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Nuestro grupo anarquista se formó el año 1923, en circunstancias muy aciagas para nuestro
movimiento, muy tristes para toda la clase trabajadora. Dueños casi de la ciudad eran
las bandas de pistoleros del sindicato libre que patroncinaba la patronal. Las ordas policíacas
coadyudaban a la destrucción de nuestras organizaciones y de nuestros hombres. Había
caído el coloso del anarcosindicalismo, Salvador Seguí. Habían caído viejos militantes,
primeros hombres, de nuestro movimiento tan espléndido de hoy, cuando comprendimos nosotros
que probablmente puderia llegar el momento de que fuesemos absolutamente vencidos, nos
unimos en aquel momento, lo que no tengo vergüenza en decir, lo que tengo orgullo en confesar,
los reyes de la pistola obrera de Barcelona. Vivíamos y actuabamos disgregados, pero hicimos
una selección: Los mejores terroristas de la clase trabajadora, los que mejor podían
devolver golpe por golpe y al llegar al fin la victoria al proletariado nos separamos
de los demás compañeros, nos unimos, y formamos un grupo, anarquista, un grupo de acción,
para odiar, contra los pistoleros, contra la patronal y contra el gobierno. Conseguimos
nuestro objetivo, les vencimos. Nuestros golpes fueron más duros, más a la cabeza, que los
que ellos no habían dado. Y el grupo se constituyó, y fue juramento de los que lo integraron,
que des de aquel momento, el grupo de "Los Solidarios" que nos llabámos, continuaría
la lucha hasta el triunfo total de la clase trabajadora, hasta el triunfo de la revolución
social y que solamente la muerte podía irnos apartando de los demás. Y nosotros, cuando
después de la República salímos de los presidios y nos unimos otra vez en España
continuamos el grupo y entonces nos llamamos el grupo "Nosotros, los que no tenemos nombre,
los que no tenemos orgullo, los que somos una masa, los que pagaremos uno a uno". La
muerte no es nada. Nuestras vidas indivuales no es nada. Por eso somos Nosotros. Mientras
quede uno nosotros vivimos.