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AGEAC presenta
la CIENCIA de la Meditación
Y en esta oportunidad te queremos preguntar ya para enfocar
este tema, ¿qué es realmente la meditación?
Bueno, la meditación es algo realmente
muy inherente a la Gnosis y a todo lo que es el mundo de la mística
trascendental. La meditación se puede definir como ciencia,
como arte o como disciplina, y hasta como técnica.
Entonces podemos hablar de una ciencia de la meditación
porque es una ciencia,
tiene sus parámetros científicos que son demostrables.
Se puede hablar de un arte porque saber meditar
es propio de un artista en el tema de la relajación
y del silencio de la mente.
Se puede decir que es una técnica porque hay que
aprender la técnica de la meditación,
y hay técnicos y hay quienes no son técnicos.
Y se puede concebir también como una disciplina
porque, para llegar a ser un atleta de la meditación,
se necesita una disciplina esotérica.
Entonces podemos hablar de la disciplina de la meditación.
De estas cuatro formas podemos abordar este tema.
Entonces, claro, como técnica la meditación
requiere conocer determinados pasos.
Como ciencia hay que estudiarla en relación a sus objetivos.
Como disciplina, pues forma parte del camino
del yogui y del camino del faquir gnóstico.
Entonces, sobre esta base podemos decir que
la meditación es una gran parte de la esencia
del verdadero trabajo interior.
Sin meditación resulta imposible llevar un estudio
serio sobre nuestro trabajo psicológico,
hablando en términos gnósticos.
Sin la meditación no podemos llegar a calibrar
nuestro avance hacia el Ser.
Eso es lo que puedo decir, primordialmente,
para empezar, sobre este tema.
Aunque la pregunta parezca muy obvia,
para ir introduciéndonos en este tema de la meditación,
te preguntaríamos: ¿para qué se usa la meditación?
¿Con qué objetivos hay que meditar?
¿Por qué objetivos? ¿Con qué razón?
Sí, bueno, los objetivos de la meditación son varios.
Primeramente hay que decir que, ante todo,
lo que busca el místico mediante la inmersión
en la meditación es paz, quietud de la mente.
Ese es el primer objetivo.
Cuando alguien ya es capaz de tener paz interior permanente,
entonces se puede hablar de que la meditación
es un medio para la investigación.
Y cuando ya se es aun más experto en esa materia
de la meditación, entonces se puede decir
que la meditación es el camino para la Iluminación,
o para la conquista de lo que se llama
en el mundo oriental el “Vacío Iluminador”.
Y ¿hay pasos? ¿Hay niveles de meditación?
Bueno, en toda meditación hay cinco etapas, o cuatro.
Cuatro o cinco.
La primera se llama en término sánscrito “Asana”,
y equivale a lo que vendría a ser la postura
que adoptamos para meditar.
Esto es importante aclararlo,
porque nosotros en el mundo occidental
tenemos preconceptos fijados en la mente
por los manuales de Yoga,
por lo que ha dicho tal o cual gurují, y en realidad de verdad,
la postura del cuerpo no tiene que ser, para meditar,
esa tan famosa posición de loto o de lotus.
El mismo Presidente de la Gnosis contemporánea,
nuestro Venerable Maestro Samael Aun Weor,
enfatizó que lo importante es que el cuerpo esté relajado.
Yo me atrevo a decir, sin querer pecar de orgullo
ni de atrevimiento, que hasta encima de un árbol,
si yo encuentro la manera de que mi columna esté relajada
y de que ningún músculo me estorbe, yo puedo meditar;
cualquier persona.
Existe la posición de la “Estrella Flamígera”,
es decir, abierto de brazos y piernas en una cama.
Existe la posición llamada de “Hombre Muerto”,
manos y brazos a lo largo del cuerpo estirados,
entonces parece un difunto la persona.
Existe la posición del “Chac Mool” azteca.
Entonces, el tema de la Asana o postura del cuerpo
es algo que no es dogmático, pero sí que es vital
que la persona tenga su cuerpo sin tensiones.
La segunda fase de una meditación se llama “Dharana”,
que significa relajación de músculos y nervios.
Entonces, el místico, después de adoptar una postura cómoda,
con el auxilio de la concentración,
debe cerciorarse de que todos sus músculos
y nervios estén relajados,
mediante lo que llamamos un recorrido que hacemos
sobre el cuerpo con el auxilio de nuestra mente.
Vamos observando con la mente cada parte del cuerpo
y la vamos relajando.
La tercera parte se llama, o la tercera fase,
“Pratyahara”. Esto quiere decir en sánscrito
“concentración del pensamiento”.
En esta parte, justamente, que es, dijéramos,
lo que define el triunfo o fracaso de una meditación
es donde muchas personas no alcanzan
a franquear esta puerta, porque en el estado
de Pratyahara hay que tener mucha paciencia
para descartar los pensamientos ilusorios
que llegan a la mente, recuerdos, deseos...,
y eso no se consigue de la noche a la mañana.
Eso significa, pues, Pratyahara.
Entonces, la cuarta fase o el cuarto paso se llama “Diana”,
que quiere decir “quietud y contemplación”.
Esta es la fase que aparece como resultado de haber
descartado todos los múltiples pensamientos que,
dentro de nuestras psiquis, siempre están riñendo,
hablando y parloteando.
Al llegar aquí, el místico entra en un estado de silencio
y quietud mental. La mente está quieta por fuera,
por dentro, por arriba, por debajo, por los lados,
y en silencio. Se llama “Diana” o “contemplación”.
Y luego aparece la última parte, la última fase,
que es la irrupción en el Vacío, es decir, el Éxtasis o Samadhi.
Todo esto, aunque lo estoy diciendo aquí muy rápidamente,
tiene grados y grados.
Uno va alcanzando grados de relajación corporal,
grados de relajación mental, porque ya lo dije
y lo vuelvo a repetir, no se hace la quietud de la mente
de la noche para la mañana, de un día para otro.
Igualmente, hay grados de contemplación.
La contemplación en un principio dura muy poco.
Más tarde puede durar media hora, más tiempo, etc.
Y los éxtasis también. Se empieza con pequeños éxtasis,
pequeños; luego se van alargando,
y por eso hay niveles y niveles de Samadhi.
Existe el Samadhi, el Nirvikalpa Samadhi y luego viene
el Maha Samadhi, el Gran Samadhi.
No todo místico es capaz de entrar en meditación
y rápidamente estar en el Nirvikalpa Samadhi.
Quizás llega después de años de intenso trabajo
al Samadhi, años de intenso trabajo.
Estoy hablando pausadamente y claramente,
sin añadirle nada a lo que ya nuestro Patriarca,
el Maestro Samael, nos ha dicho.
Me estoy convirtiendo solamente en un portavoz de sus palabras.
Entrevista realizada en el mes de febrero de 2010
en la ciudad de Barcelona, Espana.
Agradecemos a todos los que han participado a la grabación y traducción.
http://www.ageac.org/es/ageac/ http://samael.org/idiomas/espanol/home_2.htm
Recomendamos tambien: http://www.vopus.org/es/