Tip:
Highlight text to annotate it
X
"...y la contribución esencial de muchos otros, presentan:"
BASADO EN LA NOVELA DE ALFRED DÖBLIN.
PELÍCULA EN 13 EPISODIOS Y UN EPÍLOGO.
Haznos un café. Somos dos.
Sí, señora.
¿Qué me dices? ¿Has visto algo parecido?
Nunca has visto un apartamento como ése, ¿verdad?
Dios mío, son monos de verdad.
El tipo está tan loco por mí que me montó este piso.
¿Pero por qué monos?
A Herbert le encantan los monos, le hacen gracia.
Cuando viene aquí, juega con ellos.
¿Qué? ¿Traes a Herbert aquí?
¿Y qué? El tipo conoce a Herbert,
tiene muchos celos de él.
Es mejor así cuando tiene celos.
Si no estuviera tan celoso,
me hubiera tirado hace mucho tiempo, ¿entiendes?
Pues es posible.
¿Qué quieres decir? Es verdad lo que digo.
Quiere tener un niño conmigo.
Fíjate, quiere que tengamos un hijo.
Le hubiera hecho el favor, pero no quiero uno con él.
No con él.
¿Qué hay de Herbert? ¿ÉI no quiere uno?
Ni idea. Creo que no puede.
Me gustaría tener uno con él, pero no funciona.
Y con Franz también me gustaría.
¿Qué te pasa, Mieze? ¿Estás enfadada conmigo?
Basta, Mieze.
Venga, Eva, venga. No estoy enfadada contigo.
Me alegro de que te guste Franz. ¿Dime cuánto te gusta?
¿Quieres un niño con Franz? Pues díselo, por Dios.
¿Te has vuelto loca? ¿Qué te pasa, Mieze?
¿intentas arreglármelo con Franz?
¿Para qué? Quiero quedarme con él, es mi Franz.
Pero eres mi Eva, también.
- ¿Qué soy? - Mi Eva.
¿Dime, Mieze, eres lesbiana?
En absoluto. Sólo que me gustas.
Antes no estaba tan segura,
pero cuando has dicho que querías un bebé con Franz,
de repente estaba segura.
Exactamente, y te pusiste rara.
¿Rara? ¿Qué quieres decir con "rara"?
Vale, Mieze, olvídalo.
¿Y quieres un bebé con Franz?
¿Qué demonios pasa contigo?
Dime, Eva. ¿Quieres uno o no?
No, lo he dicho sin querer.
No es cierto. Sí que quieres uno.
Estás fingiendo que no quieres uno con él.
Pero sí que quieres.
Es bonito que quieras un bebé con Franz.
Es tan bonito.
Estoy tan contenta.
Por Dios, estoy contenta.
Sí que eres lesbiana.
No, Eva, no soy lesbiana,
de verdad, nunca he tocado a una mujer.
Pero te gustaría tocarme.
Porque te quiero tanto,
y quieres un bebé con Franz, y...
y deberías tener uno.
Con mi Franz.
Venga, Mieze, estás loca.
Por favor, no digas que no. Quieres uno.
Prométeme que tendrás un niño con Franz.
Bebe esto, venga.
Quizá te pueda inculcar algo de razón ahora.
Siempre sabes hacerlo.
Dime, Mieze, si te gusta estar aquí.
¿Cómo no me va a gustar?
Es bonito,
pero a la vez extraño.
De acuerdo.
¿Te gusta mucho Franz?
Ven aquí, y siéntate.
Lo que quiero decir es, si te gusta Franz,
deberías cuidar mucho de él.
Siempre va por ahí con ese Willy,
ese ladrón no conviene a Franz.
- Willy le cae bien. - ¿Y a ti?
A mí también. Si a Franz le gusta, también me gusta.
Porque eres ciega, porque aún eres joven.
Ese tipo de compañía no está bien para Franz.
Lo dice Herbert, también. Willy es un ladrón,
meterá a Franz en líos.
¿No crees que perder un brazo es suficiente para él?
¿Qué quieres decir?
¿Sabes algo?
Por Dios, ¿ocurre algo?
Gracias, Ilse.
Me voy de compras, señora. El señor volverá esta noche.
Compra rodaballo para mañana. Sabes cuánto le gusta.
Lo intentaré, Señora.
No me dejes colgada, dime lo que ocurre,
¡dime!
Dios, Mieze, ése es el problema.
No sé lo que ocurre.
No sigo los pasos de Franz y tú tampoco.
Ninguna de las dos tenemos tiempo.
¿Adónde dice Franz que se va? ¿No dice nada?
No, no mucho.
Es sólo política, y no la entiendo.
Está mezclado en política y nada más,
con comunistas y anarquistas, gentuza que ni siquiera
tiene un pantalón suyo. Se mezcla con esos canallas.
¿Y eso te gusta? ¿Para eso trabajas tú?
Pero no puedo decir a Franz a dónde ha de ir.
Eso no se puede hacer.
Te digo una cosa.
Si no fueras tan joven, te pegaría.
De repente no dices nada...
¿Quieres que Franz se hunda otra vez?
No se va a hundir.
Me ocuparé de él.
No te tomes lo que he dicho tan en serio.
No lo quería decir así.
Sólo que no le dejes ir con ese estúpido Willy.
Sabes que Franz es como una oveja.
Debe ocuparse de Pums y del tipo que es responsable
de lo de su brazo, ¿me entiendes?
Intentaré cuidar de él.
No hay chica mejor que tú para Franz.
"Una banda de bandidos,
en Adrudpanta corrían libres,
pero su jefe Guito,
era un hombre bueno y noble."
Y las dos saben que es una canción popular que trata de resignación,
y a pesar de ello lloran, pues la vida es a veces muy corta
para los sentimientos eternos.
Me quedo con lo que he dicho.
Un hombre razonable sólo cree en Nietzsche
y hace lo que le divierte.
¿Entiendes?
Nietzsche. Todo lo demás es basura.
Mi mujer está enferma,
no me necesita cuando vuelvo por la noche.
Quiere paz y tranquilidad. Te acostumbras a ir
a los bares cuando tu mujer está enferma en casa.
Llévala al hospital.
Tener a una mujer enferma en casa no está bien.
Ya estaba en el hospital, y la saqué de allí.
No le gustaba la comida, y tampoco mejoraba.
¿Está muy enferma?
Se le juntó el útero al recto o algo así.
La operaron, pero no solucionó nada.
Ahora dice el médico que son los nervios.
Que se lo imagina todo.
Pero le duele, y llora todo el día.
¿De verdad?
Pronto le dará de alta, fíjate.
Porque cuando tienes una enfermedad nerviosa, estás sano.
¿No te estarás poniendo político, Ede?
Ni hablar.
La política no nos ayudará. Sólo a los demás.
Quiero vivir, entiendes, vivir.
Ponme 4 schnapps, Maxe, y una cerveza para él.
Marchando. El marxismo me da igual,
y Lenin o Stalin o cualquiera de esos tipos.
Si un tipo me da un préstamo, cuánto y cuando,
eso es lo que importa en este mundo.
Así lo ves tú, Max.
Pero no es tan sencillo.
Yo tampoco necesito ningún marxismo ni nada parecido,
lo que necesito lo puedo calcular con mis dedos.
Entiendo lo que significa si me pegan una paliza.
Eso sí que lo entiendo.
O si hoy tengo trabajo, y mañana me mandan a la calle,
porque se acaban los pedidos,
pero se queda el capataz, y el jefe también,
pero yo estoy en la calle, y firmo en el paro.
Y si tengo hijos, y la mayor tiene las piernas torcidas,
no la puedo mandar fuera.
En su colegio quizá le tocará ir al campo, quizá no.
Y lo peor es que los niños aprenden
tanto como nosotros,
no les enseñan más de lo que nos enseñaron a nosotros.
¿Qué se supone que va a cambiar?
¡Salud!
Y si tengo que ir al médico por mi reuma.
30 tipos están sentados en la sala de espera.
El médico me pregunta si ya he tenido reuma.
Y cuánto tiempo llevo trabajando.
O si tengo mis papeles.
No me cree, para nada.
Y luego voy al especialista,
y si quiero que el seguro me mande a alguna parte,
siempre te cobran.
Tienes que llevar la cabeza bajo el brazo
antes de que lo hagan. No, Max, no.
No es tan sencillo como piensas.
No es tan sencillo.
Y no necesitamos que Karl Marx nos lo diga.
Pero, Max, es realmente cierto.
Venga, acabemos las copas. Salud.
Tengo que decir
que mucha gente tiene las piernas torcidas,
y tampoco tiene dinero para ir al campo.
En mi opinión, no hay nada de trágico en eso,
las piernas torcidas.
Nadie dijo que era trágico.
Sólo dije que tenía las piernas torcidas,
y que es una niña pobre,
y que no podemos llevarla al campo.
No hay muchos niños ricos con las piernas torcidas,
en primer lugar.
Siempre ha habido gente rica y pobre.
Claro que siempre ha habido,
pero los pobres deben ser quienes quieran serlo.
Otros deben ser pobres,
a mí no me apetece, y acabas harto,
cuando siempre son los mismos pobres.
- Toma, Maxe. - Gracias.
¿Qué te pasa, Franz? Íbamos a...
Déjalo, Willy. Quiero acostarme pronto.
Por lo de ayer.
Espera un poco.
Viene Jack el Destripador,
sacará su hacha,
y te hará salchichas.
No me cree.
Luego tengo que ir al especialista.
Y si quiero que el seguro me envíe a alguna parte,
siempre te cobran, tienes que llevar
la cabeza bajo el brazo para que te lo hagan.
Espérate un rato,
la suerte te llegará a ti, también,
con una hacha,
allí está en tu puerta,
espérate un poquito...
"Escándalo de abuso de menores"
¡Judío checo seduce a 20 niños! ¡No le detienen!
Se le juntó el útero al recto,
la operaron, pero no solucionó nada.
¿Pasa algo? ¿Algo le molesta?
¿Qué quieres decir?
Hace cosas raras. Da la vuelta.
Diga si tiene un problema.
No es nada.
Es que antes yo vendía periódicos.
¿Y qué?
No, nada.
Y los jóvenes aprenden lo mismo que nosotros,
puedes imaginar el resultado.
Bebe, hermano, bebe. Deja tus problemas en casa.
Bebe, hermano, bebe. Deja tus problemas en casa.
Evita tus preocupaciones, evita tu dolor,
y la vida tiene gracia.
Y cuando tienes una enfermedad nerviosa, estás sano.
Cuando tienes una enfermedad nerviosa, estás sano.
Y nadie necesita a Karl Marx para eso,
pero es cierto, es cierto.
Evita tus preocupaciones, evita tu dolor,
y la vida tiene gracia.
¿Qué puede hacer una niña con las piernas torcidas en el campo?
¿A mí qué me importa la política y toda esa mierda?
No me ayuda, no me ayuda.
Tegel, por favor.
¡Judío checo seduce a 20 niños! ¡No le detienen!
¡Eh, despiértese!
No se puede dormir en el banco, está prohibido.
¿Entiende? Prohibido.
Prohibido.
Entendido, comisario.
No soy comisario, simplemente un policía.
Y estoy orgulloso. ¿Me entiende?
Entendido.
¿Qué hace aquí de todos modos?
¿Qué hace durmiendo aquí?
¿No tiene domicilio o qué?
Sí, sí, tengo domicilio.
Quería venir aquí de visita.
¿A quién quería visitar?
Está claro, quería visitar Tegel.
Mi prisión.
Donde pasé 4 años de mi vida. Quería visitarla.
Y de repente me cansé, y me... Mire.
Está ahí, mi prisión.
¿No le alegra el corazón?
Creo que está loco. No es normal
visitar una prisión, acostarse y dormir.
Estoy cansado, quiero dormir,
quiero dormir.
Ya le dije, aquí no se puede dormir.
Si sigue así, estará ahí dentro otra vez.
¿Dónde vive?
Calle Achim von Arnim, número 32.
¿Y cómo llegará allí?
Sí, ¿cómo llegar allí?
Es demasiado tarde para el autobús. Tendrá que andar.
Sí, tendré que andar.
¿Entendido?
¿El qué?
Tiene que hacer su trabajo como todos, ¿entendido?
Entendido.
Calle Achim von Arnim.
¡Ladrón!
...libertad y flores doradas en esta trampa sucia
...porque su lengua está paralizada con un tomate verde
...el significado de un peinado tiene que ver
con la libertad de la vida.
Ha vuelto a beber. Creía que lo había dejado.
No es tan usual, Sra. Bast,
quizá lo dejará pronto.
Es lo que creía entonces, que lo dejaría,
y luego pasó lo de Ida.
Lo de Ida fue totalmente distinto.
La muerte es la libertad, y la muerte está en orden.
La orden es el orden, el orden está organizado.
Y la libertad es la muerte y el orden.
Y el orden es no tener libertad,
y las flores verdes ya no florecen.
¿Le has traído aquí en este estado?
¿Qué es lo que se supone que he de hacer?
Podrías haber llamado al timbre, Ida siempre lo hacía.
Ya no se mueve.
Déjale dormir, ha dormido muchas veces en el sillón.
Está acostumbrado.
Escúchame, Franz. Despierta. Ven a la cama.
Estarás más cómodo.
Déjelo, Srta. Mieze, es demasiado tarde.
Pero debes saber una cosa.
Así ronca más fuerte de lo normal.
No me molesta, al contrario.
Me gusta cuando ronca.
Eso es el amor. Buenas noches.
Mi querido, querido Franz.
¿No me oyes?
¿No me oyes nada?
Un periódico tiene muchas letras
y las letras son negras.
Un coche es *** y los árboles son rojos,
la sangre es roja.
Pero la libertad no es el orden,
el orden es ***,
*** como el coche,
y ***
como el coche son las letras de mi periódico...
Dios mío, Mieze, échame la bronca,
pero di algo.
No lo soporto cuando no dices nada.
¿Qué te he hecho?
¿Porque volví tarde anoche? ¡Dime!
¿Es porque volví tarde anoche?
No, Franz, es porque te complicas la vida.
¿Cómo que me complico la vida?
Porque te asocias con gente que no te conviene.
Quieres decir... ¿Quieres decir Willy?
Por ejemplo.
Mírame otra vez, Mieze.
Aléjate de la política.
No me mezclo en la política.
¿Dejarás de ir a esas reuniones?
Si tú lo quieres, vale.
¿Me lo prometes?
Ya está bien.
Cuando digo algo, es mi palabra.
Y de todos modos,
tienes razón. Estoy bien.
¿Qué me importa la política
cuando la gente es tan tonta y deja que la exploten?
No es culpa mía.
¿Por qué calentarme la cabeza para los demás?
Gracias, gracias...
Nunca me di cuenta de que te importaba tanto,
la política, las reuniones y todo.
No dije nada.
Pero todo va bien ahora.
¿Ahora qué pasa?
Estás de pie allí otra vez.
Creía que ibas a desayunar tranquilamente,
y ahora estás ahí poniendo esa cara.
X. LA SOLEDAD CREA GRIETAS DE LOCURA EN LOS MUROS
No quería decírtelo antes.
¿De qué hablas?
Quería estar segura.
Pues, ya que has empezado, por qué no sigues.
No es nada malo, Franz.
- He conocido a un hombre. - ¿Qué?
He conocido a un hombre, y él quiere algo permanente,
como Eva y su pareja, y es casi tan rico como él.
Está casado, y así está mucho mejor.
¿Entiendes?
Algo más permanente.
Y tiene dinero, es rico y está casado
¿y tú no lo tienes claro?
Hay algo más detrás de esto, hay algo más.
No, no hay nada más. De verdad, no lo hay.
Es sólo que...
era la primera vez,
y no sabía cómo decírtelo.
Y luego me dijo que me alquilaría un piso,
y quería esperar a ver si lo haría.
Ahora lo ha hecho, y tenía que decírtelo.
Y ya está, Franz, no hay nada más.
Por favor, créeme.
No hay ningún motivo escondido.
Mírame otra vez, Franz.
¿De verdad no tienes otro motivo?
Sabes asustar a uno.
Es porque nunca me crees.
Será porque eres mujer.
¿Ahora qué te pasa?
¿Por qué tanta prisa? ¿Qué haces?
No es nada.
Es sólo que tengo que ver un apartamento.
Aún no lo he visto. Y además...
¿Sí? ¿Qué?
Además viene Eva a las once.
¿Y qué?
Debería habértelo dicho antes.
¿Sobre qué?
Eva y yo hemos llegado a un acuerdo.
Hemos decidido que ella tendrá un niño contigo.
Cuando lo estábamos hablando, Eva y yo,
me sentí muy contenta,
y la tenía que convencer y rogárselo.
Y luego dijo que sí.
Así que había otro motivo. Lo sabía.
Quieres deshacerte de mí.
¡No quiero deshacerme de ti!
Sabía que tenías otro motivo. Lo sabía.
No valgo más que un animal de matadero.
Y sólo tengo un brazo. Peor que un animal.
Imagina lo que hará una cerda cuando entra en la pocilga.
Por lo menos una cerda vale más que un hombre,
porque es un trozo de carne y de grasa,
¿y qué le puede pasar mientras tiene comida?
Puede tener otra camada,
y al final de su vida le espera el cuchillo
y no es muy emocionante.
Antes de que un animal así sepa lo que le pasa
ya ha terminado. Pero un hombre,
un hombre tiene ojos, tiene más,
todo está mezclado,
puede pensar muchísimo, y tiene que pensar.
Tiene que pensar porque tiene esta cabeza terrible.
Y siempre piensa en lo que le va a pasar.
¿Qué quieres decir con "Basta"?
¿Qué quieres decir que no puedo hablar así?
¡Te pregunto qué quieres decir!
Quiero decir que todo lo que dices está equivocado.
No quiero deshacerme de ti, al contrario.
Te quiero.
Y pienso
que siempre te querré.
Pero fui al médico, una vez en Bernau y luego
2 veces más en Berlín. Todos dijeron lo mismo.
Que nunca tendré hijos.
Y cuando Eva dijo que le gustaría tener uno,
y que con Herbert no funciona y que no quiere uno
con ése pero contigo sí, Franz, estaba tan feliz,
Lloré de la felicidad.
Porque yo también tendría uno.
Por eso todo lo que has dicho no es verdad.
Pase.
La Srta. Eva está aquí, Sr. Biberkopf.
¿Por qué no la deja pasar?
Porque había ruido antes, y pensaba...
Está bien, Sra. Bast.
Ah, te lo dijo.
¿De qué te ríes?
De la situación.
Cuantas veces hemos estado juntos,
pero nunca era así.
¿Tú quieres?
¿Me puedes desabrochar el vestido? Sola no puedo.
Y aunque Sonja y Eva sabían que era una canción popular
Y aunque Sonja y Eva sabían que era una canción popular
se pusieron a llorar cuando acabaron de cantar
¡Deprisa! Está pitando frenéticamente.
Ya voy.
Venga, déjame pasar.
Sí, sí, ya voy.
¿Qué tal?
Lo mismo. La vida sigue día tras día.
Pasa algo hoy, lo pierdes,
otra cosa mañana, lo olvidas,
siempre te pasa algo.
La vida lo dejará todo bien.
Herbert, ¿puedes parar ahí por Borfmann?
Encargué una enagua y la puedo recoger ahora.
Sabes cómo fastidiar. ¡Una enagua!
Pero una enagua es humana. Perdona.
¿Quieres?
No, gracias, y no debes beber tanto.
No te he oído bien. ¿Qué?
Mira, ¿qué eras? Un vendedor de periódicos.
¿Y ahora? Te falta un brazo pero tienes a Mieze,
y un sueldo. No empieces a beber como con Ida.
Eso ni pensarlo.
Cuando bebo, es porque me aburro.
Te sientas, y qué haces, tomas un trago.
Y otro trago, y otro.
Y además, me controlo.
Dices que te controlas, pero mírate en el espejo.
Mira tus ojos.
¿Qué les pasa a mis ojos?
Pareces un viejo. Estás envejeciendo.
Beber te hace viejo.
Déjalo, dejemos de hablarlo.
¿Qué quieres decir? Deja tú de beber.
¿Por qué no puedo beber?
¿Qué queréis de mí? No puedo hacer nada.
Soy un tullido al 100º% y ahora estáis todos contra mí.
Uno dice que no debo beber, el otro dice
que no me mezcle en política.
Si no puedes vivir sin la política, es mejor que beber.
Mírame, soy un lisiado. No valgo para nada.
Déjate de tonterías. Díselo a Eva o a Mieze.
En la cama estoy bien. ¿Pero qué más?
Mira, Herbert, era alguien. Haces algo.
Tú y los chicos.
¿Y tú? Si quisieras, podrías hacer negocios
y con tu brazo, también.
Tonterías. Mieze no quería.
Me agotó y me convenció.
Pues vuelve a empezar.
Ahora debo empezar de nuevo. Empezar, parar.
Como un perrito. Sube a la mesa, ahora baja.
Estoy lisiado. Mira mi manga, no tiene nada dentro.
Mi hombro me duele tanto por la noche, que no duermo.
Pues ve al médico.
No quiero.
No quiero saber nada de los médicos.
Pues dile a Mieze
que se vaya contigo, fuera de Berlín, para variar.
No, no, prefiero beber.
¿Harías lo mismo con Mieze que hiciste con Ida?
¿Qué?
¿No te fueron suficientes, 4 años?
¿Estás loco?
¡Si estoy loco!
Qué difícil. No la encontraban, y luego
dijeron que no la tenían, y luego la encontraron.
¿Te pasa algo?
Herbert dijo que no debo beber.
¿Qué, le dijiste eso?
Sí, lo dije.
¿Estás loco? ¿Por qué no debe?
¿Quieres que vuelva a pasar lo que pasó?
¡Cállate!
Déjalo. Llévame a casa.
- ¿Está ahí? - Acaba de entrar.
¿Qué ocurre?
Mi vida, dime una cosa, ¿puedo beber?
Sí, claro, pero no demasiado.
¿Pero puedo beber?
Sí, pero no demasiado. Porque no es sano.
¿Y no quieres emborracharte una vez?
Sí, contigo.
Quieres emborracharte conmigo.
¿Pero nunca te has emborrachado?
Claro que sí.
¿Sí?
Venga, Franz,
vamos a emborracharnos.
Ahora mismo.
Y ahí está Franz detrás de ella, una niña tan dulce,
tan dulce, tan pequeña a su lado,
la podría meter en su chaqueta,
la abraza, la coge por las caderas con su brazo izquierdo
y Franz se ha ido, por un segundo, su brazo está
alrededor de sus caderas y ella totalmente tiesa.
Pero en su cabeza Franz tenía que hacer un gesto con su brazo
su cara tan dura como una roca. En su cabeza tenía
un instrumento de madera, y le golpeó a Mieze con él.
En las costillas, una vez, dos veces,
y rompió sus costillas.
Hospital, cementerio, Tegel.
Dijeron que no debería beber,
dijeron que no me metiera en la política,
lo dijeron.
Está bien.
Un señor ha venido a verla, Srta. Mieze, un Sr. Freimut.
¿Le digo que pase?
¿Quién es?
Pues, es él.
¿Quién?
El tipo del apartamento. No me acordaba.
Venga, levántate, Franz.
Sra. Bast, que pase.
¿Puedo pasar?
Sí, pasa.
Muchas gracias.
Estaba esperando todo el tiempo,
y luego pensaba que a lo mejor...
Habría bajado yo.
Este es Franz, es mi marido.
Y Franz, éste es Georg.
Hola, Sr. Biberkopf.
Lo siento.
Pero tendré que darle la mano izquierda,
la derecha ya no está.
Sí, esa guerra tan horrible.
Sí, esa guerra tan horrible.
Su mujer es encantadora.
Sí, lo sé.
Sí, claro que lo sabe.
Para mí, la cosa más excitante de una mujer
es su forma de vestirse.
¿Su forma de vestirse?
Sí, sé que es extraño,
pero una mujer se mueve muy bien cuando se viste,
es más bonito que cuando se desviste,
¿no cree?
Pues, sí, si lo mira de esa forma.
Sólo si lo mira de esa forma.
¿Quiere salir con Mieze?
No se lo dijo, durante 2 ó 3 días quería...
No me dijo nada.
No tuve la oportunidad de decírtelo.
Discúlpenos un momento.
Claro, quizá deba salir.
No es necesario. Siéntese.
Si es así, ¿qué es lo que me queda de ti?
¿Qué debería hacer?
¿Qué ocurre, Franz?
Nada, vete.
Franz, ¿por qué lloras?
¡Fuera!
Franz, no chilles, por favor. Y deja de llorar.
¿Quieres irte?
Mi hombro me duele tanto.
¿Por qué me duele tanto el hombro?
Me cortaron el brazo, tal cual,
Esos malditos perros.
Mi brazo no está, y son ellos los que lo hicieron.
Y me dejaron tirado,
y ahora me duele, podrían haberme quitado
el hombro entero, y ahora no me dolería.
Pero no me mataron, no lo pudieron arrancar,
no tuvieron suerte conmigo.
Pero así, tampoco me hace ningún papel.
Ahora estoy aquí, y no tengo a nadie,
nadie me oirá si grito,
si el hombro me duele y el brazo...
Deberían haberme matado directamente.
Qué queda de mí ahora. Soy medio hombre.
No lo aguanto más. Estoy arruinado.
¿Qué voy a hacer, qué demonios voy a hacer?
Venga.
Es mi trabajo, Franz, tengo que hacerlo.
"La serpiente en el alma de la serpiente."