces simplemente con la ambición de lograr más, con la visión y la proyección
que está muy bien en cierto sentido de alcanzar más éxito, dejamos de pensar en lo que ya
hemos logrado, y dejamos de sentir gratitud.
Y por lo tanto, dejamos de ser positivos.
Cuando dejamos de ser positivos es que nuestra mente empieza a divagar entre diferentes posibilidades
de fracasar, de que nos vaya mal y de que causemos todo tipo de tragedias imaginarias.
Entonces, estas son algunas recomendaciones, algunas ideas que puedes implementar.
Realmente espero que te hayan servido y que las pongas en práctica porque nada de esto
va a funcionar a menos de que seas tú quien de el primer paso.