Tip:
Highlight text to annotate it
X
Hay tres reglas en la minería.
Ve a trabajar, cállate, y haz lo que se te diga.
Si me hubiese quedado callado,
hubiese conservado mi trabajo.
Me llamo Jeff,
y alcé mi voz,
para proteger a colegas mineros
que trabajaban en condiciones riesgosas.
Podías escuchar
a algunos que habían trabajado allí por 20 años
escupiendo los pulmones por la boca.
Eso pasa porque estaban trabajando en equipos
que no tienen las ventanas selladas o que no les cambian los filtros de aire.
Están respirando este polvo todo el tiempo.
Tienes una política de seguridad.
Tienes regulaciones de seguridad.
Pero si realmente tratas de seguir esas políticas y procedimientos,
te amonestan, te aíslan,
se alienta a tus colegas a que te acosen y te insulten en público
Eso se extendió a nuestra vida hogareña.
Le dije a mi esposa, que amo mucho...
Le dije: “Esta no es tu lucha.
Si quieres dejarla, hazlo.
Pero yo tengo que seguir.
Porque no puedo vivir tranquilo si me quedo callado
y mueren personas como resultado de esto”.
Bueno, ¡ella se quedó conmigo!
¡Aún está aquí, y estamos en el sótano de mi hermano!
Incluso algunos de los que eran operadores de carga,
parte del grupo popular,
y que públicamente no reconocerían mi existencia,
conversaban conmigo en los vestidores
y me decían lo mucho que agradecían
lo que yo estaba haciendo.
Porque ellos sabían
que no podían manifestarse sobre algo así.
Puedes ser corrupto, estar harto,
y seguir la corriente para caer bien,
y después arrepentirte por el resto de tu vida,
o puedes defender lo que es justo
y no arrepentirte.
Yo soy Jeff,
y soy valentía moral.