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DISFUNCIONALES
Y cae cae cae cae…
En una oscuridad con la profundidad infinita
de caras que no sonríen,
corazones que no palpitan, yo lo sé!
máquinas que respiran sin ilusiones ni fe,
será por eso que Cristo nos visitó y luego se fue,
quién puede ampararse con el peso del tener,
el profundo letargo vivimos anochecer,
que sueltos los reptiles son los que dan de comer,
a una raza humana que no alimenta el saber sino el ego,
nos vemos tan distantes de vivir en el edén.
Ya no somos personas somos disfuncionales,
tapando los complejos con los centros comerciales,
buscando allí afuera lo que de verdad no vale,
creador y víctima de nuestros males.
Entre un millón de cuentos que nadie se sabe,
la felicidad es tan cara que en el bolsillo no cabe,
los extraterrestres no vinieron en nave,
y a los malos no hay quien les reclame.
La ley de la causa y efecto serán el castigo
para todo lo incorrecto no miento, despierto y atento
remuevo los credos de todos los malos que puedo,
violento soy el que emancipadoramente
te pone la cara más sonriente,
mamita me dijo que estaba demente y
ahora doy la cara por un poco de gente.
Integro un movimiento de cantantes que lo cambian todo,
modos, busco formas, lloro, imploro, escribo por ustedes,
por los que están conmigo a muerte y sé que me quieren y
por los ilusos que pierden su tiempo pensando
que con lo que hacen me hieren,
prefieren, seguir escondidos detrás de sus faldas,
si todo lo que han construido es motivo
del odio no harás que eso valga cambia,
que mentalidades amargas
aquí no salvan nada o espera con calma
que todos los errores que hagas te reclamarán mañana,
difamar lo demás demuestra problemas
que sé que quieres esconder,
pareciera que ser terco es más fácil que reconocer,
que vinimos a aprender lo que antes no aprendimos
y que por el contrario lo que tocamos destruimos.
Ya no somos personas somos disfuncionales,
tapando los complejos con los centros comerciales,
buscando allí afuera lo que de verdad no vale,
creador y victima de nuestros males.
Entre un millón de cuentos que nadie se sabe,
la felicidad es tan cara que en el bolsillo no cabe,
los extraterrestres no vinieron en nave,
y a los malos no hay quien les reclame.
LETRA: RAMSES MENESES
MÚSICA: ARTURO SOTO