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Hemos conocido muchas personas valientes en Sochi, personas
que han tomado una posición para proteger
sus casas, sus familias, los lugares donde crecieron,
los lugares donde ven todo su futuro.
Mi hogar significa todo para mí, he pasado mi vida en este casa.
Tengo una gran familia, una hija, un hijo, nietos, una esposa.
Todos vivimos en esta casa.
La construimos en 1996,
luego en 2012 llegaron las Olimpíadas y mi casa fue demolida.
Hemos documentado los desalojos forzados,
personas que fueron expulsadas de sus hogares con el fin de dar paso
a las instalaciones olímpicas y su infraestructura.
El gobierno ruso ha
desalojado a varios miles de personas,
y en la mayoría de los casos, otorgó a los propietarios una indemnización o los reubicaron
en viviendas alternativas.
Pero encontramos que en varios casos, el gobierno ruso tomó ventaja
de algunas ambigüedades en las leyes que entraron inmediatamente después del
período Soviético, durante un tiempo de privatizaciones muy confuso.
Nos dijeron que nuestro edificio
estaba marcado para demolición porque se construiría
una carretera, que supuestamente,
atravesaría nuestra casa.
[La ciudad] presentó una demanda judicial parecida hace 13 años,
y el juez dictaminó
que nosotros
éramos los legítimos propietarios.
El Tribunal de Khostinsky
consideró esto en 1999
ahora resulta que este hombre de la administración de Sochi, con apoyo de la dirección regional
fue a la Corte de Apelaciones,
y en literalmente dos minutos, nuestra casa
fue declarada una construcción ilegal.
Las personas que fueron desalojadas
experimentaron un gobierno de poder, un poder que sólo vino a imponerse
y hacer todo lo que desea
sin ninguna consideración por las personas.
Rusia acoge a millones de trabajadores migrantes cada año.
Un gran número de ellos labora en el sector de la construcción.
En Sochi en sí, las cifras oficiales
que el gobierno ruso ha ofrecido están en la categoría de decenas de miles de personas
una cantidad desconocida de estos obreros, son trabajadores migrantes.
Los obreros migrantes típicamente provienen de países pobres de Asia Central.
Los trabajadores enfrentan una serie de abusos,
especialmente,
la falta de pago de salarios,
algunos dijeron que sus pasaportes fueron confiscados.
Los obreros de todos los sitios narraron que trabajan jornadas de doce horas diarias,
lo que representa una violación directa a las leyes rusas.
Los residentes de Sochi sienten que
no ha habido suficiente transparencia de las autoridades sobre
qué se está construyendo, cuándo inició la construcción o para qué sirve.
Damos la bienvenida a los Juegos Olímpicos
Acogemos con beneplácito el desarrollo Olímpico,
y queremos sorprender al mundo entero,
pero no creo que vamos a sorprenderlos.
Todo lo contrario -- seremos una deshonra.
Sólo por el tipo
de proyectos que se construirán aquí.
Rusia tiene la intención de construir una central térmica de gas natural
que se pretende sea la más grande, en un pueblo que forma parte de Sochi.
Las autoridades rusas comenzaron las obras preliminares sin hacer
las diligencias debidas,
para inspeccionar el lugar o analizar cuál podría ser el impacto potencial
en la vida de las personas, sus hogares o medios de subsistencia.
Estos son canales de desagües. Tienen que quitarlos de aquí.
Se deben utilizar solo temporalmente durante una construcción.
Cuando instalaron estos soportes
los desarrolladores excavaron
socavones y pilotes por allá.
Han ocurrido deslizamientos de tierra como resultado de la construcción de las sedes olímpica
o de los vertederos de materiales de construcción y algunos han sido tan graves
que las casas de las colinas han comenzado a derrumbarse.
Se convierten en propiedades muy inestables
pero la gente no tiene más remedio que seguir viviendo en ellas.
Cuando trataron de determinar
si teníamos una situación de emergencia o no,
el titular de la división para situaciones de emergencia vino aquí, miró todo por encima,
se quedó cinco minutos, dijo que la cabeza le daba vueltas.
Luego salió y dijo: "No declararemos
una situación de emergencia, porque no hay cadáveres". Y eso fue todo.
Y en un barrio donde los vecinos se quejaron ante las autoridades,
el gobierno llegó, hizo una inspección y determinó que varias de las casas
eran inhabitables,
y luego amenazó a una familia con quitarle a sus hijos. Como pueden ver, esto es una especie de
doble castigo, las personas no sólo están perdiendo sus hogares a causa de
estos deslizamientos de tierra, sino que las autoridades van más allá y al decirles
que estas casas no son un lugar seguro para que los niños pueden seguir viviendo.
La gente en Sochi siente que los Juegos Olímpicos están por llegar a la ciudad,
y que ellos no han tenido ni voz, ni voto
en lo que ha pasado,
o en cómo se han desarrollado estas Olimpíadas o el significado para
sus vidas.
La organización de unas Olimpíadas de Invierno exitosos está totalmente en las manos de Rusia.
Recae plenamente en ellos y en su poder asegurar que las personas no sufran como resultado
de los juegos.