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Bueno, muchas gracias. Buenos días.¿Por qué necesitaremos que nos mientan descarademente?
no? Y si no es así por qué habrán invitado a Ted Bs As a un actor?
Yo les voy a mentir en estos 12 minutos que tengo pero les estoy avisando.
Es la única diferencia entre hacer teatro y hacer política.
Voy a hablar de una de las cosas menos importantes del mundo, el teatro. Pero para no matarlos de aburrimiento voy a hablar
de algo un poco más general que el teatro, voy a hablar de representación.
Es un problema que que a mí particularmente me fascina.
Es un poco un abuso, estar hablando aquí de contenidos, me parece, estar yo hablando de contenidos
porque los contenidos son algo que cuando están en manos de biólogos,científicos,incluso hasta abogados,
son cosas más o menos objetivables, son verdaderas o falsas,
En cambio cuando se trata de una disciplina artística, aclaro que todo lo que venga a decir, bien podría ser exactamente al revés.
Y dicho esto me meto con el primero de los problemas, haga lo que haga yo aquí estoy representando.
Aunque hoy no me haya tocado actuar ningún papel, estoy representando.
La representación es algo que ocurre involuntariamente. Representar quiere decir también desplazar:
si yo estoy acá es porque hay por detrás una especie de comunidad teatral y yo vendría a ser como la punta de un iceberg,
e involuntariamente, parece que ustedes se van a ir a sus casas pensando, hemos escuchado algo sobre teatro, o mucho peor, sobre el futuro del teatro,
porque alguien que pertenece al teatro ha venido a hablar de esto.
Malas noticias. Nadie me votó en la comunidad teatral
para que yo venga a hablar en nombre de otras personas que están haciendo más o menos lo mismo que yo.
Estos son unosde los principales problemas con los que nos encontramos al tratar de objetivar
algo que hacemos y que queremos que permanezca en un territorio de enorme subjetividad.
No traje tecnología, no traje imágenes, porque el teatro es un poco enemigo de la tecnología, por lo menos el mío,
cada vez que intenté usar tecnología enteatro me fue muy mal,
pero hice unas láminas, hice algunas cosas porque de lo que quiero hablar, es del fin del mundo.
Y tengo cosas para asustarlos ... miren esto ... no se ve, no?
Lo voy a guardar para después ...
¿Hay un nuevo teatro? No lo sé, en todo caso hay un nuevo teatro como hay una nueva ciencia,
es decir, yo creo que el problema cuando hablamos de ... sí, vamos al teatro
porque, aunque sabemos que es mentira, o vamos a las ficciones, porque aunque sabemos que es mentira nos hacen bien,
queremos ir a que nos cuenten historias, sobre todo porque sabemos que son mentira,
y ahí obtenemos cierto placer, cierto placer mágico en esto, en realidad muchas de estas narraciones,
o muchas de las maneras de encarar ésto, se han vuelto un poco anacrónicas.
Pero el problema es extrateatral, no tiene que ver con el teatro.
Yo creo que el problema se llama reduccionismo y no pertenece al área de la representación sino que pertenece a las ciencias.
Las ciencias, y podrá hablar mucho mejor que yo de este tema cualquiera de los otros oradores, sobre todo los científicos,
se han dividido, hace no mucho tiempo, en dos:
las que se llaman, o las que suponen, que el pasado de la ciencia ha sido reduccionista, llaman a la ciencia newtoniana,
y a la nueva ciencia, mal llamada teoría del caos,
o mejor llamada ciencia de la totalidad, que supone que el mundo es complejo,
y que en realidad las fórmulas que servían (algunas siguen sirviendo) para las relaciones newtonianas,
es decir las cosas más básicas que ocurren en el territorio de la ciencia, de la matemáticas,
son insuficientes para explicar las catástrofes: todo aquello que ocurre fuera del procedimiento causa-efecto, en principio.
La nueva ciencia viene a demostrar que hay formas de causalidad más complejas,
y yo siempre me he preguntado por qué, esas formas de causalidad más complejas no se traducen
en un teatro más rico, en un teatro más interesante, en un cine más interesante, en una literatura más interesante.
En realidad sí se traducen, lo hay. pero en general cuando uno suele pensar en teatro, piensa en una cosa medio anacrónica,
un poco parecida al hombre de la cueva de Altamira, que pinta un cebú y que cree que entonces va a cazar un cebú.
Tomo el ejemplo a propósito porque me parece nada inocente.
Yo creo que en toda representación, en el estar desplazando,
el cebú despalza a la caza, yo desplazo a otro que podría hablar de teatro,
un diputado de Formosa desplaza al pueblo formoseño para obrar en nombre de él,
en toda representación, decía, hay un componente mágico, muy encantador.
Hay estudios que suponen ahora que lo de la cueva de Altamira es mentira,
que el hombre de Altamira sabía perfectamente que por pintar un cebú no iba a aparecer un cebú en la mesa familiar altamirense,
pero lo hacía igual, porque era lindo.
Es decir, podían disfrutar de eso como ficción, podían disfrutar de esa mentira y no sólo podían, sino parece que la necesitaban desesperadamente,
tanto como otras cosas.
Yo voy a tratar de explicar por qué creo que ocurre esta necesidad.
Voy a pedir prestada una teoría filosófica que a mí me ha servido bastante,
esto pertenece al pensador Eduardo Del Estal que si no me equivoco debe estar presente,
y que puede levantar la mano y gritar farsante cuando lo desee si es que digo algo que no es correcto.
Del Estal es pintor y es filósofo, y supone,
que la percepción sigue ... el pensamiento, sobre todo, como pienso el mundo a través de un mediador dudoso que es el lenguaje,
sigue un camino similar al del ojo. Esto debe decir el porque es pintor en realidad,
pero dice que el pensamiento se ordena a través de un patrón de realidad que es el ojo: pensamos tal como vemos.
Entonces, dice, se cumplirían en principio las leyes de la Gestalt, las leyes de la percepción, también como leyes generales del pensamiento.
¿Cómo nos representamos el mundo? Yo me he hecho unas láminas para tratar de ejemplificarlo.
Son caseras ... sí, es mi tecnología
¿Qué ven acá? ... Un cuadrado
Sí, son seudopreguntas, todas las que hago, no tienen necesidad de contestarlas, voy a hacer las preguntas
y las voy a responder me parece yo también que es mucho más fácil,
porque por ahí alguien me dice que no, que no ve un cuadrado sino lo que en realidad he dibujado,
que son cuatro líneas que a propósito no se tocan exactamente en los vértices,
es decir, veo algo y me represento un cuadrado,
que es una abstracción, una cosa que sólo existe en la cebeza de Euclides, los cuadrados no existen en la vida real,
es decir lo que veo es la idea que ya tengo y corrijo lo que estoy viendo para que se parezca a algo que yo ya sé,
este es el principal de los problemas: veo lo más parecido posible a lo que ya conozco.
Pero hay un problema mayor, que es la ley de figura fondo, que es la que en realidad me interesa más.
Cuando yo les pregunté que veían, y algunos, tímidamente, me dijeron un cuadrado,
digo, pero cómo, ¿no ven un papel,
... beige, en el cuál hay dibujado un cuadrado?
Bueno, sí, sí, claro, puedo decidir ver el papel,
es decir, primera de las reglas, veo figura sobre fondo,
y en realidad para decidir ver el cuadrardo, o para decidir saber el cuadrado, que es lo que en realidad están haciendo,
han decidido no ver el papel.
Entonces, la primera de las reglas de toda representación, es saber qué desplaza, qué decido no ver,
para poder ver, ésto dice Del Estal, no lo digo yo, así que debe tener razón.
Pero hay algo mucho más interesante, digo, ahora que ya vieron el papel, porque los alerté,
¿no ven a un tipo que lo está sosteniendo, y poniendo su mejor cara de no tengo miedo a nada?
es decir, claro, para poder ahora ver el papel deciden no verme a mí, para verme a mí deciden no ver esta pantalla que está detrás,
siempre ver es una función recursiva en la cual decido qué debo jerarquizar sobre lo que estoy viendo.
Del Estal hace su mejor trampa poética y llama a ésto, significado y a ésto lo llama sentido.
... una trampa poética es decir suponer que el significado es aquello que comprendo,
que tiene forma que es formal, que es lexicalizable, de lo cual puedo hablar
mientras que el sentido es esa parte invisible del fenómeno de la representación,
y que está detrás, y que como está en blanco, necesariamente debe estar en blanco porque si no, no aparecerían los significados.
Cuando yo descubrí esta teoría me dí cuenta, claro,
en el sentido es donde están las verdaderas preguntas interesantes:
la muerte, el deso, el infinito,
todas las cosas que no nos podemos contestar, y que buscamos desesperadamente en las ficciones,
aprender algo de la muerte, de nuestra propia experiencia de la muerte, etc.
Pero no se puede trabajar con el sentido, el sentido es anicónico, no tiene forma,
no es mimético, no se parece a nada, no puedo trabajar con él, sólo puedo trabajar con significados.
La clave de un nuevo teatro o de un teatro que fuera un poco más ... parecido a la complejidad de la vida,
a esa ciencia no newtoniana sino caótica,
sería empezar a trabajar con ficciones que hicieran aumentar la sensación de que hay un sentido enorme detrás de las cosas.
hay obras que son más o menos así, que tiene esta estructura, no?
un cuadrado ... cuando digo un cuadrado me refiero a algo que ya más o menos sé lo qué es,
un ama de casa, un policía, un represor,
yo veo una obra y digo ... más o menos puedo decir,
son este tipo de obras en las cuales, si alguien tose en la primer escena es porque muere de tuberculosis en la última,
nadie tose porque toser es causa de expulsar un cuerpo extraño, no, no,
tose para morir de tuberculosis en la última escena.
Es decir, hay obras que tienen esta estructura: un cuadrado,
otro cuadrado, al tipo le pasa esto, cosas más o menos esperables, dentro de un señor con tuberculosis, no?
y cuando veo, veo, veo lo que va pasando un poco me deprimo, porque entiendo que más o menos acá ya sé lo que me va a pasar.
Otro cuadrado, y luego otro cuadrado. Este tipo de obras son más o menos lo que llamamos costumbrismo,
una forma de realismo que me lleva por un camino conocido.
Luego hay obras que intentaron más o menos esto,
hay un cuadrado y después hay cualquier cosa ... y en cualquier lugar,
esto que podría asociarse a una suerte de vanguardia, algo que tuvo naturalmente su fuerza y de la cual aprendimos mucho,
las vanguardias de principios del siglo pasado y demás,
es un poco también anacrónico, porque, en definitiva, en tanto yo no puedo esperar,
no puedo proyectar ninguna expectativa,
el sentido que está detrás también se me reduce, me da lo mismo lo que vuelva a pasar,
que entre un caballo volando, que el tipo tosa o no, me da exactamente lo mismo.
En cambio hay un tipo de obra, que a mí me interesa particularmente y que veo en las nuevas ficciones que a mí me interesan, que es más o menos esta:
Hay un cuadrado, lo puedo seguir, uy, mirá, el tipo tose, supongo que tendrá tuberculosis,
pero a lo mejor no, porque en las nuevas obras hay gente que tose y a veces tiene tuberculosis y a veces no,
y está muy bien, es un poco más vital, se parece más a nuestra experiencia de la percepción de la vida,
un tipo le pasa esto y le pasa esto ... esta es una obra de David Lynch, por ejemplo,
donde esto que ocurre acá es totalmente inesperado y justamente por inesperado aumenta la sensación que tengo del vacío, del papel, del sentido,
que separa estos elementos que yo podía conocer.
Ayer, mientras temblaba de terror en casa
pensando que tenía que venir a explicar esto, de lo cual, apenas puedo hablar,
escuchamos un ruido espantoso y nos dimos cuenta que se había roto ésto,
que es un chanchito alcancía,
sólo, que la vida me daba un signo muy claro de algo que me iba a pasar,
el chanchito representa, simboliza, desplaza a la suerte,
y estaba en la biblioteca, se cayeron unos libros, no quise ni ver los títulos de los libros,
porque ... y esto se cayó al piso y se rompió, miren esta es la tapita por donde meter las monedas,
esto representa ... si yo no estuviera en mis cabales pensaría que la realidad está tratando de decirme algo,
y en general estaría un poco loco si pensara que ésto que se rompió solo me estaba hablando de un posible fracaso,
algo que más o menos está pasando ahora,
pero hay gente que está un poco loca y que ve signos en la realidad y no en las ficciones, van a los astrólogos, ¿no?
digo, tratan de explicarse, en algunas de las cosas que están fuera de su alcance,
cuál es el sentido último, cuál es aquello de lo que no se puede hablar,
lo que no es lexicalizable y para lo cual tiene que encontrar nuevas estructuras.
Para terminar, Del Estal dice algo muy inquietante que como a mí me oprime un poco quiero compartir con ustedes,
para que se hagan cargo todos juntos.
Ël dice, el hombre ha intentado significarlo todo, tiene un deseo desesperante de significar,
de transformar todo sentido en significado,
de agrandar cada vez más ese espectro de explicarlo todo,
y el dice, cuando ya no quede sentido, cuando ya no quede nada en esa especie de bosque, de reserva forestal,
que se está talando para transformar lo que no sé que es, en algo que pueda parecerse a un cuadrado,
será el fin del mundo, o, será el fin del pensamiento, que es lo mismo,
porque ya no podré discriminar, ya no podré pensar, ya no me podré representar nada.
Muchas gracias.