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Capítulo 6 Mademoiselle
Érase una vez…
En 1920, Coco se convierte en "Mademoiselle".
Europa construye una paz frágil
las mujeres prefieren la moda
de quien les ha otorgado el derecho a la comodidad.
Coco, que acaba de perder al hombre de su vida,
apacigüa su tristeza en Venecia con Misia
y Jose Maria Sert.
Érase una vez Misia:
la amiga eslava, fiel e incondicional,
musa extravagante, seductora genial
inspiradora de Proust, talentosa pianista,
modelo de Toulouse-Lautrec,
Renoir, Bonnard y Vuillard.
Gracias a Misia, se enamora de Italia y los Ballets rusos,
Misia le presenta a
sus amigos: Cocteau, Stravinski,
Diaghilev, Ravel
y Picasso.
Érase una vez
Una costurera adulada por los artistas.
Crea trajes para los espectáculos de Dullin y Cocteau,
financia la creación de la Consagración de la primavera,
aloja a Stravinski y su familia,
ayuda a Cocteau en su desintoxicación
y paga discretamente el entierro
de Diaghilev en Venecia.
Érase una vez
La fastuosidad eslava y el Gran Duque Dimitri,
que huyó de la masacre bolchevique,
un amante de mirada melancólica.
Ella es ocho años mayor,
con él, sus colecciones respiran
el viento de las estepas rusas,
fuente de inspiración de bordados, pieles
y joyas bizantinas.
Gracias a él, Mademoiselle conoce a
Ernest Beaux, creador de perfumes de la corte de los zares,
y en 1921, crea
el perfume de los perfumes:
N°5.
Érase una vez La elegancia inglesa,
el lujo desenfadado de la aristocracia:
el Duque de Westminster,
el hombre más rico de Inglaterra.
Gabrielle se inspira en sus chaquetas de tweed
y sus jerseys,
en el chaleco de sus sirvientes,
en el sombrero de sus marinos.
Están enamorados. Westminster la lleva
a sus castillos y a sus yates,
manda un tren privado por ella,
la cubre de flores y joyas.
Se cansan el uno del otro
y ella nunca será duquesa.
Érase una vez… La llegada del ***.
En la ópera, ante el bullicioso desorden de los trajes,
Gabrielle Chanel declara que esa época le produce naúseas
Voy a vestir a estas mujeres de ***!"
Por aquel entonces, el *** es el color de la servidumbre y del luto,
pero se convierte en el color supremo;
la clave de su éxito:
Ha nacido el vestidito ***.
Érase una vez… Las joyas de fantasía
que Gabrielle Chanel prefirió durante mucho tiempo a las piedras preciosas.
Reprochaba a las mujeres del mundo que llevaran la caja fuerte colgando del cuello:
"lo que importa no son los quilates sino la ilusión".
Érase una vez Un triunfo.
Todo el mundo quería vestir de CHANEL.
Comenzando por Hollywood.
Pero Gabrielle rechazaba los caprichos de la
fábrica de sueños, regresa a Francia y
se instala en el Ritz.
Érase una vez… En 1936, una empresaria
que tiene que enfrentarse a 4.000 trabajadoras en huelga,
durante la primavera del Frente Popular.
Ellas se atreven a enfrentarla.
Mademoiselle, que nunca cedía, cede.
Érase una vez… El anuncio de la Segunda Guerra Mundial.
A los 55 años, en la cumbre del éxito,
Gabrielle Chanel cierra la puerta de la boutique de la rue Cambon,
convencida de que ya no es el momento "de usar vestidos"
y se exilia en Suiza.
Pero la que solía decir
"Quiero ser lo que vendrá"
Aún no había dicho su última palabra...