Tip:
Highlight text to annotate it
X
Gracias por estar aquí compartiendo su energía.
(Aplausos)
Antes de comenzar, quiero compartir un secretito de TED.
Verán, la magia real de TED no son los ponentes
en realidad son Uds., la audiencia.
Porque Uds. son lo que energizan al ponente.
ustedes son los que le motivan
y al fin y al cabo, son Uds. los que se llevan el mensaje a casa.
Así que les propongo, para cuando se vayan hoy,
que se lleven consigo un pequeño, pero real,
y creo, importante plan de acción, que puedan poner en práctica empezando desde hoy.
Se trata de un plan de acción diseñado para promocionar
algunos de los cambios que queremos ver a nuestro alrededor,
y hay mucho que cambiar y que siempre queremos ver.
Verán, los cambios, ocurren cuando hay un cambio de actitud
en una pequeña pero crítica masa de gente común, como Uds.
(Aplausos)
La forma en que un reducido grupo de personas piensa,
la forma en que actuamos, los ejemplos que ponemos,
pueden tener un gran impacto, más allá de lo que podamos imaginar.
Si les pregunto cuál es el desastre ecológico más grande
ocurrido en Armenia hoy, ¿qué responderían?
Audiencia: Teghut. Teghut.
SK: La opción obvia. Bien. Teghut.
Audiencia: La falta de reciclado.
SK: Bien, Teghut, junto a otros sitios mineros, deforestación masiva,
falta de vertederos y de reciclado, contaminación de metales pesados, es una larga lista,
y hoy estos son realmente los problemas actuales de este país.
Sin embargo, voy a exponer otro desastre,
que es probablemente el desastre ecolígico más peligroso
que amenaza a Armenia hoy.
Y viene en forma de una nube,
que flota en el aire y bloquea toda la energía positiva detrás de ella.
No es una nube que arroje lluvia, ni químicos,
pero sí palabras y narrativas perjudiciales sobre y de Armenia.
Es esta nube de desastre que viaja por los cielos del mundo,
rodeada del lema que oímos demasiado a menudo,
que dice, "Yergiry yergir che". Este país...
(Aplausos)
Este país no es un país.
Qué hermoso sentimiento despertar en un país
que ni siquiera es un país, aún.
(Risas)
O despertar en el extranjero y mirar más allá de los mares, a un país
cuya narrativa parece estar estancada.
Eso, amigos míos, es un gran desastre ecológico.
Y no basta con una página en Facebook para arreglarlo.
Ahora, yo seré el primero en contarles
que tenemos un montón de asuntos pendientes en este país,
toneladas de ellos en cada sector.
Pero obviamente no podemos sólo desear que se vayan,
o criticarlos hasta que desaparezcan.
Cada vez que escuchen la familiar corriente del negativismo,
todos saben de lo que estoy hablando,
"Meka ban chi pokhvelu", tienen dos opciones.
La primera es tirarse de lleno en ese puño,
y sumarse a su propio negativismo,
y para mayor efecto, para llegar a una audiencia más amplia,
salpicar su frustración en un blog,
o en comentarios de Facebook, y luego sumar las respuestas a sus comentarios,
y luego los comentarios a las respuestas a sus comentarios y así sucesivamente,
sólo para agrandar la nube.
La segunda opción es escuchar, entender,
y simplemente preguntar, "Bueno, ¿qué sigue? ¿Qué hacemos?"
Y como no tienen interés en su pregunta,
les dirán lo terrible que están las cosas,
pero simplemente vuelvan a preguntar "Bueno, ¿y ahora qué?"
Y pensando que no lo entienden,
que no estás viendo que mal están las cosas,
les dirán, "¿Qué hay? No hay qué sigue.
Vean las estadísticas, miren los números, a este ritmo, es el final, se acabó."
Escuchen y vuelvan a decir
"Entiendo lo que dices, ¿pero ahora qué?"
Y luego quizá, oirán nada más que el silencio.
Verán, la verdad es que, siempre debería haber un qué sigue.
Y la verdad, por desgracia, es que no todos van a estar a su lado,
entendiendo realmente de lo que va su pregunta.
Verán, lo que están diciendo es,
"Veo todos los problemas que tú ves,
entiendo todos los problemas de los que tú hablas,
pero no se puede parar aquí, no podemos lanzar una granada y esperar tapándonos los oídos.
Tiene que haber un qué sigue. ¿Pero, qué es?"
Eso es lo que están diciendo.
Saben que la clave es encontrar las respuestas
como individuos, como grupos, equipos,
como organizaciones, como una comunidad, como país.
Saben que esa es la clave
y para Armenia, saben, ese fracaso no es una opción.
Parte de nuestro plan de acción es lo siguiente:
siempre desafiar esa negatividad sin fin,
pero con un giro positivo, y dejen que les dé un gran ejemplo.
Tan solo miren este espacio fabuloso a su alrededor, este increíble centro.
Lo que me enamora de este lugar no es sólo el ostentoso equipo,
o la calidad de la arquitectura, o incluso los miles de chicos
que se desarrollan aquí, aprendiendo a diario de tecnología de punta.
La magia subyacente a este lugar es la persona,
el individuo que trasciende todo lo negativo,
todos los negativistas, todo el ruido y todos los escépticos,
y hace que este lugar sea real,
un individuo llamado Sam Simonian.
Ahora pregúntenle acerca de todos los retos
que él y su equipo afrontaron y todavía afrontan.
Y pregúntenle, por cada seguidor, cuántos otros dudaron de él,
le advirtieron de todos los obstáculos que enfrentaría
y le dijeron, "Te lo dijimos" en cada obstáculo.
Aun así, en cada reto, Sam solo respondía, "Bueno ¿qué sigue?"
Perseveró porque siguió la narrativa alternativa,
el camino de la solución y la visión de lo que quería ayudar a construir.
Y es por eso que hoy, la magia continúa
con todo el equipo ostentoso, la visión arquitectónica de Bernard
y los miles de chicos,
que algún día serán parte de la siguiente generación de creadores e innovadores de este país.
A una escala diferente, existe ese mismo potencial en cada uno de nosotros,
que trasciende la negatividad y no necesariamente para crear centros,
sino narrativas de excelencia, narrativas de éxito,
y es ahí por donde debemos empezar hoy,
y recordar que sólo hace falta una pequeña masa crítica de gente como nosotros mismos.
Así,parte de nuestro plan de acción es cómo inspirar a un equipo creciente
de soluciones para Armenia usando narrativas de excelencia?
E igualmente importante, soluciones ligadas a estas narrativas,
enlazadas a las soluciones para el cambio de la mentalidad,
de las narrativas que dicen "Yergiry yergir che".
Porque vamos, ¿qué tipo de narrativa es esta?
¿Quién se inspiraría a comprometerse con el país usando esta clase de narrativa patética?
Solo miren a los países que quieren tener éxito.
¿Cargan alguno con una narrativa negativa? ¡Claro que no!
¿Acaso no creen que tienen sus propios problemas y retos a lo largo de su historia?
¡Claro que los tuvieron!
Pero los países que quisieron inspirar siempre crearon narrativas correspondientes.
Un par de ejemplos ¡La tierra de las oportunidades!
¡El sueño americano!
Dejando todo el resto a un lado, estas son palabras con una actitud.
Incluso en tiempos de crisis económica,
recesión, depresión, bancarrota, desempleo, embotellamientos de tráfico,
estas son palabras que hacen a la gente creer
primero en ellos, y luego en sus entornos.
Palabras que crean una actitud ganadora.
Miren quizá algunos chicos estadounidenses no sepan quién es su presidente,
pero ciertamente han oído la frase "la tierra de la oportunidad".
La gente migra a esos países, no por trabajos más glamorosos,
ni por caminos mejor pavimentados o menos funcionarios corruptos,
sino simplemente por la ilusión de sentirse mejor consigo mismos
y de lo que esperan lograr.
Y recuerden, lo primero es escribir una narrativa
y luego hacer de ella la nueva realidad. Ese es el orden correcto.
Para Armenia, primero necesitamos escapar de las narrativas patéticas,
y luego empezar por separado, pero compartiendo, nuestras nuevas narrativas de excelencia,
narrativas que faculten a la gente,
que comprometan nuestra experiencia y potencial global, que inspire a la juventud local
tener esperanza y asumir la responsabilidad de su entorno,
narrativas que sean honestas,
que no ataquen sino construyan redes, canales de energía e ímpetu,
narrativas tanto dentro, como fuera de Armenia.
Allí es donde debemos empezar
poniendo a un lado el negativismo, y recordar
que solo hace falta una pequeña masa crítica de gente, como nosotros mismos.
Y dejen que termine con este pensamiento.
Imaginen que son parte de un equipo médico,
con un paciente frente a Uds. en la cama de operaciones,
y hay un pequeño micrófono plantando en la sala de espera,
donde los familiares están esperando, y mientras se preparan para la operación,
oyen la siguiente conversación entre tres de los familiares.
"Le dijimos que dejara de fumar, bebiera menos, cortara la grasa, hiciera ejercicio y se checara",
dijo el primero, "pero ni caso, era en vano. Probablemente ya está muerto".
El segundo familiar está callado, angustiado,
apretando entre sus manos una foto del familiar y simplemente esperando el informe médico.
Tercer familiar, "Me da gusto tener al mejor equipo médico, nuestro familiar se recuperará,
pensemos en juntar al mejor equipo de rehabilitación".
Eso sí, la condición del familiar enfermo se debe a muchas razones,
pero a estass altura, la única pregunta relevante
es "Bueno ¿y ahora qué?"
En cuanto al médico, sólo un familiar apreció su trabajo,
animándolo a ser parte del equipo de solución.
En el caso de Armenia, nosotros somos ahora aquellos familiares.
¿Pero cuál de ellos somos? Eso solo depende de nosotros.
Hay palabras y actitudes que inspiran e invitan a comprometerse,
y al cabo del día, a pesar de todos los problemas,
todos los retos, y todos los bien conocidos alborotadores,
la única pregunta relevante es:
¿Nuestras palabras y actitudes invitan e inspiran a comprometerse?
Por lo cual, nuestro plan de acción tiene dos partes.
Desafiar la negatividad sin fin de forma positiva
e inspirar a un equipo de soluciones crecientes para Armenia usando narrativas de excelencia.
¿Cuáles son esas narrativas?
Recuerden que TED se trata de ustedes. Estoy seguro que las encontrarán.
¡Gracias!
(Aplausos)