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Recientemente publiqué un libro llamado "Radioactivo"
Es un libro visual sobre cosas invisibles
en el que se combinan el arte y el texto escrito.
El libro relata la historia de dos científicos, Marie y Pierre Curie
Es una historia de amor, llena de drama.
Al finalizar el siglo XIX, una joven abandonó
Polonia, en ese entonces invadida por Rusia, para irse a estudiar a París.
Ahí encontró lugar para hacer investigación en el laboratorio
de un introvertido y apuesto científico que se encontraba estudiando el calor y el magnetismo.
Se enamoraron.
Se casaron, tuvieron dos hijos y empezaron a trabajar juntos
logrando el descubrimiento de dos elementos químicos nuevos,
expandiendo la Tabla Periódica con el Radio y Polonio
Y empezaron a investigar las llamativas propiedades de estos dos elementos.
Ella acuña la palabra "radiactividad".
Se dieron cuenta que la radioactividad era una propiedad atómica
Y ésta fue una observación memorable;
es uno de los momentos cruciales en la historia de la ciencia moderna;
ganaron el Premio Nobel
Y cuando todo parecía ir marchando de maravilla,
ya que eran una excelente y talentosa pareja con dos hermosas hijas,
en 1906, Pierre Curie muere en un trágico accidente vial.
Marie se ve obligada a seguir sola con el trabajo que venían desarrollando conjuntamente
y tras ese esfuerzo obtuvo un segundo Premio Nobel;
a propósito, un logro sin precedentes.
Marie no sólo se convirtió en la primera mujer en haber ganado el Premio Nobel
sino que también es la primera galardonada del premio en dos ocasiones
y en dos disciplinas científicas diferentes: química y física.
Unos años más tarde ella se enamoraría de nuevo;
en esta ocasión del físico Paul Langevin.
Ahí nace otro gran romance que une a dos gigantes de la ciencia;
pero desafortunadamente hubo un obstáculo:
Langevin estaba casado.
Sobra decir que a pesar de ser gente famosa involucrada en un triángulo de amor,
ellos no escaparon ni al escándalo, ni a las riñas.
Aquí pueden ver un libro de unas 200 páginas
en el que además de contener el relato sobre la biografía de los Curie,
también se adelanta en el tiempo al echarle un vistazo al estado actual
de las influencias del trabajo de los Curie:
desde las armas nucleares hasta la energía nuclear y la medicina nuclear.
Sin embargo, para no alargar el cuento, en él hay dos temas centrales:
la radiactividad y el amor.
A estas dos cosas invisibles hacía referencia anteriormente;
y ya que este es un libro del cual soy la autora, investigadora
ilustradora y diseñadora del propio libro,
es muy importante para mí que cada uno de estos componentes sea significativo
y que cada uno represente las ideas en la narración.
Entonces, cuando me llega el momento de escoger el recurso
con el que iba a crear las ilustraciones
para lo cual, la selección es muy importante,
decidí que haría las imágenes con algo
llamado impresión con cianotipo. La impresión con cianotipo es
una técnica fotográfica sin cámaras.
Tuve dos razones para esta elección.
La temática fue la primera razón.
Para hacer una impresión en cianotipo, se toma un papel que se cubre con ciertos químicos.
Se toma el papel cubierto químicamente y se expone
a los rayos ultravioletas del sol haciendo que el papel se torne de azul oscuro.
Entonces, un proceso que hace uso de exposición a rayos penetrantes
tiene sentido en un libro que cuenta la historia de la radiactividad.
La estética fue mi segunda razón.
La cianotipia tiene este tipo de estado de ánimo de color crepuscular.
Imaginé que las líneas blancas contra el fondo azul
le daban significado a lo que Marie Curie describió
como la iluminación espontánea del radio,
un tipo de brillo interno.
Ahora sólo quiero guiarlos a través de la elaboración de una página del libro.
En esta doble página se ilustra el banquete real ofrecido a Marie cuando
llegó a Estocolmo para recibir su segundo premio Nobel.
Si me permiten retroceder un poco,
básicamente cuando comienzo, siempre voy acumulando dibujos;
simplemente dibujo a diario y nunca sé cuando hago un dibujo
si va a ser incluido en mi trabajo final,
sin pensar en eso, sólo sigo elaborando este pequeño archivo personal.
Para este bodegón me inspiré en lo que vi sobre el mesón de mi cocina.
Estos son algunos jazzistas que dibujé en un club en el centro de la ciudad.
Mi cuaderno de bocetos de una reunión de profesores en la escuela de diseño Parsons.
Revisando los diferentes trabajos que estaban en el archivo
tomé estos elementos dispares y los recombiné
en una sola composición dándoles un nuevo contexto;
y a veces me sorprende el nuevo significado
que emerge de este nuevo contexto.
Ya que mi propósito es hacer una impresión de cianotipia, entonces tomo este dibujo
y hago un negativo con él sobre una hoja de acetato.
Luego tomo la hoja de acetato y la coloco sobre el papel que fue recubierto químicamente
y luego lo expongo a los rayos ultravioletas del sol, como les explique,
esta es la imagen azul que obtendríamos.
Luego suelo tomar un lápiz de color para colorear la imagen
para por último añadir el tipo de letra.
Así todo esto hace que el proceso luzca fácil,
lo que por supuesto nunca pasa.
Ahora confieso la verdad con un ejemplo:
como mencioné anteriormente, Pierre Curie murió en 1906 al cruzar una calle;
y este momento de la narración realmente se me dificultó
porque no podía imaginar cómo iba a retratar ese penoso momento,
cómo podría capturar en una imagen la conmoción desgarradora de un hombre muerto,
de una mujer que pierde a su esposo, a su compañero de ciencia, al padre de sus hijos.
Para inspirarme, me fijé cómo se retrata la pena en los estampados japoneses y
leí los diarios personales de Marie Curie, los cuales son simplemente abrumadores.
Ahí describe cómo se ve contemplando el cuerpo de su marido, su cadáver en descomposición;
y ahora a pesar de contenerme, les mostraré esta imagen:
este es mi primer intento y estoy segura que estarán de acuerdo
cuando digo que creo que no da la talla.
Intenté sobreexponer la impresión para ver si podía añadir drama.
Intenté dar un menor tiempo de exposición para lograr un ambiente oscuro y malévolo.
Intenté invertir la imagen para hacer que el esqueleto quedara blanco y la mujer en negativo.
Y nada funcionó.
Sabía que esta no era la respuesta correcta,
sin embargo decidí dejar esta sección a un lado, ya que no estaba logrando lo que quería,
para tomar otra parte del libro
y comenzar a trabajar en una sección que
aparece mucho después con una actitud diferente.
Se da durante la Primera Guerra Mundial cuando Marie Curie huye de París
cargando una maleta de plomo que contiene todo el suministro de radio de su país.
Se dirige con su cargamento a Burdeos para evitar que caiga en manos alemanas.
En el texto describe su aventura y como ven
el tono anaranjado es una manipulación digital,
pero esto pasó cuando intenté hacer por primera vez esta impresión.
Así es que eché a perder por completo los químicos y esta fue la imagen obtenida
donde básicamente no se veían ninguna de las líneas del dibujo.
Realmente no se puede ver nada.
Por lo que inmediatamente supe que iba a tener que reimprimirlo.
A pesar de esto, me impresioné al ver la imagen causada por mi error,
así que al pensar en eso, en el contexto de esa sección
sobre la muerte de Pierre Curie, caí en cuenta
y pensé que en realidad sería mucho más interesante
utilizar una imagen de sencillamente nada, una imagen
que pudiera sugerir el poder, la sensación de pérdida, en lugar de sugerirla literalmente.
Así es que...y aquí es un poco difícil de ver en esta diapositiva, pero esto es
el diseño de la página página doble en el libro que ilustra la muerte de Pierre Curie.
Tomé esa imagen errónea y me deshice de esos dibujos horribles de esqueletos.
Puse esa imagen errónea contra una página negra
con las líneas de color gris del diario de Marie Curie;
y creo que al final esto es una solución
es más sutil y ojalá más impactante
que la que había planeado originalmente.
Fue una solución que se dio por casualidad;
pero, por supuesto, no es sólo el proceso artístico el que está lleno de accidentes.
La historia de la ciencia está llena de descubrimientos fortuitos.
De hecho, el descubrimiento de los propios productos químicos de la cianotipia fue un accidente.
En el siglo XVII, había un niño nacido en el Castillo de Frankenstein
llamado Johann Conrad Dippel. Luego a Dippel se le conocería...
no me estoy inventando esto...(risas)
Dippel se convertiría en un alquimista que quería
inventar un remedio universal, una especie de elíxir de la vida.
Entonces empezó a reunir todo tipo de pieles, pezuñas,
cuernos de animales y todo tipo de cosas repugnantes, a lo que llamó Aceite Dippel.
Entonces, Dippel compartía su laboratorio con un fabricante de anilina.
Un día este fabricante de tintes estaba elaborando un rojo de tono brillante
y al verse sin su ingrediente principal buscó
en el gabinete y sacó el aceite de Dippel.
Agregó el aceite de Dippel, lo revolvió y en lugar de
lograr el pigmento escarlata que estaba buscando, obtuvo un azul oscuro
vivo, inalterable por la luz. Este pigmento se popularizó inmediatamente.
El ejército prusiano lo adoptó para teñir sus uniformes;
y hoy en día utilizamos esta fórmula. La cianotipia
es una de las formas en que la podemos ver.
Pero eso es sólo uno de los muchos ejemplos
de un descubrimiento fortuito tomado de la ciencia, por ejemplo,
tenemos a Arquímedes y su bañera,
a Isaac [Newton] y la manzana,
a Cristobal Colón dirigiéndose a la India para encontrar el Nuevo Mundo,
las personas buscan algo pero terminan encontrando otra cosa.
De hecho, en 1896, el físico Henri Becquerel
se estaba preparando para un experimento en el que necesitaba usar sales de uranio
y una luz brillante.
Debido a que en ese preciso día estaba nublado,
tomó sus trozos de uranio y les arrojó en un cajón del escritorio
donde cayeron sobre una placa fotográfica.
Cerró el cajón y se fue del laboratorio.
Cuando regresó un par de días después,
abrió el cajón y encontró que la placa fotográfica parecía
como si hubiera sido expuesta a una luz brillante,
lo que por supuesto no había sucedido.
Esto ocurrió por las mismas sales de uranio que habían logrado exponer las placas.
Henri Becquerel acababa de descubrir por coincidencia algo muy significativo.
Un par de científicos llamados Marie y Pierre Curie toman la iniciativa.
Ella acuñó la palabra 'radioactividad' y el resto es historia.
Sólo quiero decir que mientras trabajamos en lo que sea que pensamos son nuestros objetivos,
creo que deberíamos prestar tanta atención a nuestros errores como a nuestros éxitos;
y si al principio no tenemos éxito,
quizá eso pudo haber sido lo mejor que nos haya pasado.
(Aplausos)