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Richard Reoch: Sólo quiero señar un par de cosas
para aclarar otras cosas que se han dicho.
Sákyong Mipham Rimpoché es uno de los lamas encarnados
más respetados y con más categoría en el Tíbet.
El título de "Sákyong" es inconfundible y significa "Protector de la tierra",
y también muestra la fusión de lo espiritual y lo laico en la tradición Shambhala.
Se le considera lo que se llama un "rey del dharma"
cuyo linaje se remonta a uno de los reyes guerreros más grande del Tíbet:
el rey Guésar de Ling.
También es la encarnación de uno de los grandes maestros de meditación del siglo pasado:
Mipham el Grande,
y, como tal, se le venera como Mañjushri, encarnación del bodhisattva de la sabiduría
pero, además de de esa impecable tradición oriental,
también es una persona que se ha educado y formado en las artes occidentales,
en la manera de pensar, y pensar y pesar,
y está en una posición exclusiva para hablarnos de "gobernar tu vida".
Rimpoché, le ruego nos dirija la palabra.
[aplausos]
Sákyong Mipham Rimpoché: Gracias y bienvenidos.
Estoy encantado de estar aquí y es un placer tener la posibilidad de hablar un poco sobre mi tradición
y, como Richard ha señalado,
soy una especie de rey entre estas dos tradiciones.
Actualmente hay mucho interés en la meditación,
hay mucho interés respecto a las formas alternativas, a cómo vivir la vida.
Creo que es una razón por la que elegí el título "Gobiera tu vida"
que, me han indicado en varias ocasiones,
no es un título que suene muy budista, suena un poco agresivo
pero creo que, en parte, hay muchas formas
con las que podemos vivir la vida.
Una de las cosas que, de alguna manera, se ha malinterpretado realmente,
respecto a la tradición de meditación y el budismo en conjunto,
es que no se trata de una simple práctica pasiva,
es decir, que uno debe ser dinámico con su vida
y dinámico, concretamente, sobre no usar la agresión.
Creo que, convencionalmente, la gente
intenta conseguir lo que quiere
con una sensación de agresión,
y creo que esto predomina y está provocando aquí mucho debate.
Pero se relaciona con cómo se pueden resolver las cosas realmente, cómo llevar una vida decente,
cómo tener una mente sana, no basada completamente en el autocentrismo
sino basada en la compasión, en la sabiduría, en la meditación,
y creo que actualmente se trabaja mucho con esto, obviamente,
y destaca en concreto el Dalai Lama como alguien que lo simboliza,
por supuesto para los tibetanos
pero, también, por el hecho de que estamos aquí, tratando estos temas
respecto a cómo las cosas y cómo comprometernos realmente con el mundo, ahora,
usando estos métodos de compasión y comprensión.
Como saben, obviamente, estoy aquí porque así lo considero.
No estoy aquí para decir: "por cierto, no funciona"
creo que, en gran medida, el tiempo cuenta
y creo que, obviamente, se está produciento un desarrollo material tremendo
pero, en última instancia, me he dado cuenta que, cuando me educaron, las prácticas como la meditación y demás
son muy normales para relacionarse unos con otros, para vivir bien la vida,
si queremos ser capaces de integrarnos en el mundo, tenemos una disciplina física.
Y lo que siempre me ha sorprendido es que aprendemos cómo hacer muchas cosas,
nos envían a la escuela por muchas razones
pero muchos carecemos realmente de formación sobre cómo trabajar con la mente.
Y en esto consiste precisamente la práctica de la meditación.
Y la idea de compasión en estas cosas... creo que lo que ocurre en el mundo, a menudo,
es que la gente dice: "debes ser más compasivo, debes ser más amoroso,
debes hacer más esto o lo otro",
y creo que exigimos eso a los demás en un momento dado.
En mi tradición, realmente, se dice que uno debe trabajar con eso o desarollarlo.
La compasión en estas cosas no es algo.. está ahí, está latente,
y es parte definitiva del ser básico pero hay que cultivarlo.
Y ésa es realmente la idea de la meditación,
en vez de meditar simplemente para alejarse del mundo, es mucho más comprometido.
En tibetano se dice "gom" que es el término que indica meditación
y, realmente, significa familiarizarse o acostumbrarse, literalmente.
Lo que hacemos en el proceso de meditar
es tomar estos temas que resultan valiosos en la vida.
Así que, si prestar atención es valioso, si una mente fuerte es valiosa, si la compasión es valiosa,
entonces la sesión de meditación se convierte en el momento del día en que promovemos esto.
Creo que se trata de acostumbrarse a hacerlo de esta forma concreta, hay una cualidad de integración ahí.
Una de las cosas que me parece interesante, sobre la forma de hacer esto,
tanto aquí en el Instituto, incluso la sola palabra, las ideas, IdeaFest y demás,
es que tenemos un montón de buenas ideas, hay mucho... y se nota,
pero, en la propia tradición, se trata de cómo realmente uno lo cultiva
y cómo se convierte en algo importante en la vida.
A veces pasa que nos sentimos compasivos, es cierto,
pero, de pronto, alguien dice algo molesto o malicioso, lo que sea
y, de pronto, nos enfadamos mucho y soltamos algún improperio,
y, como se sabe, de pronto desaparece toda la compasión.
En nuestra tradición tenemos el clásico ejemplo de que
alguien se pone a meditar, se sienta durante muchos, muchos meses,
si no años, a meditar sobre la compasión, pensando lo maravillosa que es la gente
y, luego, en cuanto salen de la cueva de meditación, pasa un perro corriendo
y, ya saben, agarran la piedra más cercana y la lanzan... contra el perro.
Y dicen: "¡Ay! Veinte años de práctica tirados por la ventana".
De modo, ¿cómo, cómo se hace esto realmente y cómo se promueve?
En esta época concreta y, al pertenecer yo mismo a esta tradición, es muy fácil
muy fácil tener una idea y sentirse bien por ella pero hay que ser dinámico,
hay que comprometerse e ir hacia adelante, en esa dirección concreta.
De esta manera se trata más bien de ver cuál es el origen, la fuente.
Creo que, en un sentido, todo el mundo desea ser feliz,
todo el mundo desea buenas cosas y, en el proceso de observación,
a menudo vamos en la dirección incorrecta u opuesta.
Como se sabe, muchas veces en los textos de meditación y demás,
se habla de esto como una especie de "göpa" o locura.
Y se trata de que, al observarlo,
y creo que muchos queremos ser felices, ¿cómo lo hacemos? ¿cómo lo procuramos?
Muchas veces nos levantamos por la mañana y decimos "quiero ser feliz".
Y una de las cosas que intento alentar es que,
a menudos al levantarse por la mañana, como decía,
la meditación significa literalmente "familiariadad",
y la gente me dice a menudo: "Por cierto, Rimpoché, medito, o bien, no medito".
Y respondo: "Ya entiendo lo que dices pero, técnicamente, todo el mundo medita"
porque todo el mundo se acostumbra o se familiariza
con algo cuando la mente lo repasa.
No tiene por qué ser lo mejor, de modo que la gente dice, al meditar:
"la meditación funciona o no?! Por supuesto que funciona en el sentido de que
se pone la mente sobre algo
y luego uno se familiariza con ello y se fortalece con ello.
Del mismo modo, al contrario, si uno dice "estoy enfadado con alguien"
y piensa sobre ello y medita sobre esa persona
y, luego, después de una temporada, ocurre que uno se convierte en un buen meditador,
y, de pronto, suelta algún improperio, o dice algo negativo
y de ese mismo modo uno puede hacer lo contrario. Digamos que si uno quiere paz o compasión,
¿cómo lo hace?
Hay que ser capaz de revertir el proceso, en algún momento del día hay que hacerlo.
La idea de gobernar, por tanto, consiste
casi en decir que, si uno es capaz de gobernar su vida,
o si somos capaces de tener armonía en el mundo,
el gobierno se refiere aquí más a la armonía, a una sensación de lograr lo que se quiere.
Y decimos que el verdadeero gobierno o el verdadero logro
no siempre se mantiene, se trata de un plazo corto.
La ira y la agresión son de plazo muy corto.
Parece la forma más ssencilla de resolver un problema, así que nos enfadamos.
Pero es algo que desgasta mucho, todo el proceso,
así que nos enfadamos o alguien tiene que comportarse de cierta forma.
Y al comenzar a observarlo, decimos: "O cambio de actitud
o tengo que desarrollar alguna idea interna de felicidad o contentamiento,
o al levantarme por la mañana, para qure todo me vaya bien,
¿cuántos factores son necesarios?"
Es decir, son necesarios muchos factores.
Nos levantamos por la mañana diciendo: "¿qué va a pasar hoy?".
Y esencialmente, lo que decimos es: "¿me irá hoy todo bien?".
De modo que la idea consiste en que no hay gobierno
en el ssentido de que sólo nos sujetamos o esperamos que las cosas vayan bien.
Creo que la idea de dinamismo consiste en instigarlo
y, en vez de despertar y pensar: "en qué consiste la meditación?"
y, para muchos, desafortunadamente, la meditación consis en "y yo ¿qué?".
Siempre es "y yo ¿qué?".
Y luego, si voy a un retaurante y demás, y salgo de paseo, suele consistir en
"¿me irá todo bien?"
Y cuando alguien no hace algo por mí,
de pronto, ¿quién es la persona que sufre más dolor?
Soy yo, yo siento más dolor.
Me refiero a este tipo de cualidad, diciendo
al dar un paso atrás: "¿dónde esta la felicidad en este contexto?".
No es cuestión de buscar la alegría
sino es cuestión de ser capaz, simplemente, de estar contento, satisfecho y feliz.
En tibetano nos referimos a esta palabra como "satisfacción" o "contentamiento",
se llama "chok-she" y significa saber bastante, saber lo que es bueno.
Y en nuestra tradición está representado por el tigre.
Muchos que hayáis visto banderas de oración tibetanas,
sabéis que se colocan en la cumbre de la montaña y muestran animales como el tigre,
el león, el garuda, el dragón, essos símbolos. En el Tíbet lo llamamos "lungta",
se llama "caballo de viento" y es como la fuerza vital, la energía.
Lo que ocurre es que se lleva a la cumbre de la montaña y vuela alto,
y significa que voy a vivir la vida basándome en estos principios de compasión,
de fortelza, entendimiento pero sé que los tengo que desarrollar.
Y así lo llamamos "bondad fundamental", lo llamamos bondad básica,
de modo que si nos sentamos ¿qué encontramos? ¿qué tenemos en nosotros?
Siempre me parece interesante, ya saben,
quizás no les parezca interesante pero a mí me lo parece,
en el sentido de que tenemos gente brillante en nuestra tradición, eruditos y demás,
y se van y hacen, y son, ya saben,
comprenden la metafísica y todo y, luego, dicen:
"¿Qué es eso profundo, qué está en la mente, cuál es la base de todo?"
La gente medita y ha meditado durante veinte, treinta, cuarenta años
y, al final, ¿qué encuentra? ¿qué termina diciendo?
Dice realmente: "En la base de la mente está que la mente es buena,
posee compasión, posee todos estos elementos".
No llegan y dicen: "Está completamente oscuro
y soy un pelotudo" y ese tipo de cosas,
"todo va a ir mal" y cosas por el estilo.
Se trata más de que hay este tipo de claridad y brillantez.
Ocurre que, a lo largo del día, se piensa en otras cosas, se distrae uno de esto,
lo sabemos en un sentido y me la impresión de que llega un momento,
especialmente en esta era moderna, cuando estamos tan ocupados y los sentidos están constantemente distraidos,
y somos incapaces de centrarnos.Y todo esto consiste...
creo que me pidieron que hablara un poco sobre el aspecto del bienestar,
y respecto al bienestar fundamental, consiste en tener una mente centrada
y equilibrada y eso se producirá, en un sentido.
Creo que lo que ocurre es que la gente o bien medita o bien...
recuerdo que la gente solía decir:
"¿usted medita? Será que algo no le va bien. ¿Por qué quiere hacerlo?"
Mi tradición señala que si uno quiere...
sempre lo miro de forma muy práctica, quien quiera tener un cuerpo sano y alguien le dice:
"Por cierto, como lo que debo y hago ejercicio", nadie piensa que está uno loco.
Del mismo modo, al decir: "¿Qué hace uno para fortalecer la mente?
¿Qué se hace para desarrollar la compasión? ¿Qué se hace...?
¿Qué sse hace para desarrollar estas cosas?".
Es lo mismo, se desarrolla la mente de esta forma concreta.
Como en estos tiempos hay mucha tensión, ya se sabe que muchas veces
somos incapaces de "control", aunque no es una palabra,
pero somos incapaces de sujetar la mente de modo que creamos conflictos y demás.
Y tiene que llegar un momento en que uno se pregunta qué puede hacer.
Y nos percatamos que el origen del bienestar procede de la mente.
En nuestra tradición señalamos que la mente, por el desequilibrio de la mente
la irritación de la mente, empieza realmente a afectar al cuerpo físico
de modo que la enfermedad surge de esa situación,
surgen cosas variadas de esa situación.
Se pueden resolver hasta cierto punto las circunstancias externas pero si uno no resuelve las internas...
y si uno no resuelve la raí del problema, es una situación básica de causa y efecto.
¿Cómo se puede lidiar con la esencia básica de lo que pasa?
Desde este punto de vista creo que tenemos que
ser capaces de apoyarnos unos a otros respecto al viaje interior,
un viaje que, como se sabe, llamamos, de "gewa" o virtud.
Virtud, en este caso, sin significado moral necesariamente
sino que posee realmente una cualidad de desarrollar estos aspectos.
Una de las cosas que señalamos que si empezamos a mirar cómo nos comprometemos con el mundo,
vamos a ver lo que funciona. Decimos que si queremos felicidad, la raíz de la felicidad,
la raíz fundamental de la felicidad es, en este sentido, desarrollar la virtud,
la virtud en el sentido de generosidad, paciencia, estos aspectos.
Desde el punto de vista de la meditación, afirmamos que toda felicidad procede de la virtud,
todo el sufrimiento procede de la no-virtud. En ese sentido, cuando traduzco "virtud" al inglés,
a veces tiene una connotación algo dura y moralista.
En tibetano no la tiene sino que posee más un sentido de fluidez y demás.
En cierto sentido, cuando uno ama, ¿cómo se siente? Uno se siente optimista y abierto.
El resultado es la felicidad. Cuando uno se enfada, ¿cómo se siente?Uno se siente tenso.
¿Cuál es el resultado? El sufrimiento, no sólo para uno mismo sino para los demás.
Y en esta sesión de meditación concreta, una sesión de auto-reflexión,
que considero muy importante, es un período para alcanzar esto.
Creo y he notado que cada vez más y cada vez más gente
se compromete cada vez más y tiene una especie de comprensión personal
o de disciplina o contemplación o práctica.
Así que aliento mucho la contemplación y cómo contemplamos,
cómo usamos la mente de este modo concreto,
porque creo que, igual que estamos sentados aquí
y han pasado muchas cosas a lo largo del día,
es una consecuencia de no poder gestionar la mente de una forma concreta.
He notado, por ejemplo, en la meditación, que si nos sentamos aquí, la gente preguntará:
"Por cierto, ¿qué es la meditación?"
Se coloca el cuerpo sencillamente en una postura relajada,
en la que no esté uno distraído,
y entonces uno empieza a centrarse en la respiración, que es una técnica muy básica.
Y se empieza a notar que tenemos un montón de pensamientos e ideas.
La idea de gobierno, la idea de compasión, la idea de comprensión
consiste en que, primero, hay que lograr la capacidad de mando,
lo que en el Tíbet llamamos "lesu rungwa", ser capaz de poseer la mente.
Una de las analogías que me gusta usar es la de cabalgar.
Sé que hay gente aquí a quien le gusta cabalgar y he crecido... cabalgando,
y la idea es que cuando uno cabalga,
indica al caballo lo que debe hacer y lo hace.
Pero, convencionalmente, la mente es una espeie de caballo salvaje,
un caballo sin domar. ¿Y cómo se siente eso?
Se sabe cuando uno se despierta por la mañana, monta el caballo y dice:
"Caballo..." y se entiende que el caballo es la mente, por cierto,
y uno mira la mente y dice: "Mente, ¿qué día voy a tener hoy?"
Ya se sabe. Y se puede decir al caballo: "quiero ir a la izquierda" o "quiero ir a la derecha"
y si no tenemos dominio sobre el caballo,
sólo nos queda la esperanza de que vaya en la dirección correcta. Para la mayoría,
al decir: "¿en qué consiste un buen día?", y por cierto
preguntamos: "¿qué tal día tuviste?" y respondemos: "Tuve un buen día",
ése será el día en que la mente siga la dirección que queremos.
A veces la mente parece seguir esa dirección. Muchas veces
nos apetece sólo decir: "Así es mi mente, mi mente es así".
De modo que lo que queremos señalar
es que deberíamos poseer o tener control de la mente.
El proceso de meditación es esa sincronicidad, esa capacidad.
Y ¿qué siente una mente discursiva?
Es una mente en la que surge un pensamiento y, de pronto, nos vamos con el pensamiento.
Carecemos de control.
Al meditar, a veces la gente dice: "¡Ah, se trata de no pensar!"
Y respondo: "Bueno, no, no se trata de no pensar, lo que se intenta es decir:
puedo elegir sobre si quiero pensar o no quiero pensar,
puedo elegir si quiero enfadarme o no quiero enfadarme".
Debo tener esa capacidd si mi mente es de esta manera concreta.
Si poseemos eso, si gobernamos la mente, entonces obviamente se aplica
a todo lo se relacione con gobernar respecto a toda la vida que vivimos.
Consiste en gran medida en hacerlo de esto modo y, como señala la tradición,
la forma de explicar este material, al estilo tibetano, de nuevo, como indico
es que ponemos a los animales en cualquier asunto, así que si se trata
de estar sincronizado con la mente, ¿cómo se siente uno?
Decimos que uno se siente como el león de las nieves, que es una criatura
mítica, según dicen algunos y se puede preguntar a los tibetanos,
pregunten al dalai lama qué piensa de esto cuando le vuelvan a ver.
Uno de mis maestros, un maestro muy ancino, vino y dijo:
"¡Ah! ¿aquí tienen ranas de las nieves?" y contesté: "¿qué?", y siguen preguntando
"¿Tienen ranas de las nieves?" y respondo: "No creo que tengan ranas de las nieves"
Y dice: "Bueno, mala suerte", y le pregunto: "¿Por qué es mala suerte?"
"Porque donde se encuentran ranas de las nievas, se encuentran leones de las nieves"
Y dije: "¡Ah, bueno! Eso tiene mucho sentido". [risas]
Como se sabe, en el tíbet el león de las nieves se conoce como
una criatura llena de alegría y vitalidad.
La idea es que simboliza la alegría y
la ha desarrollado, está dentro de la mente.
Creo que como la idea de bienestar,
¿cómo se puede lograr esto y cómo sse puede hacer esto?
Creo que una de las cosas que salen de esta sesión,
y estoy seguro que hay gente que está aquí sólo por cursiosidad, pero hay una cualidad...
me da la impresión de que todo el mundo tiene esta capacidad de poder desarrollar esto.
Intento animar siempre a la gente a que, cuando medite,
cuando se hacen estas cosas, no hay que pasarse por exceso.
Siempre digo a la gente que, si va a meditar, que medite muy brevemente,
durante un período breve de tiempo.
Y mucha gente se me acerca y dice: "Estoy muy entusiasmado con esto" y se van,
y es como comer en exceso, ya se sabe, que uno termina con dolor de estómago,
y luego me dicen: "No estoy seguro de esta meditación, no estoy seguro".
Pero realmente se trata de hacerlo, de hacerlo por poco tiempo.
Incluso en este contexto, para centrarse, hay muchs ideas en marcha,
hay que dejar que calen, que se desarrollen y que surjan.
Mucho de lo que aquí hablamos se refiere a la compasión, a la comprensión.
¿Por qué hacemos esto?
Nos referimos a uno de los secrtetos más grandes,
cuando muchas veces intentamos ser felices, y la razón por la que...
muchas veces somos infelices en un sentido, porque sólo nos preocupamos de nototros,
y decimos que el secreto de la felicidad consiste realmente en hacer algo por os demás,
es decir, dedicarse a los demás.
Resulta muy interesante porque cuando me presento
digamos, por escribir un libro, la gente quiere algo esotérico,
y mi editor me preguntó:
"¿Cuál es el gancho del libro, cuál es el punto atractivo?"
y le respondí: "No estoy seguro si hay algo atractivo". Y me preguntó: "De qué trata el libro?"
Respondí: "Bueno, ayuda a los demás y serás feliz".
No le gustó mucho, no lo aceptó muy bien.
Y le dije: "La cuestión es que, realmente, en mi tradición
y entre la gente que conozco, ¿quién es el más logrado?"
Resultó interesante porque, hace unos años,
una de las primeras veces que vino aquí el Dalai Lama,
estuve con él y realmente visitamos distintos lugares en Estados Unidos
y él era un desconocido, estaba hablando sobre la compasión, en cierto sentido,
y la gente decía: "eso es ridículo, no va a funcionar".
Y poco a poco, según ha pasado el tiempo, el mensaje se ha expandido.
Siempre digo: "Cuántos...?", vamos, se lo digo a los tibetanos,
cuando vuelvo al Tíbet les digo: "Ruego mantengan su tradición espiritual,
les ruego mantengan la tradición como está.
El Tíbet se conoce como un lugar donde se vive por el principio de ayudar a los demás,
de pensar en los demás".
Y cuando me dirijo a ellos, digo: "¿Cuántos tibetanos hay en el mundo?
Quizás, probablemente, un máximo de seis millones".
Y digo: "Cuántos otros grupos de refugiados hay en el mundo?
Hay muchos, muchos. ¿Y por qué los tibetanos son tan famosos?".
Siempre bromeo con ellos y digo: "No es por la comida", ya se sabe.
Nuestra comida es, como suelo decir, "como la comida escocesa de Asia" (risas)
No hay mucho en ese aspecto.
Cuando veo restaurantes tibetanos me pregunto: "¿Qué sirven ahí?"
Ya se sabe, es cebada, carne hervida y basta.
Así que les digo: "no es por la comida sino por nuestra rica tradición", y no sólo eso,
sino que se basa en una tradición en que la gente ha quedado expuesta a la situación más extrema,
el país ha sido invadido, la gente ha sido torturada y demás.
He hablado con esas personas y, cuando me dirijo a ellos, cuando regreso al Tíbet,
algunos de los viejos lamas me cuentan
en privado, si están amargados, si están furiosos.
No, no lo están, no me lo parece.
Conmigo no tienen que pretender nada y me dicen:
"Lo que intentamos es no perder la dignidad, así que somos compasivos"
Alguien dirá: "Bueno, obviamente, la compasión les ha hecho perder su país".
Hay muchas formas de verlo
pero, respecto al efecto que ha tenido, si hay un mensaje que transmiten
es en este momento y a nivel concreto, realmente,
uno de los textos que utilizo, en este libro sobre gobernar la vida
se refiere a un antiguo rey budista que recibía educación y sus tutores le decían:
"Si realmente quiere gobernar, tiene que apoyarse en la compasión,
tiene que basarse en ayudar a los demás".
Porque cuando no se hace eso y se utiliza la agresión, siempre hay supresión,
la gente siempre querrá marcharse, o hacer cosas a tus espaldas,
cotillear y hacer todo tipo de cosas.
Pero cuando se levanta por la mañana con la intención de ayudar a los demás,
la gente es leal y te respeta,
y cuando se tiene amor y servicio, entonces la gente trabaja esforzadamente en ambos sentidos.
En principio me parece que eso es lo que intentamos...
¿qué mundo estamos creando? ¿qué mensaje intentamos transmitir?
Y hay comunidades que ya han pasado por esta etapa,
realmente ha habido no sólo monjes
sino gente laica, gente de negocios y demás.
Cuando se observa desde un punto de vista muy técnico,
decimos que la mente... cuando se observa la mente de estas personas compasivas,
¿qué aprende uno de ellos? Son gente más feliz,
hay personas con una mente más amplia.
Actualmente la gente quiere pruebas científicas, que me parece importante,
y señalan que la mente de alguien en estado compasivo es más ágil,
es capaz de comprender más cosas, de equilibrar más ideas.
Es capaz de tomar decisiones mejores.
Puede ser que, aquí y ahora, todo se refiera a que
si uno toma una decisión mejor, ganará más dinero o algo así
pero se refiere, realmente, a esta cualidad.
Están haciendo ahora, seguro que lo sabéis,
pruebas científicas sobre este asunto, que es muy interesante. Y la gente me dice:
"Por cierto, ¿sabe Ud. que Harvard está de acuerdo básicamente con que la meditación funciona?"
Eso me dicen. [risas] Y me preguntan: "¿qué le parece?" [risas]
y respondo: "Bueno, obviamente no tengo ese nivel de demostración pero lo agradezco" [risas]
Creo que es muy importante para los tiempos que vivimos porque
estamos en una especie de tradición material y empírica y hay que observar lo que funciona.
Parte de lo señalamos se refiere a que existe el desarrollo interior,
hay muchas ideas. ¿Cómo las integramos? ¿cómo las acogemos?
Y la meditación contemplativa, dónde dirigimos el pensamiento, lo que sea:
la compasión la benevolencia, el pensamiento, "que otros no sufran" e interiorizarlo.
Resultó muy duro para mucha gente. Observo que, muchas veces, cuando la gente va a la India,
todo es blanco o nero.
O están abrumados por el tipo de pobreza que ven
y entonces entregan todo su dinero
o no saben qué hacer y no hacen nada.
Tendría que haber un camino intermedio,
hay que tener una senda para ayudar, para interiorizar.
En ese sentido, tenemos tanta información para desarrollar estas ideas.
Me parece que la compasión no se refiere a salvar al mundo como tal
sino que se trata de tener suficiente comprensión,
desarollar esa mente y corazón abiertos, para ver a la familia, para ver a quienes nos rodean.
De lo contrario nos quedamos muy, muy aislados de este modo.
Lo único que me gustaría compatir es que gran parte de esto...
hay muchos aspectos técnicos al respecto pero quisiera decir que
la influencia que he recibido y por qué estoy aquí y demás
es la gente de la que he aprendido,
se trata de personas muy decentes y felices.
Y observo que, en mi tradición, hay muchos ancianos...
y cuanto más ancianos, más infantiles se vuelven.
Al envejecer, son menos rígidos y menos precoupados.
Siempre me ha parecido interesante porque uno ve a estos grandes maestros
y piensa que deben saber mucho,
y cuando uno está con ellos, es como estar con un niño.
Uno sabe que ellos saben mucho... pero no tienen que demostrarlo,
y son muy optimistas de esta manera concreta.
Si estuviera allí sentado y meditando y, de pronto,
mi maestro se volviera vada vez más rígido, me pondría un poco nervioso,
en este sentido resulta interesante. ¿Cómo funciona?
En esta sociedad muchas veces adquirimos muchos conocimientos
pero ¿ese conocimiento es liberador? ¿Nos está aportando más ligereza?
No me refiero a que no sea serio, muchas veces es muy serio
pero no significa que tengamos que amilanarnos de esa forma.
Respecto a la idea de cómo comprometerse en el mundo,
estamos en un momento en que esta cuestión parece muy rocambolesca
pero ahora, obviamente, hay mucha gente de distintos campos, destacada y comprometida
como si estuviéramos en un mundo en el que intentáramos mezclar todo
y me parece que ya es inherente, no creo que sea algo de oriente ni occidente.
Es algo inherente, ¿cómo lo desarrollamos?
Una de las cosas que intento con la meditación y estas cosas
es desmitificar el proceso. ¿Cómo se hace?
No se trata de decir: "Bueno, eso es lo que hacen ellos".
Crecí en una tradición en la que, como dije, esto es muy normal.
Creo que cuanto más nos relajemos y
cuanta más capacidad tengamos de trabajar con la mente, la compasión, la comprensión y demás,
y eduquemos así a nuestros hijos, tienen esta capacidad de hacerlo.
Es como si...
les trae a un mundo donde podemos intercambiar con más facilidad.
Me parece que hay un nivel de...
nos gustaría que hubiera comprensión pero la comprensión, según mi experiencia,
es algo que hay que trabajar también personalmente. Hay que poder escuchar a quienes están cerca,
no sólo a nuestra pareja y los amigos sino que estamos hablando de una cultura distinta,
una cultura que ni siquiera está de acuerdo con los mismos principios.
Y de pronto estamos haciendo pruebas a ese nivel, es muy difícil
se trata de cómo se va avanzando paso a paso.
Si podemos escuchar un poco a quienes nos rodean y, luego,
contemplar y desarrollar estos aspectos, el efecto resultará más grande.
He pensado que, en este tiempo que queda, podemos hacer una meditación muy breve,
y es muy sencillo. Lo sé porque solían darme tres horas para meditar,
espero que os parezca bien. [risas]
Lo haremos sólo durante uno o dos minutos.
Y repito, como dije, la desmitificación,
no hay que estar sentado en cojines, las sillas están bien.
Básicamente lo que hacemos se llama "familiarizarnos"
nos familiarizamos con nosotros mismos, que resulta útil.
En términos generales, especialmente aquí, con muchas ideas y demás,
intentamos centrarnos
y la mejor manera de hacerlo es tener la mente en el momento presente.
En vez de pasear la mente por el futuro o el pasado, la tenemos en el presente
y lo presente es la respiración. La respiración está muy presente.
Este tipo de meditación se llama "***-ne": desarrollar armonía y paz.
Se colocan las manos sobre los muslos,
sólo hay que mantener una postura correcta para poder respirar.
Hay una relación entre respirar y la mente. Al cambiar el cuerpo
se empieza a notar que afecta al proceso de pensar.
Así que ahora sólo hay espirar,
y luego inspirar.
Se trata de hacerlo sin cesar.
Y sabemos que tenemos muchas cosas en la recámara de la mente
pero, en este momento, lo que resulta útil es desarrollar fortaleza mental,
claridad mental, centrar la mente.
Sólo agradeciendo que estamos vivos, da igual lo que esté pasando,
nos sentimos afortunados de estar vivos y de estar aquí.
Al notar que empezamos a perder el rumbo, que la mente va a la deriva, es muy normal,
la volvemos a traer a la respiración diciendo: "no quiero pensar ahora mismo,
sólo quiero volver a la respiración".
Aunque haya ruidos, basta estar aquí sentados espirando e inspirando.
Es importante que la inactividad no nos engañe. No estamos haciendo nada.
Estamos haciendo algo destacado e importante.
La mente es el centro de todas las experiencias.
De nuevo, cuando se nota que la mente se distraer, sólo hay que volver a sentir la respiración, a espirar.
Es como estar cerca de una corriente,
no está quieta, se mueve pero uno está presente.
Muchas gracias, damas y caballeros.
[aplausos]
No estoy seguro cómo está organizado pero, si hay tiempo, la gente puede hacer preguntas.
Participante: Muchas gracias, ha sido una sesión espléndida. Soy científico
y peinso mucho de forma inconsciente, al hacer ejercicio, al caminar,
de hecho mi hija me dice siempre:
"Tu mente va tan deprisa que a ver si tropiezas con algo, un trozo de cemento o algo"
Así que agradezco la posibilidad de aquietar la mente y sólo prestar atención a la respiración
pero ¿cree que la actividad inconsciente de la mente tiene un valor
en la recámara, cuando uno se concentra en la respiración?
¿cómo se integran los dos procesos?
SMR: Sí, eso creo, hay dos tipos de meditación.
Uno es lo que llamamos meditación de paz, de armonía
y se refiere a centrar la mente y calmarla,
desarrollando la capacidad de no dejarse arrastrar por el pensamiento,
me refiero a pensamientos groseros y absurdos, con los que uno se distrae completamente.
Y al hacerlo, la mente se vuelve más fuerte literalmente.
Esto es algo, repito, que la gente analiza, como los científicos,
que la gente que medita, puede realmente cambiar aparentemente una parte del cerebro y los órganos
al desarrollar la capacidad de que la mente sea más fuerte.
Como es un mundo físico, me gusta imaginar
que es como levantar pesos o algo. Cada vez que uno hace una seire, se vuelve más fuerte,
y, del mismo modo, cada vez que uno vuelve a la mente,
la mente realmente se fortalece. Hay una sensación de querer esa capacidad.
Al mismo tiempo la mente se está moviendo siempre, constantemente.
En terminología budista se dice que
se recrea a sí mismo al menos 360 veces en un segundo, en un chasquido de los dedos, es un proceso de movimiento.
Pero carecemos de ese nivel de sensibilidad para verlo.
Lo que notamos son pensamientos al azar e imágenes que llegan.
Así que lo primerp que tenemos que hacer es tener la capacidad de tener algo de paz mental,
para poder incoporrar las ideas destacadas a la esfera de cada uno,
así que si intentamos contemplar algo,
no estoy seguro con qué campo trata Ud. pero, si quiere incoporrarlo,
eso se llama meditación contemplativa. En tibtano lo llamamos "tön gompa":
"tön" significa "significado", o lo llamamos "je gom", meditación ***ítica,
así que uno analiza y mira algo, y al hacerlo...
si ahora lo analiza uno sin una mente estable, pocas conclusiones se pueden alcanzar.
Se necesita el primer paso para llegar al segundo
pero no es necesariamente un paso tras otro.
No se pasa uno haciendo un paso durante meses y, luego, dando el otro paso.
Lo que se hace es desarrollar cierta experiencia y pasar de un paso a otro.
Es un proceso muy cíclico. Se hace una cosa, se vuelve a la otra.
Y como Ud. ha dicho, cuando uno tiene la capacidad, entonces uno se compromete,
con la jardinería, caminando, montando en bici, lo que sea,
se desarrolla la capacidad de mantenerse centrado y tener una idea.
Hay que asegurarse que esas ideas no resulten desestabilizadoras en algún sentido
porque, en ese caso, la mente queda sintonizada
y, de pronto, llegan pensamientos al azar
y uno se distrae completamente.
Hay un equilibrio, en nuestra tradición lo llamamos
gompa (??) que significa "es un buen meditador".
Eso significa la capacidad de una persona de poder determinar
lo que es suficiente en su campo, para moverse de un paso a otro.
Es realmente...
Muchas veces la gente se vuelve muy simplista con la meditación
y sólo conoce una técnica,
hay que conocer un par de técnicas porque la mente es muy inteligente, como Ud. sabe.
Ya lo creo.
De acuerdo. Ahí hay otra pregunta.
Participante: Cuando Ud. habló de felicidad y contentamiento, parece que
posiblemente la felicidad y el contentamiento no sean objetivos a conseguir sino lugares de procedencia.
SMR: Eso es. Contentamiento es el resultado, en cierto sentido,
y, como se sabe, la intención es la causa.
Ud. señala también que es aintención procede de la felicidad,
o de un buen pensamiento, como felicidad o intención. Cuando uno piensa
tiene una intención de querer hacer algo, eso proporciona...
muchas veces usamos una lógica, en el budismo.
No me refiero a una lógica lineal concreta, se trata de una lógica cíclica en un sentido,
así que surge en un momento y se tiene un instante de intuición y felicidad
que surge y, entonces, eso crea más felicidad.
Creo que eso es de lo que estamos hablando.
Pero lo único que quería presentar es que muchas veces
pensamos que la felicidad es accidental y, realmente, nos referimos a que
al mirar la mente, cualquier experiencia que se tenga
tiene que tener una causa y una condición, de modo que ¿qué causas y condiciones lo crean?
Creo que se puede ser más curioso al respecto.
Participante: Se ha referido Ud. a la meditación que conduce a la compasión.
¿Cómo lleva la meditación a la compasión?
¿qué procesos especiales se usan para lograrlo?
SMR: Por supuesto.Creo que es importante comprender una cosa:
que la meditación no es el objetivo sino la senda, es el proceso
de modo que es lo mismo, por ejemplo,
quienes conozcan un poco la historia del Buda, el Buda meditaba
pero, tras meditar durante seis años, se levantó y se comprometió.
Respecto a la compasión, hay compasión contemplativa,
que se genera al meditar
y, luego, hay meditación comprometida.
Decimos que, para tener compasión, hay que tenerla en dos etapas.
Hay que desarrollar la intención, la motivación, y en tibetano lo llamamos "kunglong",
que es un término que significa "levantar la mente".
Está muy relacionada con inspiración o carácter.
Cuando uno tiene carácter, se compromete.
Tengo entendido que el término "carácter" también se relaciona con "prestar atención",
de modo que la idea consiste en que, cuando la mente se compromete a hacer algo,
la meditación significa que cada vez se siente uno más cómodo
y fortelece esa cualidad de compromiso de compasión.
La compasión en ese sentido, respecto a lo que señala elste proceso, es que
la compasión es el pensamiento y la intención de que cese el sufrimiento ajeno.
Si uno ve un perro atropellado por un coche, la primera reacción,
la reacción visceral, antes de razonar siquiera, es querer detenerlo,
no querer que se produzca ese dolor. Ésa es la compasión profundamente enraizada.
Es un aspecto inmediato de la mente.
El aspecto inmediato no es: "Me alegro que haya matado al perro", no pensamos eso aunque luego
pensemos "era un perro fastidioso", lo que sea, pero al principio no es así.
Eso es un aspecto de la mente. Es parte innata de la mente.
De modo que, para incorporarlo, tenemos que familiarizarnos más con ello
pero, a menudo, ocurre que estamos tres o cuatro pensamientos más allá
y cuando vemos a alguien, no vemos su sufrimiento.
Después, cuando estamos más relajados, decimos:
"El motivo por el que esa persona se me cruzó en el coche
fue porque iba con prisa y tiene a su hijo enfermo en casa". Por ejemplo.
Y entonces tenemos compasión, más comprensión.
Pero al principio lo que notamos es que algo va mal.
Y la etapa siguiente consiste en desarrollar ese aspecto,
y cuando uno lo consigue, entonces
se nota la capacidad de querer ayudar y creo que, después la vida empieza a cambiar
porque, de pronto, es mucho más abierta.
Se dice que la mente compasiva es más abierta en un sentido,
se trata de una mente que ve más lo que ocurre porque ésa es la realidad de lo que realmente ocurre.
No estamos creando sufrimiento, el sufrimiento se produce,
pero ahora lo notamos.
¿Cuál es la reacción evidente que deberíamos tener frente al sufrimiento?
Querríamos que cesara. Y entonces ¿cómo se hace?
Participante: Me gustaría preguntar un poco más sobre si la meditación se puede usar
como proceso para lograr compasión y, en última instancia, justicia social.
Trabajo en el campo de los derechos humanos y trabajo a través de redes
en las que tratamos de conseguir justicia social pero, a menudo, nos encontramos que
al intentar lograr justicia social a través de los derechos humanos,
no aplicamos realmente los derechos humanos en la relación de unos con otros
porque hay mucha competencia sobre los recursos, el reconocimiento y demás,
y hemos hablado de eso: ¿cómo podemos aplicar los derechos humanos a las relaciones personales?
También me pregunto cómo o qué nos puede enseñar la meditación
sobre lograr la compasión y en la relación personal con los demás
en un mundo profundamente competitivo y cómo puede ser un paso para lograr la justicia social.
SMR: Creo que Ud. sabe que la compasión permite a las personas
estar más contentas y felices y, cuando eso courre, hablamos de mente compasiva,
una mente personal de compasión es mucho más fuerte y nutridora.
De modo que una persona compasiva posee más fortaleza
y, a largo plazo, uno tiene que poder nutrir y ser más activo y continuar.
Es una de las cosas prácticas, en un sentido, que debemos desarrollar
porque si uno quiere lograr lo que desea, justicia social, es un objetivo a largo plazo.
Lo que tratamos aquí, y que llamamos compasión
la senda de la paz, es más lenta pero, en última instancia, es más fuerte y más nutridora.
Lo importante aquí es tener que interiorizarlo y verlo
y usar el proceso de trabajar con la propia mente.
Y cuando uno peinsa en compasión, hay que llevar imágenes a la mente diciendo:
"Era un idiota, ¿por qué hice esto o lotro?. Y al trabajar con eso
se desarrolla compasión hacia uno mismo, se comprende mejor la mente,
de modo que, al relacionarse con los demás,
aunque hagan cosas estúpidas, uno posee más base para comprender
en vez de ser sólo rígido que, de pronto, se vuelve contra nosotros.
Y entonces, de pronto, se crea una mala imagen de esa causa que uno mantiene
porque, de pronto: "Nueno, esa gente está enfadada,
por qué hay que escucharla, qué nos van a ofrecer?"
Realmente se trata de un proceso y lo importante
es considerar que no lo vamos a hacer perfectamente pero necesitamos esa base.
Creo que hay una cualidad de tener que ser feliz
no del tipo de "feliz, jé-jé" sino la cualidad de sincronizar
y disfrutar lo que uno hace.
Observo que la gente se quema en muchas causas sociales.
De pronto están encantados y, cuatro años más tarde, ya no hacen lo mismo
o no hacen nada en absoluto.
Lo que he observado, hablando sobre la gente
de la que he aprendido, es que siguen adelante,
se observa de forma muy evidente que no se van a cansar.
Eso hay que integrarlo. Es verdadero y auténtico...
no pensando que es como real sino sintiendo que es real,
y tiene que ser esa cualidad.
De nuevo, la palabra meditación hay que descargarla, como diciendo:
"Me gustaría la compasión. ¿Qué proceso necesito para desarrollarla?"
Y se dice que, si uno es muy hábil, puede desarollar compasión al practicarla
pero quienes no son muy hábiles,
el resto de nosotros somos más lentos y tenemos que invertir tiempo y meditar y desarrollarlo,
silenciosamente y, luego, aplicarla, y se pone a prueba y así una y otra vez.
Moderador: Gracias. Creo que hemos agotado el tiempo
pero les invito a ver al Sákyong en la librería porque va a firmar ejemplares.
Muchas gracias. [aplausos]
SMR: Gracias. [aplausos]